Monique, mi alumna francesa – Parte IV
Monique mi alumna francesa, y también desde hace unos días mi pequeña amante.
Se fueron sucediendo los días y cada clase de Monique significaba 15 minutos de estudio y aprendizaje de la lengua castellanas, para lo que sus padres me habían contratado y hora y media de sexo. Luego de que me adueñara de su virginidad, la niña no perdía oportunidad de acercarse a mí en la escuela y se quedaba todo los recreos junto a mi escritorio, hablábamos en español y cuando no queríamos que los chicos supieran de qué hablábamos, lo hacíamos en francés.
Luego de tener unas cuatro veces sexo con la niña, no podía dejar pasar que ella todavía a mi saber era virgen también del culito. Y me propuse solucionar ese tema, lo antes posible, pero debía ser lo bastante considerado para con la niña, si bien está muy bien formada y crecidita para su edad, tampoco se puede pretender que se coma una verga de 19×5,5 por el culo sin antes haberla excitado y dilatado lo suficiente.
Así que cuando llegué a mi departamento esa tarde preparé todo de antemano, lo primero fue el gel lubricante, dejarlo a mano. Segundo también dejar sobre la mesita de luz un abridor anal que utilicé varias veces con alguna de la chicas con las que tuve sexo, que no es muy largo pero si bastante grueso, no tanto como mi verga pero en la fase más gorda tiene 4cms de lomo. Me bañé temprano y la esperé vestido con esos pantalones tipo hindú, suelto y liviano, sin nada abajo.
Suena el timbre y veo por la pantalla del portero veo que son Monique y Dana, su madre. Las esperé con la puerta del depto abierta, ingresaron y la niña se vino directamente a abrazarme y me da un beso cortito pero en la boca. La madre me mira y se me acerca felinamente, cimbreando su cintura, y maldita la suerte mía, la verga ante ese caminar de esta hermosa mujer, se me paró más rápido que nunca. Obvio que Dana no dejó de apreciar ese fenómeno y se me acerca sonriendo pícaramente , y sin mediar palabra, me echa los brazos al cuello y me apoya su pelvis sobre mi palo y comienza a frotarse suavemente mientas me besa. No se al principio como reaccionar pero observo a su hija y se hace la desentendida escribiendo en su cuaderno mientras su madre me excita y estimula sexualmente. Me habla al oído y me dice que Monique le contó que yo la desvirgué, y que no está molesta ya que alguien debía hacerlo antes o después alguien se cogería a su niña. Mejor que fuera yo ya que la niña está encantada conmigo.
Ante esa declaración me adueño de su culo, es firme, redondo y alto. Sus pechos turgentes se aprietan contra mí. No puedo dejar de notar que Dana está muy excitada y necesita tener sexo cuanto antes. Le comento por lo bajo que está su hija, a lo que ella muy libremente y en un volumen de voz para que pudiera escuchar su hija, me dice que las dos están dispuestas a compartirme en la cama y hacer un trío ese mismo día. Tamaña sorpresa. Me desprendí de la francesa y ella se acerca a su hija y le pregunta donde está el baño, se lo indica y La madre encara el closet. Monique me mira sonriendo y me dice que no hay problema, ya que lo hablaron en su casa y se pusieron de acuerdo en como manejar la situación conmigo. Y levantándose viene hacia mí, se arrodilla frente a mi, me baja el pantalón y toma la verga por el tronco y se mete la mitad de un solo envión, allí mismo, yo parado en medio del living con los pantalones en los tobillos, tomando a la niña por las orejas le cojo la boca con ganas, ella mama con dedicación, se esmera mucho. De pronto veo que viene la madre y en algún lugar perdió la ropa, ya que solamente viene vestida con bombacha y corpiño. Un conjunto de lencería que debía costar al menos unos 1000 euros y que le queda fenomenal. Se nos acerca, se arrodilla al lado de su hija y toma mi verga de la mano de su hija y se mete tres cuartas partes hasta la garganta y me la mama desesperadamente. Tanto es así que no duro ni cinco minutos y advirtiéndole que acababa ella no solo no saca la verga de su boca, se la mete más adentro y se traga todo mi semen, que no es poco ante tanta estimulación. Pasado ese momento ambas me toman de la mano y tomando la iniciativa Monique que ya conoce la casa me llevan hacia mi dormitorio. Me tiran sobre la cama y procedemos a desnudarnos los tres. Pido un momento y me voy al baño, me tomo un viagra de 100 y me zampo una línea de blanca que tengo guardada siempre para estas ocasiones.
Volví al dormitorio ya con la tripa a medio camino de ponerse dura. Me acuesto en medio de las dos y vuelven a mamarme la verga entre las dos. Luego son ellas las que se acuestan de espalda, y yo entre las piernas de la madre procedo a darle una tremenda mamada de concha, le meto los dedos en esa vagina totalmente depilada y que ya está por demás lubricada, yo diría muy babosa, y aprovecho a mojar mis dedos en su concha y arremeto contra su ano. Que si bien se nota estrecho, no creo ni por asomo que nunca se la hayan metido por ahí. Sigo chupando su concha y dedeando su culo hasta que le saco un gran orgasmo que la deja laxa, lo que e permite cambiar de cuerpo y acomodarme entre las piernas de su hija, que estaba concentrada mirando lo que a su lado pasaba. Le puse sus tobillos sobre mis hombros y comencé a chuparle la conchita. Pequeña pero ya profanada por mi rabo. Mi pija entre la merca y el viagra está gordo y muy duro. Cabezón. Cuando noto que el flujo de la concha de la nena escurre fuera de su vagina, simplemente tomo mi pija por el tronco, se la presento a sus labios vaginales y la penetro suave pero firme hasta que la punta hace tope en su útero y le saco un gemido a Monique. Seguidamente comienzo a cogerla con ganas, la niña gime y suspira pero le encanta, lo disfruta y goza, y pronto está para tener su primer orgasmo de la tarde. Su madre me acaricia desde atrás, de pronto siento su lengua en mi ano, estimulándome. Acelero mis movimientos y consigo hacer acabar a la nena. Nos tomamos un respiro, pero faltaba algo. Tenía dos hermosos culos que atender y no iba a postergar el hacerlo. Lo primero fue tomar el abridor anal, ponerle mucho gel en el ano a la niña que al principio estaba algo desconcertada pero cuando vio el pene que yo tenía en la mano y le pedí que levantara sus piernas ofreciéndome así el acceso a su virginal ano, se dio cuenta de como serían las cosas. Suavemente mientras le acaricio la vagina y sus tetas de a poco le voy metiendo el abridor en su agujerito trasero. Ella no se queja, solo suspira fuerte. Finalmente todo el pene de goma está dentro de su ano.
Llegó el momento tan esperado por mí, hacerle el culo a Dana, que desde que la conocí siempre he tenido la ilusión de poseer ese tan preciado y bonito trasero. Dana ya sabía como vendría la mano, se apoderó de mi verga un rato y me la mamó bien lindo, luego sin que yo se lo pidiera se di vuelta, se puso en cuatro y se puso una almohada bajo el vientre lo que levantó su cola y la puso en una posición inmejorable. Procedí a trabajarle el ano con los dedos y mucho gel, cuando el tercer dedo jugaba suelto en su culo, y su concha rebalsaba jugos, se la metí desde atrás de una sola movida, su concha se tragó mi pija sin chistar, ella se movía desesperada por lograr otro orgasmo, me pedía más y más, y yo le daba más y más. Y así logró otro orgasmo, cuando empezó a temblar y estaba muy agitada, aprovechando el espasmo del goce, saqué mi tripa de su concha, se la apoyé en su esfínter y con un poco de presión sobre su arito trasero, comencé a entrar en un ano extranjero. De a poco se la fui enterrando hasta que mis testículos chocaron en sus nalgas. Y allí me esforcé por darle placer, Dana es muy receptiva y se brinda al 100% al sexo, es mágica cogiendo. Así como mi verga le brindaba mucho placer en su ano, mi tripa recibía unos apretones de parte de la francesita. Hace maravillas con su trasero. Pero como yo estaba medio insensibilizado por la línea de blanca que había consumido y el viagra que había tomado, podía seguir por un par de horas teniendo sexo sin acabar. Y luego de trabajar arduo en su ano y con mis dedos en su concha logré que tuviera otro orgasmo. Era el tercero y quedó desmadejada boca abajo en la cama. Le saco la tripa y sin detenerme le saco el pene de goma del culito de Monique, la pongo boca abajo, le lleno el culito de gel y también pongo mucho lubricante en mi poronga, y abriéndole los cachetes puedo apreciar ese rosado y abierto pozo de placer. Y sin más apoyo la punta de mi verga en el mismo y se la empiezo a meter, la niña gime, suspira fuerte, por ahí me dice que le duele un poquito, yo no cejo en mi intención de penetrarla totalmente, finalmente mi pelvis choca con sus nalgas, la tengo totalmente penetrada. La tomo por las caderas y le pego una tremenda cogida que Monique termina gritando de placer, y en el mismo momento que yo comienzo a llenarle el culo de leche, ella obtiene un orgasmo tremendo que casi la deja catatónica. Procedo a sacarle la tripa que está colorada de tanto que apretaba su túnel trasero, me levanto y me dirijo al baño. Me ducho y vuelvo a la habitación, madre e hija están hablando, cuando me ven regresar ambas me agradecen por el momento y me confirman que mientras yo quiera y pueda la niña seguirá asistiendo a las clases de Español, y que por supuesto la madre vendrá seguido a controlar que su hija esté recibiendo el tratamiento adecuado. Y así quedó sellado nuestro pacto, hace ya cuatro meses que somos amantes los tres.
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