OFELIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por TEMPLARIOROYAL1960.
El relato que les voy a contar es totalmente real, espero que les guste. Me encontraba una tarde esperando el bus de transporte de la empresa para la cual trabajo, cuando vi una dama madura acercarse por la vía contraria.
Me la quedé observando: cuerpo delgado proporcionado a su baja estatura, cabello negro, buena cintura, así como también las caderas, senos regulares; al pasar cerca de mí, le dije: hermosa! Se sonrió, y siguió su camino, yo consulté mi reloj, y la seguí, dándole alcanze, y repitiéndole la misma frase, se sonrió nuevamente, pero esta vez habló para decir: gracias!
Entablamos un pequeño diálogo, y logré conseguir su número de teléfono, yo también le dí el mío. Como a los dos días recibí una llamada, y sorpresa, era ella: Ofelia, ya que así me había dicho que era su nombre.
Huelga decir que de aquí en adelante, yo la llamaba hasta de vicio, y le pregunté que cuando volvía a la capital, ya que vive en otra provincia; me dió la fecha, y yo contaba los días, hasta que por in llegó el gran día.
Me llamó diciéndome a que hora y en que bus venía, así que procedí ráudo a mi casa a ducharme, y luego hacia la terminal de transporte.
Llegó el bus, me acerqué a esperar, hasta que la ví aparecer, con ésa sonrisa que ya conocía, bajó, mientras esperábamos su equipaje, me dijo que estaba muerta de frío porque el bus tenía muy fuerte el aire, yo le dije que no se preocupara que allí estaba yo para calentarla, sonrió nuevamente. Nos entregaron su maleta, y nos dirigimos fuera a buscar un taxi, lo abordamos, le dí la dirección del hotél al taxista, y éste se dirigió hacia allá.
En el taxi, la abracé, ella correspondió,
le dije: -dame un beso-
-espera que lleguemos-
-dámelo, aunque sea pequeñito-
Me dió un beso enorme, durante el cual parecía que nuestras lenguas estuvieran batallando, a ése beso siguieron otros, cada cual más apasionado que el anterior.
Llegamos al hotél, nos registramos, subimos a la habitación, me senté en la cama, la atraje hacia mí, seguíamos besándonos; empecé a tratar de soltarle el cinturón, reaccionó un poco:
-no crees que vas demasiado aprisa-
-en la Academia Militar, aprendí que cuando sitie un lugar no descanse hasta que caiga-
Dejo de resistirse, y le aflojé el cinturón, le quité la blusa, el brasier, los zapatos, el pantalón, sólo quedó un pequeño pantie de color verde.
La deposité con delicadeza en la cama, y procedí a quitarle la última prenda de ropa, el pequeño pantie verde.
Que espectáculo: aquella hembra desnuda, buenas tetas, buen cuerpo, bien proporcionado; cuando le quité el pantie, apareció una espesa mata de vellos negros, que cuca.
Le acaricié la mota de pelos, las tetas, la hice virarse boca abajo, para apreciar unas hermosas nalgas, las acaricié, eran suaves al tacto.
Acto seguido, volví a besarla, bajé a sus tetas, lamiéndolas, chupándolas, estaban deliciosas.
Seguí bajando hasta llegar a esa espesa mata de vellos negros que cubría la entrada de su cuca, los aparté con mi lengua, y le empecé a dar una mamada de campeonato:
-aayyyyy, ayyy, aaaayyyy, hmmm- gemía y se retorcía de placer, hasta que: -Ya métemela! Ven papi, ven mi amor, súbete-.
Me ubiqué entre sus piernas y empecé a pasarle mi verga entre los labios de su cuca,
-métemela despacio porque hace mucho tiempo que no hago el amor-,
Empecé a metersela, estaba estrecha, cálida, sentía las paredes de su vagina ir dilatándose a medida que mi verga entraba, hizo un gesto de dolor, que luego cambió a placer, sacaba la lengua lujuriosamente, me besaba, mientras yo seguía penetrándola, hasta que la tuvo toda en el fondo.
Se retorcía de placer, me besaba, me acariciaba, yo ya pude bombearla sin problema.
Hicimos varias poses, gozando de lo lindo.
-hmmm, ayyy, ayyy, hmmmmmm-
Hasta que: -aaaayyyyyyyyyyyy, aghhhhhhhhhhh, hummm, hmmmm, estalló en un orgasmo.
A todo esto yo no me había venido, ella lo notó y:
-vente papito, porqué no te vienes-
-espérate amor que ya te voy a llenar esa cuca de leche-
Empecé nuevamente a bombearla más fuertemente, ella respondía con gemidos, hasta que:
-aquí te va mamacita, cooogelaaa-
-dámela papi, que rico mi amor-
Inundé su cuca con mi leche, mientras ella suspiraba y sacaba su lengua lujuriosamente.
Como tenía que trabajar, me retiré después de pasar las dos horas y media más deliciosa con aquella hembra.
Antes de irse, para su tierra, me visitó en mi trabajo.
Yo la cargué, la besé; ella me dijo:
-yo no vine ha hacer nada-
La deposite en el suelo, caminó hasta una ventana, yo me puse detrás, y le dije al oido:
-si te lo voy ha hacer-
Empecé a soltar su correa, bajé su pantalón, le bajé el pantie, quedó con esas hermosas nalguitas y su panochita peluda al aire; yo me solté el cinturón, me bajé el pantalón, el calzoncillo. Como tenía mi picha parada y tratando de salir, me puse cerca, así que cuando terminé de bajar el calzoncillo, mi verga cabeceo entre sus nalgas.
Puse mi mano sobre esa espesa mata de pelos que tiene sobre su panocha, y desde atrás le metí la verga, como estaba bien húmeda, entró suavecito.
Empecé a bombear, ella buscó apoyarse en un mesón, y me decía:
-tócame, tócame-
Ver esa hembra con sus blancas nalgas al aire, mi picha metida en su panochita, su pantalón y pantie a media pierna, me tenía a millón, me vine:
-toma mi leche mamasota-
-dámela papi-
-tomaaaaa-
-que ricooooooo-
Después nos limpiamos, ella se arregló su ropa, y se fué.
Estoy esperando que vuelva porque quiero encularla, aunque dice que no porque duele mucho, pero yo se que la convenzo.
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