Papito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
PAPITO
Con el proposito de ayudarme a sobrellavar mi reciente separacion, mi amigo Carlos me insistio, para que aquella noche concurrieramos a esa disco a tomar unos tragos.
_ “Que vamos a hacer en ese lugar, le dije, donde todos los que van son jovenes y vosotros dos pasamos los 45 años….”
– “No importa, respondio el, por lo menos cambiaras de aire, y de paso nos tomamos una copas, ademas te distraes viendo chicas hermosas.”
Asi que esa noche, pasadas las 12 de la noche, y luego de una buena cena, nos fuimos a la disco y nos quedamos al lado de la barra, donde encargamos unos tragos.
Con la musica a todo dar, y el destello de la luces, apenas si podiamos oir lo que nos deciamos, por lo que era mas util, el pegarnos leves codazos, para señalarnos las damas que mejor se veian.
En las pistas todo era frenesi y observe que habia muchas mujeres que bailaban entre ellas, mientras que otras lo hacian con sus compañeros.
Tambien, entre los destellos de las luces, pudimos observar a varias parejas de mujeres, que sentadas en los rincones, se mataban a besos y en algunos casos, se tocaban mutuamente los pechos.
De repente, veo que se acercan unas sombras caminando cerca de la barra, y al aproximarse compruebo que se trataba de tres niñas, dos de ellas morochas y la tercera rubia, de alrededor de los 22 a 25 años, que venian conversando animadamente.
Al estar cerca nuestro, y ver que las estaba mirando, las dos morochas, me clavaron sus ojos, pero pude observar un destello de enojo, aumentado por le fruncimiento del seño, mientras que la tercera, un angelito rubio con unos ojos hermosos y una figura especial, no lo hacia, sino que me clavo su mirada y esbozando una ligera sonrisa, al pasar junto a mi, me guiño un ojo.
Yo pense, que lo hacia para recordarme que era alguien que desentonaba por su edad, en ese lugar y que lo hacia para divertirse, pero la segui con la vista y le eche una maldicion al boliche, por tener tan poca luz, que no dejaba ver bien, aprovechando solo el reflejo que producia la luz de la barra, para admirar esa criatura.
Tenia unos pechos bien erguidos, los que ayudados por un corpiño puesto a proposito, los presentaba como si estuvieran en una bandeja, su cintura era estrecha y se derramaba en un culito paradito y a todas luces firme y duro, el que se destacaba tambien, por la mini que llevaba y que lo cubria solo en parte.
Salieron del alcance de la luz y yo esperando volvieran a pasar, cambie de posicion con Carlos en la barra, para estar atento al regreso, calculando que se habian dirigido al baño de damas, que estaba unos metros mas adelante.
Al ratito de esperar, y ya con la vista mas acostumbrada a la oscuridad, veo que regresan, estas vez la rubia que antes iba en medio de sus amigas, venia del lado mio.
Cuando iba llegando junto a mi, veo que sus amigas me miran otra vez con mala cara, pero ella al mirarme se sonrie abiertamente, me vuelve a guiñas el ojo, y de sus labios escucho, “Papito”.
Ni mas que alli, me les acerco y entre el sonido de la musica les digo” a vos te conozco”, a lo que ella deteniendose me dice acercando su boca a mi oido, “de donde, papito?”.
“De aqui y de hace un ratito cuando pasaste”, le respondo tratando e parecer gracioso, a lo que ella me respondio, “a si, entonces yo tambien te conozco..”.
“Vos y tus amigas, desean tomar algo?”, le pregunto.
Las amigas que se habian detenido, responden que no, y ella me dice, bueno, diciendole a sus amigas, “chicas vayan a la mesa que yo las alcanzo”.
Mientras le pido el trago que eligio, la presento a Carlos, el que enseguida se aleja, como demostrando interes por una señorita, pero en realidad para dejarme solo.
“Como te llamas, hermosa?”, le pregunto, a lo que responde “Mariela, y vos papito?”, me pregunta ella.
Roberto, respondo, pero pensando para mi, “esto de papito no vendra de cargada?”, sin saber que luego comprobaria que no era asi y que existian motivos importantes para que no lo fuera.
Mientras nos servian los tragos pedidos, y al momento de pagar, siento que su mano, se me apoya en mi cintura y se acerca junto a mi, cosa que me sorprendio y me alegro a la vez.
Debo decirles que si bien no soy un artista de cine, llevo bien mis 45 años encima, siendo alto , de cabellos rubios y con un cuerpo delgado y sin nada de grasa ademas, pero recordando aquel dicho de “de noche todos los gatos son pardos…”, pense que la oscuridad del recinto estaba jugando a mi favor.
Ya con nuestros tragos en las manos, le sugiero si no desea nos alejemos de la barra, a lo que accede, pensando para mi, “ en algun lugar mas oscuro podre avanzarla, si se deja”.
Nos corrimos hacia una esquina del salon, donde una columna nos cubria de miradas indiscretas, y nos pusimos a charlar.
Al ratito, y siempre teniendola de su cintura y ella con su brazo tomando la mia, le pregunto al oido: “ porque me llamaste y lo repetiste otra vez, papito?
Ella con su voz angelical, acercandose mas hacia mi, me dijo al oido. “porque quiero que lo seas, y yo quiero ser tu nenita…..”
Alli me entro a jugar la duda y los malos pensamientos, ya que en principio lo que pense, era que se trataba de un gato, que andaba a la busqueda de clientes, cosa que a mi para nada me interesaba, pero ella como adivinando mis pensamientos, acercandose hacia mi, y pegandose de frente, me dijo susurrando: “me gustas porque te pareces a mi papa, y siempre he tenido la fantasia de hacer el amor con el…”.
Decirme eso, y comenzar a tener una ereccion, fue instantaneo, ella lo noto y como tratando de no perder el equilibro, se pego mas a mi.
Deje mi copa sobre una repisa que habia en la pared, y tomandola por la cintura, la aprete junto a mi, mientras que con la otra mano, le acariciaba esas nalgas, metiendo la mano por debajo de su mini y acercando mis labios a los suyos, los que me esperaban ya entreabiertos y con la punta de su lengüita asomando entre los dientes , nos apretamos aun mas.
Nos dimos un beso que acelero el crecimiento de mi miembro, y ella aprovecho para restregarse contra el, abriendo un poco sus piernas, para que el mismo pudiera rozar totalmente su sexo, aprovechando a ponerse en puntas de pie, para que mi pija quedara por debajo de su falda.
Cuando recupere el aliento, ella me miraba con una sonrisa picara en la cara y me dijo, “que bien que besas amor”, mientras me acariciaba la cara con dulzura.
Mariela, le dije, “quieres que vayamos a otro sitio, donde podamos conversar”, sonriendo mientras se lo decia, “mas en privado”?.
A lo que ella respondio. “Papito, yo soy una buena nenita y hago siempre caso, a lo que me dice mi papito”.
Esas palabras derribaron las ultimas barreras de cordura que tenia, y ahi nomas, tomandola por la cintura, me acerque a Carlos, que estaba conversando con una señorita, para avisarle que nos retirabamos, a lo que el con una sonrisa complice me deseo mucha suerte.
Tomamos mi coche, y nada mas arrancar, Mariela comenzo a acariciarme la entrepierna, bajando el cierre de mi pantalon y pasando su mano por debajo de mi slip, comenzo a estirar la piel de mi pija de adelante hacia atras.
No recuerdo bien como llegamos al hotel que habia elegido, porque eran tantas las sensaciones que me producian las caricias de Mariela, que estaba como flotando.
No dieron una habitacion, y como la cochera comunica directamente con el cuarto, mientras subiamos por la escalera, aproveche para meter mano y tocarle ese hermoso culo por sobre su tanga, y ni me preocupe de guardar mi miembro dentro del pantalon, por lo que subimos la pequeña escalera que lleva al cuarto, ella delante mio, con su mano hacia atras, acariciando mi pija de arriba hacia abajo.
Una vez adentro, tuve oportunidad de observarla con mas detenimiento, por los espejos del cuarto, ya que no bien entramos, nos empezamos a besar de una manera que me dejo nuevamente sin aliento.
Su inquieta lengua buscaba la mia y como que se enroscaba en ella, para luego meterse en mi boca y recorrerla de una manera, que yo sentia como descargas electricas cada vez que la tocaba.
Mientras tanto la habia subido su falda y le acariciaba sus nalgas, metiendo mis dedos entre tu diminuta tanga, para recorrer con los, toda la raya de su culo.
Pase mi otra mano por delante y comprobe que tenia la parte delantera bastante humeda, por lo que comence a separar sus labios vaginales e introducir un dedo dentro de su conchita, deteniendome en su boton rosado, para acariciarlo haciendo circulos sobre el, mientras Mariela, se abria mas de piernas para facilitar mi labor con ambas manos.
MI pene totalmente parado, jugaba con el sexo de Mariela, pero por arriba de su tanga, jueguito este que parecia gustarle mucho y brindarle muchas sensaciones lindas.
Le quite la falda y la blusa, pero sin dejar de besarnos, y quedo con su mini ropa interior, sacandole a continuacion el corpiño y la bombacha, quedando demostrado que lo apreciado en el boliche era cierto, tenia un culo bien duro y parado y sus pechos eran tambien duros y erguidos, y con toda la refregada que no habiamos dado, sus pezones apuntando hacia adelante y se destacaban sobre la aureola rosada de sus tetas.
Fuimos hacia el lecho, y en su borde, la puse con las piernas colgando, para poder asi bajarme hacia su sexo y comenzar a chuparselo con frenesi, logrando que al momento, comenzara un suave ronroneo, acompañado de suspiros, que fue subiendo de intensidad hasta alcanzar el grado de gemidos, entre los que decia: “segui papito, comele bien la concha a tu nenita, sacame todo el juguito que tengo guardado para vos, seguiiiiiiiiii, no pares, haceme acabarte en la boca, tu nenita es buena, OH….!, que rico, dale mas, SIIIIIIIIII, ya te acabo, papito, como me estas cogiendo con tu lengüita, dale, dale”.
Asi estabamos, cuando siento que su cuerpo se arquea, sus dos piernas se me suben sobre los hombros y me aprietan el cuello, como queriendome incrustar contra su sexo, y se produce un torrente de jugos vaginales, que inundan mi boca y se repiten en continuos espasmos al acabar Mariela en mi boca.
Como todo esto habia acelerado mi deseo de penetrarla, y teniendo en la habitacion un jacuzzi, que rumoreaba el canto de su agua, la levante dulcemente y en brazos la lleve al mismo, y colocandola sobre mis piernas, aproveche lo bien lubricada que tenia su concha y el agua del jacuzzi, para que se enterrara todo mi pene dentro de ella, comenzado a cabalgarme de una manera imperiosa y cuidando que no se le saliera de su jaulita de placer.
Mientras tanto, yo que la tenia tomada de su cintura con una mano, con la otra, le acariciaba su concha, en especial su clitoris, el que estaba inflamado de tanto deseo, y haciendo una gran esfuerzo, con mi boca le mordia sus pezones, arrancandole grititos de placer cada vez que lo hacia.
“__Papito, que bien coges a tu nenita, dame mas, mas adentro, quiero que me hagas gozar mucho, necesito tener toda esa pija grandota dentro mio, papito, me estas haciendo gozar muchisimo, segui, no te detengas, aprietame bien junto a ti, sigue, sigue…….. , OH, OH, OH, ya te acabo, acabame vos tambien, quiero toda tu lechita, vamos papito, ya me voy, si, si, si…………… huy que rico, sentis como estoy acabando?
“_Si mi nenita le respondi, senti toda mi verga dentro de esa hermosa concha que tenes, senti como te voy a dar una tonelada de leche, toma tragatela toda, senti como te lleno, dale, ahoraaaaaaaa……”
Y claro que lo sentia, ya que a medida que llegaba el climax, sentia como su vagina se contraria y dilataba, apretando mi pene, como queriendo ordeñarlo y sacarle de ese modo, hasta la ultima gota de leche.
Cuando acabamos los dos, se desplomo sobre mi, y abrazandome por el cuello, me decia al oido:
“–Te gusto como coge tu nenita?, como sabias que mi ilusion era hacer el amor con mi papi en el jacuzzi?, yo desde que tenia 12 años y lo vi. hacerlo con mi mama, en la piscina de casa, siempre quise que mi papa, lo hiciera conmigo tambien, y por suerte hoy te encontre a vos, que sos reparecido a el y me diste el gusto, papito mio……”
“–Vas a dejar que tu nenita, que es muy buena, te chupe esa hermosa pija que tienes y que tanto me hizo disfrutar….?”
Nos secamos y volvimos al lecho donde con Mariela entre mis brazos, estuvimos diciendonos cosas dulces al oido, y tambien dandole besitos en su cuello y entre sus tetas, lo que pronto la puso caliente de nuevo y comenzo, primero con sus piecitos, y luego con sus dos manos, a acariciarme el pene para que nuevamente se irguiera.
Para apurar la ereccion, comenzo a meter la cabeza del mismo dentro de su boca y a pasar la lengua por su contorno, descendiendo con sus manos por el tronco y acariciando la parte inferior, y los huevos, lo que me hacia suspirar de las sensaciones que sentia.
Despues, tomo mi pija con sus dedos, y bajando con sus labios por el tronco hasta mis huevos, se los metia de a uno en su boca y me producia unas oleadas de placer como nunca habia tenido, mientras tanto me miraba a los ojos y cada tanto me decia: “te la chupa bien tu nenita, papito?, por que si no lo hace bien, le tienes que dar un chirlo en la cola, no es cierto ? ”, con lo que comprendi, que Mariela estaba buscando que le pegara palmaditas en su colita.
Le dije que se acomodara para que siguiera chupando mi pene, pero a su vez, yo le chuparia su concha, asi que se acomodo para un fabuloso 69, y comence a chupar sus conchita, introduciendo mi lengua todo cuanto podia dentro de la misma, mientras que con una mano le brindaba algunas nalgadas, a las que ella respondia mordiendo mi pene como si fuera un helado, con la otra le iba introduciendo primero un dedo, y luego dos, girando los mismos como si fuera un tirabuzon, lo que le produjo un aceleramiento de su orgasmo, acabando nuevamente en mi boca, una combinacion de jugos vaginales y su lechita.
Cuando vislumbro que estaba por acabar yo, se dio vuelta para estar de frente a mi, y al lanzar yo mi leche en su boca, se trago la primer tanda, para luego sacar mi pene de la misma, y echarse la leche sobre sus magnificas tetas.
Continuamos cogiendo en distintas posturas y cada una de las veces, era mejor que la anterior, no comprendia de donde sacaba tanto placer para darmelo a mi y para gozar ella, hasta que ya cansados nos dormimos un ratito, y luego de bañarnos juntos y toquetearnos y besarnos, la lleve hasta su casa, regresando yo a la mia destruido pero muy feliz.
Este fue mi primer encuentro con Mariela, de la que ahora soy su papito, y fue el inicio de una relacion que aun hoy sigue, y durante la cual hemos representado distintas situaciones, las que seran motivo de otros relatos, si me animo a escribirlos.
rian_319@hotmail.com
Autor: Anonimo
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