Nueva versión Capitulo Primero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todavía no terminaba de sorprenderme la directora del colegio, que a pesar de mi historial o quizás por el, me hallan dado la plaza bacante. Terminadas las formalidades del papeleo, mañana comenzaría la visita informal y presentaciones a los demás profesores y programas a emprender etc. etc. Ahora solo restaba volver a mi nueva casa y reflexionar sobre mi futuro y estar listo para mañana.
Desde la escuela salían micros que te llevaban a la estación de san Fernando. Estando en el micro, sucede algo que me indico que llegue al lugar correcto y que cambiaria mi vida , pues esta historia que contare es larga y excitante como la vida misma.
Como los profesores entraban primero, me senté y quede abstraído en mis pensamientos.
Pasando unos quince minutos, me vuelve a la realidad el rostro de un niño y mi vista se fija en el. En su rostro llevaba la inconfundible marca, de que estaba por hacer una travesura, y la picardía de no ser descubierto. Al seguirlo con la mirada observo que al pasar junto a la maestra, la roza intencionalmente a la maestra pasando toda la palma de su mano por la cola de ella. Ella ni lo noto pues trataba de controlar a una nena que llevaba del brazo, la cual parecía tener alguna dificulta de aprendizaje. Mi gesto inmediato fue una sonrisa, era evidente que el chico disfruto de ello y lo va a disfrutar aun mas esta noche en su cama, después de comer y lo manden a dormir. El chico se bajo en la que debería ser su parada. Todo en el micro siguió igual, no se noto para nada la bajada de un pasajero ni su audacia.
Mis pensamientos fueron retrocediendo a mis tiempos de escuela, y recordando que yo también tuve momentos tan preciosos como los que el niño había obtenido hace solo un instante…
En épocas patrias siempre se hacían actos que los chicos representaban, para los padres. Bien en recreo una semana antes de la fecha patria, ya se alistaban los preparativos. Mi asombro fue ver sobre el escenario a una maestra nueva que habría sido de los primeros años o de infantes, pues nunca la había visto antes, se encontraba trabajando, y llevaba puesta una minifalda y su guardapolvo era solo un poco mas largo y no cubría lo suficiente, cuando se ponía en cuquillas se le veía todo, por esa época era una de mis aficiones husmear debajo de las faldas de las mujeres no solo en la escuela en la iglesia y en mi familia. Al llegar a mi grado me ofrecí para ayudar a armar el escenario para las fiestas. Mi señorita me dijo que si, y en la segunda hora me llevo al escenario y me presento.
– Aquí te traigo ayuda, supongo que la necesitas.
– OH!! Si estamos un poco retrasados.
– Como te lamas?
– Alberto.
– Bien Alberto, yo soy la señorita Cristina. Y además de trabajar nos vamos a divertir, pues te voy a enseñar a decorar el escenario, veras que no te vas aburrir.
– Buenos los dejo antes del timbre de salida vendré.
– OK.
Es día me deleité con sus piernas y sus pantis, que dejaban divisar una bombachita blanca. Conteniendo mis deseos de tocarla, más bien pensando como hacerlo. Ella en su inocencia, (eso creía yo). Se agachaba frente a mi mostrándome todo, en un momento al bajar del escenario por una escalerita estrecha.
– baja tu primero, para yo alcanzarte unas cajas y después bajo yo.
Baje y ella me pasaba las cajas estando para ello de cuquillas, mis ojos no podían separarse de su entrepierna, y al parecer ella lo había notado. Antes de bajar le dijo a dos nenas que también estaban de ayudantes.
-Chicas por que no van a la cocina y le dicen a la portera, que les de dos botellitas de agua y vasos.
Las chicas salieron corriendo y ella se dispuso a bajar.
– No corran o las voy a poner en penitencia esta claro.
– Si seño.
Para bajar ella se dio vuelta, comenzó a descender , yo debajo de la escalera tenia la mas maravillosa visión, de sus grandes piernas y su entrepierna, me quede helado tanto así que ella siguió bajando y yo me quede inmóvil, mi cara golpeo con su cola. Ella se dio vuelta.
– OH, mi amor perdóname, pensé que estas mas abajo.
Yo me quede callado, o boqueado.
No te pongas mal mi amor, yo no voy a decir nada, yo se que te dada vergüenza.
Yo con la cabeza gacha susurre:
– no me dio vergüenza.
Ella enmudeció….
-Te gusto ver debajo de mi falda.
Diciendo esto, miraba como incomoda para todos lados por si regresaban las nenas.
– decime la verdad, yo no se lo voy a decir a nadie, esto va a quedar entre nosotros sabes.
– Si.
En se momento llegan las nenas con el agua y al pasar unos minutos vino a buscarme mi señorita.
– Bueno Alberto ya es hora.
– Como se porto.
– Una maravilla, podrás traérmelo mañana.
– Te gustaría.
– Si Seño.
– OK te espero mañana.
Yo me iba de la mano de mi maestra, cuando miro atrás y estaba ella sonriendo.
– Alberto ven un minuto por favor.
Yo me pare y mi señorita dio su consentimiento soltándome la mano. Al llegar junto a ella se agacho para estar a mi altura y me dijo al oído.
-No te preocupes, yo no voy a decir nada.
Haciéndose de esa manera cómplice de mi travesura.
-Realmente quieres venir mañana.
-Si.
– Decime que color de bombachita llevo puesta mi amor.
– yo baje la cara y dije blanca.
Me dio un beso, y se despidió hasta mañana.
Al día siguiente, al llegar, ella me saluda con beso agachándose.
Mira como vos fuiste ayer buen ayudante, decidí recompénsate y te tengo un regalo para ti.
Diciendo esto, separo las piernas y me digo.
-Mira hoy no me puse pantis, así que me podrás mirar la bombachita toda la mañana, lindo.
No paso una hora, que ya no pude más y metí una mano bajo su falda, ella se dio vuelta sacándomela rápidamente, y miro a las chicas que estaban entretenidas recortando papel glasé y pegándolos en una cartulina, se dio vuelta.
– delante de las nenas no mi amor. (Viendo mi cara) No estoy enojada solo que no quiero que ellas vean, sabes.
-Chicas nos ayudan a traer las cosas del sótano, Alberto va a bajar y me las alcanza a mi en las escaleras y yo se las paso a ustedes y las acomodan arriba OK.
Baje al sótano y ella me dijo cuando me pases las cajas y yo se las de a ellas, vas a tener tiempo de magrear mis bragas cabroncito.
Fueron unos minutos eternos, yo la tocaba toda con mi torpeza y deseo, también notaba que ella se refregaba mas al contacto de mi mano. Al terminarse las cajas, le pidió a chicas que fueran por agua y bajo.
– te gusto
– mucho se te paro la pijita,
– si. (Era la primera vez que alguien me decía eso, ella debía saber)
– bueno ahora, antes que regresen las nenas te voy a hacer masajitos en tu pijita, lindo. Bájate el cierre.
Ella antes de ponerse a mi lado de rodillas se saco su bombachita.
– Así que te gusta mi bombachita, mírala ahora y la vas a oler, es olor de hembra, de hembra caliente, mi amor. Sabes que vamos hacer con ella te voy a envolver tu pijita en ella y hacer una linda pajita. Mientras vos le miras la conchita peludita a su putita señorita.
Dos a tres minutos y acabe sobre sus bragas ella me seco con ella, miro mi leche.
– cuanta leche que tienes ni amor. Ahora mírame como, me voy a frotar la concha con mi bombachitas llenas de tu lechita.
– mira a la golfa de tu maestra como se pajea con tu leche.
Con los ojos abiertos, me quede mirando, por primera vez a una mujer pajeandose y con mi leche en sus bragas.
Que delicia… al viajar por esos años… mientras no dejaba de mírala a la maestra, llevaba un guardapolvo blanco un poco mas corto que su falda negra plisada la cual le llegaba a la mitad de la pierna, su trasero era prominente era obvió el deseo expresado por el niño. En se momento veo que otro niño al pasar detrás de ella, corre los pliegues del guardapolvo blanco, para que su mano solo sea separada de su objetivo por la falda y repite la acción de su compañerito, esta vez pude ver con mas detenimiento como, pasaba su mano por un cachete y la deslizaba por la raya que los separa…se me seco la garganta… el niño paso toco el timbre y el bus paro dejándolo bajar. No podía ser que ahora ella no se había dado cuenta, yo se que hay mujeres que disfrutan de ello… mi mente se disparo… ella era maestra, y de echo que esos chicos eran de su escuela y tal vez de sus grados.
Bajamos del micro yo y mi excitación, al llegar a la estación "San Fernando". La cual era una Terminal tan pequeña que no cumplía con su finalidad con comodidad dada la cantidad de gente que circulaba en las horas pico…
– Hola mi nombre es Alberto soy nuevo en la escuela veo que vamos a se colegas.
– Mucho gusto mi nombre es Clara.
– Siempre es así.
– Si lo dices, esto… todos los días a estas horas es un rió de gente.
– Mama tengo calor.
– Son tus hijas.
– Si te presento ella se llama Esther y ella Claudia… tiene problemas de aprendizaje tu entiendes?
– Si claro!
Mientras estábamos hablando en el andes ella se iba sacando su guardapolvo blanco y después hizo lo mismo con el de su hijita, que no tendría mas de años pero mentalmente solo siete. Su figura me impacto pero mas lo hizo como estaba vestida Claudita, ese día la nena, tenía una pollerita casi mini acampanada blanca y suéter rosa viejo encima de una remerita la cual dejaba adivinar sus insípidas pero hermosas tetitas.. Y su hermana Esther tenia una combinación muy parecida pero en color celeste, su cuerpo era mas pequeño y resaltaba la diferencia entre hermanas no solo por el problema de Claudia si no que el pelo de Esther era mas tirando a rubiecito.
Ya eran las siete de la tarde y el sol ya se ocultaba, algunas luces de la estación comenzaban a prenderse, y el tren no arribaba.
-Para colmo atrasado.
-Si y con la gente que hay. No creo que podamos tomar algún asiento.
-Asiento, yo ya ni sueño, hasta después de pergamino yo casi nunca me senté y con suerte.
-Allí viene !
Una vez que paro, subieron a tropel la gente casi se mataba por subir deje que ella, subiera adelante mío. Pensé en aprovechar ese momento como lo había echo aquellos chicos, pero fui un poco mas precavido pues era en primer día que entablaba conversación y no lo quería arruinarlo.
Note que un tipo se había metido forcejeando a los demás gente detrás de la hijita, la verdad es que estaba apetecible la nena con su pollerita estaba terrible y era una situación que invitaba a aprovecharla, en ese instante lo mire y la tome del hombro a ella y la puse de mi lado, como resguardándola de las intenciones del tipo, el entendió en seguida mi enojo pues habrá pensado que era su padre. Bien en realidad, ahora la tenía para mí y pensaba como aprovecharme sin que la madre lo notara.
-Clara… Claudita, esta conmigo no te preocupes trata de entrar al vagón no nos quedemos en la puerta.
-OK!
Finalmente conseguimos entrar en el interior y continuamos hablando, entre ambos se encontraba Claudita y Esthercita. Con Claudita de mi lado y con una mano sobre su hombro y con la otra tenia mi maletín, y su hermoso culito sobre mí pija que ya se me había parado… y la luz tenue del vagón ayudaba a mis intenciones.
Mientras hablamos yo note que un jovencito se había situado detrás de la madre de las nenas y me imaginaba lo que estaría pensando hacer, o lo que ya estaba empezando a hacer. El solo pensamiento me calentó tanto que deje el maletín entre mis piernas y dejar la mano libre a mis deseos ya que mi mano derecha la había bajado de su hombro a la cinturita de la nena. Miraba a la madre que tenia dos cosas en la cabeza, como disimular hablándome sin parar y mientras dejaba que el intruso a sus espaldas siga con su trabajo, y dada la pasividad de Clara, estaría disfrutándola con creces.
Atraje a Claudita para frotármela y pasármela bien con su hermoso culito. Viendo que como la madre era a su vez agarrada de la cintura por el extraño, ya no me cabía la menor dada que ella disfrutaba de estos viajes. Mientras que Claudia al igual que su madre no decía nada, me lance con todas mis cartas, fui subiéndole la pollerita hasta comenzar al manosear su bombachita, la niña me miro y yo me quede helado. Pero enseguida Salí al frente.
– Te pasa algo Claudita…
– No señor (y me sonrió, dulcemente, siguió jugando con su hermanita, y de vez en cuando me volvía mirar sonriéndome.)
Pasado el susto, y con el corazón en la boca, pero sin sacar la mano se su culito. Veía a la madre hablándome se la notaba mas contenta que un cascabel.
– Sabes que en la escuela son pocos con los que había podido entablar una amistad, yo diría contados con los dedos.
– Gracias, tu eres muy amable, y es muy bueno ya tener una nueva amiga en mi nuevo trabajo.
– Pues es difícil encontrar personas con los mismos gustos. (dicho esto puso su mano sobre la mía)
La situación estaba cargada de morbo pues mi mano esta sobre el precioso culito de su hijita.
Su comentario no fue mal recibido por mi, entonces me baje el cierre y ya tenia mi pija sobre canalcito de su hija, la cual yo apretaba para que se quedara lo mas pegadita posible a mi. En ese tiempo le pase mi pija por todo su culito y entre sus piernitas, y al ver que ella se dejaba hasta me anime a separar su calzoncito, para que no hubiera nada que me separe de esa carnecita fresca que esta disfrutando, quedando mi pija sobre su canalcito y atrapada por su calzón, el cual ya me lo imaginaba rosadito ya no me controla iba a acabar y tirar dos o tres lechazos sobre la nena.
De repente al ver que dos señoras se levantan, Clara me dijo vamos a sentarnos. Entonces con velocidad y miedo pues esta temblando baje la pollerita y me subí el cierre del pantalón, tratando de disimular que no encontraba el maletín. Clara me vio subirme el cierre pero no dijo nada, realidad hizo como que no vio nada, y sonrió levemente y se dispuso a tomar asiento.
Ella quiso tomar el asiento junto a la ventana, ya había bajado el sol y dentro del vagón había muy poca luz. Pero de igual manera al sentarse vi en su falda negra que tenia unas machas blancas, restos que su casual acompañante había derramado sobre ella, a la altura de su cola y unas cuantas gotas le caían sobre los pliegues de su falda plisada. Al ver esto, la atmósfera se me torno realmente sensual y quede sin control de mi respiración.
Mi calentura era insoportable, nos sentamos y entre nosotros las dos nenas paradas para no estén solas en el pasillo, no había lugar para los cuatro , cuando de repente Clara dice:
– Te molesta si siento a Claudita sobre tus faldas y a Esther la tengo yo.
– No por favor, como me va a molestar..
Era una propuesta divina, ella tomo a Claudita y estoy seguro que noto mi bulto en el pantalón pues se había formado una mancha pre-seminal de la calentura que tenia. Ella obvio todo esto, pero al sentarla levanto su pollerita y pude confirmar el color rosa de su calzón y la puso casi encima de mi bulto. O sea que la pollerita me tapaba los costados y ella estaba sobre mi bulto tan solo en bombachita. Tomo la su otra hija sobre sus piernas , y seguimos hablando del colegio.
– Te voy a presentar a las personas indicadas dentro de la escuela, veras que te va a gustar tu nuevo puesto.
– Te agradezco, pero no se… mañana la directora revisara mi legajo y no se.
– No te preocupes, es amiga mía mañana temprano hablare con ella.
– Te agradezco, pero al decir verdad no esta muy limpio que digamos…
– Te entiendo todos tenemos debilidades… (sonriendo y mirando a su hija sobre mi falda).
Quedándome callado…
– Mira en este lugar tan apartado de las grandes ciudades, los maestros que ejercen aquí, lo hacen por dos razones, o nacieron en la zona o los mandan por que se portaron mal en algún otro lugar, así que descuida.
– Y a ti cual de las dos formas te sienta.
– Las dos, nací aquí y no soy tan buena como parezco… (Y se hecho a reír)
Esther se acerca a su mama para hablarle al oído, y trato de mover mi mano por debajo de la faldita de claudia y llegar a mi cierre..
– Dice que tiene frió, Allí tengo una manta, por favor me alcanzas el bolso.
– Si por supuesto. Saco mi mano del culito de su hija y se la alcanzo.
Ella nota mis movimientos sospechosos y me pongo colorado. Mientras ella pone sobre ella y su hija la manta me dice.
Se nota que estas incomodo, a ver Claudia levántame apenas un poquito para que Ricardo se pueda acomodar, todo esto lo decía en un tono de sonrisa y complicidad que yo no podía creer. Acomode mis piernas y también baje mi cierre y saque mi pija, un poco fláccida por los nervios, pues sentía los ojos de Claudia clavados en mí, mientras acomodaba a su otra hija sobre si. Claudia puso su cola sobre mí, y en dos segundos yo hacia fuerza contra su calzoncito, etc. evidente que ella la sentía, pues se movía más como si se la acomodase a su gusto.
Mientras Clara continuaba hablándome yo notaba que algunas veces miraba a su hijita moverse sobre mi, tuve pánico que le diga algo…
– estas incomoda mi amor, te pasa algo.
– No mama, me gusta viajar así, no es divertido Esther?
– Si.
– Que ocurrencias estas chicas!!
– Ellas encuentran la diversión en todas partes no?
– Si es verdad, o si no nosotros tenemos que encargamos de que se diviertan y sean lo mas felices posible, no te parece.
– Si es verdad, eres toda una madre.
Y yo veía que una mano estaba debajo de la manta, la cual la movía lentamente, no lo podía creer lo que veían mis ojos.
– trato de suplir todas las necesidades de mis hijas y mías también.
Estaba masturbando a su hijita mientras me veía a mí. Para ese entonces la faldita de claudia se levanto un poco pues tenia mi pija parada entre las piernitas y rozando su conchita.
Decidí jugarme, dejando pocas dudas de lo que estaba haciendo, corrí la manta del costado, para darle una vista de lo que sucedía, sin dejar nada a la imaginación. Y comencé a mirarla expectante, para saber cual era su reacción.
Al ver eso Claudia, se quedo en silencio mirándonos y comenzó a mover la mano con más velocidad debajo de la manta, y Esthercita se recostada sobre su pecho y cerraba sus ojos…
– esta es mi humilde bienvenida profesor… (corriendo un poco su manta, dejando ver su mano debajo de los calzoncitos de su niña)
– Estuve esperando toda una vida una mujer como tu!
Sonriendo me dijo: Que corto encuentro…. Es una lastima, pronto vamos a tener que terminar… la conversación pues me bajo en dos estaciones más.
Vamos a tener que terminar lo dijo en un tono tan diferente que solo podía ser lo que estaba pensando…
Entiendo, entonces te puedo pedir un favor…
– Si.
– Que me ayudes, pues tengo aquí un lió con las mantas.
– Si dame un minuto que termine yo.
– como veras yo también tengo problemas con mi manta (sonriendo).
Continúo mirándome con los ojos fijos y vidriosos viéndome como magreaba a su niña y acelero la paja que le estaba haciendo a esthercita.
– Bueno ya esta, haber que pasa aquí?
Clara se acerco a mi y Esthercita se había parado pero pude ver como ella se subía la bombachita que tenia casi por las rodillas, acomodo su pollera y comenzó a doblar la manta. Mientras la madre pasaba sus manos por debajo de mi manta, notando que mi pija levantaba el vestidito de su hija por delante… separo las piernas de la nena puso su mano sobre la falda y presiono mi pija sobre la conchita de Claudita y comenzó a frotar con un movimiento lento de abajo hacia arriba. Y tanto fue a si que acabe con tres tremendos chorros entre las piernas de su hijita, la nena se seguí moviendo como si fuera un juego para ella, fue tanta la leche que su pollerita comenzó a humedecerse, y Mirta lo noto. Y acercándose a mi oído me susurro.
– No te preocupes, las bombachitas las lavo yo… y mi marido nunca se entera de mis viajes.
Y mientras se levantaba para ir acercándose a la puerta de salida, me quede mirando la mancha de su pollera la cual ya se había secado. Pase la mano por su hermosa cola como aquel niño esta tarde.
No te olvides de este detalle blanco, o tu marido cree que es plasticola?
– Mañana te cuento…chau!!
Continuara…
ddelfin2006@yahoo.com
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