No se culpe a nadie 1
La historia de teresa, una chica con un trastorno peculiar .
En 2007 Teresa, de 21 años vivía sola en un barrio de clase media en la capital del país. Era soltera y recién había ingresado a la universidad. Aunque era una chica sociable y con muchos amigos, tenía algo que luchaba cada día por ocultar.
Y es que desde los 14 años comenzó a interesarse por niños mucho menores que ella. Primero empezó mostrandose ante ellos levantando su falda, enseñándoles sus partes íntimas, incitando a que la tocaran, después ella misma a cambio de algun regalo tocaba las partes de algun niño que conociera, pero hasta ahi, pues desde muy pequeña sus padres le habían enseñado que cosas como esa estaban mal y eran incorrectas. Academicamente Teresa era una chica muy inteligente y aplicada, le iba bien en sus estudios, por lo que muchas veces sus amigos y compañeros de diferentes cursos solicitaban su ayuda. Esto incluia niños menores de otros cursos, Teresa se aprovechaba de esto y a cambio de ayudarlos les pedía que se desnudaran y se dejaran tocar por ella. Esto no pasó desapercibido y eventualmente cuando Teresa tenía 16 años sus padres se enteraron de esto, como es lógico se preocuparon mucho e hicieron todo lo posible por ayudarla para que dejara eso. Llevándola a terapia la cual no surtió efecto
También a los 16 años Teresa tuvo su primer noviazgo formal, en realidad nunca estuvo enamorada de este chico, y solo estuvo con el para tranquilizar a sus padres y que dejaran de estar encima de ella todo el tiempo intentando curarla, un año después tuvo su primera vez con este novio, sin embargo no le gustó, pues este fue muy brusco, y le hizo doler, y ni siquiera pudo venirse. Esto fue el gatillante para que Teresa decidiera no involucrarse sexualmente con hombres de su misma edad. Aún así le sirvió para aprender que si iba a iniciar a un niño debía hacerlo con paciencia y no ser ruda
Fue precisamente a los 17 cuando Teresa no pudo resistir y cedió a sus más bajos instintos. Y le chupo el pene a un niño vecino suyo en su casa por primera vez, sin embargo esto no salio como esperaba, ya que en plena faena los padres de Teresa llegaron y vieron todo. Ambos Pegaron el grito en el cielo, para colmo el niño acabó delatando a Teresa diciendo que ella le insistió y lo obligó, esto solo agravó el problema, causando que le gritaran y le pegaran a su hija. Finalmente tomaron la difícil decisión de correrla de la casa ya que lo que había hecho, para ellos había colmado el vaso, y no querian que ocurriera algo mucho peor.
Este suceso no fue conocido por nadie mas, tanto los padres de teresa como el niño guardaron silencio, en realidad el niño guardo silencio ya que sus padres tenian amistad con los de teresa, por lo que acordaron no decir nada. Así, Teresa con solo 17 años tuvo que arreglárselas, estando de allegada en diferentes sitios, principalmente en casas de compañeros y amigos, fue precisamente un amigo el vivia en la capital y el cual trabajaba fuera de la ciudad le ofreció rentarle su casa, ya que esta era su madre recien fallecida y no quería vivir ahi debido a que le recordaba mucho a ella. Teresa quien trabajaba desde que tenía 15 para pagar sus estudios, acepto sin dudarlo, pues estaba cansada de no tener un lugar fijo donde vivir. Así fue como llego a este nuevo barrio ubicado en la capital del país. Teresa supo ganarse la confianza, el cariño y el respeto de quienes vivían aquí, al ser una chica servicial, responsable, que siempre estaba dispuesta a ayudar a otros, por supuesto ninguno de los que vivía en este barrio sabía de su trastorno, el cual ella hacía todo lo posible por ocultar. Aunque la relación con sus padres estaba fracturada por aquel suceso, los veía de vez en cuando, por supuesto cada que se veían evitaban tocar el tema de lo sucedido.
Por su parte, en este mismo barrio estaba manequiel, de 7 años, quien vivía con sus padres, los cuales pasaban trabajando todo el día. Por lo que se quedaba en casa de su abuela, la cual quedaba a unas cuadras de la de suya, esto casi todo el dia. Manequiel, a sus 7 años era un niño muy blanco, delgado, cabello negro muy largo, que a veces le llegaba hasta los hombros, con aspecto de angelito y facciones femeninas en su carita, una belleza exotica para algunas compañeras de curso que logro enamorar. A pesar de esto era un niño muy sociable, con muchos amigos, buenas calificaciones, responsable, juguetón etc. Esto le valió ser el consentido no solo de sus padres y abuela. Si no que de casi el barrio entero.
Todo tomaría un giro en marzo de ese mismo año, es ahí donde conocería a Teresa, o teresita como la apodaban en el barrio. Este encuentro se dio como casualidad una tarde en el paradero de la escuela de manequiel. Este a pesar de su corta edad se iba y regresaba solo a su escuela cada día en taxi, debido a que era muy inteligente. De conversación en conversación manequiel descubrió que teresita vivía a un par de cuadras de su casa. Teresa en ese momento era una mujer de piel muy blanca, cabello corto negro liso, ojos castaños y aspecto alternativo. Ese día Teresa venía saliendo de trabajar
– Dónde vives?» preguntó mane con una mezcla de timidez y sinceridad.
– a unas casas de la tuya, creo. Justo cruzando el paso peatonal. Aunque Paso la mayor parte del tiempo fuera estudiando.»
Ese día no pasó a mayores, sin embargo se encontrarían un par de veces más en el mismo sitio, esto llevó a que entablaran una suerte de amistad. Tanto los padres de manequiel como su abuela siempre le advirtieron de los peligros de hablar con extraños. Sin embargo manequiel se sentía particularmente impresionado con esta mujer, la cual compartía gustos y afinidades con el niño.Con el tiempo Teresa empezó a ganarse la confianza del pequeño. Le traía pequeños regalos: como cuadernos, juguetes etc. Manequiel no lo admitía, pero esos gestos le gustaban.
Pero lo que más sorprendió a mane fue cuando su abuela, siempre tan protectora, también comenzó a aceptar a Teresa. Un día, mientras él estaba en su cuarto estudiando, escuchó risas provenientes de la cocina. Al asomarse, vio a Teresa tomando café con Doña Miriam.
¿Qué hace ella aquí? —preguntó manequiel, confundido.
Doña Miriam lo miró con una mezcla de sorpresa y ternura.
—Teresa vino a ayudarme con unas bolsas del mercado, y nos pusimos a hablar. Es una buena muchacha, manequiel.
Manequiel no sabía qué responder. ¿Cómo era posible que su abuela, quien siempre desconfiaba de todos, confiara en Teresa.
Un dia domingo manequiel tenía una tarea que entregar para el día lunes y la hizo a última hora. Primero fue donde su mejor amigo a pedirle ayuda con esta tarea, pero este no se encontraba en su casa, ya que había salido con sus padres. Ante esto manequiel no tuvo más remedio que ir donde teresita para que le ayudara con la tarea, ya que ella sabía cosas del tema que le habían pedido.
Teresa acepto gustosa ayudar a mane. Después de terminar platicaron un poco, teresita le preguntó a manequiel sobre cómo le iba en la escuela y cosas así. Este le contó que estaba a punto de pasar a primer año basico y también le contó que solo veía a sus padres en la noche pues estos trabajaban todo el día. Teresa por su parte le contó que recién había ingresado a la universidad y que vivía sola hace unos cuantos años, pues no se llevaba bien con sus padres debido a un «trastorno» que tiene desde los 14 años. Mane intrigado le preguntó a teresa que clase de trastorno tenía, ella le dijo que era algo sin importancia y trato de desviar el tema preguntándole a manequiel si ya tenia novia y si sabia besar. Este un tanto apenado le dijo que no. Teresita le preguntó si quería que le enseñara para que cuando tuviera novia supiera como hacerlo. Manequiel apenado y con un poco de vergüenza respondió que si.
Teresa lo beso primero eran piquitos lentos y tiernos, manequiel comenzó a corresponder un tanto tímido. Poco a poco la intensidad fue subiendo ahora teresita metía la lengua en la boca de manequiel. Ella lo animo a hacer lo mismo, manequiel trataba de imitarla metiendo su lengua de manera suave y timida en la boca de Teresa quien lo recibía gustosa.
Todo quedo ahí por ese día. Sin embargo días más tarde teresita visito a doña Miriam, sin embargo esta no se encontraba ya que había ido a visitar a su hermana y no llegaria hasta la noche, por lo que fue recibida por manequiel, este la invito a pasar, mane había estado en su cuarto dibujando antes que Teresa llegara. Esta le propuso seguir con las lecciones de besar, manequiel aceptó. Entre beso y beso teresita le dijo a manequiel.
– jugamos a ser novios?
Manequiel un tanto confundido pero intrigado aceptó, entonces Teresa le preguntó si quería que le enseñara sus pechos, manequiel contestó que si. Teresa se quito la blusa y le enseñó. No eran la gran cosa, del tamaño de unas naranjas, blanquitas, suaves, adornadas con 2 pezoncitos redondos de color rosa. Al ver esto el pequeño manequiel quedó hipnotizado, era la primera vez que veía 2 tetas frente suyo. Teresita para motivarlo un poco le dijo que los novios también le enseñan el cuerpo a sus novias, manequiel tímidamente se quito el suéter manga larga rojo y blanco que traía puesto, quedando con su torso desnudo.
– Que lindo que es mi novio – dijo teresita, maravillada al ver a manequiel mostrandole su torso desnudo
Retomaron los besos, manequiel sentía como las tetas de teresita se aplastaban contra su pechito. Mientras tanto ella le acariciaba la espalda, los hombros y su pancita. Manequiel la imitaba hasta que llego a sus senos, tocando y jugando con sus pezones duros y suaves. Teresita lo abrazaba con dulzura y suavidad. En un momento dado manequiel bajó la mirada mirando a la entrepierna de teresita.
– Que miras – dijo Teresa con una sonrisa
– nada – respondió manequiel con una pequeña risa. Pero sus continuas bajadas de vista, delataban su deseo de ver lo que había debajo del pantalón de teresita
– No sabés lo que tengo ahi?
– No. La verdad es que no.
– Quieres ver?
– ¿Puedo?
– Si.Mirá.
Teresa comenzó a desnudarse ante manequiel, quien miraba embobado y confundido sin perder ningun detalle, teresita notó esto, en el fondo no podía creer que por primera vez estuviera completamente desnuda ante un niño de tan corta edad. Quería abalanzarse sobre el y comérselo a besos.
– quieres tocar? – dijo teresita, mirando con malicia a mane.
– bue, bueno, yo, de verdad? – dijo manequiel totalmente nervioso.
– claro, tócame como quieras y todo lo que quieras – dijo teresita, tratando de que manequiel entrará en confianza.
Tímidamente manequiel puso sus manitas por debajo de los senos de Teresa, amasandolos con timidez pero a su antojo. Por su parte Teresa estaba en el paraíso, era la primera vez en mucho tiempo en que un niño la tocaba.
– que te parece? – pregunto Teresa risueña
– bueno, s- son muy suaves. – admitió manequiel con algo de pena.
– te gustaría tocarme en otras partes, el trasero, por ejemplo?
– enserió?- preguntó manequiel muy incrédulo
– claro, como te dije, puedes tocarme todita.
Teresa se acostó de espaldas en el sofá, manequiel con las manos temblorosas tocó sus nalgas, tampoco eran la gran cosa, pero eran muy redonditas y suaves, la textura cálida y tersa hizo que manequiel no quisiera apartar sus manitas de ahi. Teresita le pidió de favor si le podía hacer un masaje ahí, todavía tímido manequiel accedió. Primero lo hacía con timidez, pero Teresa le fue indicando como hacerlo, le dijo que tenía que hacerlo como si estuviera amasando pan. Manequiel entonces comenzó a acariciar de manera lenta y suave, apretando de manera delicada, moviendolas de lado a lado, sintiendo los pliegues de su piel y dándole pequeñas cachetaditas. Teresa disfrutaba con los ojos cerrados dejándose llevar por el momento, ya estaba mojadisima, esa sensación era increíble a pesar de su corta edad manequiel tenia talento para los masajes eroticos, luego de un rato Teresa se voltea dejando ver su concha depilada y empapada, manequiel estaba entre maravillado y sorprendido. Teresita lo invito a mirar más de cerca.
– me harías un masaje aqui, por favor? – dijo teresita, señalando las partes internas de sus muslos.
Manequiel no respondió, simplemente comenzó a masajear, esto lo hacía como si estuviera esculpiendo una figura de arcilla, concentrado de arriba a abajo. Se esforzaba lo más que podía, teresita no salía de su asombro, a pesar de ser un niño seguía siendo un hombre. Manequiel no podía dejar de mirarla, no apartaba su vista de su concha desnuda, algo le decía que estaba mal y no debería estar ahí haciendo eso pero aun así no podía detenerse. Hasta que de un momento a otro teresita le ordeno parar.
– me ha gustado, te lo agradezco. – dijo teresita, con una sonrisa sincera.
Manequiel no decía nada, estaba totalmente nervioso. Teresita lo notó inmediatamente.
– pasa algo? – pregunto Teresa, mirándolo directamente.
– emm, bueno yo. Me siento raro – dijo manequiel, mirando de lado a lado.
Al escuchar esto teresita sonrió, pues manequiel se había excitado.
– porque se me puso duro mi bichito, y me pica, no se porque – confesó manequiel sin mirar a Teresa.
– a ver, déjame ver que pasa. – dijo teresita, poniéndose de pie, y arrodillandose ante mane.
Teresita procedió a quitarle el pantalón, dejándolo totalmente desnudo. Estaba rojo de vergüenza, pero a teresita le brillaban los ojos viendo esa verga que se había puesto dura, después de 4 años volvía a ver la verga parada de un niño.
– con un masaje se te quita, no te preocupes. – dijo teresita, sonriendo y tomando con ternura la verga de manequiel.
Teresa empezó moviendo el cuerito de la verga de manequiel delicadamente de arriba a abajo, para luego sobarle la cabecita. Primero lento y después más rápido. Manequiel suspiraba en voz baja. Algo en el le decía que le pusiera un alto a la situación, sin embargo, no hizo nada ya que también le gustaba.
– como te sientes? – preguntó teresita.
– un poco raro. – dijo manequiel avergonzado
De un momento a otro Teresa le dio un lenguetazo al glande de manequiel. Al probarla le pareció lo más delicioso del mundo y estaba dispuesta a llegar lo más lejos posible. Esto tomó por sorpresa a manequiel.
– OYE NO!!!!. Que haces??? – manequiel dio un grito ahogado, sorprendido por la acción de teresita. No porque le desagradara si no porque no se lo esperaba.
– tranquilo bebé, te va a gustar. – dijo Teresa, con un tono casi maternal.
Luego lamio la punta de la verga de manequiel, jugando y haciendo círculos con su lengua, era tan sensible y adorable. Lamiendo el hoyito completamente hundiendo su lengua para después volver a lamerlo de lado a lado, mientras miraba a su pequeño amante con una sonrisa. Hasta que se lo metió completamente a su boca, mientras manequiel temblaba. La respiración agitada del niño la animaba a seguir. De repente, quizás por instinto o desesperación, manequiel tomó la cabeza de teresita y la hundió contra su pene, presionandola y mandando su pequeño palo hasta donde le fuera posible. Sin darse cuenta, manequiel había tenido su primer orgasmo. Aunque era seco debido a su corta edad. Lo había disfrutado, fue simplemente genial para los 2, para teresita lo fue más aún, porque había podido terminar aquello que no pudo completar cuando tenía 17. Se sentía triunfante, y por supuesto estaba decidida a por fin tener su primera vez con un niño.
– que te pareció? – pregunto teresita, todavía con ganas de más.
– bueno, me sigo sintiendo extraño. Todavía me pica mi bichito. – dijo manequiel señalando su pene, el cual seguía durito. Apuntando hacia el techo.
– tranquilo, se como arreglarlo. Te daré un masaje especial. – dijo teresita mordiéndose el labio inferior mientras le acariciaba el pene, sobandolo con suavidad
Teresa Le ordeno a manequiel que se acostara en el sofá.
– que harás con mi cosita? – pregunto manequiel nervioso, mientras teresita se sentaba sobre el.
– dejamelo a mi, se lo que hago – respondió teresita, mientras tomaba su pene y lo dirigía a la entrada de su vagina.
Teresa hundió el pene de manequiel completamente en su concha mojada, de un solo senton entro toda ya que seguía siendo pequeña a pesar de estar durita. Manequiel soltó un gemido intenso cuando sintió como la vagina de teresa aplastaba su pene, su cosita estaba dentro de ella finalmente, sus corazones latian con fuerza, manequiel sentía como esas paredes vaginales apretaban, mientras Teresa daba pequeños saltos sobre el. El pequeño estaba apunto de volverse loco, con cada salto que teresita daba manequiel se desquiciaba más y más. Teresita se apretaba las tetas. Aunque la verga de manequiel tuviera un tamaño mediocre la sola sensación de saber que por fin había logrado lo que tanto quería hacia que se muriera de placer. Manequiel la martillaba con intensidad. Por su parte Teresa quería probarlo por atrás. Así que se detuvo, se paro y se puso de perrito en el sofá. Le ordeno a manequiel que le comiera el culo, este disfrutaba afanosamente el culo de teresita, besaba y lamia como desesperado esas nalgas y ese Hoyo. Después de un rato Teresita le dijo a manequiel que se pusiera de pie le metiera la verga en el culo, este la puntaleo y comenzó a meterla por atrás, manequiel seguía sus instintos agarro a teresita por las caderas, y comenzó a bombearla, su verga golpeaba y chapoteaba el culo de teresita con facilidad debido al estímulo anterior. Ya no estaba nervioso ni tímido, ni mucho menos sentía vergüenza. Se había entregado totalmente al placer que le brindo esa joven mayor que el. Le encantaba y le fascinaba. Teresita se sentía en el paraíso con cada embestida, se sentía completamente llena, ningún hombre mayor o de su edad podría haber logrado que Teresa alcanzará ese nivel de placer. Las bombeadas eran simplemente increíbles. No pasó mucho tiempo para que manequiel tuviera otro orgasmo seco. Teresa le pidió que no se la sacara y la dejara ahí. Pues no quería apartarse de él. Hasta que Teresa se vino, manchando todo el penesito de manequiel de mieles vaginales. Ambos no dejaban de suspirar.
Teresa se dio cuenta de que había desvirgado a manequiel y este todavía no le había comido la concha, por lo que teresita se sentó en el sofá y se abrio de patas, luego le pidió a manequiel que se arrodillara frente a ella. Cuando este lo hizo ella le dijo que la tocara, mane obedeció y comenzó a frotar y tocar la concha de teresita con la palma de su mano. Teresa respondía ante esto con espasmos. Ella finalmente le pidió que usará su lengua, que lamiera y besara su vagina. Este obedeció, lamiendo y besando como loco, pasando su lengua por cada pliegue. No dejo sitio sin lamer ni besar, su verga le punzaba. Teresita no pudo más y se volvió a venir esta vez en la carita de mane. Este lamia lo que quedó, tal como si fuera un jugo, hasta que teresita le limpio la cara a lamidas pasando su lengua por toda su carita.
Un rato después se quedaron tendidos en el sofá, y de repente surgió la pregunta.
– te gusto, mane? – preguntó teresita buscando la aprobación del niño
– si. Fue increíble, se sintió tan bien – se sinceró el pequeño.
Teresita no respondió, si no que le dio un beso de piquito mientras lo vestía
Que rico las historias de mujeres sexys con nenes…. me gusto mucho este relato, espero sigas subiendo más relatos