PERDIDOS II (CAP 22) UNA NOCHE MUY ESPECIAL:
Hay fiesta en la finca de los Herzoch, mamá ha comunicado su importante decisión a sus hijos. ¿Quién será el primero de ellos en pasar la noche con ella?.
CAPITULO 22:
UNA NOCHE MUY ESPECIAL:
Hay fiesta en la finca de los Herzoch, mamá ha comunicado su importante decisión a sus hijos. ¿Quién será el primero de ellos en pasar la noche con ella?
Es viernes por la noche, y mañana sábado y Judith no irá a trabaja a su puesto de jefa en su empresa, no por nada en especial, simplemente porque ella no acostumbra a ir a la empresa los sábados.
Es viernes por la noche y allí están todos ellos reunidos en familia en el amplio quincho de la finca que los Herzoch tienen a las afueras de la portuaria ciudad de Crisao.
Es definitivamente un Viernes por la noche muy especial en la finca de los Herzog, y es que mamá Judith, después de reflexionarlo durante mucho tiempo tras el regreso a la civilización y después de vivir unos tres años increíbles cómo náufragos junto a sus 4 hijos, donde se les terminó entregando cómo madre y mujer a todos ellos, acorralados todos por la “soledad” en aquella isla remota y deshabitada y remota, en donde las únicas personas fueron los Herzoch, los únicos que quizás alguna vez la hallan habitado. La mamá tras el regreso a la civilización les hizo prometer que toda aquella locura del incesto, quedaría definitivamente en el pasado para todos ellos. Porque cómo suele decirse de la famosa ciudad de Las Vegas, “Todo lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”. Pues el lema de los Herzoch, sería entonces: “Todo lo que pasó en la isla, se quedó en la isla”.
Pero cómo hemos visto hasta esta altura de la historia, por más empeño que le puso la mamá, y porque no, todos ellos. No se pudo cumplir la promesa.
Y esto se debía también a factores internos, cómo a factores externos.
Factores externos cómo la ruptura de Judith con su “amigo” al poco tiempo de volver a Crisao, el mismo destino de las relaciones sentimentales de sus 2 hijos mayores Jonás y Jonathan, y los otros dos hijos menores que continuaban sin poder conseguir compañeras sentimentales, o bueno, noviecitas.
Y el factor interno que significa el simple hecho de que después de que madre e hijos se vieron no solo cómo tal, sino que hasta se vieron cómo hombre y mujer, simplemente esa fue una vivencia que evidentemente ninguno fue capaz de superar con el tiempo.
De modo que, en este marco de fracasos tras fracasos y recuerdos inolvidables para todos, la mamá decidió dar un paso atrás y volver a la “normalidad”, que llevaban en la isla. Así lo hizo pues, y se los comunicó a sus hijos, y eso era lo que con un banquete nocturno estaban festejando aquella noche veraniega de viernes en el quincho de la finca.
Los minutos seguían pasando en esa reunión después del anuncio de mamá.
Los chicos, obedeciendo al pedido de mami, “olvidaron” por un momento el tema convocante de la reunión, y conversaban de otros temas en la masa, mientras una ardiente y quemante impaciencia crecía y crecía en sus pechos y cabeza: ¿A quién elegiría mami para llevarse a su cuarto esa primera noche? ¿Quién de ellos tendría el honor de dormir en el cuarto de mamá con ella ya no cómo mamá, sino cómo mujer? Y ya sin eufemismos: ¿Quién se cogería a mamá esta noche y por primera vez en su cuarto, en su cama matrimonial?
Poco a poco, y aunque parezca mentira, esta misma inquietud fue instalándose en la cabeza de la propia Judith, bueno en realidad ella ya lo tenía medio resuelto, pero el dilema era cómo anunciarles el nombre del caballero que acompañaría a la cama a mamá en aquella “primera noche” de reencuentro oficial, que vivirían.
Y es que ella ya lo tenía decidido en su cabeza quien le daría esa primera “noche de amor” en su cuarto, en su cama.
Pero cómo su anuncio de esa noche generó tantas expectativas en todos ellos, el dilema con el que se encontró Judith entonces, era que, al anunciar el nombre de solo uno, frustraría a todos los demás. Y cómo buena madre amorosa y comprensiva que siempre fue con todos ellos, eso era algo que ella quería evitar a toda costa, y hasta llegó a pensar que la solución a esto solo podría darse con una “cama redonda” una buena orgía que diera comienzo a esta nueva etapa entre ellos, y en la que en el “acto inaugural”, nadie quedara afuera.
Pero ella lejos de una noche de solo sexo desenfrenado, quería más bien una “noche de amor”, en donde ni si quiera el sexo fuera el plato fuerte de la noche, en todo caso, que el hacer el amor sea el mejor “acto de culminación” de lo que fue una noche que sin lugar a dudas marcaría una bisagra entre un antes y un después de ahora en más en la vida de todos ellos.
En definitiva, la intención, los deseos de la mamá esa noche, eran los de después de la sensación de gran alivio y felicidad de saber que a partir de ahora todo volvería a ser cómo lo era en la isla, y que ya no debería esconderse de ninguno de ellos para estar con uno de ellos.
Y esto era motivo de un festejo que según lo entendía ella en el caso de haber sexo esa noche, tenía que ser un sexo muy especial, ella no quería simplemente coger, quería más bien hacer el amor.
Pero entonces tenía muy claro que para hacer el amor esa noche, en la mesa tenía a 2 opciones: El amoroso y maduro Jonás, o el tierno, dulce e inocente Tomás.
Y mientras muy pensativa y en silencio los miraba charlar sin prestarles demasiada atención a sus conversaciones. Sentada en la cabecera, en su trono de Reina del Hogar, jefa familiar, Judith pensó y se inclinó decididamente por Jonás.
Y esto porque sintió que era el reconocimiento que su hijo mayor se merecía, al ser cómo fue con ella desde un principio allá en la isla.
El no solo fue el primero que se le enamoró a la mamá, fue atento, servicial, caballero, y su hombre fuerte, en los momentos que necesitó que alguien la sostenga en los momentos de angustia, soledad, confusión y desesperación.
Los minutos fueron pasando, ya hacía rato largo que habían comido aquel delicioso pollo al disco, y los chicos esperaban ansiosos el momento en que Judith anuncie el nombre del afortunado que, en aquella noche de banquete, tendría el honor de ser el seleccionado para el “postre”.
Ya casi dominada por el cansancio de un largo día, ella se paró y así sin más dijo.
- Jonás ¿me acompañás? Dijo Judith, así sin más, exagerando sus gestos de cansancio.
- ¡Aaaaaahhhh, bueno, el capitán Verga de Palo, una vez más es el elegido! …. ¿Se dan cuenta que acá mismo, en esta mesa familiar y para esta madre, hay hijos y entenados? Exclamó con bronca Jonathan golpeando la mesa.
- ¡Basta Jony, estoy cansada, mañana hablamos y nos ponemos todos de acuerdo! Le responde Judith, tratando de apaciguarlo.
- ¿Cansada decís y te lo llevas a Jonás a la cama? ¿por qué no tiramos el colchón acá y te damos entre todos? Le responde groseramente él.
- ¡Jajajajajaja! Ríe Ronaldo.
- ¿No es cierto hermanito, no tengo razón? Le pregunta Jonathan a su hermano Ronaldo.
- ¡Basta Jony, la dama ya eligió! Le responde con Voz firme Jonás
- ¿La dama? ¡cómo serán las callejeras! Comenta socarronamente Jonathan, mientras ella se va para no tener que escucharlo.
Jonás sigue a su madre y se enfilan camino al cuarto de mamá.
Mientras el resto, o mejor dicho “los desafortunados”, se quedan barriendo y limpiando el quincho.
- ¡Bueno Rony, muy rica la comida, muy buena la noticia que nos dio mamita, pero esta noche, pajita en la camita! Comenta amargado Jonathan.
- ¡Jajajajajaja! Se ríe Ronaldo.
- ¡Bueno che, Yo también me quedé con las ganas! Comenta Tomás, para consuelo de ellos.
- ¿Con las ganas decís hijo de puta? ¡Cómo 5 días te la estuviste cogiendo en Nueva York, y acá te la agarrás en la cochera cuando llega del trabajo, bien meadita que viene la muy zorra, solo para que te la cojas bien cogidita! Le responde indignado Jonathan.
- ¡Jajajaja, hasta talquito en la conchita le pone este tarado! Le dice Ronaldo.
- ¡Jajajajaja! Ríen los dos hermanos de Tomás.
- ¿Y ustedes cómo están tan al tanto de todo? Pregunta intrigado Tomás.
- ¡Las cámaras, boludo! Le responde Ronaldo.
- ¡Ahora, hay que reconocer que aprendió a coger, el Tomi! …. ¡Campeón, campeón el Tomi! Dice Jonathan a Ronaldo.
- ¡Siiii, ni hablar, venga hermanito eso merece un brindis, en la vida de un buen macho, saber que hacer cuando se tiene una concha enfrente, es muy importante! Comenta Jonathan.
- ¡Y que concha que tiene la muy hija de puta, boludo, y pensar que la tuvimos en casa toda la vida! Dice Ronaldo.
- ¡La verdad que si, chicos, hay que reconocerle que a su edad y habiendo tenido 4 hijos, está para el infarto la condenada! Dice Jonathan sentándose en la mesa.
- ¿Vieron muchas conchas ustedes? Pregunta el inocente Tomi.
- ¡Nooo, no sé, un par y lo que se ve por televisión e internet, pero te das cuenta que la de mamá es de campeonatos, además reconoscamoslo, era re pritana la pobre, la agarramos entre los 4 y la volvimos re puta! Comenta Jonathan.
- ¡Jajajajajaja! Ríen los tres hermanos sentados la la mesa bebiendo Sidra.
- ¡Un brindis por la concha de la vieja! Dice Ronaldo.
- ¡Vamos a terminar todos en pedo a causa de esa concha peluda! Dice Ronaldo.
- ¿Solamente la concha, y el culo y la boca? ¿cómo la mama la muy hija de puta! Comenta Ronaldo.
- ¿ A quien más le viste la concha Jony?. Le pregunta Tomás.
- ¿Che y la Colo, que tal? Ronaldo le pregunta a Jonathan, en referencia a la tía Jaky, la amiga de mamá.
- ¿La Colo? ¿No me digas que te cogiste a la tía Jaky, la amiga de mamá?. Reacciona Tomás muy sorprendido.
- ¡Me cojo a mamá! ¿no me voy a coger a su amiguita del alma? Dice Jonathan jactándose.
- ¡Jajajajaja! Ríen Jonathan y Ronaldo.
- Y la verdad que una vez que desarrollaste el gustito por la carne madura…, ¡igual, es muy putona, a mi me gusta corromper damas, cómo hicimos con mamá. Cuenta Jonathan.
- ¡Pero esperá! ¿cuando te la cogiste? Preguntó muy curioso Tomás.
Entonces, los hermanos ponen al día a Tomi, de todo lo que pasó en la finca, mientras él se cogió a mamá durante 4 días en aquel cuarto de hotel en Nueva York, y le hicieron prometer a Tomi, que Judith de esto, jamás se enteraría.
Ellos seguían charlando y bebiendo, entonces Jonathan les contaba.
- Resulta que en la facultad en la materia de marketing 2 tenemos una profe, Paula debe tener cómo 54 mas o menos, la edad de la tía Colo, ¡que buena que está la morocha esa!, ¡pero no es muy sociable con los alumnos, pero con que ganas me la echaría al plato! Comenta Jonathan.
Y así entre conversación y conversación, sobre todo de mujeres, en la que la mamá parecía una y otra vez esporádicamente, ellos siguieron charlando y bebiendo hasta el amanecer.
En cuanto a la “feliz parejita de Jonás y Judith, el chico siguió los pasos de su mamá, quien tras escuchar los insoportables comentarios del siempre “destacado” Jonathan, se fue prácticamente huyendo del quincho, al convencerse así misma de que tratar de convencerlo para que entienda que ella también tenía derecho de elegir con quién de ellos pasar la noche, era una misión imposible.
Ellos subieron las escaleras rumbo a las habitaciones, y la mamá pasó al baño a mear, mientras el chico buscó alguna ropa que se pondría al día siguiente, y entonces salió de su habitación, para ya instalarse en el cuarto de mamá, donde pasaría la noche con ella.
Tras mear y lavarse los dientes, Judith apareció en el cuarto donde ya la esperaba impaciente su hijo mayor.
Ella entra en el cuarto, cierra la puerta, y ellos quedan al fin solos.
Allí estaba Judith, la bella mamá de 48 años, con su largo pelo castaño claro suelto llegándole casi hasta la cintura, vestida con un hermoso ajustado y cortito vestido blanco, que le marcaba muy bien la cola y las tetas, que quedaban perfectamente exhibidas con un pronunciado escote.
Muchas veces Judith se había puesto ese mismo vestido para ir a la oficina, y podo observar, cómo su enamorado hijo se la comía con los ojos.
Estaba claro entonces que la elección de la mamá a la hora de vestirse para esa noche tan especial, no había sido para nada al azar, y que incluso quizás inconscientemente siempre tuvo en mente a su hijo mayor, a la hora de elegir con quien pasaría esa noche en la cama.
De modo que allí estaba ella pues parada frente a él y de espaldas al enorme espejo que tenía frente a la cama matrimonial.
Entonces el chico podía observarla de frente y de atrás al mismo tiempo, sin necesidad que ella se de vuelta.
- ¡Ay, bueno mi amor, al fin solos! Comenta la mamá.
- ¿Ya estabas deseando estar acá conmigo? Le pregunta él.
- ¡Si, la verdad que si! ¡Además, Jonathan pobrecito hijito mío, se pone insoportable, con el tema del sexo, le ataca cómo una obsesión conmigo! Comenta ella, un tanto agobiada con esta situación.
- Bueno mami, tenés que entenderlo ¿quién no se obsesiona con una semejante mamacita cómo Vos? Le comenta él tiernamente.
- No sé mi amor, pero ni Vos ni el resto se ponen así de densos, ¡cómo él! Insiste la mamá, sentándose en la cama junto a él.
Ellos continúan charlando tiernamente, sobre lo ocurrido allá en el quincho familiar de la finca, mientras Jonás la acaricia tiernamente, y con el correr de los minutos y la conversación, ella empieza a corresponder a las caricias de su hijo Jonás.
Y la conversación entonces ahora transcurre entre tiernas caricias entre ambos.
Pero entonces las conversaciones entre madre e hijo llegaron a su fin y los besos y caricias se intensificaron durante unos largos instantes.
- ¡Oh Jonás, la verdad es que Sos tan único…! ¡Los amos a todos ustedes, cómo madre y hasta cómo mujer, pero Sos tan especial, tierno, compañero, sabio, fuerte, y un excelente amante en la cama! ¿en que estaba pensando Jessica, cuando ya no quiso seguir con Vos? Reflexiona ella entre beso y beso.
- ¡Jajaja, creo que me dejó porque incluso cuando quisimos intentar volver, ella estaba embarazada de otro chico. Le explica él.
- ¡Jijijiji!, sé que suena perverso que Yo siendo tu madre te lo diga, pero: ¡qué bueno que ya no tenga que compartirte! Le dice ella y lo empieza a besar apasionadamente.
Entonces tras unos instantes de desenfrenada pasión, ella se para frente a él y rápidamente se despoja del vestido blanco, quedando solo en un conjunto de bombacha y corpiño del mismo color que el vestido que se acababa de sacar.
- ¿Le vas a ir a dejar la bombacha a Tomi? Le pregunta él al verla ya en ropa interior.
- ¡Jijijiji, que divino que Sos! Vos nunca tuviste egoísmos con ellos, cuando me tuviste solo para Vos allá en la isla, me empezaste a hablar de las “necesidades” de los demás, y ahora al verme en bombacha y corpiño, te acordás de cómo le gustan a Tomi mis bombachas para “jugar”, por eso te amo tanto. Le dice ella conmovida.
- ¡Jajajaja! ¿le juntaste olor a meo y concha cómo a él le gusta? Le pregunta él.
- Creo que sí, ¿Te querés fijar? Le pregunta su mamá y se acuesta en la cama bocarriba con las piernas abiertas.
- ¿ A ver? ¡ snif, snif, snif, snif! Le huele él la bombacha blanca que Judith aún lleva puesta.
- ¿Y? …. ¿Cómo está? Le pregunta la mamá.
- ¡Espectacular, este olor a hembra calienta a cualquier macho! Le dice él muy excitado.
- ¿No le querés sacar la bombachita a mami así se la dejamos a Tomi para que juegue con ella, y Vos me comés la concha? Le pregunta Judith muy excitada.
Entonces Jonás le saca la bombacha blanca a Judith, y cómo ella estaba acostada de manera transversal en la cama con los pies colgando del lateral derecho de la cama matrimonial, Jonás le coloca un almohadón debajo levantándole la cola, y ella abre sus piernas para que el chico de arrodille entre ellas, y comience entonces a besarle, olerle y lamerle esa jugosa concha peluda de su madre.
Los sabores y olores de esa hermosa concha se entren mezclan en la boca y nariz de Jonás.
Cómo Judith venia calentándose ya desde hace rato, primero con sus propios pensamientos, mientras cenaba con sus hijos, escuchando sus comentarios, viendo la furia de Jonathan al no ser él elegido para dormir con mamá esta noche, y ahora último, las caricias, besos y conversación con Jonás, y el pensar que mientras Jonás se la está por coger, allá en el quincho quedaron tres calenturientos tigres queriendo ocupar el lugar de Jonás con mamá, todo eso junto estaba teniendo ya sus efectos en la zona más íntima de ella, manteniéndole la concha bien dilatada, para lo que el último meo que se había echado ayudaba, ya que ella no se limpiaba ni lavaba, para ensuciar la bombacha para dársela a Tomás cómo en cada noche. Y todo esto junto hacía que Judith a estas alturas tuviera bien mojado y dilatado hasta su ano, por lo que en cuanto Jonás se dio cuenta de que ella estaba tan mojada empezó a acompañar sus besos y lamidas en la concha de la hermosa madre, con suaves caricias en su dedo en el orificio anal de ella.
- Aaaahhhh, si mi amor, si mi vida, seguí así hijito hermoso, aaaaaahhhh, que bien se la chupas a mami, aaaaaahhh!. Decía ella entre gemidos mientras levantaba sus piernas abiertas.
- ¿Te gusta mamita hermosa! Le pregunta él empujando su dedo para empezar a penetrarle el ano con él.
- ¡ Ayyyyy si, por favor me estás matando pendejo de mierda, aaaaaaaahhh!. Gime ella cuando la lengua de Jonás le recorre la vagina de arriba abajo y viceversa, haciendo círculos en su clítoris y penetrándola con la punta, mientras el dedo entre y sale de su ano.
- ¡Aaaayyy mami ya alcanzo a acariciarte la caquita con la punta del dedo! Le dice él empujando su dedo casi hasta la mitad, dentro del ano de la mamá.
- ¡Ahahahahahahahahahaha! Solo jadeaba ella, cuando Jonás intensificó sus lamidas en la concha de Judith, y la penetración en su ano.
Así permanecieron unos minutos, hasta que entonces él le pidió que se diera vuelta poniéndose boca abajo sobre aquel almohadón que ahora le levantaba bien la colita.
Entonces Jonás empezó a lamerle el ano, mientras que con sus dedos acariciaba la peluda concha de su hermosa madre.
Así estuvieron unos 2 minutos en los que Judith disfrutaba en silencio de todo aquello.
Entonces Jonás le retiró el almohadón y la puso a 4 patas en la cama.
Se tomó el pene y lo empezó a rozar suavemente y con cariño sobre la concha peluda de mami.
- ¡Ahahahahahahahahahaha! Jadea ella mientras el pene de su hijo le rosa la concha haciéndola estremecerse sintiendo un intenso escalofrío por todo el cuerpo.
- ¿Te gusta mami? Le pregunta él.
- ¡Aaaaaaayyy, ahahahahahaha, aaaayyy siiiiiiii, me lo vas a hacer tener sin metérmela, ahahahahahaha! Fue todo lo que le pudo responder Judith entre fuertes gemidos e incontrolables jadeos.
- ¿Querés tenerlo? Le preguntó él, y le clavó una y otra vez solo la puntita del pene en esa muy dilatada concha.
- ¡Aaaaaaaaaaaa, ahahahahahahahahahahahaha aaaaaaaayyyyyy hijito por favor, que orgasmo estoy teniendo, aaaaaaaaaaaaaaa! Gimió jadeó y dijo fuerte Judith, temblando de placer con su orgasmo, casi sin penetración, que le hizo sentir la verga de su hijo mayor.
Entonces, Jonás guio su verga al ano de la mamá, y de un solo empujón la penetró hasta la mitad por atrás.
- ¡Ooohh, aaaaaaahhhh, aaaaaahhhh, aaaaahhhh, aaaaahhhhhh, aaahhh! Gemía a gritos Judith, mientras su hijo la embiste una y otra vez por atrás haciéndole llegar cada vez más adentro la verga en su ano.
- ¡Aaaaaaaaaahhh, aaaaaaaahhhhhhh, si mamá, por fin te tengo a 4 patas en tu cama, aaaaaaaahhhhh, aaaaaaahhh! Le gritó él embistiéndola por atrás salvajemente y hasta los huevos.
- ¡Ahahahahahahahahaha! Solo jadea Judith, sin poder decir ya nada, y usando sus fuerzas solo para mantenerse en 4 patas sobre la cama, con las fuerzas de sus manos, ante los empujones que Jonás le propina desde atrás al entrar y salir de su culo.
- ¡OOOOHHH, OOOOOOHHH, OHHHH, OOOOOOOOOOH, ¡MAMÁ ESTO TE ENTRA HASTA LOS HUEVOS, OOOOOHHHH, OOOOOOOHHHH, ¡YA LA SACO HASTA CON CACA, ¡MAMI, ¡ME LA ESTÁS LLENANDO DE CAQUITA, AAAAAHHHHHH, AAAAAAAHHHHHHHH, AAAAAAAHHHHHH! Le decía su hijo penetrándola con fuerzas.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaah, la siento muy adentro, me duele un poco, ahahahahahahahahaahahahahahaha!!, Dijo ella entre gemidos y jadeos.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahaha! Jadean ambos mientras hacían crujir la cama con los movimientos de la cogida que se estaban echando.
- ¡Aaaaaaaaaahhhhh, aaaaaaaahhhhh, vamos a romper la cama de mami, aaaaaaaaaaaahhhh! Gritó ella entre gemidos.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh! Le respondió él con un fuerte gemido con la voz enronquecida, teniendo un fuerte orgasmo y llenándola de caliente semen en sus entrañas.
Ella se dejó caer sobre la cama, y descansó allí durante varios minutos, mientras el chico se dio una ducha rápida en el baño.
Cuando Judith lo sintió volver a su cuartó, se levantó y fue a dejarle su bombacha blanca a Tomás y cómo no lo encontró en su cama (Tomi estaba aún con sus hermanos en el quincho) le dejó la bombacha debajo de la almohada.
Ella regresó a su habitación con Jonás, y antes de acostarse se puso su camisón corto de color blanco, se abrazaron tiernamente y durmieron hasta el amanecer.
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