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Fantasías / Parodias, Heterosexual, Sexo con Madur@s

Pedro el taxista

Pedro era un hombre amable y bueno, siempre llevaba a una niña y a su madre a varios lados, pero de un día para otro cambió y fijó sus deseos en la pequeña Dianita..
Pedro el taxista

 

Pedro era un hombre de 38 años, muy respetado y admirado en su vecindario, él ayudaba y apoyaba en eventos tanto religiosos, escolares y comunitarios. Hacía tres años que su esposa había fallecido y desde ese momento se dedicó a ayudar a sus vecinos y a conducir un taxi.

Los vecinos ocupaban el servicio de taxi muy a menudo,  llevando a los vecinos a sus trabajos, al súper y al colegio.

Todo parecía ir de maravilla, tenía una vida llena de alegría,  muchos amigos, un empleo estable, una casa módica y buen dinero ahorrado.

 

Pedro por las mañanas salía a realizar viajes de sus vecinos, de un lado para otro y así sucesivamente,  uno de sus clientes más frecuentes era la familia del doctor Álvarez entre otros más. 

Cada mañana llevaba a la señora Ernestina y a su pequeña hija Dianita al colegio y después al hospital donde trabajaba la mujer que era esposa del doctor Álvarez.

Regresaba y hacía otros viajes, pero un día cierto pasajero olvidó documentos y USB, pero Pedro no se percató hasta que llegó a su casa, él como buen samaritano trató de buscar información para poder entregar la maleta y los papeles, no aparecía ninguna dirección ni tambo o algún nombre, todo eso a Pedro se le hizo raro hasta que dentro de un compartimento del maletín encontró una memoria USB, tomó la memoria y la insertó en su laptop, observó que tenía decenas de archivos y escogió uno al azar.

Cuál fue su sorpresa,  era un archivo de vídeo de sexo explícito dónde aparecía un hombre de espaldas y una niña de escasos 10 años. El video tenía una duración de 11 minutos en dónde el hombre violaba salvajemente a la niña.

Desconcertado Pedro quitó el vídeo y busco otro, pero éste era del mismo tipo que el anterior, en la memoria había videos de todo tipo, dos hombres con una pequeña,  un hombre con un niño, tres hombres con dos niñas y hasta de un hombre con un bebé.

Pedro cerró su laptop deseando encontrar a esos malnacidos y matarlos a golpes.

Toda la noche fue un suplicio para este hombre, pesadillas y más pesadillas perturbaban su descanso  y no podía conciliar el sueño, eterna y larga fue esa noche.

 

A las 6 am del día siguiente Pedro se ducho, comió cereal y se fue a laborar en su taxi, llevó y trajo a sus pasajeros de un lugar a otro y cómo cada mañana antes de las 8 am llevaba a la sra Ernestina junto con su hija a la escuela y después al hospital, ese día Pedro al ver a Dianita inmediatamente se la imaginó en uno de esos videos que la noche anterior había visto, y por supuesto que la polla le comenzó a despertar, su erección era tan fuerte que parecería que le rompería el pantalón y en unos cuantos segundos su pantalón ya estaba húmedo y mojado.

Todo el día pensó e imaginó esas imágenes recreando las escenas con la pequeña Diana, pero ahora siendo él el protagonista.

 

Cada que veía a una pequeña niña la quería abordar y desnudarla para poder satisfacer sus necesidades sexuales, pero respiraba hondo y profundo y eso hacía que se tranquilizara. Pasaron varios días y todo transcurría como siempre hasta que por la noche el padre de Diana, el Sr. Álvarez fue con él y le comentó.

 

-(Sr. Álvarez )… Buenas noches vecino, perdón por la molestia, pero quería pedirle un favor.

-(Pedro)… Dígame,  doctor, ¿en qué puedo ayudarle? 

-(Sr. Álvarez )… Lo que sucede es que a partir de mañana mi esposa entrará a trabajar una hora antes de lo normal y como verá se nos dificulta llevar a Dianita al colegio. Y bueno como usted siempre las lleva, ¿quería saber si podría  llevar y recoger a mi hija al colegio ?

-(Pedro )… Por su puesto doctor, cuente con ello. ¿Y a qué hora pasaría a su casa por la niña? y ¿también a que hora la recogería de la escuela? 

-(Sr. Álvarez )… Pasaría por la niña a la misma hora de siempre y la recogería a la 1 pm, después la llevaría al hospital con mi esposa.

-(Pedro)… Muy bien doctor Álvarez,  así se hará.

 

El taxista llevó y recogió a la pequeña en varias ocasiones más,  cada que llevaba a la niña Pedro recreaba imágenes de la niña siendo abusada sexualmente por él dentro de su vehículo.  Dianita era una niña muy linda al igual que la madre, tenía una tez clara de piel, cabello ondulado y a pesar de su edad 6 añitos portaba un trasero parado y redondeado, además de que era muy curiosa.

Transcurridos 15 días Dianita ya tenía demasiada confianza con Pedro ella lo veía como a un integrante de su familia y eso ayudó demasiado a Pedro en realizar toqueteos y ciertos jueguitos con la niña dentro del mismo taxi.

Pedro cada mañana iba por la niña a la casa del Doctor, esperaba a que pasarán unas cuadras y le decía a la niña.

-( Pedro )…  ¿Recuerdas que te había dicho que te iba a enseñar algunas cosas? Pues ha llegado la hora de mostrarte. ¿ te gustaría aprender a manejar ?

-(Dianita)…¿Yo? ¡Voy a manejar!

-(Pedro)… Claro

-(Dianita )… Pero todavía soy pequeña y no sé si mi papi me dejará. 

-(Pedro)… ¡Es verdad!, pero tengo una idea, yo te enseño y no le decimos a nadie.

-(Dianita )… ¿cómo? No entendí. 

-(Pedro)… Mira después te explico, porque ya llegamos al colegio. ¿Qué te parece si mañana lo hacemos ?

 

Pedro bajó a Dianita y la entregó a la profesora que estaba en la puerta del colegio y se retiró a seguir trabajando,  antes de la una ya estaba Pedro esperando a la niña. La pequeña abordó el taxi y fueron rumbo al hospital, Pedro antes de bajar a la niña le recordó que no les dijera a nadie que le iba a enseñar a manejar.

Al siguiente día el taxi esperaba a las afueras del domicilio de la familia Álvarez,  Pedro se emocionó al ver a la pequeña cuando ascendió al vehículo. 

 

-(Pedro )… ¿Cómo estás Dianita? ¿A nadie le contaste lo que platicamos ayer?

-(Dianita )… Nooooooo,  porque sino no me ibas a enseñar.

-(Pedro )… Muy bien eres una niña muy obediente,  mira para empezar te vas a subir en mis piernas y te vas a sentar.

 

La niña confusa lo volteó a ver y frunció su ceño.

-(Pedro )… No te espantes,  lo que pasa es que tienes tus pies pequeños y aún no alcanzas los pedales.

-(Dianita )…  Bueno, entonces me siento ¡ya!

 

Pedro agarró a Dianita y la sentó, la pequeña en su inocencia estaba muy emocionada de estar manejando, sin imaginar las perversiones de aquel hombre. Pedro le daba indicaciones a la pequeña,

 

-(Pedro)… Cuando estés manejando siempre debes de ver al frente, nunca te voltees a ver otro lugar que no sea el camino.

-(Dianita )… ¿Por qué? 

-(Pedro)… Pues podríamos chocar con otro carro y de esa forma tus papás se darían cuenta que estas manejando y ya no te darían permiso. Por eso aunque yo te hable,o te toque tu espalda, tus piernas o otra cosa, no me veas. Tú sigue viendo al frente.

 

Ya casi llegaban a su destino y Pedro con la niña sentada encima de su verga dura, sentía un clímax jamás experimentado.

Así pasaron tres días más, la pequeña se sentaba sobre el bulto del chofer una y otra vez. Hasta que llegó el día en el cuál Pedro iba a dar un paso más adelante, por ello ese día Pedro se vistió con pantalón deportivo y no se puso ropa interior.  Cuando llegó la niña él no se bajó del auto y dejó que el doctor Álvarez subiera a la pequeña en el asiento de atrás del taxi, se despidió del doctor y tomó rumbo a la escuela. 

Pero el destino quiso ayudar a Pedro, pues al incorporarse a la avenida principal al parecer había ocurrido un accidente,el tráfico era lento y la carga vehicular estaba a tope.

 

-(Dianita )… Oye Pedro, ¿ me vas a dejar manejar?

 

Acto seguido Dianita ya estaba encima del hombre, tomó el volante con sus manos y daba brincos de alegría , cada brinco que realizaba, la polla de Pedro despertaba y se ponía rígida y como no traía ropa interior su verga se sobresalía del pants deportivo,  Pedro no aguantaba más y quería en ese momento desflorar a la niña, hacerla suya y dejarle toda su carga de mecos dentro de su vagina.

Pedro deslizó suavemente su mano por la cintura de la niña y alzó su falda,  la pequeña trató de voltear a ver y Pedro le dijo.

 

-(Pedro)… Recuerda que cuando estés manejando no debes ver hacía atrás,  sino mejor ya no te enseño. 

-(Dianita )… No por favor ya no lo hago.

 

Sonó el teléfono del hombre, era el padre de la niña,  Pedro le comentó que posiblemente llegaría más tarde al colegio debido al intenso tráfico. El sr. Álvarez le comentó que ya se había comunicado con la directora del colegio y que no había problema si llegaba tarde.

Pedro dejó su celular a un lado, se estiró hacía arriba, con una mano sacó su verga babeante y la acomodó entre los muslos y la parte íntima de Diana, el hombre hacía fricción y presionaba su imponente polla por encima de la vagina de la chiquilla. Pedro poco a poco movió  el calzón de la niña haciéndolo a un lado y poder pasar la cabeza de su pene sobre la raja vaginal. La cabeza de la verga estaba demasiada hinchada parecía un hongo gigantesco y de ella emanaba grandes cantidades de precum, el cuál era embarrado en el orificio de Dianita.

El hombre no se pudo contener y arrojó varios disparos de semen sobre el volante, el parabrisas, otros más en el techo del taxi y sobre los pedales, había demasiado esperma  por todas partes. Lo que hizo sorprenderse a la niña.

 

-(Dianita )… ¿Qué es eso?

Señalando con sus dedos el esperma.

-(Pedro )… Ah eso. Es, eso es yogurt que se embarro. 

 

Minutos después la niña entró al colegio al igual que varios niños que habían llegado tarde debido al tráfico. Esto mismo se repitió tres veces más,  Pedro ya no aguantaba más esa calentura, ese deseo de follar a la pequeña y arrebatarle su virginidad, pero ahora las circunstancias le habían cambiado sus planes, ya que la madre de Dianita regresó a su horario de trabajo habitual.

Aproximadamente pasaron dos semanas y aún la niña era acompañada por su madre y en otras ocasiones llevada a la escuela por el doctor, ese día Dianita estaba afuera de su domicilio jugando con dos amigas de la misma edad, el hombre pasó caminando a lado de las niñas y saludó con entusiasmo a la niña.

 

-(Pedro)… ¡Hola! ¿Cómo estás Dianita?

-(Dianita )…¡ Bien! Estoy jugando con mis amigas.

-(Pedro)… ¿Y cómo se llaman?

-(Dianita )… Ella es Maria y ella es Naty.

-(Pedro )… Qué hermosas amigas tienes, me gustaría ser su amigo también.

 

El taxista se fue caminando lentamente sin perder de vista a las tres niñas, se imaginaba tenerlas desnudas en frente de él, puso su mano sobre su bulto y lo masajeó observando a sus futuras presas.

Cierto día un amigo de la infancia de Pedro, le pidió que si de favor le prestaba su taxi ya que tenía que llevar a su madre al otro lado de la ciudad, Pedro como buen amigo aceptó,  pero le dijo a su amigo que le guardara los tickets de gasolina y los de pago de casetas.

Esto iba a ser una gran excusa, para poder solidificar su plan.

A los dos días siguientes Pedro se despidió de algunos vecinos incluidos la familia Álvarez,  les comento que estaría fuera por dos o tres días, ya que tenía un viaje pendiente. A la hora pactada el taxista salió de su calle despidiéndose nuevamente, y aproximadamente como un kilómetro le dejó el taxi a su amigo y él regresó a su colonia, tratando de que nadie lo viera.

A lo lejos vio a Dianita y a su amiga Maria, trató de llamarlas, pero no lo lograba, las niñas no alcanzaban a escuchar los ruidos y susurró del taxista. Pedro estaba impaciente y como loco al no poder tener la atención de las pequeñas.

Dianita jugaba con su amiga, una corría y la otra la alcanzaba, en tantas vueltas, Dianita corrió sin saber en dirección de Pedro y su amiga Maria tras de ella. Dianita se quedó muda al ver al chofer.

 

-(Dianita )… ¡Hola! Pedro 

-(Pedro )… Hola Dianita, veo que solo vienes con una amiguita. 

-(Dianita )… Sí,  es que Naty fue a ver a su abuelita y no está.

-(Pedro )… ¿Y tus papás pequeña?

-(Dianita )… Están en el hospital.

-(Pedro )… ¿Entonces estás sola, nadie te está cuidando?

-(Dianita )… María me cuida y yo cuido a Maria.

-(Pedro )… Oye Dianita ¿ quieres que te enseñe otra vez a manejar?

-(Dianita )… Sí,  ¿pero también puede venir mi amiga?

-(Pedro )… Claro, no faltaba más,  eso mismo se lo iba a pedir a Maria, pero acuérdate que nadie debe saber que te enseño a manejar.

 

El taxista llevó a las pequeñas fuera del vecindario, salieron por la parte de atrás la cual tenía escasa vigilancia por decir nada.

Al parecer el hombre ya tenía todo planeado, pues llegaron a una casa la cuál de un empujón se abrió la puerta, las metió y cerró la puerta. 

 

-(Dianita )… ¡Está no es tu casa Pedro! Está muy fea y sucia.

-(Pedro )… Para lo que les voy a hacer, eso no tiene importancia pequeña. 

-(Maria )… ¿Qué nos va hacer señor? Dijo que nos iba a enseñar a manejar.

-(Pedro )… Van a aprender a manejar un verga de macho.

-(Dianita )… ¿Y eso qué es?

 

Pedro se bajó el pantalón y les mostró su verga, que no era muy grande, pero eso sí estaba bien cabezona.

Las dos niñas quedaron boquiabiertas, retrocedieron hacía atrás y empezaron a sollozar, pero Pedro el taxista les dijo que no deberían tener miedo.

Pedro jalo a las dos pequeñas y las empujó sobre un catre en el suelo y con una voz fuerte e imperativa les ordenó desvestirse, las niñas se rehusaron a hacerlo, pero él insistió encarecidamente.

 

-(Dianita )… Yo no quiero jugar Pedro y Mary tampoco.

-(Pedro )… Pues lo siento mucho Dianita, pero ahora sí no te me vas a escapar de estrenar tu cuquita.

 

Pedro se acercó a Dianita y a Maria y jalo sus ropas hasta dejarlas desnudas, las niñas lloraban y le pedían a Pedro que no les hiciera daño, pero ya el taxista lo había planeado y no dejaría pasar esta oportunidad, además que las niñas lo acusarian y él podría ir a prisión. 

Con sus brazos fuertes empujó a ambas al catre y cada mano las puso sobre el cuello de las dos criaturas,  dejándolas inmóviles. Por inercia Dianita y su amiga alzaban sus piernas y subían su cadera, dejando ver sus inertes vaginas, lampiñas y virginales.

Entonces el hombre vio como se retorcian sus presas, acercó como pudo su verga y la frotaba sobre las partes íntimas de ambas.

Y sin más titubeos el hombre ensarto a la primer niña, el grito ahogado de María retumba como un trueno dentro del jacal, los ojos derramaban lágrimas y de pequeña vagina se abría paso para ser perforada, los pequeños labios vaginales se estiraba a tal grado que parecería que se romperían, a pesar que era virgen la niña, su vagina se amoldaba perfectamente al tamaño de la polla de Pedro.

Dianita muy asustada observaba a un costado de su amiga, el taxista trató de penetrar también a Dianita, pero se le complicaba demasiado.  Así que recreando imágenes que él había observado en las USBs , puso una almohada bajo el vientre de María, para que su vagina estuviera al alcance de su polla y a Dianita la puso encima de su amiga.

Las dos pequeñas estaban a su total disposición, sus agujeros infantiles también, entonces Pedro cegado por su lujuria follaba a Maria una,dos y tres veces, entonces sacaba su verga y se la enterraba a Dianita una, dos y tres veces, y así repetía ésta misma maniobra. Los movimientos de la cadera del hombre eran cada vez rudos, salvajes y dolorosos para ambas chiquillas, pero ya no podía hacer nada Pedro, ya no podía echar para atrás su plan, ya había consumado casi por completo la idea de cogerse a las chiquillas, un escalofrío seguido de un shock eléctrico recorrió todo el cuerpo del taxista, su miembro comenzó a contraerse al igual que sus testículos,  eso era el aviso de que sus mecos iban a salir.

Pedro se corrió primero dentro de Dianita y para poder dejarle semen a Maria,  el hombre al sacar su verga de la vagina de Diana, la tomó fuertemente y apretó su polla cerca de la cabeza para evitar tirar esperma valioso y de un golpe se la metió a la otra niña y ahí terminó de sacar toda la leche que había producido. 

Las amiguitas terminaron casi muertas, Pedro muy cansado, pero sobre todo muy contento.

 

(Pedro)… De hoy en adelante ustedes dos serán mis pequeñas esposas.

 

62 Lecturas/25 julio, 2025/0 Comentarios/por Ramsesmx
Etiquetas: amiga, amigos, amiguita, colegio, hija, madre, padre, sexo
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