mis vecinas huespedes
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos y todas, un amigo mio me mostró estos sitos que son muy chidos, en donde se pueden leer las aventuras y experiencias sexuales de las personas. Y yo tengo algo muy caliente que me ocurrió el año recien pasado.
Resulta que la empresa para la cual laboro, me trasladó a una sucursal que está a cuatro horas de donde resido. Soy Alan, y estoy casado, tengo 34 años y tengo dos niños. La noticia de mi traslado fue un golpe bajo y maldije mas de una vez. No me imaginaba la aventura que me esperaba. Compartí la noticia con uno de mis mejores amigos, quien me indicó que su madre vivía en esa ciudad y que recibía huespedes en su casa, este amigo, me dijo que le hablaría a su madre para que me recibiera y me diera un precio especial. Asi ocurrió, me comunique vía telefónica con doña Milagros, madre de mi amigo e hicimos el trato de hospedaje y comida por mes.
Llegó el día de mi partida, mi esposa por supuesto estaba triste y mis hijos también, yo les decía que esto sería temporal, yo pasaría de lunes a viernes en esa ciudad y regresaría el sabado.
Conocí la casa, y también conocí a doña Milagros, una señora de cincuenta y tantos años, quien me indicó que solamente por la referencia de su hijo, mi amigo, me recibía en su casa, ya que ella solo recibía mujeres. Me presentó a la dos chicas que vivían también en la casa. La primera era Jenny, una preciosa trigueña, de unos 19 añitos, piernas largas, pequeños senos, pero de una sonrisa libidinosa, que me vio de arriba para abajo, la otra era Susy, todo lo contrario de Jenny, era de tez blanca, ojitos verdes, de pequeña estatura, de unos 20 años, algo regordeta, buen tamaño de senos y un culito grande y parado, las dos eran unas delicias de muchachas. Mi mente comenzó a jugar conmigo, ya que yo era su vecino, un baño separaba nuestras habitaciones, ya que cada uno tenía la propia.
Por mi parte, no soy un tipo feo, más bien soy desarrollado, ya que en mi juventud hice deporte y practiqué el fisico-culturismo y tengo buen cuerpo, 1.80 mt de estatura y tengo una buena pija de al menos 7 pulgadas.
La más entrona era Jenny, las morenas son más cachondas y lo comprobé, a las dos semanas de ser vecinos, la invité una noche a mi habitación, creí que no aceptaría, pero la chica llegó, con el pretexto que le explicará un tema del colegio, ella estaba aún estudiando, supe que era hija de un dueño de una finca a unas horas de allí, llegó con su faldita del colegio, la cual era sumamente corta y dejaba ver sus lindas piernas morenas delgadas, la camisa blanca del colegio la tenía amarrada a su cintura y los botones superiores abiertos, que dejaban un buen angulo para verle parte de sus tetas. Solo entró y mi verga se erectó automaticamente.
Luego de quince o veinte minutos de estar allí, diciendonos indirectas, ya que como dije Jenny era muy entrona, se puso de pie (anteriormente estabamos sentados en mi cama) para ver unos retratos que yo tenía de mis hijos, yo también me paré y me puse atrás de ella muy cerca. Cuando ella hizo un comentario sobre mis hijos, como diciendo que eran muy hermosos, yo la tomé por la cintura y le dije cerca de su oido –Y aquí está la fabrica que los hizo!!- le puse mi paquete en sus nalgas, ella no se inmutó, solo se empezó reir, luego la besé en cuello y orejas, eso calienta rápido a las mujeres, luego me dijo –Será que doña Milagros ya se iría a dormir??-
-Ya hace un buen rato!- le dije, y seguí besándola mientras mis manos las colocaba en su vientre.
-Apaga la luz, y prende la lampara de noche!- me dijo Jenny, lo hice rápido.
-Quédate allí!- me dijo, entonces me senté a la orilla de la cama.
Jenny se fue quitándo la camisa blanca, y me di cuenta que no llevaba sujetador alguno, sus tetitas era medianas, pero bien paraditas, con su pezón oscuro, luego se bajo el cierre de su faldita y ésta cayó a sus pies, después se quitó los zapatos, solamente se quedó con un calzoncito oscuro diminuto, su cuerpecito era delgado, pero tenía bien definidas sus caderas de mujer, que resaltaban por su delgada cintura. Se acercó a mi, yo aún sentado, sus tetas me quedaron a la altura de la boca y mi primera reacción fue buscarlos para besarlas y chuparlas suavemente, ella cerró sus ojitos cuando tomé sus pezones entre mis labios y los mamé rico.
Mientras le chupaba sus tetas, mis manos fueron a parar a sus ricas nalgas, las apreté y las acaricié con deseo, metí luego mis manos entre su calzón por la parte de atrás, y toque la piel de sus nalgas, recorrí con mis dedos la rayita que dividía sus dos lindas nalgas, toqué su culito y seguí hasta detenerme en su rajita, que ya estaba mojadísima, eso me gustó, froté su rajita, ella gimió un par de veces. La tomé de la mano y la acosté en la cama, abrí sus piernas y me sumergí en su bollito caliente, pero primero lo disfrute con mi vista, era un rajita con labios morenos, y colorada en su interior, después con mi lengua la recorrí toda varias veces de arriba a abajo y viceversa. Ella chillaba como gatita, jalándome los cabellos. Soy adicto al sexo oral, lo practico mucho con mi mujer y creo que tengo mucha experiencia en eso, asi que puse loca de excitación a Jenny.
Mientras me comía su clitoris, le inserté un dedo en su coñito, uyy estaba muy caliente por adentro de su vagina, la nena era de fuego, no conforme, le inserté un segundo dedo en su rajita, ella gemía y se contorsionaba allí sobre mi cama, como si tuviera un ataque epileptico. Sentí que entre los dedos que tenía entre su bollito, comencé a sentir un aceite que provenía del interior de su vagina, la nena ya había acabado por primera vez.
Me puse de pie y me desvestí, ella se sentó a la orilla de la cama y comenzó a hacer sexo oral, tenía una deliciosa técnica, me chupó todo el tronco y los cojones, la tuve que detener antes que me hiciera derramar en su boca. La acosté boca arriba en la cama y me puse sus piernas a los costados, luego la penetré con fuerza hasta el fondo, ella gimió y me pedía que se lo hiciera despacio, bajé un poco la fuerza, pero la seguí penetrando hasta que mi bolas quedaron rebotando en sus nalgas, la estuve cogiendo con embestidas secas, mientras mis labios mamaban sus tetas, tuve que callarla porque sus gemidos eran subidos de tono. Al rato sentí que me clavaba sus uñas en mi espalda, la nena se estaba chorreando nuevamente.
La cambié de posición y la puse en cuatro sobre la cama, antes de clavarmela, le volví a chupar las nalgas, el culito arrugado y su rajita, luego se la puse adentro de nuevo y comencé a bombearsela mientras la sujetaba por su cinturita. Luego de unos minutos de rico sexo, yo ya estaba al borde de terminar, saqué mi dura pija y le bañe la espalda de leche caliente. Pero esto estaba lejos de terminar allí, cuando terminé me puse boca arriba en la cama para descansar, pero ella se subió sobre mi y se colocó en una 69, me lamió de nuevo la verga que estaba casi flácida y me limpió la leche del glande y del tronco, me puso su trasero en la cara, entonces comenzamos a mamarnos el sexo, yo también le chupaba el culito, asi estuvimos hasta que volví a tener otra erección, ella aprovechó para montarse encima y cabalgarme la pija, mientras yo le apretaba las tetas y los pezones, allí estuvo montandome hasta que llegó a su tercer orgasmo, yo también llegué a mi segundo y me derrame en sus nalgas. Había estado fantastico!. Luego se unos minutos y un beso rapido en la boca, se paro se puso su calzoncito y asi semidesnuda y descalza tomó su ropa y abandonó mi habitación. Alli me quedé acostado en la cama bendiciendo mi suerte, con la verga y la boca con olor a coñito.
A los tres días volvimos a tener otro encuentro con Jenny, solo que ahora en su habitación, la nena era pura candela, allí me comentó que tenía novio, pero que pensaba dejarlo por mi, yo le dije que por mi no tuviera pena que podía seguir con su novio que yo no me molestaría.
La otra chica, Susy, era un poco más tranquila, me despertaba un sentimiento de ternura, a diferencia que el sentimiento con Jenny era de deseo y sexo. Después de un mes de estar cogiendo con Jenny (cogiamos dos o tres veces por semana), invité a Susy al cine y allí la besé por primera vez, ella me dijo que yo le gustaba, pero que temía que Jenny se enojara, ya que ella veía que yo le gustaba a ella (aún ella no sabía de mi relación con Jenny), esa noche la llevé entre besos y caricias a mi cama y allí la desnudé a besos, le mamé sus grandes tetas y me comí su bollito, no era virgen, pero si inexperta aún. Le hice sexo oral y le fascinó, la nena mordía la almohada para no gritar, en la cuspide de su excitación, me pidió que le hiciera el amor, me subí sobre ella y la penetré, su vagina era estrechita, me apretó la verga en todo el camino, pero finalmente se la metí toda, luego la pistonie hasta que nos venimos allí abrazados.
Asi empezó mi aventura con Jenny y Susy; solo por mi edad y que yo estaba en la época de más vigor del hombre (entre 30 y 35 años), para poderle seguir el ritmo a estas dos muchachas, hubo semanas que tenía sexo los cinco días que permanecía en esa ciudad. Ambas sabían que me acostaba con las dos y nunca hubo ningún reclamo por eso, además sabían que era casado con hijos. Doña Milagros nunca se enteró.
Llegó la época de vacaciones de clases. Yo sigo allí, sus habitaciones están vacías. Pero doña Milagros me contentó al indicarme que los padres de Jenny y Susy ya la habían llamado para reservarles sus habitaciones por otro año. En febrero las recibí muy contento, esa misma primera noche, estrenamos con Jenny el nuevo año. Aún las sigo cogiendo y ellas aceptan que lo haga con las dos, aunque no al mismo tiempo, que lastima.
Bueno esa es mi historia.
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