Niña deseosa de verga adulta (los inicios de una puta)
Soy Mariana y desde que era niña deseaba probar la verga de un adulto.
Me llamo Mariana, vivo en México, tengo 25 años y soy puta. Les contaré de mis inicios, en mi niñez deseosa de sexo y verga.
Como mencione antes, tengo 25 años, soy una chica de piel muy blanca, ojos verdes, cabello negro. Tengo tetas grandes y un gran culo, tambien tengo algunos kilitos de mas pero siempre he sido lo que se conoce como gordibuena. Desde niña siempre me supe bisexual, incluso mis primeras experiencias sexuales fueron con otras niñas (pero hablaré de eso en otro relato. También desde niña tenía muchas ganas de ser usada por hombres adultos, incluso desde que era niña sabía que de mayor quería dedicarme a ser puta.
En la primaria tuve acercamiento del tipo de darme besos y ya. El chico de mi salón que más me gustaba se llamaba Carlos aunque solo llegamos a darnos unos besos, yo fantaseaba con la idea de que tocara todo mi cuerpo, mis tetas y me cogiera. En ese entonces tenía unos 10 años, pero ya había visto porno y me masturbaba casi a diario.
También fantaseaba con hombres adultos, a veces incluso con hombres desconocidos que veía en la calle. Pensaba en que ojalá tuviera la oportunidad de ser cogida por un hombre. Incluso a esa edad sabía que quería que un hombre adulto y varonil me cogiera bien duro y me tratara como puta. Pasé varios años tocándome mi puchita de puta leyendo todo tipo de relatos de niñas siendo cogidas por adultos, de niñas siendo cogidas por maestros, albañiles, por sus tíos… deseando que me pasara a mi. Me moría de ganas por probar verga adulta, incluso a veces me metía a chats de sexo a hablar con hombres adultos, a algunos de ellos los agregué a mis redes sociales y me enseñaron sus vergas, y yo también les enseñé mis tetas que siempre he tenido muy desarroladas, les enseñé mi panochita e incluso les enseñé como me metía objetos como un marcador o un cepillo de dientes. Para ese entonces ya tenía 13 años, y si de niña ya moría de ganas de ser emputecida por una verga adulta, a esa edad de la adolescencia andaba más caliente todavía. Pensaba cuando sería el día que un hombre mayor me hiciera suya por fin, casi casi me ofrecía, incluso a veces me paraba desnuda frente la ventana para que me vieran mis vecinos.
Estaba desesperada, quería verga y estaba dispuesta a dejar que me cogiera cualquier hombre. En mi siguiente relato les contaré del glorioso día en que al fin un hombre adulto me hizo su puta a los 14 años.
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