PERDIDOS II (CAP 20) EL REENCUENTRO ENTRE JUDITH Y JONÁS (Segunda parte)
En una escapadita del trabajo “para almorzar” Judith y Jonás van a la casa familiar que los Herzoch tienen en la ciudad, y allí mamá encuentra la manera de complacer a su hijo mayor..
CAPITULO 20:
EL REENCUENTRO ENTRE JUDITH Y JONÁS (Segunda parte)
En una escapadita del trabajo “para almorzar” Judith y Jonás van a la casa familiar que los Herzoch tienen en la ciudad, y allí mamá encuentra la manera de complacer a su hijo mayor.
Finalmente, cómo hemos visto en el capítulo anterior, Judith y su hijo mayor Jonás tuvieron su reencuentro cómo amantes. Para el cual fueron a la enorme y lujosa casa que los Herzoch tienen casi en pleno centro de Crisao a pocas cuadras (calles) de la empresa de la que la mamá es dueña, y en el marco de “una escapadita” del trabajo, Judith le concede a su hijo quizás la fantasía más morbosa que él tenga con mamá o incluso con una mujer, que consiste en cogerse a una alta ejecutiva de negocios en su propia oficina.
Después del “desahogo” de Jonás al cogerse a mamá vestida con su vestimenta elegante del trabajo, sobre el escritorio de la oficina de la casa, ellos almuerzan juntos y aprovechan a tener una conversación a solas.
- ¿Y te sacaste las ganas de cogerte a mamá en la oficina? Le pregunta Judith con una pícara mueca en su cara mientras pone la botella de gaseosa sobre la mesa.
- ¡Ay si mami, Sos la mejor, gracias por concederme la fantasía más morbosa que llevo adentro!, Además, estuvo muy bueno lo de los presupuestos atrasados y tu enojo porque todavía no habíamos entregado eso y estaban dando vuelta los papeles en tu escritorio, jajajaja ¿se me había enojado la jefa!…….. y ¿cuál es tu fantasía? Veo que Vos nos has cumplido a todos las nuestras, pero y ¿las tuyas? Le dice él.
- Mirá, no sé si tengo fantasías así cómo las plantean ustedes, Yo cómo que en la cama siempre fui muy tradicionalista, formal, ¡tal vez hasta aburrida! Pero te digo algo que sí me quedó muy claro en este último tiempo, y es que desde que todas nuestras vidas cambiaron para siempre allá en la isla, Yo ya no soy la misma en absoluto. Dice Judith, poniendo los platitos en la mesa.
- ¿Cómo, por qué? Le pregunta intrigado Jonás poniendo a calentar las empanadas en el microondas.
- Porque hoy no me bancaría volver a ser cómo era. A ver: Cada uno de ustedes son distintos, aun cuando en algunas cosas se parezcan con alguno de ustedes. Siempre fueron cómo muy demandantes conmigo, cómo que esperaban mucho o todo de mí, Jonathan con esa fijación cómo de violarme, Ronaldo más o menos lo mismo Y ADEMÁS CÓMO QUE A ÉL Y A Tomi les tuve que enseñar a coger. Vos que querías ser mi novio, marido o cómo el oficial por lo menos, y además para serte sincera, estaba la inocencia y dulzura de Tomi, que me volvía loca, y sin mencionar su tema de lo escatológico, con verme mear, ponerme la mano debajo de la concha cuando meaba en el mar, y sin contar el fetiche de todos ustedes por mi ropa interior y especialmente mis bombachas. Cómo que al principio todo eso me aturdía, me era mucho, tal vez demasiado para mí, imagínate, Yo una tradicionalista conservadora total en la cama, Creyéndome que tener un orgasmo cada tanto, haciéndolo siempre en la misma posición, y ni que decir siempre en los mismos modos y con el mismo hombre, de pronto caigo cómo por acto de magia y me veo rodeada por 4 lobos feroces que solo ven en mi a una deliciosa presa. Sin aclarar, claro está, que esos 4 lobos eran nada más ni nada menos que mis propios hijos, y ahí tuve que tomar una decisión, la tomé y después y durante mucho tiempo cómo que me arrepentí. Contó ella.
- ¿Qué decisión? ¿por qué el arrepentimiento? Pregunta él poniendo las empanadas en la mesa.
- Decidí ser dócil con uno de ellos, con Vos, porque Yo también tenía mis necesidades cómo mujer, además con Vos siempre tuvimos una relación más madura, y allá se afianzaron los vínculos, no sé Jonás, no sé ni que era lo que estaba pensando en ese momento en el que nos escondíamos del resto, para hacer nuestros asuntos de hombre y mujer, pero me alarmé cuando Vos muy atinadamente me planteaste que si Yo pensaba que al enterarse los demás de lo nuestro, ellos se iban a quedar mirando de brazos cruzados. Y de repente, antes que Yo pudiera elaborar un plan de salida a la situación, ¡PUN, lo tenía a Jonathan encima! Y después le siguieron los demás ¿entendés amor? Le cuenta la mamá, mientras se sirve la primera empanada, y Jonás le llena el vaso de gaseosa.
- Si, no solo que me lo imagino lo de tu situación y la entiendo, sino que me lo acuerdo perfectamente, Pero ¿entonces? Dice Jonás empezando a comer.
- Y con el tiempo, cómo que el remordimiento y la vergüenza fueron disminuyendo, me creí o también me hice el cuentito de “la buena madre” que daba consuelo a los 2 hijos que jamás volverían a ver a sus chicas, y les mostraba cómo era una mujer “por dentro” y les enseñaba a estar con una mujer a los otros dos, que se morirían en la isla sin saberlo jamás, y eso mitigaba mi culpa y remordimiento por estarme revolcando cómo la puta más barata y ordinaria de este mundo y tan luego con mis propios hijos. Pero Jonás, hoy te puedo decir una cosa: Yo ya no soy la de antes, no soy la conservadora recatada de hace varios años atrás, reíte con lo que vas a escuchar decir a tu madre, y ojalá nunca se entere Jaky, pero Yo hoy, ya no podría estar solo con un solo hombre en mi vida, o por lo menos ese hombre debería saber y aceptar lo que pasa en nuestro hogar, y aun así amarme y respetarme cómo soy, y para serte sincera, no creo que exista tal persona en este mundo, asique Vos me preguntás por mi fantasía hijo, bueno creo que mi fantasía hoy por hoy es que volvamos a la “normalidad”, que nos saquemos las caretas que Yo misma les puse al volver a Crisao diciéndoles que de ahora en más Judith Herzoch solo era mamá para ustedes, quiero recuperarlos cómo mis amantes, y escondernos solo del resto de la sociedad. Le confiesa ella, dejándolo boquiabierto con este drástico y aparentemente definitivo giro total de timón.
- ¡Guau, no esperaba escuchar eso mami! Le confiesa su hijo.
- ¡Jajajajaja! ¿está mal lo que pienso hijo? Le plantea ella.
Entonces Jonás se ve en una encrucijada: Si le dice que sí, porque de última todos están en la misma situación que ella (¿dónde iban a encontrar ellos 4 a 4 novias, que supieran que ellos también se la comen a mamá y aun así los acepten en esos términos). Eso significaría el fin de la “relación” con mamá.
Pero si le dice que no, ¿dónde encontrarán Jonás y los demás a chicas dispuestas a aceptar esto? Entonces Jonás opta por quedarse callado.
- Che, al que lo veo muy tranquilo, es a Jonathan, con eso de que Tomás compartió mis fotos en el grupo de los hermanos, pensé que cuando llegáramos de Nueva York, se me iba a tirar encima, ¿Vos sabés algo de en que anda tu hermano? Le pregunta la mamá.
- ¡Mhm!, si, si parece que él ya encontró algo. Le confiesa él un poco nervioso.
- ¿Volvió con su novia? Le pregunta la mamá.
- No mami, pero igual, no sé si me corresponde a mí decírtelo, deberías hablar con él y que sea él el que te de mayores detalles. Le dice Jonás un poco nervioso.
- ¿De que me tengo que enterar Jonás? Vos y Yo nunca tuvimos secretos hijo. Lo presiona la mamá.
- La tía Jaky, la tía Colo estuvo viviendo con nosotros mientras te fuiste a Estados Unidos con Tomás. Empieza a contarle él.
- ¡Si eso ya lo sé, Yo lo pedí que se quede y me los atienda a ustedes! Le dice ella.
- Bueno, parece que hubo honda entre ellos mami, ¡pero no le digas ni a él ni a ella que Yo te conté, no quiero líos en casa ni con la tía! Le pide Jonás.
- ¡Que puta de mierda, que cerda inmunda, que mala amiga, que puta reventada! Dice Judith indignadísima con su mejor amiga.
- ¡Bueno mamá el Jony no es ningún corderito inexperto! ¿eh? Refuta Jonás.
- ¡Ninguno de ustedes podría defenderse de tal loba perversa, yegua, puta, zorra! ¡y Yo los dejé solitos con ella! ¿En que estabas pensando Judith? Dice ella muy rabiosa.
El chico, después de varios minutos de charla logra calmar a mami, y ahora ella quiere volver al trabajo, pero él intenta convencerla de tener un último “desahogo” en la oficina de la casa.
Tras varias negaciones de la mamá, ella por el gran amor que siente a Jonás, termina accediendo a su capricho.
- Bueno, ¿dónde vas a querer ahora: ¿otra vez en la oficina, en la mesada grande del quincho, en tu habitación, en la habitación de mamá, en el patio, o dónde? Le pregunta Judith sin mucho animo de volverlo a hacer por lo menos ahora.
- ¡Mmmmhhhhh, todos los lugares y cada rincón de la casa son casi igual de tentadores, hasta el baño y el lavadero, el balcón y la terraza! Cómo que en realidad me gustaría venir cada tanto y hacerlo en un lugar distinto, pero me parece que por hoy voy a volver a elegir la oficina de mami. Le responde su hijo.
- ¡Jijijiji, bueno mi amor, vamos a la oficina de la mamá. Le responde ella.
Entonces y aunque sin muchas ganas más que las de complacer a su hijo en todo lo que le pida, y en parte por sentirse mal por hacerlo esperar tanto. Le toma la mano dulcemente y lo lleva a su oficina.
Allí ella cambia su cara de preocupación solo para él, y forzando una sonrisa en sus dulces y hermosos labios, lo mira tiernamente.
- Bueno mi amor, acá tenés a mami en la oficina otra vez. Le dijo ella con una sonrisa en los labios.
Entonces Jonás viéndola esforzarse solo para complacerlo, la tomó entre sus brazos y empezó a besarla, poco a poco Judith comenzó a dejarse llevar por las ganas que le ponía su dulce, tierno, pero también fogoso hijo mayor, y empezó a abrir su boca y corresponderle con su lengua.
Él la fue empujando suavemente haciéndola caminar hacia atrás hasta chocarse con el escritorio y sentarse en una de las esquinas de él, y abriendo sus piernas lo recibió entre ellas y siguieron devorándose las bocas uno a otro durante casi 3 minutos.
- ¿Cómo vas a querer que se ponga mami? Le preguntó ella.
- Quiero pajearte hasta que te excites, y después ponerte contra el escritorio y darte por atrás, por la concha y por la colita. Le responde Jonás.
Entonces van hasta el otro lado del escritorio y Judith se saca la bombacha roja, pero se queda con todo lo demás puesto.
Él se sienta en el sillón de mamá, gira el sillón poniéndose frente a frente con ella, y Judith se acerca a él y separa sus piernas, mientras lo mira tiernamente y lo acaricia sonriéndole.
Entonces Jonás estira una de sus manos y por debajo de la minifalda de Judith, y levantándosela apenas un poquito, dirige su mano hasta por fin sentir con el tacto los pelos de esa preciosa concha de mamá a la que ya todos sus hijos adoraban y pronto volverían a tener acceso una vez más y para siempre.
Con la punta de sus dedos empezó a acariciar esa abundante mata de pelos ya bien crecidos.
Él juega con esos pelos negros de la concha de su bella madre, y busca con sus ojos la mirada de mami, quien al verlo mirándola con tanto placer y felicidad al jugar con los pelitos de su concha, le sonríe dulcemente y casi emocionada hasta las lágrimas, olvidando por un momento el acto de bajeza de su amiga al meterse con uno de sus hijos, y concentrándose no solo en el placer que le daban las caricias de su hijo, sino en disfrutar el haber tomado la decisión de volver a ser la amante de sus 4 hijos ya sin importarle nada.
- Mami te ama hijito mío. Le murmuró ella casi llorando de emoción.
- ¿Te crees que no lo sé? Le contesta él, metiéndole un dedo en su ya mojada vagina.
- ¡Ah! Se quejó de placer en voz baja Judith, al sentir entrar ese dedo en su concha, lo que la hizo abrir un poco más las piernas y apoyando una de sus manos en el escritorio, bajó un poco el torso como agachándose para mear u buscar algo en el piso.
- ¡Aaaaayyyy mamá, cómo voy a disfrutar de poder tenerte todos los días otra vez y sin escondernos de los otros chicos, quiero que vengamos a coger a esta casa todos los días! Le dice él pajeandola suavemente.
- ¡Ahahahahahaha, si mi amor, ahahahaha, mamá ya lo pensó muy bien, ahahahahaha, mami quiere que volvamos a ser felices todos en casa, ahahahaha! Le dijo Judith en medio de un intenso jadeo por la rítmica paja que le estaba haciendo su hijo.
- ¡Ay, mami, voy a ser el primero en decírtelo, pero creo que hablo por el resto de mis hermanos, GRACIAS mamita preciosa por devolvernos la alegría de poder cogerte otra vez!
- ¡Ahahahahahahahahahahahaha! Respondió Judith solo con su intenso jadeo y moviendo su cabeza hacia arriba y abajo en señal afirmativa a los comentarios de su hijo.
- ¿Te gusta mami, lo estás disfrutando? Le pregunta Jonás.
- ¡Ahahahahahaha, ¿ y a Vos que te parece? Ahahahahahaha, lo estoy teniendoooooooo! Gritó Judith rasguñando la madera de la mesa del escritorio con su orgasmo.
- ¡Aaaaaaaayyyy mami me estás mojando la manooooooo! Le dijo su hijo recibiendo el orgasmo de su madre en la mano.
- ¡Aaaaaaaa, aaaaaaaahhhh, me parece que me mie, aaaaaaaaaaaaaaahhh! Grita ella mientras con una mano se estruja una teta, y con la otra se sostiene del escritorio arañando la mesa.
Entonces Jonás se pone de pie ya muy excitado se chupa los dedos, y confirma la sospecha de Judith, porque puede sentir el sabor de su meada.
El chico se pone detrás de su madre, quien se encorva apoyándose en el escritorio ofreciéndole el culo y la concha a su hijito amado.
Jonás se arrodilla detrás de ella, y vuelve a levantarle la minifalda y entonces con sus manos le abre las nalgas a su mamá, y empieza a lamerle el ano, por momentos penetrándola con su lengua, entonces empezó a acariciarle la concha mientras le lame el ano.
- ¡Aaaaaahhhhh, aaaaayy hijito, cómo me entrás por todos lados, con cuantas ganitas de mami, mi amor, aaaaaaaaaaahhh, mami te amaaaaa! Dijo ella ya llena de placer y nuevamente excitada.
Viendo a mami recuperada del orgasmo que había tenido con la paja que le había hecho, y excitada nuevamente, se puso de pie, se tomó la verga con la mano, y le apuntó a la concha y la penetró hasta los huevos de un solo empujón contra el escritorio de madera.
- Aaaaaahhh, aaaaaaahhhhh, aaaaaaaahhhh! Gimieron madre e hijo al mismo tiempo con la entrada de la verga de Jonás en la concha de Judith.
- ¡Aaaaaaahhhh, ahahahahahahahahahahahahahahaha, aaaaaaaaaaaaaahhhhh, hijo mío Sos increíble, ahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha, aaaaaaaaahhhhhhhhhh, te amo mi amor, mamá te ama bebé preciosura, mamá te ama, aaaaaaaaahhhhh, ahahahahahahaha! Le gritó fuerte entre gemidos y jadeos Judith, ya totalmente liberada de todo prejuicio o remordimiento.
- ¡Aaaaaaaaahhhhh, aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh, te deseo mamita hermosa, te amo mamá, ahahahahahahahahahahahahahahahaha! Dijo el chico ya bombeándola contra el escritorio, totalmente enloquecido y fuera de sí.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha, aaaaaaaaaaaaaaa, ahahahahahahahahahahahahaha, te adoro Jonáaaaaaaaas, te adoroooooooo! Dijo ella entre gemidos, gritos y jadeos.
- ¡OOOhhhh, mami preciosa, gracias por dejarme cogerte otra vez, ahahahahahahahahahaha, te amoooo!. Entonces Jonás siente que su orgasmo se aproxima, y cómo esta vez no quería terminarle en su entrada delantera, o por lo menos no tan rápido, Se detiene unos instantes dándole un respiro también a su mamá.
En ese momento Jonás vuelve con su dedo al ano de Judith, y al notarlo bastante dilatado, se toma el pene y suavemente comienza a penetrarla por aquella hermosa cola maternal que hace ya un tiempo atrás cuando estaban cómo náufragos en la isla, él mismo tuvo la oportunidad y el honor de desvirgar.
- ¡Ah, aaaaaaaahhh, despacito mi amor, despacito con mami por atrás, aaaaaahhh!. Se quejó suplicó y gimió Judith cuando lo sintió a su hijo entrándole por atrás.
- ¡Ooooohhh, mami, que hermosa colita mi amorcito divino, aaaaaaahhhh, ahahahahahahaha! Gimió dijo y jadeó Jonás, al tiempo que empezó a incrementar sus envestidas sobre su madre haciéndola chocarse una y otra vez el escritorio, al tiempo que se escuchaban las envestidas de Jonás sobre Judith quien chocaba contra el escritorio en cada nueva enérgica penetración, y los gases sonoros que escapaban del ano de la madurita madre de 48 años, cómo consecuencia y respuesta de la perforación anal a la que la estaba sometiendo su hijo de 26 años.
- ¡ Ay, ay ay, ay, ay, aaaaaahhh!. Se quejaba algo avergonzada Judith por no poder controlar sus escapes de gases con cada nueva envestida, pero gimiendo también por el placer que su hijo le provocaba.
- ¡HAHAHAHAHAHAHAHA, AAAAAYYYY MAMI QUE LINDO CÓMO ME SOPLÁS LA VERGA, ECHALE AIRECITO QUE LA TENGO ACALORADA DE TANTA CALENTURA POR Vos, ahahahahahahahahaha! Le dijo Jonás entre gemidos y jadeos al sentir en su verga los constantes soplidos de los incontrolables gases de mamá ante la taladrada anal que le estaba propinando su hijo.
- ¡Jijijijiji ay, ahahahahahahahahahaha! Se tentó de la risa entre jadeos ella, al escucharle esas palabras a Jonás.
Así permanecieron unos 4 minutos más de una intensa perforación anal por parte de Jonás a su mamá. Cuando nuevamente se sintió al borde del orgasmo, le sacó la verga de la cola, y la hizo arrodillarse frente a él.
Entonces le acercó la verga a la boca, y en cuanto ella la abrió para decirle que no se la iba a meter en la boca, así sucia cómo estaba, él aprovechó para metérsela hasta un poco más de la mitad, con lo cual pudo sentir como la punta de su pene llegaba hasta la estrecha entrada a la garganta de Judith, quien empezó a carraspear y a sentir náuseas y arcadas, por el asco del sabor a su propia caca y el sentir la incómoda sensación del pene casi entrando en su garganta.
- ¡Límpiamela, mami, límpiamela que me la dejaste toda cagada, aaaaaaaaahhhhh, aaaaaaahhhh, si, pasale la lengüita, pasale la lengüita vamos mamita preciosa! Le pedía él al sentirla luchar desesperadamente con su lengua para bloquearle el ingreso a la garganta a su verga.
- ¡Guack, guack, guack! Eran las arcadas sonoras e intensas de Judith, mientras luchaba también con sus manos para empujarlo fuera a Jonás.
- ¡Oh, ah, ohh, uuuuuhhhhh, aaaaaahhhhh, mamá, aaaaaaaaaaaahhhh! Gemía él de placer por la mamada que Judith le estaba haciendo casi involuntariamente, mientras luchaba con su lengua por no ahogarse o vomitar allí mismo.
- ¡Guack, guack, guack! Continúa con sus arcadas ella mientras de sus ojos comenzaban a saltarle las lágrimas.
- ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh! Gimió fuerte y con voz ronca Jonás, al explotar en un inmenso orgasmo haciéndole rebalsar la boca a Judith, con tanto semen caliente que de repente le echó dentro la verga de su hijo.
Ella finalmente y luego de tragar involuntariamente una buena dosis de espeso semen caliente, logra zafarse de Jonás, y gatea hasta donde estás el cesto de los papeles, y tras toser hasta las arcadas, echa allí dentro las 4 empanadas que había almorzado, la gaseosa que había bebido y una buena cantidad de semen, que hasta por la nariz le salió cuando por fin pudo vomitar, después de toser y toser en aquel sesto.
Judith, corrió al baño a enjuagarse la boca después de vomitar hasta lo que se había comido, y el chico limpió aquel sesto, y ambos regresaron al trabajo, después de semejante desahogo sexual que se había sobre todo Jonás, en aquella escapadita del trabajo a la hora del almuerzo.
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