Modelo de Webcam y Dos Niños Jóvencitos II
Cómo conocí a estos dos niños cuando estaba en línea durante mi show de webcam…
Para los que no han leído sobre mis experiencias anteriores, mi nombre es Natalia, tengo 26 años y soy una modelo de webcam aqui en Medellín, Colombia. Tengo una hermosa figura, soy alta, tengo cabello castaño, ojos verdes, piel blanca, con un gran trasero y senos grandes, un “cuerpo de un millón de dólares” como dice mi mama jaja. No me gusta mencionar las medidas de mi cuerpo ya que cambian si no hago ejercicio o si no uso tacones jaja pero las dejo aquí abajo. Estas son mis medidas actuales:
Altura: 1.76 m (5’9»)
Peso: 72 kg (158 lb)
Medidas: 35-27-42
Como mencioné en mis experiencias anteriores, me encantan los niños y me considero una pedofila. Me excitan mucho y, recientemente, desvirgué a tres. A dos de ellos los conocí durante un show privado de webcam, y al último lo conocí en un vuelo de regreso a Medellín. Si quieres leer sobre esas experiencias, ¡haz clic en mi perfil!
Han pasado muchas cosas desde mi viaje de vuelta de Italia, así que primero les cuento lo que pasó con Danielito y Carlitos, y después de este post les cuento lo que pasó con Miguelito y Angelito. Desde el aeropuerto, había tomado un taxi de regreso al apartamento y tan pronto como entré a mi cuarto, me quité los tacones y me derrumbé en mi cama. Estaba tan exhausta esa noche por el viaje y el sexo que tuve con Angelito en ese vuelo agregó más a ese agotamiento. El penecito de Angelito no era del tamaño de un adulto, pero mi coño estaba tan adolorida esa noche que supe que no iba a poder hacer nada con Danielito y Carlitos virtualmente. Cuando ingresé al sitio de webcam, vi mensajes en mi bandeja de entrada, no solo de Danielito y Carlitos, sino también de una de mis mejores amigas, Sofía, que también es modelo de webcam, preguntándome si lo había «hecho.» Sonreí y simplemente respondí que la llamaría por la mañana para contarle todo. Algunos de ustedes me han pedido el nombre de usuario de mi pajina webcam, pero como quiero proteger mi privacidad, no puedo revelar esa información a ninguno de ustedes, pero les dejaré saber que la mayoría de las modelos de webcam Colombianas que ven en línea , la mayoría de ellas no tienen problema para participar en sesiones privadas con niños menores de edad, y yo, junto con mi amiga, las hemos hecho.
Soy nueva en ese sitio y me uní este año, pero mi amiga ha estado en ese sitio durante aproximadamente tres años y ha tenido muchas sesiones privadas con muchos niños pequeños a lo largo de los años, y dice que esas sesiones privadas fueron las más memorables, las más eróticas y las más placenteras. Sofía también se considera una pedófila, y las dos nos hicimos amigas rápidamente ya que compartimos los mismos oscuros secretos y las mismas fantasías. Ella también es de Medellín, tiene 28 años, es un poco más bajita que yo, tiene cabello rubio, ojos azules y piel clara. Sus pechos son un poco más grandes que los míos, pero su trasero es del mismo tamaño que el mío. Una vez más, no me gusta hablar de medidas, pero según la información del perfil de su webcam, estas son sus medidas:
Altura: 1.73 m (5’8»)
Peso: 64 kg (141 lb)
Medidas: 40-25-40
Como pude ver que Danielito y Carlitos estaban en línea, tomé mi teléfono y los llamé. Contestó Danielito y le dije que no iba a estar en línea esa noche debido a lo cansada que estaba, pero que estaría en línea con ellos al día siguiente. Pude escuchar la decepción en su voz y en el fondo, pude escuchar a Carlitos gemir de decepción también. Les dije a los dos que tuvieran paciencia conmigo, a lo que ambos entendieron. Les dije buenas noches y puse mi teléfono a cargar y me fui a dormir. Por la mañana, me di una ducha y me puse un sostén deportivo rosa, unos leggings rosa y mis Adidas blancos para salir a correr. Me encanta correr, y me encanta lo que le hace a mi figura, y trato de hacer eso todos los días, si puedo. A los 30 minutos de correr, recibí una llamada de Sofía, que me recordó que le había dicho que la llamaría por la mañana. Me senté en una banca del Parque Belén y los dos comenzamos a hablar de cómo me fue en mi viaje a Italia, qué hice allá y si estaba feliz de estar de vuelta. Le dije que todo salió bien y que estaba muy feliz de estar de regreso, y que estar tan lejos de casa me hizo darme cuenta de que extrañaba mucho a Medellín, mi país, y que realmente extrañaba a dos personas, que Sofía sabía. quiénes eran esas dos personas.
Luego me preguntó si hice algo con Danielito y Carlitos, y le dije que no podía luchar contra mis impulsos y que conocí a esos dos peladitos en persona esa noche y les quité la virginidad. También le dije que en mi vuelo de regreso, me encontré con una pareja con dos niños, y que tomé la virginidad de uno de los niños en el baño del avión y que los padres del niño me preguntaron si podía cuidar a sus hijos. Ella jadeó y preguntó si los padres se enteraron, a lo que respondí que no, y que los dos niños eran tan lindos y que no podía esperar para «cuidarlos.» Sofía volvió a jadear y dijo que no creía nada de lo que había dicho, y me llamó una perra si realmente lo hice jaja, pero seguí diciéndole que era verdad, y que tener sexo con niños virtualmente prácticamente no se compara con tener sexo con ellos en persona. Luego Sofia me dijo que en los tres años que ha estado haciendo shows privados de webcam, también ha tenido la necesidad de hacer algo con un niño en persona, pero que el miedo a ser atrapada es lo que la ha estado frenando. Entonces, se me ocurrió una idea. Le pregunté a Sofía si le gustaría ir conmigo esa noche y conocer personalmente a Danielito y Carlitos. Hizo una pausa y pensó en eso por un momento antes de hacerme una pregunta de seguimiento.
Me preguntó si estaba de acuerdo con compartir, ¡lo que me hizo reír! Le dije que sí, pero que tenía una condición, lo que hizo que Sofía preguntara cuál era esa condición. Entonces le dije que compartiría con ella solo si llego a tener a Carlitos, el niño de 11 años, para mí sola cuando los visitemos y que ella se quede con Danielito, el niño de 12 años. Sofía dijo que no le importaba y que esperaba que le dijera eso porque su edad preferida cuando se trata de niños es 12. Esto me hizo feliz porque yo estaba más interesada en Carlitos ya que podía durar más conmigo y satisfacer mi deseo sexual, y pensé que a Danielito le gustaría más a Sofía ya que sus senos son más grandes y no le importaría tener a una mujer sexy como ella como pareja sexual. Le dije a Sofía que crearía un texto grupal con nosotros dos y los dos niños para que ella pudiera presentarse a él. Dijo que estaba bien y desconecté la llamada con ella y creé el mensaje de texto grupal. Envié un «¡Buenos días mis niños lindos!» y los dos me respondieron inmediatamente con sus propios saludos. Les dije que agregué a una amiga mía que se llama Sofía a nuestro mensaje grupal, que ella también es una mujer muy hermosa y que quería conocer a Danielito.
Segundos después, Sofía había enviado su respuesta en forma de foto, y en esa foto, ella tenía un camisón diminuto y sus pechos estaban afuera, y en sus pechos, tenía escrito el nombre de Danielito en ellas con lápiz labial rojo, que yo sabía que excitaría a Danielito ya que es el tipo de niño al que le gustan las tetas grandes. Sé que a mi pequeñito Carlitos le gustan las piernas, así que revisé mi galería de fotos y envié una de mis mejores fotos al hilo de texto y la titulé «Para ti, Carlitos.» En la foto, que me había hecho profesionalmente con un fotógrafo, tenía puesto un sujetador de encaje negro, una tanga de encaje negro y mis tacones claros. Estaba sentada en un sofá blanco con la pierna derecha cruzada, con una sonrisa seductora en mi rostro. Carlitos respondió diciendo que me veía muy sexy en la foto, lo que me hizo sonreír sabiendo que le gusto lo que le había enviado. Luego le respondí agradeciendo a Carlitos por el comentario y le pregunté a Danielito si le gustaban las tetas de mi amiga y él respondió que sí y preguntó si las tetas de Sofía eran más grandes que las mías, a lo que Sofía respondió que sí y que eran todas suyas. Envié otro mensaje de texto para hacerles saber a los dos niños que en lugar de tener una sesión virtual con ellos en la noche, Sofía y yo los visitaremos a los dos esa noche y que Danielito tendrá a Sofía para él solito, y que Carlitos me tendrá a mi para sí mismo, a lo que los dos niños respondieron con un «¡Sí!» Luego les dije a los dos niños que se ducharan, que estuvieran listos para nosotras y que las dos estaríamos en su casa tarde en la noche.
Después de otra hora de correr y hacer mandados por la ciudad, rápidamente se hizo de noche, y me dirigí a casa y tomé otra ducha porque no quería estar sudada y sucia con Carlitos jaja. Después de mi ducha, miré a través de mi armario, debatiéndome sobre qué lencería usar esa noche para Carlitos. Al final, me decidí por un nuevo sujetador y tanga de encaje negro que había comprado en Italia y que aún tenía dentro de mi equipaje. Decidí no usar medias esa noche porque ya las había usado para los dos niños, y quería que Carlitos sintiera mis piernas desnudas en lugar de las medias. Para los tacones altos, no quería usar los mismos claros que había usado esa noche, en su lugar, me decidí por un par de tacones altos negros con detalles rojo. Para complementar los acentos rojos de mis tacones, opté por usar una minifalda roja y un top corto rojo que abrazaba mi figura y acentuaba mi trasero y mis tetas, pero más importante, acentuaba mis piernas, que es lo que le gustaba a Carlitos y quería asegurarme de que él pudiera verlas. Tan pronto como me vestí, comencé mi rutina de maquillaje y me aseguré de tomarme el tiempo para hacerlo porque quería lucir lo mejor posible para Carlitos, y quería asegurarme de que su atención estuviera en mí y no en Sofía, que me tenía preocupada porque las dos somos igual de guapas, igual de competitivas y igual de pedófilas jaja.
Después de pasar una hora maquillándome, me levanté de mi silla de tocador y me miré en el gran espejo que tengo apoyado contra la pared de mi cuarto. Mis piernas se veían bien, lindas y definidas como siempre, mis senos se veían llenos y bonitos, y mi trasero y mis caderas se veían increíbles con esa minifalda y ¡sabía que estaba lista para tener una de las mejores noches de mi vida! Llamé a Sofía y cuando atendió la llamada, le pregunté si estaba lista y me dijo que ya casi había terminado de peinarse y que ya podía pasar a recogerla. Conduje hasta su apartamento y cuando llegué, le envié un mensaje de texto para avisarle que la estaba esperando afuera. Minutos después, salió y mi amiga, hermosa como siempre, me sorprendió con su atuendo. Llevaba una minifalda rosa y un crop top blanco, similar al mío, que acentuaba su figura y llevaba unos lindos tacones blancos que acentuaban sus piernas. Salí de mi auto para abrazarla ya que no la había visto en 3 semanas y nos dimos vueltas, mostrándonos nuestros atuendos y complementándonos por lo bien que nos veíamos y lo sexys que vestíamos para un par de peladitos menores de edad jaja. Las dos nos subimos al auto y comencé a conducir hacia la casa de Carlitos y Danielito.
Cuando llegamos, estacioné mi auto a una cuadra de la casa y esa noche, la calle estaba vacía en comparación con mi primera vez en ese vecindario, y no podíamos ver a nadie afuera. Los únicos sonidos en esa calle eran el golpeteo de nuestros tacones altos en el pavimento mientras caminábamos hacia la casa. Subimos los escalones hasta la puerta y tocamos, y unos segundos después, Danielito y Carlitos abrieron la puerta para dejarnos entrar. Estaba tan feliz de verlos de nuevo, y cuando entramos, me arrodillé y abraze a cada uno de ellos, y los besa a los dos rápidamente en los labios, haciéndolos sonrojar. Entonces Carlitos cerró la puerta y cuando volvió, le presenté a los dos niños a Sofía. Danielito no podía quitarle los ojos de encima, y eso me hacía feliz porque sabía que su atención estaría puesta en ella esa noche. Para mi decepción, Carlitos también le estaba prestando atención, mirándola por todos lados, y me dio un poco de celos jaja. Luego, Sofía se presentó y se inclinó para besarlos a los dos en los labios como lo hice yo, pero se quedó más tiempo con Danielito, que era su forma de hacerle saber que ella era suyo.
Los cuatro caminamos hacia el cuarto y, al igual que la primera noche, sus camas estaban cuidadosamente hechas, una con sábanas de Spiderman y la otra con sábanas de Batman. Carlitos y yo nos sentamos en su cama, la que tiene las sábanas de Spiderman, y me alegró hacerle saber que los dos pasaríamos más tiempo juntos y que Danielito pasaría mucho tiempo con Sofía, que también se sentó junto con Danielito en su cama. Comenzaron a besarse y me alegró ver que Sofía estaba viviendo sus fantasías por primera vez y yo sabía cómo se sentía en ese momento. Cuando yo estuve en ese momento, me sentí liberada y, por primera vez en mi vida, me sentí viva y sentí que finalmente estaba siendo yo misma. A la sociedad le gusta decirnos que estar enamorada o enamorado de los niños o desear a los niños está mal y que puede causarles problemas mentales a medida que crecen, pero en mi opinión, no estaba lastimando a Carlitos, ni a Angelito, ni a Danielito cuando hicimos el amor juntos. Ellos lo querían tanto como yo lo quería, así que, ¿cómo puede eso ser perjudicial para sus mentes? Mientras empujaba estos pensamientos al fondo de mi mente, puse una mano suavemente sobre el muslo de Carlitos y comenzamos a hablar sobre mi viaje y cómo le estaba yendo en la escuela. Después de unos minutos de pequeña charla, le pregunté qué pensaba de Sofía.
Carlitos dijo tímidamente que vio la foto que envió Sofía y que pensó que era bonita pero que yo aún estaba más caliente que ella. Me reí de eso y le dije que me alegraba de que lo dijera y que me preocupaba que a él le gustara más Sofía que yo. Carlitos entonces rápidamente dijo que no y que yo le gustaba más que ella, que pensaba que yo era la más sexy, y que le gustaba más mi cuerpo que el de ella. Gemí suavemente ante sus comentarios, y crucé mi pierna derecha hacia Carlitos, frotando lentamente mi tacón alto en su pantorrilla, tal como lo hice con Angelito en el viaje en avión. Carlitos miró mis piernas y mi muslo expuesto, y supe que estaba excitando a ese niñito lindo. Carlitos dijo entonces que estaba contento de no tener que compartirme más con Danielito y que quería tenerme para él solo, lo que me hizo sonreír. Entonces le dije que todavía tendrá que compartirme con su hermano mayor cuando Sofía no pueda visitarlo y que Danielito tendrá que compartir a Sofía con él cuando yo no pueda visitarlo, y que tal vez él tendrá que compartirme con otros niños si él y Danielito alguna vez me visitaran en mi casa, pero que me tendrá para él solo la mayor parte del tiempo. Carlitos dijo ok, y supe que entendió en ese momento que yo era suyo esa noche cuando colocó sus pequeñas manos sobre mi pierna cruzada. Puso su mano derecha sobre mi muslo, y la izquierda hasta mi tobillo y comenzó a sentir la suavidad de mi pierna.
Cuando me tocó, lo acerqué a mí y gemí en su oído cuánto me encanta cuando me toca. Luego, pude escuchar tanto a Sofía como a Danielito gemir suavemente, así que miré hacia el otro lado y pude ver que Danielito ya estaba encima de ella y se quitaba la camisa mientras le follaba lentamente la boca con su penecito rico. Esto me excitó mucho, ver a mi amiga con un niño tan joven, y mi lujuria por Carlitos no podía esperar más. Le susurré al oído y le pedí que se parara frente a mí y como soy muy alta, su altura de pie estaba perfectamente a la altura de mi altura sentada. Nos miramos a los ojos durante un rato y sus iris marrones me cautivaron. Tuve que cerrar los ojos y besar sus labios para no quedar hipnotizada. Mi corazón dio un vuelco cuando deslizó su lenguita en mi boca y supe en ese momento que mi pequeño amante se estaba volviendo más atrevido, se estaba convirtiendo en un hombrecito, con impulsos de hombre, libido de hombre. Sin embargo, la dura pollita que sentí presionando contra mi pierna cruzada significaba que todavía tenía la energía y la resistencia de un niño. Me pregunté cuántas veces podría correrse esa noche antes de sucumbir al sueño. Me agaché entre sus piernas, tomé su erección cubierta de pijama en mi mano y la acaricié suavemente mientras nos besábamos. Las manos de Carlitos se acercaron a mis senos y comenzó a acariciarlas a través de la tela de mi crop top, haciéndome gemir con su toque. Me incliné sobre su oído y le pedí suavemente que me quitara el crop top. Él obedeció y levanto mi crop y mientras la levantaba lentamente, levanté mis brazos en el aire para que le fuera más fácil deslizarla por encima de ellas y sobre mi cabeza.
Mientras tiraba mi crop al suelo, me agaché para alcanzar el dobladillo de la camisa de su pijama y la levanté por encima de su cabeza, revelando su barriga flaca y su pecho sin vello. Me incliné hacia adelante y besé suavemente su barriga, arrastrando suaves besitos hasta su pecho mientras él continuaba frotando su penecito en mi pierna. Intentó llegar a mi espalda y intentó desabrocharme el sostén, pero no pudo debido a sus pequeños brazos. Me reí y le pregunté en voz baja si quería que me quitara el sostén, a lo que dijo que sí, y que quería que le mostrara mis tetas. Gemí de placer, diciéndole que haría cualquier cosa que me pidiera, así que estiré la mano detrás de mi espalda y desabroché mi sostén, revelando mis tetas a este niño de 11 años. Las masajeé para él, mostrándole su plenitud, sacudiéndolas y pellizcando mis pezones para él. En voz baja le pregunté si le gustaban, a lo que dijo que sí, y que pensaba que eran muy grandes y bonitas. Gemí suavemente y le pedí que pusiera sus manos sobre ellas mientras yo alcanzaba sus manits y las colocaba sobre mis tetas. Gemí por su toque mientras las masajeaba suavemente con un movimiento circular, jugando con ellas y sacudiéndolas suavemente, mostrando su inocencia y inexperiencia. Me encantó cada minuto y le susurré al oído que quería que chupara mis pezones.
Mientras se inclinaba, acerqué mis tetas a su boquita y comenzó a chupar mi pezón izquierdo mientras jugaba con mi seno derecho, masajeándolo en círculos. Gemí su nombre suavemente, diciéndole lo bien que se siente su boquita en mi pezón mientras chupaba y movía su lenguta por todo él. Cuando pasó a chupar mi pezón derecho, siguió frotando su penecito contra mi pierna cruzada, y podía sentir que se ponía más duro con cada embestida. Alcancé las cinturillas de sus pantalones de pijama y boxers y lentamente los bajé hasta sus pies, haciendo que su penecito saliera de ellos. Gemí al verlo, envolví mi mano derecha sobre él y le susurré al oído de Carlitos que se acariciara dentro y fuera de mi mano. Luego llevé mi mano izquierda detrás de su cabeza, y lo bajé suavemente sobre mis tetas, y las sacudí por toda su cara, gimiendo como una zorra para que siguiera lamiéndolas y chupándolas. Las agarró a ambos, las masajeó con movimientos circulares y las lamió por todas partes, besándolas, chupando mis dos pezones, cambiando rápidamente entre las dos, pellizcándolas y moviéndolas con los deditos mientras empujaba su penecito entre mi mano rápidamente, cubriendo mi palma con su líquido preseminal.
Este peladito me estaba haciendo sentir tan sucia, tan cachonda, y me hacía gemir fuertemente mientras disfrutaba metiéndose entre mi mano y jugando con mis tetas. No quería que se corriera temprano, así que aparté la mano de su pene, acerqué su rostro al mío y lo besé en los labios. Su boquita y mejillas estaban mojadas con su saliva y había cubierto mis tetas con ella, haciéndolas brillar a la luz. Su penecito ahora estaba cubierto con su líquido preseminal y comenzó a frotarlo contra mi pierna nuevamente, cubriendo mi pantorrilla con su líquido preseminal, y supe que estaba listo para mí. Nos besábamos apasionadamente, y probamos nuestras bocas con nuestras lenguas mientras una de sus manitas se encontraba de nuevo en mis tetas y la otra la había colocado dentro de la parte interna de mi muslo, moviéndola lentamente hacia mi coño cubierta por mi tanga. Gemí en su boquita ante la repentina sensación de su toque, haciendo que mi coño se frotara contra su pequeña mano. Carlitos apartó mi tanga a un lado y tocó mi coño mojado con sus deditos, haciéndome romper nuestro beso y gemir por el repentino placer de sus deditos. Le dije que era muy travieso por hacer eso y le pregunté si estaba listo para aprender cosas nuevas a lo que dijo que sí y que no podía esperar para aprender. Entonces descrucé las piernas y le pedí que me quitara la falda.
Carlitos luego se arrodilló frente a mis piernas, tirando de la cinturilla de mi falda roja. Me levanté un poco de la cama para que le fuera más fácil deslizar mi falda por mis muslos. Lentamente lo bajó por mis piernas y lo dejó caer al suelo. Luego los dos nos subimos a la cama y yo me acosté boca arriba mientras tomaba sus manitas y las colocaba en la cinturilla de mi tanga negra. Carlitos entendió lo que quería y levanté mis piernas al aire mientras él tiraba de mi tanga y me lo quitaba de las piernas. Cuando dejó caer mi tanga al suelo, bajé las piernas y abrí los muslos para que el pudiera ver mi coño mojado. Le dije que tuviera cuidado mientras metía tentativamente un dedo en mi raja. Carlitos asintió en reconocimiento y dijo que mi coño estaba muy mojado. Le dije que estaba mojada porque el me estaba excitando mucho. Me senté y le mostré todas las partes de mi coño, separando mis labios para que pudiera mirar dentro de mi raja, presionando su dedo en mi clítoris y mostrándole cómo frotarlo correctamente. Mientras me tocaba, estiré la mano detrás de mi espalda para desabrocharme el sostén, liberando mis tetas, lo cual fue un alivio, y a mi derecha, pude ver que Danielito se había metido entre las piernas de Sofía, preparándose para penetrarla.
Luego me recosté en la cama mientras Carlitos exploraba mi sexo y yo ahuecaba mis senos mientras él jugaba con mi coño. Lentamente, y vacilante, se inclinó entre mis piernas y comenzó a lamerme, algo que probablemente no habría hecho si no lo hubiera visto en los pornos. Gemí por él, diciéndole que me lamiera más arriba, y cuando encontró el lugar perfecto, gemí mas y mas, diciéndole suavemente que me estaba lamiendo perfectamente. Había encontrado mi clítoris con su lenguita y comenzó a lamerlo como un gatito con un tazón de leche jaja. Cerré los ojos y apreté mis pechos, disfrutando la sensación de su suave lenguita en mi coño. Cuando abrí los ojos, pude ver a Carlitos mirándome, sonriendo mientras lamía mi clítoris. Volví a gemir y le susurré que siguiera, que me lo estaba lamiendo bien, y Carlitos asintió y volvió a lamerme, penetrando mi coño con un dedito. Empecé a mover mis caderas, meciéndolas adelante y atrás mientras él abusaba de mi coño, disfrutando de la maravillosa sensación de su lenguita en mi clítoris y su dedito en mi raja. Ahuecando mis senos, comencé a frotar mis pezones con mis dedos, pellizcándolos ligeramente, enviando una ola de placer a mi sexo.
Carlitos estaba usando dos deditos ahora, deslizándolos dentro y fuera de mi coño hambriento, su lenguita bailaba sobre mi clítoris, su aliento era una nube cálida en mi sexo. Mi placer comenzó a aumentar y estaba cerca en venirme cuando de repente Carlitos comenzó a mover la cabezita de un lado a otro, rápidamente, su lenguita rígida azotaba mi clítoris, enviándome al borde. Grité de sorpresa y deleite cuando me corrí sobre su carita, inmovilizando los hombros de Carlitos entre mis muslos temblorosos. Esto no lo desconcertó a el en absoluto, y mantuvo su ritmo implacable, llevándome a un segundo clímax, incluso más largo e intenso que el primero. Parecía como si el pudiera seguir así toda la noche, y tuve que sentarme y alejarlo de mi coño para que se detuviera. Lo puse encima de mí y lo envolví en mis brazos, besando sus labios húmedos y sus mejillas brillantes. Carlitos me preguntó si lo había hecho bien y le dije que sus lamidas eran maravillosas, que me hizo sentir tan bien y que no podía creer que nunca antes había hecho eso. Carlitos sonrió con orgullo y nos besamos de nuevo, compartiendo el sabor de mi néctar que se quedó en sus labios. Mis manos recorrieron su espalda y su trasero, y su rígida polla se apretó contra mi estómago, rozando mi ombligo.
Abrí mis piernas y me agaché entre nosotros, tomando su penecito en mi mano. Me preguntó en voz baja si íbamos a hacerlo de nuevo como la última vez, y gemí en voz baja, diciéndole solo si quería, a lo que él dijo que sí, y que tenía ganas de tener sexo conmigo desde nuestra primera vez juntos. Le susurré suavemente, diciéndole que eso era lo que quería escuchar de él mientras presionaba mis labios contra los suyos y guiaba su pollita dentro de mí. Gemí suavemente cuando entró en mí y le pregunté si se sentía bien a lo que él dijo suavemente que sí y que mi coño estaba tan mojado y cálido como la última vez. Le dije que comenzara lentamente mientras acariciaba su trasero firme, marcando el ritmo de sus ondulaciones. Carlitos levantó las manitas y tomó mis pechos, acariciándolos mientras empezábamos a mecernos juntos, su dureza deslizándose lentamente dentro y fuera de mi húmedo pasaje. Había pasado solo un día desde que tuve sexo con Angelito, y me dolió un poco cuando Carlitos me abrió con su pollita. Después de unas cuantas caricias, la incomodidad fue reemplazada por una deliciosa fricción y una sensación de calor que se extendía por mi cuerpo. A través de una voz temblorosa, pude escuchar a Carlitos gemir que se sentía tan bien mientras bombeaba lentamente mi sexo hambriento. Podía sentir una tensión construyéndose en su cuerpo, la urgencia de acelerar su ritmo, de bombear mi coño más rápido, más fuerte.
Relajé mi agarre en su trasero, dejándolo acelerar mientras acariciaba su espalda suave y sudorosa, y pasando mis dedos por su cabello. Carlitos me miró con una expresión casi desconcertada, como si buscaba mi aprobación para algo. A través de mis propios gemidos, le susurré que me lo estaba haciendo bien y que podía ir más rápido si quería. Carlitos sonrió y comenzó a acelerar, lo rodeé con mis brazos y moví mis caderas al mismo tiempo que las suyas. La cama comenzó a temblar debajo de nosotros, los resortes de la cama chirriaron muy levemente. La sensación de calor en mi cuerpo se convirtió en un infierno, como el centro de una estrella, enviando llamas de placer a través de mis miembros. Empezó a crecer, expandiéndose como una supernova con cada uno de los empujones que ese niño pequeño y rico me dio, haciendo que mis senos subieran y bajaran junto con sus manitas. Me estaba follando rápido ahora, sus muslos chocando contra los míos. A través de los sonidos de nuestros gemidos, pude escuchar los gemidos de Sofía y Danielito mientras follaban. Sofía se giró para mirarme y ambos nos sonreímos antes de volver nuestra atención a nuestros pequeños amantes. Gemí más fuerte ahora, rogándole a Carlitos que me siguiera follando como la puta amante de niños que fui esa noche.
Me sentía tan puta y sucia hablando así con un peladito de su edad, pero no pude evitarlo. Estaba fuera de control, dejando que mi placer gobernara mis sentidos, cediendo a la sensación de su dureza dentro de mí, entrando y saliendo de mi resbaladizo pasaje, empujándome más cerca a un tercer clímax con cada embestida rápida. Mis brazos y piernas estaban envueltas alrededor de él, y podía sentir sus músculos flexionándose en su espalda. Él era mi máquina sexual personal, empujando su pollita dentro y fuera de mi cuca. Después de un minuto de hacer el amor intensamente, el placer que el me estaba dando me llevó al límite y gemí sin control, gimiendo su nombre como una perra mientras comenzaba a correrme, arqueando la espalda mientras Carlitos me seguia follando. Casi me cegó la intensidad de mi orgasmo, y la habitación pareció oscurecerse, como si la electricidad hubiera comenzado a fallar, y cuando cerré los ojos pude ver destellos dorados contra un campo rojo. Cuando mi clímax comenzó a retroceder, abrí los ojos nuevamente y vi el rostro angelical de Carlitos fijo en una expresión de deseo y lujuria. Quería probar cosas nuevas con él que yo sentí que le gustarían, así que mientras continuaba cogiéndome, le susurré al oído que quería que se corriera en otro lugar además de dentro de mi coño. Con voz temblorosa, me dijo ok y se alejó de mí, y mientras sacaba su pene, pude ver lo duro y erecto que estaba, así como lo lubricado que estaba con mis jugos.
Gemí al ver su penecito, y al igual que le pedí a Angelito en el vuelo mientras me follaba que me quitara los tacones, le pedí a Carlitos que hiciera lo mismo mientras apoye suavemente mi pie izquierdo sobre su pecho y acariciaba su penecito suavemente con mi pie derecho. Los tacones que usé esa noche eran de un estilo diferente a los que usé en el vuelo, y los que tenía puestos tenían algunas correas adicionales para desabrochar. Carlitos pudo desabrochar las correas del tacón izquierdo y coloco suavemente el zapato en el piso mientras yo levante mi pie derecho y lo apoye suavemente sobre su pecho para que él también pudiera quitarme ese. Para mantenerlo erecto y listo para mí, acaricié y jugué suavemente su penecito usando mi pie izquierdo. Cuando Angelito me quitó los tacones en el vuelo, me hizo pensar en Carlitos y su gusto por mis piernas, y sentí que si mis piernas lo excitaban, quizás mis pies también lo harían. Después de unos momentos, Carlitos pudo desabrochar las correas de mi tacón derecho y lo arrojó suavemente al suelo, junto con el otro tacón. Mis pies estaban descalzos ahora y tenía a este peladito hipnotizado mientras yo jugaba y acariciaba su penecito con los pies. Sabía que a este niñito pervertido de tan solo 11 añitos le iba a gustar eso porque gemía al ver mis piernas y pies debajo de él, así que lo animé a que se acariciara su pollita entre mis pies para ayudarlo a encontrar su propio orgasmo. Le supliqué que se corriera para mí mientras me agarraba suavemente los pies con sus manitas y se empujaba dentro y fuera entre las plantas de mis pies. Lo insté y le supliqué como una puta mientras su cuerpo se tensaba mientras me daba un último empuje con su penecito. Podía sentirlo rociar su lechita tibia sobre mis pies, cayendo sobre mis dedos pintados de rojo y sobre mis pantorrillas mientras el gemía mi nombre y vaciaba sus bolitas. Cuando los últimos hilos de su lechita salio de su penecito flácido hasta mis pies, los miré y pude ver su lechetia goteando de mis dedos sobre el colchón debajo de nosotros.
Se había corrido mucho más esta vez en comparación con la última vez que estábamos juntos, y me excitó tanto que levanté el pie izquierdo hacia mi boca para poder lamer su lechita de mi pie. Hice lo mismo con el otro pie antes de volver a ponerlos sobre el colchón y Carlitos me preguntó si me lo había hecho bien, a lo que le dije que sí, que fue maravilloso, y que me dio el mejor sexo de mi vida. Volví a mirar a Sofía y pude verla recostada con completa satisfacción mientras Danielito dormía encima de ella, sudoroso y exhausto. Le pregunté si le gustaba y con voz temblorosa me dijo que sí y que era el mejor sexo que había tenido en su vida también. Me reí y volví mi atención a Carlitos, quien ahora estaba acariciando su pollita devolviéndole la vida. Sabía que aún no había terminado para él, y me alegré porque tampoco había terminado para mí. Quería seguir complaciéndolo, que mi joven amante supiera lo especial que era para mí. No podía dejarlo así con su penecito erecto, y decidí probar una cosa más con él. Le pregunté si quería follarme el culo a lo que respondió con un emocionado sí, y me alegré de que estuviera dispuesto porque realmente quería a ese niñito en mi culo. Quería que viera mi culo moviéndose arriba y abajo para él mientras lo follaba. Carlitos se tumbó de espaldas cuando me levanté de la cama y le dije que volvería, y me fui a la sala. Había traído una botella de loción para manos conmigo y la puse en mi bolso antes de salir de casa.
Cuando volví a la cama, Carlitos estaba acariciando rápidamente su penecito. Me senté a su lado y exprimí una generosa cantidad de loción en su pollita. Luego me acosté a su lado, boca abajo, y deslicé una de sus almohadas debajo de mi vientre y noté que Sofía estaba acariciando su coño mientras nos miraba a los dos. Le sonreí y le hice señas para que viniera a ayudar, y ella se levantó de la cama y caminó lentamente hacia nosotros. Entonces le dije a Carlitos que me echara un poco de loción en las nalgas y que me pusiera un poco en mi agujero con sus deditos. Gemí con anticipación y le dije a mi amante jovencito que fuera gentil y que fuera despacio, a lo que respondió con un ok. Se arrodilló detrás de mí y exprimió una gota de loción directamente en mi agujero, tanteándome con su dedito, metiendo el lubricante en mi culo. Después de un minuto más o menos de esto, le dije a Sofía que le ayudara a Carlitos a encontrar dónde penetrarme, y ella le susurró al oído a Carlitos que le iba a mostrar dónde. Ella tomó su penecito duro y lo guió hacia mi agujero y sentí la punta de su pollita en la entrada de mi estrecho pasaje, presionándome, abriéndome. Le rogué a Carlitos que fuera despacio, instándolo a que lo hiciera bien y con calma. Respiré hondo y traté de relajarme mientras empezo a penetrarme.
Sentí una ligera sensación de ardor cuando comenzó a estirar mi culo, pero aparte de eso, no fue tan doloroso como cuando mis novios anteriores me habían penetrado. Eso sí, ellos eran el doble del tamaño de Carlitos jaja. Podía escuchar a Carlitos gemir diciendo lo apretado que estaba mi culo mientras empujaba lentamente su pollita en mi culo. La loción para manos no era el mejor lubricante, pero era todo lo que tenía, y fue lo suficientemente bueno, aliviando su dureza en mi tierno agujero. Le tomó un par de minutos llenarme, y cuando sentí sus muslos contra mis nalgas supe que estaba enterrado hasta el fondo. Carlitos se inclinó y me besó la espalda, y luego comenzó a empujar, sacando lentamente hasta que solo la punta de su pollita permaneció dentro de mí, y luego empujó de nuevo en mi agujero. Mientras la dureza de Carlitos se deslizaba dentro y fuera de mi culo, metí mi mano entre mis piernas y comencé a frotar mi clítoris, rodándolo entre mis dedos, pellizcándolo suavemente mientras Sofía y yo nos besábamos con lengua. Me sentí como una zorra, toqueteando mi sexo mientras este niño jovencito disfrutaba de mi culo. Apretando mi agujero alrededor de su pene, comencé a empujar hacia atrás contra sus caderas, haciéndolo jadear cuando sintió que mi agujero se apretaba alrededor de su penecito.
Puso sus manos alrededor de mi cintura y comenzó a embestir más rápido, respirando pesadamente mientras bombeaba mi tierno agujero y hizo que mi culo se sacudiera y rebotara contra su estómago con cada uno de sus embestidas. Podía sentir su pollita comenzar a contraerse dentro de mí, y sabía que se estaba acercándose a su segundo orgasmo, listo para correrse en cualquier momento. Rompí el beso con Sofía y entre gemidos le dije a ella que quería que Carlitos se corriera en nuestras caras, a lo que ella sonrió encantada y dijo que no podía esperar para saborear ese lechita de niño. Entonces, los dos escuchamos a Carlitos gritar que estaba a punto de correrse. Sofía y yo le rogamos que se corriera, y que queríamos que se corriera en nuestras caras. Las dos le suplicamos a ese niño que se corriera y, mientras lo hacíamos, Carlitos jadeó cuando su pollita se contrajo de nuevo, y dio un último empujón dentro de mi antes de sacar su penecito de mi culo por completo y pararse sobre el colchón. Sofía y yo rápidamente nos levantamos de nuestra posición y nos arrodillamos frente a Carlitos mientras acariciaba furiosamente su penecito sobre nuestras caras. Entonces, Carlitos gimió y lanzo múltiples hebras de su lechita por toda mi cara primero, cubriendo mi barbilla, mi boca y mi frente, y rápidamente dirigió sus chorros restantes sobre la cara de Sofía, cayendo en su frente y su boca.
Carlitos luego apuntó su penecito a mi cara y recogió la lechita que había caído cerca de mi boca con su penecito y lo empujó dentro de mi boca. Gemí cuando hizo esto y moví mi lengua alrededor de su penecito, limpiándolo y saboreando su dulce lechita en el proceso. Carlitos luego lo sacó de mi boca y hizo lo mismo con Sofía, recogiendo con su penecito un poco de la lechita que había caído en su cara y lo metió dentro de su boca. Sofia y yo nos turnamos para chupar el penecito de Carlitos hasta que se puso flácido y demasiado cansado para continuar. Se derrumbó suavemente sobre el colchón y yo le cogí la mano, deslicé mis dedos entre los suyos y le pregunté, antes de irse a dormir, si le gusto, a lo que me dijo con voz cansada que sí y que le gusto mucho. Sofía sonrió y dejó que Carlitos y yo tuviéramos nuestro momento mientras se acercaba a Danielito y comenzaba a limpiar el sudor y el semen de su cuerpo. Me gustó la sensación y el aroma de la lechita de Carlitos sobre mí, y sentí que nos conectaba, nos convertía en uno y me marcaba como su territorio, así que decidí dejarlo en mí esa noche.
Carlitos se relajó y se durmió en ese momento, y suavemente, con amor, limpié ese penecito delicioso y lo vestí lo mejor que pude. Eventualmente, Sofia y yo nos vestimos y nos abrazamos. Me agradeció por compartir con ella a Danielito y Carlitos, a lo que le respondí que esta era solo nuestra primera noche y que pronto volveríamos a visitarlos. Ella sonrió y los dos salimos de la casa y manejamos hasta la casa de Sofía para dejarla antes de regresar a la mia. Y así fue mi segunda noche con estos peladitos riquisimos, ¡y fue una noche para recordar! ¡La próxima vez les hablaré de Angelito y Miguelito! No estoy segura de cuándo publicaré esa experiencia, ¡pero espero que sea pronto!
Me encantaron tus relatos y que suerte tiene los dos pequeños afoturnados, morbo al 1000%
gracias 😉
Esos peques definitivamente estuvieron en el paraiso, tus relatos estan muy ricos todo muy morboso, espero que sigas contando mas tus experiencias
tengo muchas cosas q contar 😉
Hola Nat no recuerdo haber leeido ninguna opinion en los foros, lo primero es para decirte que me gustaron, casi no hay relatos en respectiva de una mujer mayor y un niño, solo he leido 3 uno que se llamaba que niño que lei hace mucho ya no lo encuentro en inter, y unos relatos que escribio el rincon de fatima, y los tuyos aunque este es largo no se me hizo me atrapo desde el principio y espero que sigas escribiendo, este me recordo el relato de la Alumna 3 porque tu tambien compartistes, bueno espero los siguientes relatos
seguire escribiendo mas!