PERDIDOS ( CAP 31) EL INESPERADO REGRESO A CASA
Tras casi 3 años en la isla, la familia regresa a Crisao ¿podrán retomar sus vidas normales y dejar la lujuria atrás?.
Ellos Empezaron a acariciar a mamá quien estando acostada bocarriba intentaba conciliar el sueño,
- ¿No quieren dormir chicos? Hace muy tiernamente y en voz baja la pregunta mami.
- ¿En que lo notaste? Pregunta heroicamente Jonathan,
- ¡Jajaja! ¿Es en serio la pregunta? … ¡en que no paran de meterme mano y darme besitos por todos lados! Responde ella casi en forma de protesta.
- ¡Es que te queremos mucha mami, y no te estamos metiendo mano, te estamos acariciando por todas partes! Responde Ronaldo con no menos ironía y doble sentido que su hermano Jonathan.
- ¡Jajajajaja! Solo se ríe ella. Sin dejarles de corresponder a los besos que Jony y Rony se turnan para darle en la boca.
Los besos y “caricias” de los chicos a mamá se prolongan durante varios instantes más, al punto de endurecerles las vergas a ellos y hacerle humedecer la bombacha a ella.
- ¡Aaaaahhhhh! Exhala ella una gran cantidad de aire por la boca, lo que sonó cómo un largo suspiro mientras se retorcía del placer en la cama recibiendo la descarga de deseo y pasión de sus dos hijos en todo su cuerpo.
- ¡Hagamos el amor mami! Le suplica en voz baja Ronaldo.
- ¿Acá? Pregunta ella algo sorprendida y muy excitada.
- ¡Siii, un trio! Responde Jonathan apoyando la idea de su hermano.
- ¡Hace mucho calor fffffff! ¿Que hacemos si se despiertan los demás? Plantea ella con una expresión picara en su rostro, mientras se abanica con una de sus manos.
- ¡Que se sumen, y hacemos una buena orgía! Propone casi eufórico Jonathan.
- ¡Jajajaja, que cosa con ustedes, cualquier tren los deja bien, un trio o una orgía, la mamá pidiéndoles piedad por el calor brutal que hace y ustedes que quieren nada más ni nada menos que un trio o una orgía, total acá la única que realmente va a tener que tener aguante para poder con todos es mami, porque a ustedes lo único que les importa es no dejar pasar ni una oportunidad de enrabarse a mamá! ¿no es cierto? Protesta Judith.
- ¡Jijijijijiji! Ríen ellos tratando de no despertar a Jonás ni a Tomás con sus carcajadas contenidas y reducidas a risitas.
Cómo ven que no estaban convenciendo mucho a mami con las palabras, ellos se abalanzan sobre ella intensificando sus besos caricias y manoseos, a lo que ella reacciona solo con dejándose hacer.
Así en un ritmo totalmente voraz ellos se la “devoran” a mami, entre besos y caricias por todo su cuerpo durante un largo rato.
- ¡Hagamos el amor mami, por favor! Vuelve a insistir en tono suplicante Ronaldo, murmurándole al oído.
- ¿Pero acá? Responde ella insistente con su negativa a hacerlo allí mismo mientras los demás duermen a su alrededor.
- ¡Vamos a la cueva! Propone Jonathan.
- ¿A la cueva? ¿de verdad Vos te pensás que Yo voy a caminar hasta allá con el calor que hace y bajo este sol abrazador de las dos o tres de la tarde, solo porque mis hijitos no dan más de la calentura y quieren cogerse a mami? Plantea Judith muy preocupada, pensando que el chico se refería a la cueva de los encuentros, cómo la llamaban ya todos ellos.
- ¡Jajajajajajajaja, no mamá, vamos a la cueva que está acá atrás de la carpa! Aclara Ronaldo.
- ¡Claro mami, a esta de acá no más! Confirma Jonathan.
- ¡Ay bueno, está bien!…… pero ¿Cómo hacemos?……. voy Yo primero, y después ustedes vayan de a uno y con cuidado de no despertar a los demás ¿Bueno? Les propone resignada ella.
- ¡Bueno está bien! Responde Ronaldo.
Pasan unos instantes, y entonces ella se levanta de la cama, y empieza a dirigirse con cuidado y sin hacer ruido hacia la salida de la carpa,
Una vez que mami abandonó la carpa, se dirigió hacia la cueva que ellos usaban cómo comedor, tomó una botella de agua y bebió varios y largos tragos, casi hasta acabarse la botella, y el resto del agua se lo echó encima de la cabeza buscando aliviar el inmenso calor de esa tarde.
Estaba todavía abanicándose con sus dos manos y resoplando totalmente sofocada, cuando a la cueva entró Ronaldo.
Entonces ni bien la ve, se acerca a ella, viéndola cómo se había empapado tratando de aliviar el calor. Le pareció muy sensual verle el vestido blanco que acostumbraba a usar de camisón, totalmente pegado al cuerpo al igual que su larga melena castaña clara que ya casi le llegaba a la cola.
Ronaldo se le acercó, la abrazó y comenzaron a besarse apasionadamente mientras él la iba empujando hacia atrás hasta hacerla chocar y apoyarse contra la pared.
- ¿No lo vamos a esperar a Jony? Le pregunta ella entre beso y beso.
- ¿Te parece que estoy cómo para esperar a alguien más con la semejante calentura que traigo encima? Le responde él, tomándole la mano y colocándosela sobre su engarrotada verga, haciéndole notar a mamá el asunto sobre el que le hablaba.
- ¡Jijijijiji! ¿y semejante dureza es culpa de mami? Insiste Judith entre picaras risitas y una tierna mirada mezcla de amor de madre con deseo de hembra hambrienta.
- ¿Enserio me estás haciendo esa pregunta? Le responde Ronaldo.
- ¡Obvio! Le responde ella.
- ¿Y Vos que te pensás pedazo de perra? Le responde casi fuera de sí su hijo.
- ¡Shhh, Epa, la boquita, cuidadito cómo le hablamos a mami! Protesta ella.
- ¡Jajajajaja! ¡estás envalentonadita hoy, y te la agarrás conmigo pedazo de puta? Le responde Ronaldo en tono burlón.
- ¿Qué te pasa mocoso de pacotilla?…… ¿Nunca se te ocurrió pensar que tu rudeza con mamá es porque te colgás de las pelotas de tu hermano Jonathan? Lo desafía ella dándole una bofetada.
- ¿Te hacés la malita conmigo yegua insaciable? ¿Por qué no te haces la gallita con Tomás?… ¡Estúpida! Le replica Ronaldo tironeándole el pelo.
- ¡Aaayy, mirá pendejo malcriado, no te metas nunca más con Tomy, porque él es un buen hijo, un buen chico y un dulce total en la cama con mami. ¡A Jonathan no lo metamos en esto porque acá todos sabemos de su problema mental y que es medio alteradito mi pobre cachorrito, pero Vos Sos el estúpido que cuando estás con él te creés tan “macho malo” cómo él, y quizás lo seas siempre que estemos los tres a solas, pero cuando estemos Vos y Yo, Vos vas a ser mi esclavito! ¿me entendiste?…… mamá ya tiene un “novio” Jonás, un “amante” Tomás y un “domador o violador” un loco sin límites ni miramientos, Jonathan. Ahora mami quiere un esclavo para divertirse ella, y Vos vas a ser ese esclavo ¡me entendiste pichón?
Ronaldo le responde con una pícara sonrisa. Él había quedado anonadado con la firmeza con la que lo atacó Judith, y en parte por dentro le daba la razón a mamá, su macheza se afianzaba en presencia de Jonathan, pero a solas con ella, era diferente y hoy quedó demostrado. Además, y en parte a Rony no le desagradaba la idea de ser “el esclavo” de mami. Porque sentía que eso podría abrirle un mundo hasta ahora inexplorado por ellos. El mundo de mamá.
¿Cuáles serían sus fantasías, sus deseos, “sus confesiones de cama”? Porque hasta ahora, todos se complacían con ella, pero ¿cómo será complacer a mamá? .
Ante la sorpresa DEL ABSOLUTO ESTADO DE SUMICIÓN EN EL QUE HABÍA QUEDADO Ronaldo, Judith reaccionó quedándose perpleja parada frente a su hijo.
Era la primera vez en su vida que tenía frente a ella a una fiera macho, en total estado de sumisión.
Lo miró fijamente unos segundos. Él parecía estar muy asustado, o por lo menos eso percibió ella.
Tubo toda la intención de pedirle disculpas y decirle que todo era un juego que mami quería jugar con él. Al mismo tiempo se preguntó cómo hacía Jony para poder ser tan duro con ella, al punto de excitarse más al ver a mamá llorando e implorando piedad.
Pero fue entonces que recordó a el propio Ronaldo teniendo la misma reacción ante símiles escenas.
Entonces, y antes que su “fiera domada” viera dubitativa a la “domadora” y se le echara encima y la “ataque con sus garras para destrozarla” en un acto de rebelión ante su flaqueza expuesta en ese momento, Judith volvió a envalentonarse al verlo solito e indefenso frente a ella, y disfrutó sintiéndose “mayor” que él y al recordar su derecho de madre a ser obedecida por su hijo.
- Acercate más a mí y arrodíllate. Le pidió ella con voz firme y en un tono seco y poco amable.
El chico obedeció inmediatamente.
- Levantale el vestido a mamá. Le pidió ella.
A lo que él volvió a obedecer de inmediato, y lo levantó hasta verle la bombacha blanca que Judith llevaba puesta esa tarde debajo del vestido.
- ¿Que ves? Le preguntó ella con voz firme.
- La bombacha que tenés puesta mamá. Respondió su sumiso machito.
- Oleme la concha por encima de la bombacha, olfateala cómo perro, besamela y lamemela hasta humedecerme la bombacha. Le indica Judith a su obediente crio.
Ella cierra sus ojos, pone sus manos en la cabeza de Ronaldo y abre sus piernas predisponiéndose al completo goce de los placeres y sensaciones que la haría sentir su hijo ya totalmente “domesticado”.
Entonces siente cómo el hocico de su “perro” choca suavemente en su vagina por encima del delicado algodón de su bombacha blanca, y empieza a olfatearle la concha cada vez con más desesperación al empezar a sentir los olores íntimos de mami, que combinaban los olores de los últimos meos que se había echado con los flujos que empezaban a brotar por la excitación de la hembra dominante, formando el perfume más sensual, hermoso y excitante que un hombre pueda hallar en la prenda íntima de una mujer.
El sentir esta bella fragancia en aquella bombacha de mamá, hizo que el pene de Ronaldo se endureciera hasta engarrotarse dentro del calzoncillo.
Entonces él intensificó sus olfateos, lamidas y besos sobre la blanca bombacha de mamá, haciendo que Judith se tensara y hasta tuvo un leve temblequeo de piernas, que pudo percibir Ronaldo claramente.
- ¡Aaaahhh, seguí guacho, seguí carajo, no pares pendejo de mierda, me estás m ama matandoooooo! Decía Judith entre suspiros, gemidos jadeos y temblequeos, recordando que aún tenía la bombacha puesta e imaginándose la semejante comida de concha que sería capaz de darle su hijo una vez que ella estuviera completamente desnuda o por lo menos despojada de su ropa interior.
Ronaldo por su parte y no menos caliente que su mamá disfrutaba cómo loco de la cada vez más intensa fragancia que desprendía la bombacha húmeda de mamá, y al percibir la calentura en aumento que Judith estaba experimentando, todo eso hacía que estuviera apunto de tener un orgasmo en sus propios pantalones.
Entonces Judith decidió dar el próximo paso.
- Sacale la bombacha a mamá. Le ordena ella dándole una suave cachetada en el rostro, recordando su roll de “domadora”.
Ronaldo le baja hasta los tobillos la bombacha, y ella misma con sus pies la hace a un lado.
- ¡Vamos! ¿qué esperás tarado? ¿tenes la concha de la hembra que te parió en frente de tu hocico y no te la comés? ¡vamos perro dale a tu puta madre la mejor comida de concha que le dieron en su puta vida! ¿sabés algo? ¡hay varios que se esmeraron ahí abajo para inmortalizarse en la memoria de tu madre, asique esforzáte por hacerlo lo mejor que te salga ahí a bajo! ¡si alguna vez vuelvo a ver a las putas de mis amigas, que se reían de mi tratándome de mojigata, quiero dejarlas con la boquita bien abierta cuando me escuchen hablar de mis hijos sacando pecho frente a ellas! ¿no te gustaría que el mejor hijo de mami seas Vos y todas las amigas de mami quieran darte una probadita? Judith decía esta palabra para calentar a Ronaldo, y convencida que jamás volvería a ver a sus amigas.
Bien cierto fue entonces, que al oírla a mamá hablar en estos términos, disparó por las nubes la calentura de Ronaldo, quien, con sus dos manos, tomó las nalgas de mamá, las separó y le hundió su rostro en la humedecida y peluda concha de su madre.
Ronaldo intercalaba olfateadas, besos y lamidas por cada rincón de aquella peluda vagina, mientras recordaba las palabras de Judith en su mente, y se preguntaba a quienes se refirió ella exactamente cuándo mencionó sobre “los que ya se habían empeñado” en darle la mejor comida de concha. ¿contra quienes estaría compitiendo Ronaldo en estos momentos? ¿contra sus tres hermanos y talvez su padre? O ¿o había una vida secreta de mami que él nunca llegó a conocer?
Cómo sea que fuera, ahora él estaba frente a esa concha peluda que hace varios años lo hizo salir a este mundo, ahora él tenía la oportunidad de “agradecérselo” y hasta de entrar en una competencia contra sus hermanos, padre y quien sabe quién o quienes más, para darle a esa puta concha la mejor lamida y cogida de su vida, era su turno de “salir a la pista” y Ronaldo estaba dispuesto a acelerar a fondo por ganar la competencia.
Entonces, él continuó olfateando, besando y lamiendo esa hermosa concha, hurgándole cada rincón de ella con su lengua, y por momentos introducía la lengua en el orificio vaginal, iniciando una literal cogida de lengua, lo que hizo que Judith le tome firmemente la cabeza con ambas manos y lo sujetara animándolo a seguir con lo que había empezado.
Ella por momentos se tensaba tanto cómo le era posible, y mientras duraba tensa, aguantaba la respiración para tras unos instantes relajarse y estallar en enérgicos y fuertes jadeos, para volver a tensarse hasta volver a relajarse jadeando fuertemente moviendo su cabeza y revoleando su espesa y abundante melena castaña clara de un lado a otro.
Ronaldo sabía que el orgasmo de mamá estaba cerca y entonces aumentó su penetración lingual.
Obligando a Judith a esforzarse tanto cómo le fuera posible para disfrutar a pleno de semejante habilidad de Rony de cogérsela cómo si el hijo de puta tuviera una verga extra en la boca.
Durante esos esfuerzos, ella se tensaba tanto, que en un momento se echa un pedo, y tras avergonzarse un poco en ese momento por obligar a su pichón a lidiar con aquel aroma indeseado de mamá, Judith pierde la concentración en su lucha y simplemente no puede seguir evitando tener el orgasmo.
- ¡Aaaaaaaaahhhhhh, no me podés coger así solo con tu puta lenguaaaaaa, que pija tenes entre los dientes deforme hijo de putaaaaaa! Gritaba ella totalmente descontrolada de placer.
Acto seguido, él se incorpora y la hace girar, empujándola contra la pared, ella queda de espaldas a Ronaldo y con su visión periférica Judith ve llegar a Jonathan a la cueva, quien decide esperar a que Ronaldo termine con lo suyo, y de paso excitarse viendo a mamá siendo cogida por uno de sus hermanos.
Cuando la mamá lo ve, lo saluda con una pícara sonrisa, a lo que él le responde con un gesto similar.
Entonces ella encorvo su torso apoyándose con ambas manos sobre la pared,
Entonces su hijo Ronaldo, se toma la verga y la dirige a la concha de su madre, quien, al ver la intención de Rony, separa aún más sus piernas y le ofrece un mejor Angulo a la afilada lanza de su caliente “esclavo”.
- ¡Ah! Emite un quejido la mamá cuando lo siente a Rony penetrarla de un solo golpe hasta lo más profundo de su vagina.
- ¡Oooohh! Gime Ronaldo cuando le clava su espada de cerne a mami.
El chico la toma de la cintura y con su mente concentrada en tratar de ser el mejor en la intimidad con su mamá para así consagrarse frente a cualquier rival que le disputara a mamá, comenzó a envestirla rápida y salvajemente durante casi 6 minutos, en los que Judith jadeaba intensamente sujetándose de la pared cómo queriendo empujarla.
- ¡AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA! Jadeaba ella con su boca totalmente abierta, sus ojos a punto de desorbitarse, sus pelos cubriéndole el rostro y sus uñas clavadas en las rocas que conformaban la pared de aquella cueva.
- ¡Aaaaaaaahhh, aaaaaaahhhh, aaaayyy mamáaaa! Gemía a gritos Ronaldo ante la mirada de su hermano Jonathan, que lo miraba cómo se la serruchaba a mamá contra aquella pared.
- ¡Aaaaayyy, aaaaaaayyyy, mi amor, mi amooooooorr no aguanto, no aguantooooooo máaaas! Gritaba ella con su orgasmo, mientras arañaba las rocas con sus uñas llena de desesperación y desbordada por el semejante orgasmo que la estaba haciendo tener su hijo, quien a pesar de ello no bajaba la intensidad de la penetración.
- ¡Tomá perra, tomá hija de puta, tomá yeguaaaa, para que a mi verga nunca jamás la confundas con la de ningún otro! Le grita él penetrándola con todas sus fuerzas
- ¡AHhahahahahahahahahahahahaha! Jadeaba totalmente agotada la pobre Judith, mientras un hilo de espesa baba empezaba a caer de su boca con un movimiento pendulante acompañando las embestidas que recibía desde atrás, hasta que por momentos ese hilo de baba se enredaba con su largo pelo castaño claro, que se movía también con las embestidas del macho que a estas alturas ya la estaba destrozando.
- ¡Ooooohhhh, mamáaaaaa, ooooooohhh! Gritó Ronaldo con su orgasmo.
Entonces, Ronaldo se retira de atrás de su mamá, y es ahí que lo ve por primera vez a Jonathan.
Los hermanos al verse, se saludan con una pícara sonrisa llena de complicidad, morbo y lujuria, al relevarse uno con otro en el turno para cogerse a mamá.
Ronaldo visiblemente cansado y acalorado, toma una de las botellas de agua y bebe un largo trago.
- ¡Dame un traguito! Suplica Judith, totalmente acalorada, transpirada y exhausta al ver que Ronaldo bebía de aquella botella.
- ¡Acá tenés leche, acá tenés leche bien calentita! Le dice Jonathan arrodillándola frente a él y metiéndole de una vez casi toda la verga en la boca.
- ¡Aaaaahhh! Gimió Jonathan al sentir cómo su verga se clavaba en la estrecha garganta de la sedienta mamá.
- ¡Guack, guack, guack! Se oían las repentinas y sucesivas arcadas de Judith ante la invación a su garganta por el engarrotado sable de Jonathan, mientras Ronaldo los miraba ya casi acabándose la botella.
- ¡Aaaaaahh, perra, vamos, vaciame las bolas yeguaaaaaaa! Gemía diciendo Jonathan con sus dos manos sujetándole firmemente la cabeza a su mamá mientras la envestía una y otra vez de un modo enérgico.
- ¡Guack, guack, aaaaagggg, guack, aaaaauuggg, guack! Se la oía tratando de soportar las náuseas a Judith con cada envestida de su hijo, que la penetraba por la boca hasta hacerle chocar las bolas con la pera fiel a su estilo extremo y salvaje.
- ¡Dale mierda, dale! ¿no tenías sed? ¡tengo las pelotas bien llenas de leche y toda para mi mami hermosa! Le gritaba Jonathan aumentando el ritmo de sus embestidas.
Así fiel a su estilo salvaje y sin contemplación alguna por su pobre madre, Jonathan continuó penetrándole la boca o más bien la garganta a la pobre de Judith, que cómo siempre ocurría en estos casos, solo abocaba sus esfuerzos en no ahogarse y resistir hasta el final, que tuvo lugar varios minutos después con un gran orgasmo que descargó un abundante “meo” de espeso y caliente semen, que inevitablemente cayó casi todo dentro del estómago de la mamá, quien no tuvo tiempo a nada ante la brutalidad y cantidad de semen en que le descargó su hijo.
Él la soltó y ella empezó a toser y vomitar por todas partes a su alrededor e incluso sobre sí misma. Tosía con los ojos llenos de lágrimas y el rostro enrojecido.
Ronaldo la ayudó a ponerse de pie y le hizo beber bastante agua.
Después de esto Ronaldo y Jonathan se fueron al mar a darse un chapuzón y ella quedó sola allí en la cueva durante un buen rato, y después se fue a la carpa a dormir.
La tarde transcurrió dando paso ya al atardecer.
Judith despertó y ya no había nadie en la carpa.
Ella supuso que los chicos estarían nadando en el mar luego de tan calurosa tarde. Así que en un conjunto de bombacha y corpiño blanco ella también se metió.
Los chicos al verla entrar al mar para refrescarse junto a ellos, la invitaron a nadar con ellos y a participar de sus juegos.
Ellos jugaron y disfrutaron del prolongado atardecer veraniego y entonces empezó a oscurecer lentamente sobre aquel mar, aquella playa en aquella remota isla.
Una luna llena empezó a cobrar fuerza en el cielo, alumbrando el lugar y poco a poco todo se convirtió en una noche muy clara.
Inspirada en el romanticismo de aquella cálida noche de luna llena, Judith tuvo “ganas” de uno de sus chicos.
Quería escoger a uno de ellos y llevárselo a solas a algún lugar de la playa y hacer el amor bajo aquella luna llena. Cuanto más lo pensaba, más lo deseaba.
¿Pero a cuál de ellos escogería? El hecho de que Ronaldo y Jonathan ya hubieran tenido su turno con mamá, eso la dejaba escoger entre los dos más dulces y tiernos caballeros de mami: Jonás y Tomás.
Y la verdad es que la ocasión era perfecta para tener una velada con cualquiera de los dos.
Ella los miraba jugando a la distancia.
Miraba aquella enorme y redonda luna sobre ellos y reflejándose en el mar, y pensaba que tenía ganas de alguien que la haga sentir amada, deseada, que la llene de besos, caricias y tiernas palabras, y entonces con él revolcarse en la arena o entre las rocas, aullando cómo una loba en noche de luna llena, quería aullar de placer en una noche de luna llena.}
Pensó por un momento en los 2, en Tomás y Jonás. Pero entonces se dio cuenta de que no quería un trio, ni mucho menos una orgía.
No, hoy no quería coger, hoy quería hacer el amor. Por lo que entendió entonces, que cualquiera de los 2 le sería perfecto para satisfacerla en este momento.
Pensó entonces en la dulzura, ternura y hombría de Jonás, pero no le era fácil desechar la inagotable y no menos excitante inocencia de Tomás. Y entonces otra vez se vio atrapada en el laberinto de la duda e indecisión.
Estaba aún pensando en ello, muy quietita parada con el agua hasta los pechos mirando a sus machitos que nadaban a la distancia indiferentes a mami, cuando le vinieron ganas de orinar, y entonces recordó cuanto disfrutaba Tomás de aquellos momentos con mamá.
- ¡Tomyyyyyyy! Lo llamó la mamá, y en cuanto él la miró, una pícara sonrisa de mamá sirvió para que comprendiera el motivo del llamado.
Tomy nadó rápidamente hacia ella y no tardó más de 3 minutos en llegar a donde estaba mami esperándolo.
Mientras Judith lo veía nadar con tantas ganas y deseos, pensó en regalarle algo más que una meada, y se decidió finalmente por él.
- ¿Querés ver o sentir el meo de mami? Le pregunta ella, cuando su hijo llega y al acercarse a mamá, instintivamente le pone la mano abajo cómo lo hacía siempre.
- ¡Cómo? Pregunta el chico desorientado.
- Bueno, es que siempre que a mamá le dan ganitas de mear, siempre terminamos haciendo lo mismo…. Vos me ponés la manito abajo y Yo “abro la canilla” y te suelto todo lo que llevo adentro. Pero hoy mami tiene ganitas de una noche totalmente distinta, podríamos hacer cosas distintas, por ejemplo, podríamos caminar por la playa ir a algún lugar a solas, donde mami se eche una meada frente a Vos para que no solo puedas ponerle la mano, sino también puedas ver cómo mea mamá. Le explica Judith.
- ¿Y a dónde iríamos? Pregunta él
- Ya se nos ocurrirá, vení salgamos del agua. Le dice la mamá
Ellos salen entonces del agua, y caminan por la playa, y a unos metros de el campamento, Judith ve una de las balsas que los chicos usaban para pescar en el mar.
- ¿Levarías a mami a dar un paseo nocturno en balsa? Le pregunta en un tono muy tierno la mamá.
- ¡Sí, claro! ¿Pero no querías mear? Le responde él algo confundido.
- ¡Si claro, y también quiero pasear en bote y hacer el amor! ¿Me harías el amor en el bote? Le pregunta su mamá.
- ¿En el bote, en el mar? Responde Tomás intrigado por los planes de mami.
- ¡Si, en esta noche maravillosa y bajo esta hermosa luna llena! ¿Me lo harías? Insiste ella
Entonces entre los dos llevan la balsa hasta el agua, se suben en ella y Tomy empieza a remar, complaciendo a mami con su “paseo romántico” rodeando la isla en aquella maravillosa noche de verano.
Ellos se alejan de la isla a pedido de Judith, quien, no olvidándose de su repleta vejiga, se apresta a recompensar a su pichón con una buena meada frente a él, cómo recompensa por el paseo.
Judith, se saca la bombacha y el corpiño
, se pone de pie y camina hasta el centro del bote, quedándose frente a Tomy totalmente desnuda bajo el resplandor de la luna.
La escena parecía sacada de la más excitante película porno: un bote en medio del infinito mar en una noche de Luna llena, una hermosa mujer de 45 años, pelo castaño claro, completamente desnuda frente a su hijo, y apunto de mearse parada para darle un espectáculo de “lluvia dorada” a su amado Tomy que la miraba embobado, dejando incluso de remar, solo para concentrarse en esa bella mujer que estaba a punto de mearse desnuda parada frente a él.
Ella empezó a acariciarse los pechos, y poner su mirada en el mar, así permanecieron en silencio solo escuchando como el suave oleaje golpeaba suavemente el bote, y cómo algunos peces chapoteaban saltando alrededor.
Judith se concentraba en cualquier cosita que pasara alrededor del bote, con tal de no mirar a Tomás, y así sentirse más cómoda y relajada para poder soltar allí mismo la meada que tan ansioso esperaba su hijo.
Tras varios instantes de silenciosa espera de ambos, ella siente que el meo ya le bajaba, entonces suavemente abre las piernas, se coloca la mano derecha en su peluda concha, y con dos dedos se separa los labios vaginales. Entonces mira de reojo a Tomy, y lo ve esperando totalmente ansioso el gran momento que le iba a regalar a continuación su mami.
Judith al verlo tan concentrado y expectante, n puede evitar una cariñosa y tierna sonrisa, y antes que su hijo se dé cuenta de que mami lo está observando, ella vuelve a perder su mirada en el mar.
Entonces finalmente es que tras unos cuantos segundos más de espera, ella inhala aire por la nariz, y tras retenerlo brevemente empieza a exhalarlo con un suave soplido, acompañando con él a las primeras gotas que empezaron a caer de su entre piernas y no tardaron en convertirse en un abundante y largo chorro de meada femenina que caía frene a los ojos del fascinado Tomy. Quien no resistió la tentación de estirar su mano y mojar sus dedos, cómo poniéndolos bajo la canilla, para luego olerlos y hasta chuparlos, probando los olores y sabores de la concha de mamá, ante la atenta mirada de Judith, quien, aunque lo miraba de reojo y muy disimuladamente, no perdía detalle de las reacciones de su hijo viéndola mear frente a él.
Tomás pudo mojarse varias veces los dedos en el “grifo” de mamá, antes que la vejiga de Judith quedara completamente vacía, habiendo formado un gran charco en el piso del bote, al que una vez acabado el meo de mamá, Tomás se zambulló de cabeza a beber de lengüetazos cómo perrito la meada de mami, cosa que excitó demasiado a Judith, quien no podía dejar de mirar como lamía el piso, para después lamerle las piernas y hasta limpiarle la concha con la lengua.
Judith acariciaba tiernamente a su hijo mientras él se abocaba con apasionado fervor a la “higienización” de mamá, cosa que acaba convirtiéndose en una intensa, apasionada y deliberada chupada de concha.
Y es que una vez acabada la recorrida de la lengua de Tomás por las salpicadas piernas de mamá, el chico fue subiendo hasta llegar a aquella peluda concha maternal totalmente empapada en meo.
Entonces Tomás la olfateó cómo un perrito, sacó su lengua y luego de disfrutar del olor de la concha de mamá, comenzó a besarla y lamerla deliberadamente, haciendo que Judith abriera más sus piernas, mirara hacia el cielo, y al ver aquella Luna llena y al estremecerse de placer, aullara cómo loba llena de placer.
- ¡Auuuuuhh! Aulló Judith llena de placer excitación y lujuria.
Al escucharla, y sentir sus dos manos puestas en su cabeza, Tomás supo que estaba haciendo un gran trabajo.
Ella daba sacudones de cabeza, abría su boca, pero ya nada salía de allí. Judith estaba totalmente desbordada del más intenso placer, que le estaba dando su hijo, totalmente afanado en capturar con su lengua hasta la última gota del meo de mamá, cosa que lo llevó a lamerle con desesperación la concha, y beber de los pelos que la rodeaban.
Tomás parecía un experto en el arte de la búsqueda de “agua” en el desierto.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahahaha! La escuchó jadear desesperada teniendo un orgasmo, cuando le metió la lengua en la vagina y escarbó en busca de más “agua” que beber.
Concluida la “higienización” de mami, Tomás se puso de pie, y ambos se abrazaron y besaron apasionadamente, y esta vez era ella misma quien probaba el sabor de su meada, al sentirlo en la boca de su hijo e incluso impregnado en su barba.
Ellos continuaron besándose y acariciándose durante un largo rato. Pero entonces ella vio la semejante erección y engarrotamiento que tenía su pobre hijo con tanta calentura encima, causada no solo por la belleza de Judith completamente desnuda bajo la Luna llena en aquella balsa y rodeados por el hermoso mar, sino por el erotismo y sensualidad de verla desnudarse y mear solo para él, dejándolo hasta saborearle la meada.
Y en el caso de mamá, la realidad tampoco era muy diferente a la de Tomy, asique Judith, acostó a su hijo en el piso del bote, se subió sobre él, y clavándose la petrificada verga de su hijo en su concha, comenzó a cabalgarlo muy lentamente.
Y es que Judith no quería apurar ni su orgasmo, ni el de su hijo, era su noche especial, era la velada que ella quería, y él era el chico al que había elegido en esa noche de Luna llena, para disfrutarlo cómo una Loba.
Ella lo cabalga en silencio y muy suavemente, tratando de no provocarse ni provocarle el orgasmo final.
Mientras lo cabalga, Judith mira a su alrededor, mira el mar, las pequeñas olas que chocan al bote, peces que chapotean cerca del bote, y los acantilados de la costa que se ven a lo lejos.
Así permanecieron durante casi 3 minutos, pero entonces su compañero ya no aguantó más, y la sorprendió con fuertes movimientos de cadera, haciéndola “volar” cómo si de repente su manso caballito empezara a galopar totalmente desbocado.
Ella puso sus dos manos sobre el pecho peludo de su chico, y lo arañaba mirándolo fijamente con la boca entreabierta, de la cual empezó a salir un rítmico jadeo acompañando los saltos que le hacía pegar su hijo.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahahahahaha! Jadeaba la mamá cada vez más rápido y fuerte mientras Tomy la hacía prácticamente volar en cada salto que le hacía dar sobre su verga.
- ¡Ahahahahahahahahahaha! Jadeaba Tomy también sintiendo que el gran final se acercaba.
- ¡Aaaaaaaa, noooo, no termines hijito, nooo, esperá un poquito mi amor aahahahahahahahahahahaha! Le pidió ella entre jadeos y gemidos.
Tomy le obedeció y aminoró su ritmo y ambos pudieron recuperarse, hasta que él chico se detuvo por completo, y entonces fue la mamá quien continuó cabalgándolo suavemente cómo al principio.
Así estuvieron unos instantes, hasta que él volvió a la carga y tomó la iniciativa con los mismos rápidos movimientos, obligando a la mamá a dar verdaderos saltos sobre su verga, haciéndola jadear, gemir, aullar, y hasta por momentos casi llorar de placer. Y cada vez que él veía que Judith iba a tener su orgasmo, mermaba sus movimientos hasta casi detenerse, provocando que aquella maravillosa cogida se prolongue durante varios largos minutos, dándole a Judith una inmensa satisfacción por el rendimiento en la “cama” de su dulce y ya no tan inexperto Tomy.
Pero entonces Ella quiso cambiar de posición, desmontó a Tomy y se arrodilló en uno de los laterales del bote, inclinando el torso hacia afuera del bote, ofreciéndole la colita a su hijo.
Tomás entendió al instante la intención de mamá y se colocó detrás de ella entre sus piernas abiertas y tomó con su mano la verga y la guio al ano de la mamá quien inclinó más aún su cuerpo y quedó mirando hacia abajo directamente al agua.
- ¡Ay, así mi amor, cojete a mami, así Tomy hermoso, mami te ama, ah, ah, ahahahahahahahaha! Dijo ella entre quejidos jadeos y gemidos cuando lo sintió entrarle por atrás.
- ¡Aaaaahhh, aaaahhh ¿te gusta mucho mami? Aaaaahhhh! Gemía él mientras la penetraba con pasión y ahínco por atrás
- ¡Aaaaay me encanta que me lo hagas así cómo hoooooooy, aaaaaahhhh! Le respondió su mamá mirando el agua y disfrutando del anal que le hacía Tomás
- ¡Te quiero dar duro, mami, te quiero dar duro mamáaaaaaa! Le dijo él y comenzó a darle salvajemente por atrás.
- ¡Aaaaauuuuuuaaaaa! Aulló Judith sujetándose tan fuerte cómo pudo del borde del bote, ya que por momentos creía que iba a pasar de largo cayendo de cabeza al mar
Por momentos, y debido a las envestidas de Tomás a su mamá apoyada sobre uno de los laterales de la balsa, hacía que esta se escorara, con cada arremetida llenando de pánico y placer a Judith, quien por momentos pensaba que aquella cogida iría a terminar con un gran chapuzón involuntario.
Así estuvo envistiéndola durante un buen rato, hasta casi sentir que acababa, entonces descansó unos segundos y volvió a clavársela, pero esta vez en la vagina, y volvió a bombearla con gran fuerza y rapidez durante un buen rato hasta sentirla llorar a gritos con su orgasmo.
- ¡Aaaaaaaaaaahhhh, aaaaaaauuuuuuuuuuuuuuu, aaaaaaayyyyyy! Gritaba, aullaba y lloraba Judith, mientras arañaba el borde de la balsa con sus uñas teniendo un increíble orgasmo junto con él, que ya no tuvo fuerzas ni para gritarlo.
Ambos cayeron rendidos en el piso de la balsa. Ellos se abrazan, y tras intercambiar un par de besos, abrazos y caricias, se duermen profundamente.
Transcurren unas 2 horas y medias, y ella de repente despierta sobresaltada, Tomás dormía con su cabeza apoyada en el pecho de mamá usando sus tetas cómo almohada. Entonces Judith lo hace a un lado, y asustada empieza a mirar para todos lados, el bote es estaba alejando de la isla, pero aún con la claridad de la noche, la costa era todavía apenas visible.
Pero mucho mayor fue su sorpresa, al mirar hacia el otro lado y a lo lejos ver una lucecita en medio del mar.
- ¡Un barcooooooo, un barcooooooooo, Tomás vestite y remá, mirá para allá hay un barco, estamos salvados, estamos salvadoooooooos! Gritaba desesperada Judith.
El chico se despertó y en cuanto vio la luz a la que señaló su mamá empezó a remar y remar, mientras ella se vestía, o bueno se ponía el corpiño y la bombacha, y se cubría con una lona.
Ellos remaron hacia la luz que parecía estar quieta frente a ellos.
Madre e hijo remaron incansablemente durante algo más de 50 minutos, o tal vez una hora.
- ¡EEEEEEEEEYYYY, EEEEEEEEEEEEEEEEY, AUXILIOOOOOOOO! Gritaba ella con todas sus fuerzas.
Entonces desde el ya cercano enorme barco, una voz le grito:
- ¡ Los vimos, los vimoooooos!.
Tomás con sus últimas fuerzas logró llegar hasta el barco, allí los hicieron abordar, y madre e hijo explicaron que no eran los únicos náufragos.
Entonces Tomás y Judith, los guiaron hasta el sector donde tenían el campamento en la isla.
La tripulación del pesquero acercó lo más que pudo el barco a la isla, le dieron un bote a Tomás y Judith, y tras juntar todas las cosas (fundamentalmente ropa) que pudieron, regresaron todos a donde los esperaba aquel barco pesquero, para devolverlos a Crisao, la ciudad de donde eran oriundos ellos.
El viaje duró 4 días, el capitán, les explicó dónde estaba la isla en la que se habían perdido, el viaje de regreso fue ameno y muy feliz de que la vida les diera otra oportunidad en la civilización.
FIN DE LA PRIMERA PARTE
Habiendo concluido aquí la primera parte de la historia, me gustaría agradecerles por haberla seguido capitulo a capitulo y si no les molesta, me gustaría recibir sus opiniones en los comentarios, o si gustan escribirme a: [email protected]
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