PERDIDOS II (CAP 29) UNA NOCHE INTENSA CON RONALDO/ UNA ESCAPADITA DEL TRABAJO CON JONÁS:
Tras el día de su cumpleaños y el primer lésbico con su amiga periodista, la mamá sigue con su intensa vida sexual..
CAPITULO 29;
UNA NOCHE INTENSA CON RONALDO/ UNA ESCAPADITA DEL TRABAJO CON JONÁS:
Tras el día de su cumpleaños y el primer lésbico con su amiga periodista, la mamá sigue con su intensa vida sexual.
Luego de aquel Domingo tan “movido” y cansador para Judith, al cabo de la cena, ella le pidió a su hijo Ronaldo que fuera él quien esa noche la acompañara en la cama, a lo que su hijo ni lerdo ni perezoso para ir a la cama con mamá, le obedeció sin chistar.
Ronaldo es el primero en llegar al cuarto de la mamá, y allí la espera mientras ella iba al baño.
El muchacho se desviste mientras la espera, y comienza a excitarse con sus propios pensamientos, mientras imagina la noche de sexo que le espera con la mamá, o por lo menos, ya se imaginaba cómo se la iba a coger antes de dormir.
Con esos pensamientos su verga creció y se endureció cómo garrote debajo de su calzoncillo rojo, cuando por fin la ve llegar a Judith ya con su camisón puesto.
Entonces ella se acuesta del lado derecho de la cama matrimonial, y apaga el velador, y acto seguido se da vuelta dándole la espalda a su hijo.
- ¿Eh? …… ¿No vamos a coger antes de dormir? Le pregunta Ronaldo ya disgustado con la actitud de su madre al acomodarse para dormir.
- ¡Ay mi amor, mami está muy cansadita hoy, mañana es lunes y tengo que arrancar temprano para el trabajo! Se disculpa Judith por su cansancio.
- ¡Pero mamá……! Protesta el chico.
- ¡Ay Rony, además que mami te invite a pasar la noche juntos, no siempre significa que tengamos que……! Le aclara ella.
- ¡Ah bueh, seguro que se anduvieron metiendo los dedos con la Jaky! Le remató inesperadamente Ronaldo muy ofendido por el rechazo de su mamá.
- ¿Que dijiste? Preguntó Judith, espantada con lo que acababa de oír y que hasta le provocó escalofríos en su cuerpo.
- ¡Nada, nada, dormite, dormite! Le responde él dándose la vuelta y dándole la espalda a ella.
- Tenés mucho cuidado en cómo te dirigís a mi Ronaldo. Le advirtió ella en tono seco y cortante.
- Bueno, perdón, dormite de una vez. Le responde él.
Ambos quedan en silencio en la oscuridad profunda del cuarto de la mamá.
Ronaldo estaba esperando a que ella se durmiera, para hacerse una buena paja allí mismo al lado de su mamá dormida.
En cambio, Judith, se quedó pensando seriamente en lo que le dijo su hijo, y se preguntaba si había escuchado algo desde su habitación, la noche anterior, noche en la que ella había dormido con su amiga, o las habría visto o espiado cuando ellas tuvieron su encuentro de despedida en el cobertizo de depósito cerca de la casa de la finca.
Con los minutos, la preocupación en su cabeza le fue cediendo espacio a los recuerdos de todo lo vivido con su amiga la periodista. Y poco a poco la calentura se fue apoderando de ella, desvelándola y quitándole el sueño por completo.
Ella intentó sacarse aquellos pensamientos y recuerdos de la cabeza, para volver a conciliar el sueño, pero varios minutos pasaron y continuaba despierta y excitada.
Entonces Judith se dio vuelta en la cama, y lo abrazó tiernamente a su hijo, dispuesta a pedirle disculpas y ofrecerle hacer el amor, para sacarse la calentura que los recuerdos de su amiga le provocaban en ese momento.
Ella se dio vuelta, lo abrazó y lo empezó a acariciar por el pecho, por encima de su camiseta, y con el correr de los minutos fue bajando la mano, hasta llegar al elástico del calzoncillo, y notó la semejante erección que tenía su hijo.
- Mi amor ¿Estás despierto? Le murmura ella dulcemente al oído.
- ¿Que querés? Le responde cecote él.
- ¿Querés hacer el amor con mami? Le pregunta ella besándole el cuello.
- ¡No sé, acá la que no quiere Sos Vos, que estás muy cansada, que mañana se trabaja, que tenés que arrancar muy temprano, y no sé cuántas historias más! Le enumera él muy ofendido.
- ¡Jijijijiji! …. Bueno, ¿Me perdonás? Le pregunta tiernamente ella entre risitas.
Entonces él se da vuelta, y ya frente a frente comienzan a besarse, primero tiernamente y luego la ternura se convierte en pasión.
Entonces entre tanta pasión y calentura, e inconscientemente, empezaron a desfilar por la mente de Judith los recuerdos de los dos primeros encuentros lésbicos de su vida que tuvo de manera totalmente imprevista con su amiga Jaqueline.
El sonido de las dos jadeando a la par allá en el cobertizo, empezó a sonar cómo un excitante eco en la cabeza de Judith, mientras su hijo prácticamente la ahogaba metiéndole la lengua hasta la garganta.
Ella recordó la sensación en su vagina de los gruesos y largos dedos de su amiga pajeandola hasta llegar a escarbarle con los dedos en lo más profundo de su peluda concha.
Fue tan claro el recuerdo, que tal vez por la calentura que ya tenía encima, le parecía estar sintiendo los dedos de su amiga otra vez allá abajo y bien adentro. Tanto que inconscientemente abrió sus piernas.
Cuando Ronaldo la sintió separar bien sus piernas, instintivamente le levantó el camisón rosado, y grande fue su sorpresa al notar que la mami no llevaba bombacha esa noche, por lo que su mano directamente se posó sobre la peluda concha de la mamá.
- ¡Ay mami! Exclamó él instintivamente al acariciar inesperadamente los pelitos negros de la concha de su madre, al estar Judith sin bombacha esa calurosa noche.
- ¡Aj, acaríciamela, después pajeáme! Se quejó de placer ella al sentir la mano de su hijo allá abajo (tal vez esta vez recordando la mano de su amiga) y le rogó que la masturbara, deseando por dentro que lo hiciera cómo lo hizo ella.
- ¿No era que hoy no querías? …… ¿Y te terminaste acostando sin bombacha?…… ¡Mmmmmmmmhhh! ¿Pero en que estaría pensando esta mami? Le dice pícaramente Ronaldo.
- ¡Ya saben ustedes y muy bien, que mamá después de mear por última vez a la noche le deja la bombachita a Tomi, y esta vez con el cansancio que mami tenía, no hizo tiempo a ponerse otra para dormir! Explicó ella entre apasionados besos con él.
- ¡Bárbaro mami, que él se desvergue a pajas con tu bombacha meada, mientras Yo te vuelvo a romper esta semejante concha, cómo lo hice la otra vez! ¡La verdad que te las arreglás, para tenernos siempre a todos atendidos y contentos! Comenta él y empieza a pajearla a mamá.
- ¡Jijijijiji, Aj! Se le interrumpe la picara carcajadita a Judith, con una queja de placer al sentir entrándole por la de abajo a los dedos de su hijo.
- Que hermosa y jugosa concha tenés mami. Le murmura él, ya masturbándola.
- ¡Aj, aaaaaahhhhh, aaaaaahhhhhhhhhhhhh, ahahahahahahahahahahahahahahahahaha! Vuelve a emitir un pequeño quejido, gemir, para finalmente empezar con un rítmico jadeo echándole su cálido aliento en la boca a Ronaldo, quien acercó su cara a la de ella para disfrutar y excitarse atrapándole el aliento de su jadeo, con su boca pegada a la de mamá para no dejar escapar ni una sola gota de aquella cálida briza que entraba de lleno en su boca, y él a cambio le dejaba caer su baba en el interior de la boca.
- ¡Eso, jadeá perra, jadeá cómo la perra que Sos! ¿No era que querías dormí, No era que estabas tan cansada? ……. ¡Mirate ahora lo bien despiertita que estás para esto! …. . ¿Eh? … ¿Viste lo semejante puta y atorranta que resultás terminar siendo? Le dice su hijo, mientras ella no deja de jadearle en la boca, mientras es pajeada por el chico.
- ¿Me mostrás lo semejante puta que sos? Resuena la voz de Jakeline en la mente de Judith.
- ¡ahahahahahahahahahahahahaha, ¡Ay, si mi amor, ¡Soy la puta de todos, todos ustedes me volvieron una reverenda puta! Le dice entre jadeos la mamá a Ronaldo, tras recordar las palabras de su amiga.
- ¡Jajajaja, lo sabíamos desde hace mucha mami! Le responde Ronaldo riendo victorioso y burlón, sin siquiera sospechar que las palabras de su mamá no solo estaban dichas por la opinión que ellos tenían sobre la mami, sino que esa misma era la opinión que la tía Colo, la amiga de mamá tenía sobre Judith.
- ¿Me vas a reconocer que Sos una puta, tanto con hombres cómo con mujeres? Volvió a resonar en la mente de Judith, la voz de su amiga Jaky.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahahahaha, aj, aaaaaaaaahhhh, ay si te lo reconozco soy una puta, aaaaaaaaaaaahhh! Le respondió Judith a su hijo, pero también a su amiga, a quien no podía sacar de su calenturienta mente en ese momento.
- ¡Vamos carajo, mostrame una vez más lo puta que Sos cabalgándome hasta sacarme toda la leche de los huevos, y romperme la verga! Le ordenó Ronaldo harto de las palabras y de verla disfrutar solo a ella.
Entonces, ella encendió el velador de su mesita de luz, Y sin sacarse el camisón, lo montó, y empezó a fregarse la verga de su hijo sobre la entrada de su concha. Mientras Ronaldo le acercaba a la boca los dedos con los que la pajeó y la hizo mojarse tanto.
Ella sacó su lengua y para sorpresa de él, empezó a lamérselos dócil y gustosamente, sin que tenga que obligarla cómo en veces anteriores.
- ¡Aaaaaaahhhhhh! ¿Te gusta tu sabor zorro? Gimió y le preguntó él a su mamá, mientras disfrutó intensamente del tacto de su mojada lengua entre sus dedos y el aliento de su boca chocándole la mano.
- ¿Aha? Le respondió su mamá con tono sensual, mientras lamía los dedos, con los ojos cerrados y recordaba el sabor de la concha de su pelirroja amiga.
Una vez bien limpios los dedos de Ronaldo, ella se acomodó sobre él y de un repentino sentón, se hizo entrar toda la dura y erecta verga de su hijo en su ya muy lubricada concha peluda.
- ¡Aj! ….aaaaaaaaaaaaahhhh, aaaaaahhh, aaaaahhhh, aaaaaahhhhh, aaaaaaa, aaaaaahhhhhh!. Se quejó ella al hacérsela entrar toda de una sentada, y tras disfrutarla unos cuantos segundos toda bien metida adentro, empezó una suave cabalgata y a gemir con ella.
- ¿Me vas a reconocer que Sos una puta, tanto con hombres cómo con mujeres? Volvieron a la mente de Judith las palabras de su amiga.
- ¡Eso, así perra, así perrita, aaaaaaaaahhhhh, mamita, aaaaaaa! Decía y gemía Ronaldo disfrutando de la cabalgata de mamá sobre su verga.
- – ¿Me mostrás lo semejante puta que sos? Resonó la pregunta de Jaky en la mente de Judith.
- ¡Si mi amor! Murmuró Judith “respondiéndole” a su amiga, y empezó a cabalgarlo frenéticamente.
- ¡Aaaaaaahhh, aaaaaaaaaahhhhhhhh, aaaaaaaaahhhhhhh! Gemía él mientras con ambas manos la agarraba firmemente de las tetas.
Ella cabalga y cabalga frenéticamente durante unos largos instantes mientras que se mantenía en silencio escuchándolo gemir al macho de su hijo.
Pasados unos 5 minutos de furiosa cabalgata sobre la dura vara carnosa de su hijo, y al sentir la proximidad del orgasmo, Judith le clavó las uñas al pecho velludo de Ronaldo. Su boca se abrió, pero nada salió de ella, ni grito, no quejido, gemido o jadeo alguno, solo y con el correr de los minutos un hilo de baba empezó a asomar, crecer y pendular de esa boca abierta y muda.
Entonces Ronaldo sintió cómo las uñas de mamá empezaron a arañar su pecho, los ojos se le abrieron cómo apunto de desorbitarse, y su vagina se inundó y chorreó repentinamente cómo si Judith se estuviera meando sobre la verga y piernas de su hijo.
- ¿Me mostrás lo semejante puta que sos? Le volvieron a resonar las palabras de su amiga en la mente a Judith.
- ¡Aaah! Gimió o más bien dio un grito ronco ella antes de casi desplomarse sobre su hijo, quien lo evitó sujetándola fuertemente de las tetas.
- ¡Falto Yo, mierda, falto Yo! Protestó Ronaldo al ver que ella ya no podía más.
Entonces el muchacho empezó a moverse enérgicamente haciéndola saltar por los aires y caer violentamente sobre su verga para empalarse una y otra vez con la verga sedienta de su hijo.
Ella volaba y caía sin control de sí misma, escuchando moverse y crujir a aquella cama.
Por momentos parecía en un estado de agotamiento e inconciencia, por momentos el placer y el dolor de la resequedad de su vagina la volvían a “despertar” retomando contacto con su realidad del momento.
Esto se repitió una y otra veces una 5 o 6 veces, hasta que entonces.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh! Gimió a gritos él llenándola de leche.
Ella por fin pudo desplomarse sobre él, y apenas unos segundos después acostarse a su lado y dormirse profundamente con el velador aún prendido. Fue Ronaldo quien apagó la luz y se durmió abrazándola.
A las 6 en punto de la mañana sonó el despertador de Judith, y ella instintivamente pero casi dormida, saltó de la cama.
Se vistió, pasó al baño, meó, y se lavó la cara con agua helada, para despabilarse.
Fue a la cocina, se puso la radio, y escuchando las noticias con la voz de su amiga periodista y locutora, Jakeline Bauer. Se preparó unos Mates amargos con tostadas con queso.
Y cómo ocurría mañana tras mañana, mientras ella desayunaba los chicos empezaban a llegar a la cocina.
Ellos desayunan en familia cómo todas las mañanas, y luego del desayuno, cada uno a lo suyo.
Entonces Judith y Jonás parte en el coche de la mamá hacia la ciudad, y una vez ya en Crisao, rumbo a la empresa.
Judith se instala en su oficina cómo en cada mañana, de la que ya no se movería hasta horas del mediodía.
Legado el medio día, Judith y Jonás compran comida para llevar, y van a almorzar a la casa que tenían en Crisao.
Por su parte Jonás observaba a su mamá tan elegantemente vestida, y no perdía la esperanza de un encuentro furtivo con ella.
Llegaron a la casa y mientras calentaban la comida en el microondas, Jonás sacó el tema en la conversación.
- ¿La pasaron bien anoche con Rony? No pudo evitar el gesto pícaro en su expresión facial al hacerle esta pregunta, sabiendo lo que la disgustaban a Judith este tipo de intromisiones entre sus hijos afectando la intimidad de ella también.
- ¿Y a que viene la pregunta? …… si es que se puede saber. Le responde la mamá con una sonrisa pícara y un brillito en sus ojitos.
- A que me despertaron, y después ya no me podía dormir. Le respondió su hijo con la misma picardía y a punto de echar la carcajada.
- ¡Jijijijijiji! …….. ¡ay amor! ¿En serio? Preguntó Judith tras una risita nerviosa y avergonzada.
- ¡La próxima vez que se vayan a echar semejante polvo, avisen! Así el resto si es que no podemos participar, por lo menos nos ponemos tapones en los oídos, o nos tomamos unas gotitas para dormir cómo tronco toda la noche. Le remata su hijo, avergonzándola aún más.
- ¡Jajajajajaja, ay hijo! Le responde Judith poniendo los platos en la mesa, mientras él estaba cerca de ella parado frente al micro hondas esperando que se calentara la comida, y sin poderle ocultar a mamá su tremenda erección dentro del pantalón.
- ¿Y de sólo acordarte se te pone así? Le preguntó incrédula con lo que veía.
- ¡Digamos que no se me baja desde anoche! Le responde su hijo, abrazándola por atrás y arrinconándola contra la mesa y haciéndole sentir su erección en la cola a mamá
- ¿Querés que mami se levante la faldita y……..?. Le pregunta Judith amorosamente.
- ¿Solamente te tendrías que levantar la faldita? ….. ¿no tenés bombachita puesta abajo? Le pregunta muy excitado él ignorando los pitidos del microondas que indicaban que la comida estaba lista.
- ¡Jijijijiji, tontito, mami siempre se pone ropa interior, soy una dama, aunque ustedes ya no me vean así! Pero la bombachita me la tendrías que bajar Vos mientras me sostengo la faldita levantada. Le responde su mamá.
Entonces Jonás empieza a desajustarse el cinturón del pantalón. Y en cuanto Judith se percata de esto, se levanta la falda negra hasta dejar al descubierto frente a su hijo, una bombacha del mismo color que su falda.
- Pero, ¿Vas a querer acá o preferís que vayamos a la oficinita cómo el otro día? Le pregunta ella, mientras su hijo ya le estaba bajando la bombacha.
- Ahora hagámoslo acá, y después allá en el despacho de la mami ejecutiva. ¿Te parece? Le responde Jonás bajándole la bombacha negra a su mamá.
- ¿Que?…… ¡ay no hijo, después de que lo hagamos, comemos y nos volvemos a la empresa, hoy tengo varias reuniones y asuntos importantes que resolver. Le retruca Judith.
- ¿No podés suspender nada por mí? Le pregunta él mientras tras despojarla de su bombacha negra comienza a acariciarle suavemente la peluda concha a su madre, quien se reclina aún más sobre la mesa para dejarlo hacer tranquilo.
- ¡Aaah, veremos cómo te portás con mamá y a lo mejor te premio con algo, aaaaaaaahhhhhh, aaaaayyy, si mi amor acariciale bien la conchita a mamá, aaaaaaajj. Responde ella mientras su hijo agachado detrás de su mamá le acariciaba la concha con la mano, y le besaba las nalgas.
- ¿Así que me tengo que portar bien? Jajajaja. Le responde él metiéndole dos dedos en la ya lubricada concha de mamá.
- ¡Aj, aj, aj, aaaaaj, muy bien, pórtate muy bien con la mami y vas a ver……aj, aj,!. Le respondió Judith entre quejidos de placer por la paja que le hacía Jonás mientras con su lengua le lamía el ano y hasta por momentos se lo penetraba.
- ¿Cómo voy por ahora? Le pregunta casi burlonamente al oírla gozar y ver cómo se mojaba cada vez más y más.
- ¡Aaaaaaj, aaaaaaj, aaaaaaaj, vas perfecto, aaaaaaaj, aaaaajjjj! Le respondió Judith prolongando sus quejidos y ya casi recostándose sobre la mesa.
El chico la pajeó con más vehemencia aún, mientras que con su lengua la penetraba por el ano, haciendo disfrutar a pleno a la ya muy excitada madre que ya gemía de placer.
Eso se prolongó durante tres minutos o talvez un poco más.
Entonces Judith se incorporó, se dio la vuelta y le pidió que la acompañara a la oficina que había en la casa.
Allí despejó el escritorio de papeles, se acostó bocarriba sobre él y le dijo a su hijo:
- Vení a comerle la concha a la jefa. Le pidió ella acostada en el escritorio, abriendo y levantando las piernas.
Entonces el muchacho se acercó a ella, la miró acostada en el escritorio vestida con esa faldita negra y esa blusa blanca, su largo pelo castaño claro, y su perversa mirada clavada fijamente en él, esperándolo a que acuda a satisfacerle su apetito sexual.
Entonces, decidido a complacerla y “portarse bien” con mami, se le acerca, le levanta la faldita negra, le mira la concha peluda durante unos instantes, y ella que lo miraba atentamente, interrumpe el silencio y su concentración:
- ¿Te gusta la concha por dónde saliste?
- ¡Me encanta, me fascina, me la cogería todas las noches si no tuviera que compartir a mi madre con mis hermanos! Le responde Jonás.
- ¡Jijijiji! ¿está celoso el noviecito de la mamá? ¿te acordás cuando en la isla me pediste ser tu novia? Le dice ella tiernamente.
Pero entonces Jonás ya no le responde.
El chico se agacha frente a la concha de su madre y hunde su rostro en ella y comienza a besarla y lamerla, mientras que aprovechando la lubricación del su ano.
- ¡Aaaaaaaj, aaaaaaaahhhhhh, ay mi amor, cómo le comés la concha a tu novia, aaaaaaahhhhh, hijito seguí, hijito así mi amor, te amo, te amo, aaaaaaahhh! Decía casi a gritos Judith cuando su hijo le comía la concha desaforadamente y le metía su dedo en el ano, mientras ella le cubría la cabeza metiéndola debajo de su falda y se la acariciaba por encima de ella, levantando sus piernas y apoyándolas en los hombros de Jonás.
Jonás le lamió la concha con ahínco y desesperación, raspando la totalidad de la superficie vaginal de Judith, y por momentos penetrándola con ella. Esto hacía estremecer, temblar y hasta parecer convulsionar a su madre sobre el escritorio, al tiempo que jadeaba, gemía y por momentos daba alaridos de placer.
Esto se prolongó durante 5 minutos, tiempo suficiente para que Judith alcanzara por lo menos dos orgasmos grandes, en los que su hijo pudo beber los jugos de mamá y que el segundo y último orgasmo de ella, llegó a parecerse más a una pequeña meada que a una eyaculación femenina y que fue acompañada por un llanto incontenible por parte de la mama.
Totalmente excitado con todo aquello y al recordar los ruidos que venían de la habitación de Judith en la noche anterior. Jonás se puso de pie, la miró y la vio con lágrimas en los ojos y cómo murmurándole algo y mirándolo llena de ternura, amor de madre y de mujer, pero sobre todas las cosas, llena de lujuria.
Y al ver todo esto no pudo evitar tomarse la verga con la mano, y empezar a rosársela en la entrada de su peluda concha. Y tras hacerlo durante unos instantes, se la dejó ir toda adentro clavándosela hasta los huevos.
- ¡Ouuuuh! Aulló ella entre lágrimas y sollozos cuando lo sintió entrar hasta los huevos.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh! Gimió su hijo con voz enronquecida.
- ¡Aaaaaaaaaaaahhhh, aaaaaaaaaaaaaaaaahhhh, aaaaaaahhhh! Gritaba ella de placer agarrándose fuerte con ambas manos de los cantos de la mesa del escritorio, al tiempo que se estremecía con cada movimiento de palanca que su hijo le hacía sin sacarle un milímetro de verga de esa concha peluda y casi chorreante.
- ¿Te gusta cómo te cojo? ¿Anoche te cogieron así mami? Le pregunta él, moviéndose dentro de ella.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaa, aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh, aaaaaaaaaaahhhh! Solo le responde ella gimiendo a gritos y ya luchando para contener su inminente orgasmo.
- ¡Contestame! Le pide enérgicamente su hijo sin dejar de moverse en su interior.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh! Le responde ella con un fuerte grito de placer, mientras se incorpora casi sentándose en el escritorio y mirándolo fijamente, gritándole casi en la cara su orgasmo y desplomándose de inmediato sobre la mesa del escritorio.
Jonás, viéndose aún insatisfecho, la giró sobre el escritorio hasta dejarla acostada bocabajo, y entonces la arrastró un poco hacia él, dejándola con las piernas colgadas y una vez con la cola de la mamá a la altura de la verga, su escupió varias veces la mano, y le lubricó la entrada trasera a Judith, quien sin decir nada abrió más sus piernas y se relajó dejándolo hacer a su hijo.
Para comprobar la lubricación del ano de Judith, Jonás le introdujo el dedo hasta la mitad casi pudiendo tocarle la caca a mami.
Entonces, viendo a mami entregada y sumisa completamente a su merced, le apuntó sin más a la “puertita trasera” de Judith, y centímetro a centímetro se la fue enterrando, mientras a ella se la podía oír respirando profundo, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.
- ¡Eso mami, bien relajadita mi amor, bien relajadita que ya casi entra toda! Le dijo él mientras se la iba empujando de apoco.
- ¡Aj, creo que me estás empujando la cacona para adentro! Se quejó Judith con tono sensual.
- ¡Que bueno, así vas a tener más espacio para la leche! Le respondió su hijo.
- ¡Aaaahhhhh! Gimió ella en los últimos centímetros que quedaban por entrar.
- ¿Estás lista? Le preguntó su hijo tras dejársela toda adentro unos segundos.
- Si mi amor. Le respondió amorosamente su mamá, mientras se preguntaba así misma ¿Por qué Jonathan (que era el que la tenía más grande) o Ronaldo (Que más allá del tamaño de su verga era siempre un salvaje con ella) no eran tan considerados con ella cómo Jonás, o el mismo Tomás?
Entonces Jonás empezó a bombearla primero suavemente y entonces fue aumentando el ritmo de las embestidas a Judith contra el escritorio.
El chico estuvo bombeándola por el culo más de 7 minutos, en los que ella permaneció en silencio absoluto, y solo se oía moverse el escritorio con cada empujón contra él que Judith recibía por parte de su hijo. Y de vez en cuando alguna que otra flatulencia que escapaba del ano de Judith, cuando la mamá perdía el control de su esfínter trasero a causa de las entradas, salidas y movimientos de la verga de su hijo allí dentro.
- ¡Aaaaaaahhh, mami, aaaaaaaaaahhhhh, hacele lugar a la lecheeeeeeeeeeeeee, aaaaaaaaaaaaahhhhhhh! Le gritó y gimió su hijo llenándole el vientre de leche.
Una vez recuperados ambos, volvieron a la cocina, y tras volver a calentar la comida, almorzaron juntos.
Entonces mientras almorzaban, Judith con su celular mandó unas series de mensajes por WhatsApp, para cancelar algunas de las actividades de la tarde, pero solo pudo cancelar tres de las 5 que tenía programadas para esa tarde. Tiempo más que suficiente para dormir una tan necesitada siesta (por lo menos para ella) y tal vez hacer el amor una vez más antes de retomar actividades.
Asique cuando terminaron de almorzar, ella se lo comunicó a su hijo, y raudamente fueron a la habitación de mamá a dormir por lo menos un rato.
CONTACTOS CON EL AUTOR: [email protected]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!