PENETRACION DE DOS VERGAS PARA MAMA
Era una noche de viernes en que decidí no ir con los amigos a una fiesta que no me pareció agradable y me fui a casa lo cual no era lo habitual y menos llegar a escasos minutos antes de las once de la noche. Abrí la puerta de la casa con mucho cuidado y todavía con más cuidado la cerré .
Era una noche de viernes en que decidí no ir con los amigos a una fiesta que no me pareció agradable y me fui a casa lo cual no era lo habitual y menos llegar a escasos minutos antes de las once de la noche.
Abrí la puerta de la casa con mucho cuidado y todavía con más cuidado la cerré sujetando el pestillo con la mano para para no hacer ruido, pensando en no despertar a mis padres. Avancé lentamente a oscuras por el pasillo, pero enseguida llegaron a mis oídos ruidos provenientes de su habitación por lo que deduje que todavía estaban despiertos.
A pesar de que no iba a despertar a nadie no cambie de actitud y continúe sigilosamente camino de mi habitación. La verdad es que no tenía ganas de tener que contestar las típicas preguntas de mi madre y di por buena la posibilidad de acostarme antes de que se diera cuenta que estaba ya en casa.
El camino hacia mi habitación pasaba por delante de la puerta de mis padres y al llegar a su altura la encontré dejando una rendija entre la puerta y el marco por donde escapaba una luz tenue que procedía de la televisión, aunque esta debía estar sin volumen ya que no se escuchaba nada. Fue entonces cuando, justo estando tras la puerta y antes de llegar a la rendija que dejaba escapar la luz del interior, quede congelado al escuchar la voz de mi madre diciendo…
-Pero que cabrón que eres.
-Ha sido sin querer mujer, no te enfades- Contesto mi padre de inmediato haciéndome sentir aliviado al saber que no había sido descubierto.
-Cada día aguantas menos y te corres sin avisar. Estas hecho un abuelo.
-Inés, es que hacía tanto tiempo que no me hacías una mamada tan rica que no he podido contenerme, compréndelo.
– Pues si ya te has corrido ya puedes imaginar lo cachonda que estoy y las ganas que tengo de verga. Así que haces que tu verga se vuelva a poner en forma o después no te vayas a quejar si tomo alguna decisión.
Estaba en estado de shock. Sí, ya sé que todos los padres follan y también sé que no seré ni el primero ni el último que los pilla con las manos en la masa, pero de eso a saber que tu madre, que tiene cuarenta y dos años, acaba de mamarle la verga a tu padre hasta que este se ha corrido y escucharla seguir exigiendo verga, esto era sorpresivo.
Decidí continuar avanzando por el pasillo algunos pasos más hacia mi habitación.
-No te preocupes Inés, sigue mamando mi verga y veras como revive- Le escuche decir a mi padre.
-Más te vale – Contesto mamá – Mmm, tienes suerte que me guste tanto tu verga.
Volví a quedarme petrificado en medio del pasillo. No sé muy bien cómo explicarlo, pero un sentimiento mezcla de curiosidad y morbo se apodero de mí y muy lentamente di media vuelta y me acerqué hasta el borde de la puerta. El corazón me latía fuertemente agolpando sangre en mi cabeza.
Allí estaba yo, con todos mis sentidos agudizados y a escasos centímetros de la rendija de la puerta preguntándome si me atrevería a mirar o no. Con miedo de ser descubierto, pero sin saber controlar un deseo irrefrenable por ver lo que allí estaba pasando. Rápidamente evalué las posibilidades de ser descubierto y concluí que la forma menos arriesgada de poder mirar era hacerlo arrodillándome, de tal forma que las posibilidades de cruzar la mirada con mis padres fueran realmente bajas. Me incliné muy lentamente, me asomé durante un segundo por la parte inferior del marco de la puerta para inmediatamente volver a mi escondite y evaluar la situación.
No pude ver demasiado, pero con lo visto ya quedé totalmente impresionado. La luz del televisor que estaba situado a los pies de la cama de ellos iluminaba el interior de la habitación y de forma muy especial el espectacular culo de mi madre que, totalmente desnuda, estaba a cuatro patas y con las piernas ligeramente separadas sobre la cama mientras le realizaba a mi padre una segunda mamada.
Mí ángulo de visión solo me dejaba ver poco más que el culo de mi madre y parte de su cuerpo, el resto quedaba tapado por la cama ya que yo estaba mirando prácticamente a ras de suelo. Aquella situación tenía su ventaja, observar sin el riesgo de ser descubierto.
Y así lo hice. Volví a asomarme para deleitarme tranquilamente observando el tremendo culo de mamá. La luz de la pantalla iluminaba su piel blanca ofreciéndome todo un espectáculo. Aquello era un culo tremendo con la voluptuosidad que solo una mujer madura puede ofrecer.
-Hum, sí, sigue así, chúpame, le decía mi padre.
Yo, estaba extasiado observando la concha de mamá perfectamente depilada, lo que facilitaba una clara visión de su sexo.
Para entonces yo ya estaba totalmente empalmado y en un estado que podría definir febril. Mi verga presionaba fuertemente bajo mi pantalón con lo que opte por desabrocharlo y bajar la cremallera en busca de alivio.
-Así mujer, chupa fuerte mi verga … y verás que rápido me vuelvo a empalmar.
-No dirás que hoy no te estoy haciendo disfrutar ¿cabrón? Le dijo ella
-, uhmmm, que cachonda estoy, tengo la concha en candela, necesito tu verga- Decía mama entre pausa y pausa del trabajito que le estaba realizando a papá
Mientras tanto yo, ganando en confianza, ya me había sacado la verga y había comenzado a pajearme disfrutando el espectáculo. Con la confianza de no ser descubierto aumento mi grado de osadía. Retrocedí unos pasos, y con mucho cuidado y pegado siempre a la pared me puse de pie para poder tener un mejor ángulo de visión.
Muy lentamente me asomé de nuevo por el marco de la puerta obteniendo esta vez una visión completa del acto sexual de mis padres.
Mi padre estaba tumbado boca arriba en la cama, con la cabeza sobre la almohada ofreciéndole a mi madre un completo panorama de su verga. Mientras mamá, inclinada frente a él, meneaba su flácida verga con la mano a la vez que le regalaba húmedos lengüetazos que iban desde la raíz hasta el escroto, el cual succionaba esporádicamente absorbiendo y soltando de forma sonora.
El aspecto de mamá era soberbio con su culo en pompa mientras se acariciaba la concha con la mano y sus colgantes tetas reposando sobre la cama. Sus formas de mujer madura me parecían muy excitantes y su armonioso cuerpo poco a poco me daban ganas locas de poder disfrutar de aquellas curvas.
-Uhmmm, que lástima que no tengas veinte años menos para que esta verga volviese a estar en forma tan solo en unos minutos después de correrse -Dijo mamá tras un ruidoso chupetón.
– Yo creo que a ti no te seguiría el ritmo ni un chaval de veinte años Inés porque eres muy calentorra.
Tú sigue mamándomela que ya parece que va poniéndose en forma.
-No te preocupes que yo me encargaría de sacarle todo el rendimiento a una verga joven y toda la noche lo tendría follándome. Los jóvenes siempre están dispuestos a correrse unas cuantas veces y seguidas- Contestó mamá mientras con su mano lo pajeaba de forma frentica la verga de papá que parecía comenzar a experimentar una erección.
– Que calentorra eres. ¿Quieres decir que tú hijo con veinte años se estará follándo unas cuantas veces a alguna jovencita esta noche?
– Vamos, vamos Inés, no me irás a decir que nunca has tenido curiosidad por saber qué tal se comporta tu hijo en la cama, yo que te conozco.
Mamá dejo de mirar a papá y bajando su cara le propino un buen chupetón en el capullo de su cada vez más despierta verga para después añadir.
-Pues claro que tiene su morbo… ¿tú te has fijada el pedazo de hombre en que se ha convertido nuestro hijo? – Contesto ella, para acto seguido engullir la verga de papá hasta la mismísima base.
Lo sabía, sabía que ya le habías echado el ojo. Pues si ha salido igual de caliente a su madre seguro debe ser todo un follador.
Mi padre comenzó a reírse a carcajada limpia y fue entonces cuando me descuide y él levantando su cara noto mi presencia. Os podéis imaginar el susto.
Mi padre retrocedió un poco en la cama haciendo que su verga escapase de la boca de mamá sin que está pudiese hacer nada. Yo me escondí rápidamente tras la pared y totalmente pegado a esta me dispuse a ser descubierto y recibir la bronca de mi vida mientras sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.
-Que susto, ¿Qué te pasa ahora? – Pregunto mamá sobresaltada.
-No, nada…. un calambre, sí, un calambre, aghhh- Contesto mi padre disimulando.
-¿Un calambre? ¿Dónde? Por eso te digo que estas hecho un abuelo.
-En la pierna, ufff.
-A ver déjame que te frote un poco. ahora que ya la tenías tiesa y se vuelve a bajar.
-No, déjalo no es nada. Tú sigue chupando, sigue antes que se me baje del todo Inés.
Respire con alivio al saber que no iba a ser delatado por mi padre. En ese momento debí haber desistido y huir asustado a mi cuarto, pero el morbo que toda aquella situación me provocaba hizo que me quedara y tímidamente volví a asomarme.
-Desde luego dijo mi madre… esto seguro que a nuestro hijo no le pasa, seguro que a él no se le baja tan fácilmente- Y sin esperar contestación mamá volvió a engullir la verga de papá.
Mi madre ignorante de mi presencia lanzo este golpe bajo a papá sin saber que efectivamente su hijo hacia un buen rato que no se le bajaba la verga y que la causa de aquella tremenda erección no era otra que ella.
Entonces papá volvió a mirar hacia la puerta encontrándome atento a lo que allí sucedía sin que esta vez ninguno de los dos resultásemos asustados.
-¿Sabes? Apostaría a que tienes razón y que la verga de tu hijo está siempre dispuesta para que disfruten de ella- Le dijo a mi madre mirándome fijamente.
-Mmm sí, envidia me da la jovencita que pueda disfrutarla- Dijo mamá sacándose la verga de la boca y comenzando a menearla intensamente con la mano.
Mi padre me señalo a mamá con la mirada en un gesto que interprete como una especie de: mira tu madre lo que dice y lo calentorra que es.
-Me parece a mí que para un jovencito así estas tu.
-Creo que tienes razón. Suerte tienes que no esté aquí nuestro hijo porque estoy tan cachonda que ahora mismo sería capaz de una locura.
– ¿Si? ¿Qué harías dime? – Preguntaba mi padre provocándola.
– No sé, pero él iba a saber lo que es una concha de verdad, la concha de la calentorra de su madre.
-Me estas poniendo muy cachondo, sigue, sigue- Le preguntaba papá mirándome con una sonrisa en la cara mientras ella alternaba lametones a su verga con los movimientos de su mano- ¿Qué le dirías? ¿Qué?
– Le diría que viniese aquí a probar la concha caliente de su madre, le pediría que no dejase un centímetro de mi culo y mi concha sin follar mientras yo le como la verga a su padre.
Para entonces yo ya me había desecho de mis zapatos, pantalones e interiores que reposaban en el piso del pasillo. Las ganas de cumplir con los deseos de mamá se hacían cada vez más irrefrenables y pequeñas gotas de líquido pre seminal resbalaban por la punta de mi verga.
-¡Vamos díselo! Díselo como si estuviese escuchándote ahora mismo, díselo como se lo dirías si estuviese viendo a la cachonda de su madre con el culo en pompa y mamando mi verga.
– Ven cariño, ven aquí a comerte la concha de mamá, ven a comerte la concha que te dio a luz hace veinte años.
No pude resistir más y tomé la invitación de mamá al pie de la letra. Empujé la puerta con la mano e irrumpí en la habitación tan solo con la camiseta puesta y luciendo mi verga totalmente erecta. Mamá se sobresaltó y avanzo a gatas por la cama en dirección a mi padre que la recibió con una carcajada.
Parece que tus plegarias han sido escuchadas. Aquí lo tienes y parece dispuesto a cumplir todos tus deseos.
-Eres un cabrón- Dijo mi madre – ¿Sabías que tu hijo estaba ahí?
-¿Pero no es lo que querías? – Contesto él
Mientras yo estaba inerme a los pies de la cama de mis padres con la verga apuntando al frente y sin decir palabra. Finalmente, mamá se volvió hacia mí y mirándome a los ojos pregunto:
-¿Cuánto tiempo llevas espiando?
-Un rato-
. ¿Entonces has oído lo que estaba diciendo?
-Sí, sí lo he oído- Le conteste volviendo a mirarla a la cara.
-¿Y qué piensas al respecto? – Pregunto entonces bajando su mirada en dirección a mi erguida verga.
-¿Como que qué pienso?
– Sí, ¿Qué piensas de lo que he dicho? – volvió a preguntarme sin dejar de mirar mi entrepierna y mientras se mordía levemente el labio inferior.
– Ehhh no, no creo haber pensado nada, solo he sentido muchas ganas de hacer lo que decías.
-¿Comerme la concha? – Me pregunto volviéndome a mirar a los ojos y con una sonrisa en la cara por primera vez desde que irrumpí en la habitación.
-Sí.
-¿Y tú qué opinas de todo esto? – Pregunto mama girándose hacia mi padre y mirándole seriamente a los ojos.
-Esto nunca saldrá de aquí ¿verdad? –
– No, claro que no le conteste al segundo.
Mamá miro entonces al techo y cerrando los ojos tomo aire profundamente para luego dejarlo escapar.
Volvió a mirarnos, alternamente a ambos a la cara, antes de retroceder lentamente a gatas por la cama y detenerse al borde de esta. Su cabeza descendió entonces hasta el colchón a la vez que arqueaba su espalda haciendo que su culo se empinase y quedase totalmente expuesto.
-Está bien, si estamos todos de acuerdo, hagamos que merezca la pena- Me dijo mirando hacia atrás con su cara totalmente pegada al colchón.
Papá sonrió y me señalo el culo de mamá con la mirada invitándome a disfrutar de él. No tuvieron que insistir otra vez.
Arrodillándome me lance por las nalgas de mama con muchos deseos. Quería morder y lamer aquellas preciosas nalgas sin dejar un solo centímetro de piel sin recorrer por mi lengua. Separé los cachetes de mamá y los mordí alternamente a la vez que sorbía todo lo que podía llevar a mi boca.
-Sí, así hijo, disfruta a tu madre, cómetela toda- Dijo ella entre gemidos-
Retire la cara y contemple por unos instantes la impresiónate concha que tenía ante mí. Inunde mis fosas nasales por completo con el embriagador aroma que emanaba su humedecida concha antes de lanzarme por ella con la boca abierta intentando devorar sus hinchados y apetecibles labios vaginales.
Comencé a deslizar mi lengua por la raja de mamá que se abrió sin dificultad ante mis caricias para dejarme saborear la profundidad de su sexo. Me pareció estar comiendo la más dulce y voluptuosa de las frutas, su sabor inundo mis papilas al tiempo que, literalmente, bebía el zumo delicioso y caliente de sus flujos.
-Así, así dame lengua cariño, comete la concha de mamá, es tuya, méteme tu lengua tanto como puedas-
Mamá llevo una de sus manos hacia sus piernas y comenzó a acariciar su clítoris mientras yo intentaba no dejar un milímetro de su gruta sin explorar. Mi lengua alternaba lamidas a sus labios vaginales con penetraciones que me llevaban a hundir la cara en la concha de mi madre tanto como la naturaleza me permitía. Por momentos me faltaba respiración ante tal abundancia, pero les juro que no me hubiese importado terminar ahogado en el flujo de ella que a estas alturas, era ya tan abundante que descendía por sus mulos.
-¿Esta bueno verdad? – Me pregunto mi padre a la vez que tomando suavemente a mamá del pelo la invitaba a levantar la cabeza para plantarle su verga en los labios.
-Siiii- Alcance a decir mientras tomaba aire.
-Métemela ya hijo, fóllate a mamá por favor… llénale a tu madre su concha con tu verga, déjame sentir como invades mis entrañas- Suplicó ella antes de engullir la verga de mi padre.
Sorbí una última vez el sexo de mamá antes de incorporarme para acercar mi verga a su sexo. Al sentir el contacto contra su piel ella alargo su mano y tomándola por el tronco comenzó a pasearla entre sus labios mayores muy lubricados y que rápidamente rodearon mi glande dejándome sentir su caliente humedad.
Finalmente situó mi verga en la entrada y sacándose la verga de mi padre de la boca dijo:
-Vamos, clávamela, clávamela hasta el fondo cariño, deseo sentir tu verga muy dentro de mí.
Sujeté las caderas de mamá con ambas manos y poco a poco empecé a empujar sintiendo como mi verga se veía envuelta por un calor y humedad indescriptible a medida que atravesaba los pliegues de su concha, hasta que finalmente, mi pelvis termino por chocar contra las nalgas de ella.
-Aggghhh aughhh por fin has tocado fondo llegando hasta donde la verga de tu padre nunca llego- Dijo ella entre gemidos, antes que papá volviese a ahogar su voz llenando su boca con su verga.
Aguante sin moverme, allí clavado, en lo más hondo de la concha de mi madre unos segundos sintiendo como su sexo envolvía mi verga, apretándola a su voluntad antes de iniciar un lento mete y saca. Era un placer sentir como cada centímetro de mi verga se deslizaba lentamente y sin dificultad por su lubricada concha mientras poco a poco comencé a tomar velocidad.
Cada vez que la penetraba y la base de mi verga chocaba contra sus nalgas se transmitía una onda por sus caderas que hacía temblar sus hermosos glúteos y provocaba en mí un efecto hipnótico que me llevo a acelerar el ritmo más y más. El sonido de nuestros cuerpos chocando junto con sus gemidos en cada penetración, era la banda sonora de la escena de sexo más morbosa que jamás hubiese imaginado.
Aquel ritmo frenético junto a la excitación del momento me llevó a un punto en el que sabía que no iba a poder aguantar mucho más. No quería correrme tan pronto, quería alargar aquellos instantes tanto como fuera posible por lo que me detuve a reposar un minuto intentando recobrar el control de mi cuerpo.
-Noooo… ¿Por favor no pares? -estoy a punto de disfrutar un maravilloso orgasmo.
-Creo que me corro- Conteste.
Córrete y llena la concha de tu madre con tu semen. Lléname, lléname ya mi concha con tu leche, vamossss. Y mientras lo hacía ella gimió fuertemente y dijo … uhmmmmm que rico orgasmo, gracias hijo.
Aquello fue demasiado. Sentí las contracciones de su orgasmo apoderándose de mí mi verga, sentí como el semen presionaba su salida y cada uno de los chorros de esperma recorriendo mi tronco y descargándose en el interior de la concha de ella.
Luego de esta tremenda explosión mi verga comenzó a contraerse al tiempo que la concha de mi madre apretaba mi miembro en un intento de ordeñar hasta la última gota de leche.
-Siii. Sí…sí gritaba mamá llevada por el orgasmo.
Fue largo y fue muy intenso. Cuando por fin recobré el control de mi cuerpo retrocedí con cuidado hasta que mi pene abandono su concha arrastrando consigo un hilo mezcla de semen y flujo materno, muestra del mar de fluidos que inundaba en ese momento su sexo.
Pensé entonces que todo había acabado. Trataba de recobrar el aliento cuando mi padre se tumbó en la cama y deslizando sus pies por entre las piernas de mamá situó su verga a la altura de su concha chorreante, y ella no lo dudo un momento, tomo con su mano el miembro de mi padre y tras acomodarlo en la entrada de su sexo se dejó caer sobre este hasta clavárselo por completo.
-Uhmmm, sí, lléname tú también, quiero que llenen mi sexo de leche hasta que rebose.
Estaba alucinado, con los ojos abiertos como platos y sin saber qué hacer ni qué decir. Pensé por un momento que sobraba en ese momento, pero de nuevo fue mamá quien tomo la iniciativa y girándose hacia mí me alargo su mano.
-Vamos ven aquí cariño.
Tome su mano y me guio hasta situarme frente a ella, y con una pierna a cada lado de mi padre que disfrutaba de la cabalgada que ella le estaba regalando. Mi miembro semirrecto y mojado por la mezcla de nuestros fluidos colgaba a escasos centímetros de su cara.
-¿Te gusta cariño? Le pregunta a mi padre
-sí, me gusta mucho.
Luego tomando mi verga y frotándola no tuvo que repetir el gesto más de tres veces para regresar a una erección completa.
-Mira que verga tiene tu hijo- Dijo mi madre orgullosa- Acaba de correrse y en unos minutos mira como vuelve a estar.
-Con su edad cualquiera- dijo mi padre
-Excusas, siempre excusas. – Contesto ella en tono burlón mientras deslizaba sus manos arriba y abajo por mi verga y tras propinarme un sonoro beso en el capullo añadió dirigiéndose a mí- Abre el cajón de mi mesita.
Tienes que coger una cosa. ¡Vamos muévete!
-Rápidamente bajé de la cama y abrí el cajón tal y como me había pedido-
-Ya, ya está. ¿Que busco?
Mamá se había inclinado hacia delante y cabalgaba a mi padre a buen ritmo haciendo que su verga entrase y saliese de la lubricada concha con total facilidad. Mientras papa intentaba lamer sus tetas que colgaban balanceándose provocativamente frente a su cara.
-Mmmm, un envase pequeño y rojo- Me contesto con voz entrecortada.
-No lo veo mamá-
-Busca al fondo, debajo de otras cosas.
-Sí, ya lo tengo-
Se trataba de un pequeño envase de lubricante con olor a fresa.
-Ven trae- Contesto deteniendo su cabalgada y volviendo a erguirse mientras papá intentaba desesperadamente que no se le escapase el pezón que por fin había conseguido atrapar con su boca. –
Tú estate quieto- Le dijo a él empujándolo con una mano y obligándolo a permanecer tumbado en la cama con lo que no le quedó más remedio que abandonar su recién conquistado tesoro.
Avance de rodillas por la cama hasta la altura de mi madre que tomo rápidamente el lubricante de mis manos. Apretó el dosificador un par de veces recogiendo el oleoso líquido con la palma de su mano y acto seguido lo extendió por mi miembro deslizando su mano por toda su longitud y prestando especial atención al glande que quedo muy resbaladizo y brillante.
-Ahora échame tú a mí.
-¿Echarte dónde? – Pregunte sabiendo la respuesta, pero sin atreverme a creerla del todo.
-¿Dónde va ser? En el culo, en el culo. siempre eh querido hacer esto y hoy me lo vas a dar.
Una vez obtenida la carta blanca por parte de mama no tarde ni un segundo en colocarme detrás de ella. Mi madre volvió a inclinarse hacia delante dejando su culo bien expuesto, cosa que papá agradeció atrapando nuevamente su preciada teta.
-Hum, trae aquí esa teta- Alcanzo a decir antes de llenar su boca con la abundante carne de mamá.
El panorama era verdaderamente increíble. El culo de mama se me ofrecía sin reparo mientras que algo más abajo su concha tenía atrapada la verga de papá en un mar de fluidos viscosos que escapaban mojando sus huevos.
Dejé caer un par de dosis de lubricante en el culo de mamá y comencé a extenderlo deslizando mis dedos por toda la raja, al llegar a su ano comencé a acariciarlo con pequeños movimientos circulares que poco a poco fui acompañando con presión. Volví a depositar otra dosis de lubricante directamente sobre aquel botoncito y poco a poco apreté con mi pulgar que se deslizó sin dificultad hasta el interior del culo de mamá.
-Vamos, vamos. ¿qué esperas? No lo vas a romper, no será la primera vez.
No tenía miedo a romperlo, pero disfrutaba explorando el culo de mamá, estaba completamente absorto con aquello y tubo que insistir una segunda vez.
-No me hagas esperar más, fóllame el culo vamos, métemela, que he deseado tanto volver a hacerlo que hoy me lo vas a dar, vas a llenarme completamente, quiero sentir sus vergas a la vez. Por favor hijo, dale este capricho a tu madre no la hagas esperar más.
Sus suplicas me hicieron reaccionar y poniéndome en cuclillas comencé a restregar mi verga por su culo. El lubricante hacia bien su trabajo y mi capullo resbalaba con total facilidad recorriendo el canal entre sus glúteos. Se notaba que ya no era virgen, alguien mas ya lo había disfrutado.
Finalmente fue ella que alargando su mano sujeto mi verga situándola en posición y girando su cara hacía atrás dijo… -Vamos empuja, empuja y clávame bien tu verga, muy dentro de mi culo.
Obedecí y con cuidado fui empujando aumentado la presión despacio, su culo no tardo en abrirse acogiendo mi glande con facilidad. No era ningún experto, pero di por buenas las palabras de mamá al respecto de que no era la primera vez que le follaban el culo, mi padre no lo había hecho alguien más tenía que haberlo disfrutado muchas veces sin duda. Continúe avanzando notando como el interior de mi madre se abría a mi paso. Estaba claro que estaba acostumbrada a ello, pero sin duda se sentía mucho más apretado que su concha.
-Ohhhhh, síííí- Dijo dejando escapar el aire una vez estuve totalmente dentro, como me llenan los dos, siento sus vergas, apretarse en mi interior, que gusto. Fóllenme, hasta que me llenen de leche, quiero sentir como me rebosa uhmmm, quiero morirme de gusto.
A decir verdad, no hizo falta que ninguno de los dos follásemos a mi madre. Fue ella misma la que comenzó a moverse hacia adelante y atrás follándose ella misma. Al principio fue despacio y poco a poco fue acelerando el ritmo. Podía sentir como el culo de mamá me apretaba cada vez que la verga de mi padre entraba en su caliente concha.
Mamá respiraba entrecortadamente en un mar de gemidos disfrutando la sensación de sentirse totalmente llena por sus hombres.
Compaginar los movimientos de los tres era difícil y varias veces la verga de papá se escapó de su concha cuando fue él quien quiso marcar el ritmo. Este inconveniente lo resolvíamos parando por momentos en los que mamá tomaba rápidamente el miembro díscolo para volver a llevarlo al agujero adecuado.
Finalmente, y sin manifestar palabra llegamos a un acuerdo tácito por el que los tres nos alternábamos para llevar el ritmo. Cuando era mi padre quien follaba la concha de mamá yo aguantaba la posición, pero cuando era yo quien jodía su culo papá aguantaba sin moverse demasiado. De esta forma conseguimos mantener nuestras vergas enterradas dentro de ella sin mayor contratiempo y solo cuando ella marcaba el ritmo nuestras vergas entraban y salían a un mismo tiempo y sentía como si ella me estuviera masturbando.
Nuestros gemidos se entremezclaban sin que ninguno intentásemos ahogarlos en ningún momento. Por mi parte follaba a mi madre al más puro estilo canino y a toda velocidad, mi padre también se aplicaba en lo que a velocidad se refiere mientras que mamá tenía un estilo más lento pero profundo.
Fue durante mi turno cuando, follando su culo a toda velocidad y excitado por los continuos gemidos que escapaban de su boca mientras lo hacía, sentí que no podía más. Me corrí, aunque quise evitarlo.
-Pero antes avise… Me voy a correrrrrr mamá…me corroooo.
-Si, correteé, lléname el culo de leche, llénamelo que yo también estoy experimentando el más maravilloso orgasmo.
Comencé a correrme con tanta fuerza dentro del culo de mamá que incluso sentí una pequeña punzada de dolor al salir el semen a borbotones por la punta de mi verga.
-Sí te siento cariño, te siento, aghhh hummmm que ricoooooo.
Dicho y hecho, el culo de mamá comenzó a contraerse violentamente apretando mi verga y sin duda su concha acompaño en la jugada a papá que se nos unió en pocos segundos.
-y fue una sinfonía de aghhh, aghhh, uhmmm, uhmmm, que rico, eso, eso, uhmmm, uhmmm.
Fue un auténtico concierto de gemidos en el que los tres perdimos cualquier tipo de control sobre nuestros cuerpos. Mamá cayó derrumbada entre temblores sobre el cuerpo de mi padre acompañándola yo detrás en lo que fue un abrazo a tres que perduro durante varios minutos en los que intentábamos recobrar la respiración.
Finalmente me deslice a un lado quedando tumbado boca arriba en la cama, luego mamá lo hizo algunos segundos después.
Los tres estábamos tumbados en la cama boca arriba, mirando al techo, con mi madre en el medio. Tras unos minutos me gire y la bese tiernamente en la mejilla, ella se volvió hacia mí correspondiendo el beso con otro, pero esta vez en la boca. Mi padre hizo lo mismo y tras besarla también en la mejilla obtuvo igual respuesta por su parte.
Toda la acción de unos minutos antes había pasado a una calma total.
– ¿Eres feliz? – Le pregunto mi padre con una sonrisa.
-Sí- contesto ella, que poco después se giró en mi dirección y me ofreció su boca en un cálido beso que no pude rechazar.
No recuerdo mucho más, solo una gran sensación de relax me invadió por completo. Ni tan solo sé cuándo ni cómo me dormí. Al despertar por la mañana ninguno de los dos estaba en la cama conmigo.
Me levanté y fui a buscarlos y los dos desnudos estaban sentados en la cocina disfrutando un delicioso café del cual mi madre me ofreció una taza.
Mi padre me pregunto… ¿Como te sentiste anoche follando a tu madre?
La verdad fue fenomenal, fue sorpresivo y lo disfrute muchísimo.
La misma pregunte le formulo a mama y ella respondió mirándome a mi … La verdad un día te vi desnudo con tu verga en todo su esplendor y me dije algún día la voy a tener dentro de mi concha, no va a ser sola para sus amiguitas. Y los tres reímos.
¿Y tu padre como te sentiste?
La verdad yo tenía la fantasía de ver a tu madre siendo follada por otra verga que no fuera la mía y verte follarla como lo hiciste hizo que mi verga retomara su fortaleza para la doble penetración. Después de este día he follado con mi madre tres veces más y ella me dice que queda mas satisfecha que cuando folla con mi padre porque mi verga es más gruesa y fuerte que la de él. La verdad jamás imagine lo calentorra que es mi madre. Hasta aquí lo sucedido por ahora
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