Nora la ordeñadora ( Capítulo 3 )
Continuación de las viscitudes de Nora.
Abrió la puerta de la habitación donde Florencia le enseñaba las técnicas de masaje, solo entraban los rayos de luz de una claraboya. Sonaba música de ambiente de fondo, en medio de la sala una camilla, dos puertas que daban a lavabos, un sofá reclinable y un televisor colgado de la pared enfrente de la camilla de masajes por si el cliente quería ver porno.
En la habitación colindante llegó Cara cortada, ya estaba recuperado de su accidente, había pasado medio mes en el pueblo de su madre y estaba de vuelta como nuevo.
– ¿ Qué tal tu madre? – preguntó Florencia.
– Bien, ya tiene una edad.
– Te veo bien a ti.
– Si, me he recuperado, con ganas de ver a Nora, veo que le estás ensenando bien, con maniquíes y videos. El tuerto está de camino me ha dado la tabarra día sí y otro también con Nora .
– Si, como quedamos ya empezará a dar masajes el lunes, pero tú querías antes… No sabia que venia el tuerto. Joder, la última vez la folló en nuestras narices – dijo Florencia -. Cómo me pediste no se ha depilado el coño.
– Solo con verla es evidente el cambio, su actitud, su balanceo de caderas. Es más sensual.
– ¿ Los dos…? – preguntó Florencia.
– Si, la gozaremos los dos, aunque yo quiero estrenarle el culo, me dijiste que lo tiene cerrado. El tuerto se conforma con un masaje, le he dicho que es lo que hay. Es un latoso, aunque se lo debo.
El tuerto no tardó en llegar, su calva relucía, su parche negro del ojo daba una cierta sensación de pirata llegado a buscar un tesoro. Con una mirada ansiosa dijo:
– Ella… ¿Dónde…?
Cara cortada alzó los ojos y miró al tuerto.
– Estás muy ansioso, veo. Solo es masaje y final feliz, lo acordado.
Cara cortada se encaminó hacia la puerta de la sala de masajes, miró y dijo a Florencia:
– Mira que esté bien todo y a punto. Entraremos o quizá Lucio quiera…
– No, sabes que me da igual, incluso me la pone más dura que me miren.
Florencia y cara cortada sentados en el sofá de la habitación de masajes miraban como Nora entangada y con sus géneros pechos sueltos masajeaba el ostentoso y peludo cuerpo de El tuerto. Ya había llegado a los muslos interiores de la entrepierna. El tuerto respiraba de forma lenta como la exhalación de un aire eléctrico en el cual iban a saltar los plomos en cualquier momento, su calva delataba que su transpiración aumentaba con el silencio ya que su cuerpo estaba embadurnado de crema. Nora atenazó los testículos. El tuerto se incorporó y miró a Nora con su único ojo. Le brillaba. Volvió a tumbarse. El empalme de la polla ya estaba en su máxima potencia. Era una gran polla medio descapullada y desafiante. Nora agarró la parte troncal del pene y presionando hacia abajo hizo salir todo el glande. El tuerto soltó un largo suspiro.
– Veo que la has enseñado bien – dijo Cara cortada.
– Llevo muchísimos años en esto. A mis 60 años he visto y tocado muchas pollas – contestó Florencia orgullosa -. La chica lo vale, va cambiando mucho. Tienes un buen filón.
En un rápido movimiento El tuerto levantó las piernas hasta su cabeza y las sujetó abrazandolas con sus brazos a la altura de las rodillas. Estando justo en frente del sofá donde se encontraban Florencia y Cara cortada dejo a la vista un culo peludo y unos testículos colgones. Nora miró a Florencia la cual asintió.
– ¡ Vaya hijoputa ! – dijo Cara cortada.
– Quiere beso negro – remarcó Florencia.
Nora tomó aíre y empezó una succión testicular. Tragaba uno por uno cada testículo a la vez que metía un dedo en la zona anal. El tuerto empezó a gruñir, Nora paso a pajearle la polla. El tuerto abrió más las piernas. Nora entendió que quería ya el beso negro. Le abrió las nalgas, metió la lengua hasta el fondo, como si lo follara con la lengua. De la garganta de El tuerto se oyó un ruido ahogado, Nora empezó a combinar con su boca polla, testículos y terminaba esos movimientos con una buena comida de culo. El tuerto exaltado aulló y después empezó un siseo:
– ¡ Puta… Puta… Puta…! ¡ Come culo.. !
Su polla sin tocarla empezó a expulsar la lechada. Fueron tres intensos manguerazos dejando un gran charco de legal sobre su barriga. Como un animal abatido dejó caer sus piernas en la camilla y resopló como un cerdo.
No era fácil que una batalla dudosa resolviera una guerra , sobre todo cuando el objetivo de una de las partes como era Cara cortada y el oportunista El tuerto. Cara Cortada le debía muchos favores a ese engendro, le salvó de una dura condena en la trena. El tuerto lo sabía y se aprovechaba. El tuerto salió duchado, mientras Nora estaba en el otro baño. Miró desafiante a Cara cortada y eructo. Salió dando un portazo.
Salió Nora de la ducha, Florencia le dijo que no se vistiera, que saliera desnuda. Al salir vio a cara cortada inmóvil. Ella de pie y él giraba con lentitud estudiada alrededor de ella. Miró la mata de vello de Nora y después sus generosos pechos. Cara cortada entró en el baño. Florencia abatía el sofá quedando una cama improvisada. Cara cortada salió del baño desnudo, su cipotazo estaba en empalme total. Había una circulación de energía en él que salía de sus escudriñantes ojos recorría su sistema nervioso y le salía por la polla. Su polla y Cara cortada estaban unidos por los testículos.
Blandiendo su polla en la mano envarada dijo con desafío:
– Ahora que has comido culo supongo que me darás el tuyo.
El coño peludo que había sido gozado aunque solo fuera una vez en ese caso ya no le servía a Cara cortada. Para el que supiera leer los signos era evidente que el culo era su meta. Florencia entró en conversación con Nora:
– ¿ Decidida?
– Sí – contestó Nora.
– Entonces le entregas el culo. Rulfo, Nora tiene el culo virgen. Solo hemos metido consoladores.
Nora se posicionó en postura de perrito, Florencia la envaselinó. Rulfo esperaba dándose un ligero pajeo. Una vez posicionada Cara cortada se acercó, abrió las nalgas con las manos. Bajó la zona anal una generosa mata de vello. Se arrodilló y puso en línea su polla al agujero. Florencia le aplicó una generosa porción de vaselina y se la esparció a lo largo de toda la polla. Recolocó su posición. Entró el glande con lentitud, intento un bombeo. Ella emitió un quejido.
– ¡ Esta cerrado de cojones! – exclamó Rulfo.
– Voy a poner más vaselina – dijo Florencia mientras Nora estaba a la espera.
Esta vez lleno el conducto anal. Rulfo volvió a atacar. El engrase era bueno, Nora emitió quejidos,a pesar del engrase. Cara cortada daba pequeños mete-saca. Era mucha polla. 20 cms imponían. Rota ronroneaba en pequeños gemidos. Cara cortada asió las caderas y miró a Florencia. Atacó a full. Resonó en toda la habitación el seco golpeteo. Nora gimió en un guejido atronador. Con fúria ciega Cara cortada bombeo y profano el conducto. A pesar de todo Nora mojaba coño. La polla agrandaba la gruta anal. Los consoladores metidos esas semanas dilataron y agrandaron la zona anal. Rulfo empezó a correrse, escupía lechadas dentro de culo de Nora y en una última sacudida finiquito la corrida. Fue interna.
Nora estuvo unos días que no pudo sentarse, pero ya era masajista erótica. Dos años más tarde encontró novio.
Nota del autor: se tiene en mente un epílogo a la trilogía. Pero de momento no tengo el visto bueno de la editorial por temas de vigencia de propiedad intelectual. Quizá sí los lectores reclaman dicho epílogo podría ser que se editara. Gracias por su comprensión.
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