Otro Cuerpo – Maleen
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ByeByeTabu.
Hola soy Maleen (o eso creo)
No me describo, pero si quieren imaginarme soy muy normalita de cuerpo, ni alta ni chaparra; ni gorda ni esquelética.
Esto que les cuento es muy confuso, aún no sé si es o no real, pero necesito compartirlo con alguien.
Todo ocurrió en las fiestas del pueblo, donde estaba con mi hermana Katia (19), su novio Ramón (20) y mi novio Felipe (19), quien era el mejor amigo de Ramón.
En realidad no me atraía mi novio, sino el de mi hermana y salí con él para estar cerca de mi verdadero objetivo; no es que sea mala persona, sino que simplemente yo quedé enamorada de Ramón.
Como sea, en las fiestas había muchas atracciones de fuera, además de grandes antros donde, por suerte, no me pedían credencial para entrar, por lo que los cuatro bebíamos, bailábamos y visitábamos nuevos lugares.
Saliendo de uno de los bares mi hermana se empieza a vomitar, por lo que Felipe y yo nos alejamos un poco y nos acercamos a una choza de adivinaciones (me da un poco ese rollo).
La verdad estaba bastante ebria y sólo recuerdo que como mi novio es un escéptico estuve un rato medio discutiendo con él.
Desperté con algo de cruda, no sabía por qué pero estaba en bragas y sin sostén.
Me sentía extraña, como si mi busto pesara más o algo… traté de levantarme pero una mano estaba sobre mí.
Di la vuelta y casi se me sale el corazón.
Estaba Ramón totalmente desnudo dormido junto a mí en la cama, y sin siquiera detenerme a pensar si era o no un sueño mi mano inconsciente se dirigió hacia su pene para amasarlo.
Ramón abrió los ojos – hola princesa – me dijo antes de besarme.
Sin decir nada, como en piloto automático, bajé mi cabeza y empecé a besar y lamer su miembro hasta qué se puso duro para después engullirlo lentamente, saboreando cada centímetro.
No lo podía creer, en verdad no sabía cómo había llegado hasta ahí, ni si anoche había pasado algo entre Ramón y yo, sólo tenía en mente ese pene en mi boca me sabía a gloria, por lo que bajaba y subía despacio y pasando mi lengua por cada parte del tronco y el glande mojándome a cada segundo hasta casi correrme.
Mi amante me detuvo y yo quería seguir, pero la frustración no duró mucho – móntame – Salió de sus labios, y sin pensarlo dos veces me subí y me metí esa verga haciendo círculos con la pelvis cada vez más rápido.
En mi descontrol no caía en cuenta dónde estaba, pero una vez siendo penetrada por mi cuñado Ramón me fijé que era la cama de mi hermana, el cuarto de mi hermana, y viéndome en el espejo no podía creerle: ERA KATIA.
O, al menos, era su figura quien estaba enterrándose la verga de Ramón reflejándose en el espejo.
Por un momento mi mente se bloqueó, hasta que sentí como apretaban fuerte mis pezones a la voz de – me corro –.
Llegué al orgasmo en cuanto sentí el semen fluir por mi vagina ¿o la de Katia?.
Poco analicé el asunto antes de caer rendida sobre el pecho de Ramón, besarlo apasionadamente y quedar dormida de nuevo
Cuando desperté nuevamente estaba sola, pero sigo teniendo el cuerpo de mi hermana.
Escribo esto para saber que estoy cuerda.
Ha pasado una hora y me niego a salir del cuarto hasta averiguar un poco más.
Aunque realmente espero que Ramón regrese y me vuelva a hacer suya.
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