No era mi intención pero ahora tengo varias hembritas de entre 9 y 12 añitos – Parte I
Ser maestro de gimnasia tiene sus beneficios, y más si es en una escuela de señoritas. Yo recién recibido de profesor llego a esta escuela para cubrir un cargo en forma provisoria y al final termino quedando efectivo gracias a hacerle el favorcito a la directora de la escuela.
Rodolfo es mi nombre, cuento con 22 años y me recibí de profesor de educación física hace unos 7 meses. Soy un muchacho carilindo de buen físico y suelo ser agradable a las mujeres. Es que mis ojos grises causan una impresión rara y atrae a las chicas. Todavía no sé el por qué, pero así es.
Busqué trabajo en varios clubes y no tuve suerte. Y una tarde un amigo me acerca un afiche donde solicitaban maestros y profesores para un pueblo del interior del país. Las condiciones eran relativamente buenas y además yo no tenía trabajo, por lo que era perfecto para mí. Contacté el celular que allí figuraba y confirmé que iba a la entrevista y que me interesaba el puesto.
Luego de cuatro horas de colectivo llegué al pueblo donde trabajaría si tenía suerte. Me dirigí directo a la dirección que me indicaron y allí me estaba esperando la que a la postre sería mi jefa, la directora de esta escuela. Para mi sorpresa era una hermosa mujer, joven Ella y agraciada, rápidamente congeniamos y creo que le gusté más de la cuenta, y eso me consiguió el trabajo sin muchas preguntas. También como parte de la paga, me dieron un pequeño departamento de un ambiente, que para mí que no tenía nada hace unas horas, era más que suficiente, y acordamos que al día siguiente me presentaría en la escuela, que quedaba a dos cuadras del depto. por lo que iría y vendría caminando.
María Isabel, así se llama la directora, me recibió con una gran sonrisa, me llevó a la sala de profesores y maestros y me presentó como el nuevo profesor de gimnasia del colegio. La verdad es que fui muy bien recibido, pero además el 90% de quienes enseñaban allí eran mujeres. Lo cual me hacía ser el macho alfa del grupo. Yo tendría a cargo cinco cursos con 25 niñas cada uno a la hora de hacer ejercicio. Las menores tendrían 10 años y las mayores 11 o 12. La directora solo me advirtió que tuviera cuidado con las niñas, ya que solían generar algunos desmanes, pero que si sabía manejarlas, no tendría problemas y que si los tenía acudiera a ella en busca de ayuda, y agregó, para lo que sea estaré disponible. Eso me sonó a invitación pecaminosa. Cuando se retiró, pude apreciar que la directora estaba bien buena para echarle un tremendo polvo. Pero eso es harina de otro costal.
Al día siguiente me presenté temprano en la escuela, María Isabel me dio todos los elementos y planillas necesarias con el listado de alumnas por curso y horarios. Luego me llevó a la zona del gimnasio donde yo desarrollaría mis actividades. Por cierto muy lindas y nuevas instalaciones. Es más, tienen hasta una sala médica donde atender pequeños contratiempos. Me acomodé y al rato luego de terminar el primer recreo de la mañana veo como una maestra se acerca con un grupo de niñas, eran las del 5to grado A todas niñas de 10 años. Me presentó y se retiró, no sin antes pegarme una buena relojeada. Mis primeras horas solo sirvieron para conocernos y conocer a cada una de las niñas. Podía ir apreciando cuales eran sus cualidades y potencial. Yo llenaba mi propia ficha de cada alumna. Así descubrí en este primer grupo una niña de nombre Abigail, la que sobresalía por su desarrollo físico, era por lejos la más alta y mejor formada, ya se notaban sus pechos en crecimiento, y la verdad que parecía una niña de 13 o 14 años. Además muy pizpireta y coqueta. Cada vez que podía se ponía a mi lado bien pegadita como para hacerse notar. En un momento le pasé la mano por sobre los hombros y la atraje hacia mí, y mi mano cayó sobre su pecho derecho, ella levantó la carita hacia mí y sonrió pero no se corrió. Es más diría que le gustó. Ese fue el primer atisbo de que la pasaría muy bien en esa escuela. Solo debía ser ordenado. Por ser el primer día solo hicimos calentamiento y no mucho más.
A la segunda hora llegó otro grupo de alumnas, estas eran las de 11 y 12 años. Ya se las notaba más crecidas y más despiertas, también más calentonas, las traía una profesora de pequeña estatura, medio gordita y muy tetona. De boca generosa y sonrisa fácil. Enseguida congeniamos, me dejó sus alumnas y se retiró. No sin antes lanzarme un par de miradas apasionadas. Yo pensé, que les pasa a estas maestras, no han tenido sexo por mucho tiempo? Me sonreí y para mis adentros pensé que debía pronto darle solución a eso. Lo mismo qe con el otro grupo pasé lista para asociar nombres con cara, y luego las puse a correr alrededor de la cancha de basquetball. Luego de 10 minutos las hice acostarse en las colchonetas, allí pude apreciar un par de cuerpos muy lindos y un par de colas muy llamativas. Me gravé sus nombres por si acaso. Haciéndome el interesado, estando la niña boca abajo, me subí a sus piernas y me senté sobre ella, con lo que mi pelvis quedó en contacto con sus nalgas, de por cierto protuberantes y duritas. Yo me olvidé de contarles pero Diosito me dotó de una buena tranca, son 23×6,5cms los que al ponerse duros se hacen notar. En definitiva dándole indicaciones a las demás chicas usando a esta niña de modelo, se me comenzó a poner la verga dura, y eso la niña lo sintió. Estaba quietecita pero pude notar como su cuello cambiaba a un color sonrosado y comenzó a respirar más agitada, notando eso, me arrimé más y directamente puse la verga en medio de sus nalgas, y allí Josefina gimió suavemente. Bien, ya tenía una segunda niña con la cual experimentar. Al pararme no pude ocultar mi erección, y varias niñas se dieron cuenta y no quitaban los ojos de mi bulto. Yo me hice el tonto y seguí con la clase, en cambio Josefina no quitaba la vista de mi y se me acercaba cuando podía. Las puse ha hacer saltos contra el tablero de basquet y de pronto siento detrás mío un quejido, al darme vuelta puedo apreciar que Josefina está arrodillada tomándose un tobillo, me le acerco y le pregunto que le pasó. Me dice que se torció fuerte el tobillo y que le duele mucho. Les digo a las otras chicas que sigan practicando y tomo a la niña en mis brazos alzándola y así la llevo hasta la enfermería donde la pongo sobre la camilla. Allí pude apreciar que es una hermosa niña muy bien formada, sus pechos medianos ya tienen pezones agresivos. Pero me doy cuenta que tiene esa cara que casi siempre identifica a la mujercita que le gusta mamar una verga. Ya sé, tiene apenas 11 años, pero les juro que no me equivocaba con esta niña. Comienzo a revisarle el pie y aprovecho para acariciarla y tocarla lo más posible, ella se deja hacer. De pronto me pregunta si necesita que se saque el pantalón de gimnasia para que pueda apreciar bien lo que le pasó. Obviamente le digo que estaría mejor sin el. No duda y se saca el pantalón quedando solamente en calzón, puedo apreciar que sus labios vaginales son gorditos y ya han dejado una sombra de lubricación. Esta niña está algo excitada, y decido que puedo aprovecharme de esa situación. La hago poner de costado al borde de la camilla, me presenta su hermoso y rotundo culito de 11 años, eso me excita mucho y la verga se me pone tiesa, me arrimo a ella hasta estar casi pegados. Mi verga está casi a la altura de su cara, puedo apreciar como no quita la vista de ella. Me hago el médico y le reviso el tobillo, luego doy la vuelta a la camilla y voy por su espalda, me arrimo a su culito y le apoyo descaradamente mi verga, ella al sentirla suspira, estiro una mano y me adueño de uno de sus pechos, ella no protesta, mientras se lo acaricio, con la pija le sobo sus nalgas. Cada vez respira más rápido, vuelvo a pararme frente a su cara y noto como la ansiedad le va ganando, vuelvo a acariciarle los pechos y acerco más mi entrepierna a su cara, finalmente la niña entiende lo que propongo, estira sus manos, desata el cordón de mi pantalón, me lo baja, luego hace lo mismo con mi calzoncillo y libera mi verga, al verla sus ojos se agrandan y se muerde los labios, la toma por el tronco y la mueve sacudiéndola, la acaricia de los testículos hasta la cabeza, tiro mi ingle hacia adelante propiciando que la punta de mi pija pegue en sus labios, ella abre la boca y engulle la cabeza y una porción de tripa, y para mi sorpresa comienza a darme una rica mamada. Y no lo hace como una principiante. Pronto ya tiene media verga dentro de la boca, y yo estoy por llenársela de semen, ella se afana y esfuerza hasta que de pronto comienzo a lanzarle chorros de semen hasta la garganta, ella no se amilana, es más, se la mete l más adentro que puede y me deja vacía la tripa, se esmera y con la lengua la limpia bien. Luego sonriendo me dice que ahora ya no le duele tanto el tobillo. Y me da las gracias por curarla. Y que en agradecimiento ella podría tener prácticas fuera de horario así entrena mejor. Obvio que acepté. Era mi primer día y ya había conseguido que me mamen la verga. Esto se pondría lindo. Por favor no te pierdas la continuación de este verídico relato.
Sigue en parte II
Muy bueno.
Cómo leo las siguientes partes ?
Por q párese q solo públicas el primer cap acá.
No se si es algo real lo que contas, oero te cuento que soy maestra se escuela primaria y si conociera un hombre como vos convenceria a alguna nena puber alumnita nia o ex alumna para que la iniciaras con mi ayuda…
MUY BUENO MAS
Sabroso esa niña. Vamos a la segunda parte. Excelente