Niña calenturienta 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por thorpe1948.
Hola de nuevo amigos siguiendo con el relato anterior, y después de aquel encuentro tan apasionado, las cosas se tranquilizaron un poco y las cosas se daban mas normales, sin llegar a tanto como ese da, unos besos unos toqueteos alguna masturbación a ella y poco mas.
Al poco tiempo, yo por motivos de trabajo, me tuve que ausentar de la zona y tuve que estar durante tres años fuera de la ciudad y sin ir a casa más que un fin de semana cada 15 días y eso no todos los meses, dependiendo del trabajo.
Durante esas visitas no hubo mucha oportunidad de verla tan solo un para de veces nos vimos y la cosa no aso de lo de siempre unos cuantos besos y de un para de toques de piernas y tetas, que por cierto cada día las tenia mas bonitas y apetecibles.
Pasado ese tiempo y ya casi terminando en aquel trabajo tuve que ir a la capital para unas reuniones, para la facturación de los trabajos que estábamos realizando.
Uno de esos días, regresando al hotel, alguien me abordo por detrás tacándome en el hombro; me gire y cual fue mi sorpresa que quien me había abordado era mi querida Diana, mas guapa que nunca, los tres años largos que habían pasado, habían hecho su trabajo y la había transformado en toda una mujer y que mujer dios mio, a su poco menos de 15 años era toda una señorita, aquellas piernas que yo tantas veces había acariciado, seguían siendo largas, pero estaban torneada y divinas, su culito paradito y respingón había cogido curvas y prometía sensaciones, y que decir tiene sus tetitas, las que tanto había acariciado, se habían convertido en unos bellos pechos bien formados y con unos pezones que se notaban detrás de la camiseta, se adivinaban abultados y provocadores. En fin que les voy a contar toda una hembra de bandera de las que cuando pasan a tu lado, no te queda otro remedio que volverte para admirar sus curvas.
Viendo la así, me quede parado, ella dándose cuenta de mi sorpresa, me dijo, ¿Qué te pasa?, parece que has visto un fantasma, yo me sonreí y le dije, dios mía Diana, que guapísima estas, me has dejado sin palabras, ella se echo a reír y en tono festivo, me dijo te gusto tal como estoy? Y se dio un giro en redondo para que pudiera admirarla mejor; a lo que le conteste, por días estas preciosa cielo eres toda una señorita; se rio y poniéndose zalamera se acercó a i me dio un beso suave y me dijo, me encanta haberte encontrado, donde estas, yo le conteste en hotel Imperial, ella me dijo que estaba en una experiencia de intercambio de colegios y que se alojaba en una residencia de del colegio que la regentaban unas monjas, que estaría durante 15 días. Después de esto se despidió y dándome un beso, me dijo ya nos veremos ahora tengo que irme y se alejó corriendo hacia sus compañeras, y se alejaron.
Yo me fue a lo mio y la verdad no dejaba de pensar en aquel bombón que había visto por en la calle, termino el día, me fue al hotel y después de cenar me fui a mi habitación pues la verdad estaba cansado.
Al día siguiente, yo seguí con mis quehaceres y reuniones y pasó el día de lo más monótono, y la noche fue como la anterior. Me dormí pensado en Diana y en el cambio que había dado.
A las 8 de la mañana como el día anterior me fue a las reuniones de trabajo y pase toda la mañana sin para, Salí a comer a las 3 de la tarde y ya me quede tranquilo era viernes y la tarde la tenia libre y el sábado no trabajaba, por lo que me dedique a relajarme y me senté en una terraza a tomar una cervecita fría, que apetecía con el calor ambiental; después de un ratito tranquilo, pague y me marche al hotel a descansar un ratito y como no a echarme en la cama un ratito.
No había terminado de acostarme cuando sonó el teléfono, descolgué.
Dígame, me contesto el recepcionista, mire que aquí esta una chica que dice es su sobrina Diana que quiere verlo, mi sorpresa fue mayúscula, al sentir su nombre, pero pasada la primera impresión me sonreí para mis adentros y le conteste, que si que la dejara pasar.
No tardaron en tocar en la puerta, me apresure a abrir, y allí estaba ella en el marco de la puerta bella, sensual sonriente, me aparte y la hice que pasara; me saludo muy efusiva como siempre con un beso, pero esta vez no fue como el día anterior, esta vez nada mas cerrar la puerta detrás de allá, me echo os brazos al cuello y pegándose a mi me dio el beso si pero en la boca y algo muy apasionado que casi me deja sin respiración, se separo con desparpajo y riéndose mientras se alejaba hacia el interior de la habitación. Yo me quedé mirándola admirando aquellas curvas que yo no conocía, volviendo la cabeza coqueta, me pregunto ¿Te gusta lo que ves?, llevaba puesta una camiseta ajustada que resaltaba aquellos pechos bien formados y bien parados, con un escote bastante amplio, lo que permitía ver parte de ellos generosamente, una faldita corta ajustada que hacia resaltar su nalgas paraditas y firmes y dejaba al descubierto gran parte de aquellas piernas largas y bien torneadas. Le conteste con una sonrisa diciéndole, no me gusta, me encanta, estas preciosa.
Pasado ese primer momento, nos reímos con la ocurrencia que había tenido con el recepcionista al decirle que era mi sobrina, charlamos un ratito tomamos un refresco del mini bar de la habitación y poco a poco las cosas empezaron a rodar como siempre entre bromas y toques el ambiente se fue caldeando hasta que sin mas me dijo bueno que seguimos como tío y sobrina o nos dejamos de tonterías, yo vine para estar contigo, a lo que le conteste irónico, ya estas, cual es el problema, ella riéndose me dijo tonto, ya sé que estoy, pero quiero estar de otra manera y se quito la camiseta dejando salir en todo su esplendor su dos hermosos pechos y se dirigió hacia mi para quitarme la camisa, a lo que yo colabore con rapidez, la atraje por la cintura hacia y la bese con pasión a lo que ella respondió con tanta pasión y mas que yo, así seguimos despojándonos de las pocas prendas que cubrían nuestros cuerpos y pronto rodamos por la cama abrazados tocándonos por todos los lugares, con avidez de tanto tiempo separados.
Aquel cuerpo divino entre mis brazos sacaba de mi toda la pasión de lo que era capaz, le apretaba las nalgas duritas como estaban apretaba su espalda, lo que le hacia pegar sus pechos contra mi notando como sus pezones duros se clavaban en mi carne, mientras nuestras bocas se buscaban con avidez, juntando nuestros labios mientras nuestras lengua se enredaban en un juego divino, mientras nuestros sexos se frotaban el uno contra el otro, aquello era una sensación increíble, yo poco a poco me feje caer a sus pechos lamiéndolos y besándolos con fruición, chupando su pezones hinchados, mordisqueándolos y viviendo a chuparlos y besarlos con suavidad, mi estas mis manos amasaban sus nalgas y sus piernas, ella se dejaba hacer reclinada hacia atrás con los ojos cerrados solo dejando escapar leves suspiros que cada vez iban a mas me fui tirando hacia abajo lamiendo cada centímetro de su piel hasta llegar a su entrepierna. Se dejo caer de espaldas a la cama y abriendo las piernas, me mostro aquel coñito que yo había poseído por primera vez, se lo comí por activa y por pasiva, metí dentro la lengua moviéndola con intención lo que la hacia retorcer, me paro y me hizo acostarme y poniéndose encima de mi me puso encima de la cara su coñito ya chorreando mientras ella se metía mi pija en la boca, fue un 69 precioso que me hico correrme en su boca mientras ella tenia barios orgasmos sobre la mis dejándome la cara toda pringosa.
Durante un tiempo, seguimos acariciándonos en un frenesí que decía a las claras las ganas que teníamos el uno del otro, hasta que de nuevo mi verga se volvió a parar e entonces si que ya un fiesta de sexo desenfrenado, se monto encima de me y poniéndose mi verga en la entrada de su vagina se la metió del tirón hasta el fondo, en ese momento creí que no aguantaba y me corría en el acto, pero pude controlarme y aguante como puede el primer tirón tranquilizándome un poco, ella comenzó a cabalgarme se inclino un poco hacia delante de forma que cada vez que se movía sus pezones pasaban rozando en mi lecho, lo que me encendía cada vez mas, se ve que lo noto, me beso apasionadamente y se incorporo un poco poniendo sus manos en mi pecho al tiempo que aceleraba su cabalgada, yo en ese momento un ratito la acariciaba las nalgas ayudándola a subir a y bajar y otras se iban a sus tetas acariciándolas tocándolas con gran placer a lo que respondía con aceleración en la cogida, no se cuantos orgasmos tuvo pero puedo asegurar que a mi me chorreaban sus jugos por la pelvis entre las piernas, mis testículos estaban empapados.
Así estuvimos durante un lado tiempo cambiando de postura a cuadro patas, de lado, el misionero, alternado entre su conito y su orto se la metí por ambos lados alternado uno y otro hasta que no puede mas y me vacié por segunda vez pero esta vez en lo mas profundo de su coñito, un corrida como nunca sus movimientos de pelvis circulares me hicieron que no quedara una sola gota de semen dentro de mis testículos; los dos nos desplomamos exhaustos en la cama, yo me quede con la espalda pegada a la sabana mientras ella poniéndose de lado apoyo su cabeza en mi pecho poniendo una pierna encima de mi, así estuvimos largo rato, dándonos tiernos besos de cuando en cuando, nos quedamos dormidos, cuando despertamos, nos duchamos y la acompañe hasta cerca de su residencia y me volví al hotel dando por terminado aquel inesperado encuentro, lo que paso en días siguientes será para la próxima ocasión.
Bueno amos espero que les haya gustado este relato y que lo hayan disfrutado, si así fue espero sus comentarios.
Un saludo
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