PERDIDOS II (CAP 30) LOS LIBROS DE JAKY:
La Colo le presenta a su amiga los dos libros que ha escrito sobre ella y su familia. ¿Cómo reaccionará Judith con el libro donde Jaky cuenta sobre la vida XXX de su amiga en la isla? ¿Que pretende la Colo de su amiga apartir de ahora?.
Estando solos y muy tranquilos en la casa de los Herzoch en Crisao, Madre e hijo luego de la escapadita del trabajo para almorzar, la mamá que luego de hacer el amor con su hijo mayor se sintió muy cansada, logró suspender algunas actividades laborales y entonces ganar tiempo para una siestita y tal vez algo más con su hijo Jonás antes de salir de la casa.
Ellos dormían profundamente, cuando a las 6 de la tarde sonó la alarma del celular de Judith, pero la mamá ni lo escuchó.
Entonces Jonás quien, si se despertó, apagó la alarma de inmediato, le dio un beso en los labios a su mamá y le dijo.
- ¡No te hagas problemas, ¡Yo te remplazo en esas reuniones, ¡Vos dormí tranquila, Yo después vengo y volvemos a la finca! Le murmuró él casi sin despertarla.
- ¡Jiji, mi amor, por ser así conmigo, es que mami te ama tanto! Te voy a esperar para hacer el amor antes de volver a la finca. Le responde ella.
Y entonces él se viste y se va a reemplazar a mamá en su agenda de trabajo, dejándola dormir un poco más.
Eran ya algo más de las 9 de la noche, Cuando Jonás bajo una tenue llovizna, llega a la casa donde Judith seguía completamente dormida.
Entonces el chico un poco frustrado por lo tarde que ya se les haría para hacer el amor una vez más antes de volver a casa, va a la habitación de la mamá a despertarla, temiendo que cuando ella vea la hora que es, quiera volver así sin más directamente a la finca.
- ¡Mamá…! mami, …mamita! La despierta Jonás.
- ¡Oooooy, mi amor! ……. ¡mirá la hora que es, y Yo tenía cosas que hacer! ¿Por qué no me despertaste? Reaccionó ella al despertar y ver la hora.
- ¡Estabas muy dormidita, parecías el más bello de los angelitos durmiendo, me pareció raro que no te levantaras cuando sonó la alarma de tu teléfono, y me partió el alma tener que despertarte, así que fui Yo a la reunión, no te preocupes todo está bien!
- ¡Mhhhhhhhh, gracias mi amor! Ya me levanto y nos vamos. Le dice ella despabilándose.
- ¡Pero mamá …… me prometiste que cuando volviera me esperarías para…!. Protesta él.
- ¡Jajajaja! ¿Te hablé dormida? Le responde Judith ya vistiéndose.
- ¡No sé, pero me lo prometiste! Le responde él muy ofendido con mami.
- ¡Jijijiji, ay bueno mi amor, no me pongas esa trompita cómo cuando eras chico, que me muero de amor! …….. Está bien, después vemos que decimos allá cuando nos vean llegar tan tarde a casa. Sucumbe Judith, ante el infantil y tierno berrinche de su hijo mayor.
Ella vuelve a desvestirse, y él hace lo propio, y completamente desnudos se meten en la cama.
Ellos empiezan a abrazarse y acariciarse, mientras se besan apasionadamente.
Entonces Jonás baja su mano hasta el abultado monte de venus de su mamá u empieza, primero a jugar con aquellos vellitos negros (provocando una pícara sonrisa en ella) y después de unos cuantos instantes, comienza a acariciarle la vagina, para ya después separarle los labios con un dedo y acariciarle suavemente el clítoris, haciendo que Judith aumente la pasión y vehemencia con la que lo besaba, y se estremeciera de vez en cuando.
- Dejame cabalgar. Le murmuró ella entre beso y beso.
- ¿Segura que ya querés venir arriba? Le pregunta su hijo sin abandonar los besos y caricias.
- No tenemos ya mucho más tiempo para esto, nos van a estar esperando allá en la finca, y Vos ya sabés cómo se ponen sobre todo Jonathan y Ronaldito. Le explica ella.
Comprendiendo perfectamente de lo que hablaba mamá, y no queriendo demorar mucho más el asunto, Jonás se pone bocarriba, y entonces Judith lo monta de inmediato.
Ella le toma el pene a su hijo, y comienza a rosarse la punta del tronco de su hijo en la entrada de su concha.
- ¡Aaaaaaaaahhhhhhh! Exhalaba ella por la boca cómo un largo jadeo, mirándolo fijamente a los ojos.
- ¡Aaaaaaaooooooohhhh mamáaaaaaaaa! No puede evitar gemir con voz temblorosa el chico ante la placentera sensación que le provocaba su mamá al rosarse el pene en la concha.
- ¿Te gusta mi amor? Le responde ella con voz sensual y creciente excitación.
- ¡Aaaaaaahhhhh, si muchísimo! Le responde su hijo casi gimiendo.
- ¡ Aj!. Se quejó Judith en voz alta al dejarse caer sobre la verga de su hijo y clavársela toda de un repentino sentón que hasta lo tomó de sorpresa al propio Jonás.
Ella permaneció sentada un ratito mirándolo tiernamente a su hijo a los ojos, y disfrutando de sentir toda su barra de carne dentro de su concha, y entonces comenzó a moverse hacia adelante y hacia atrás usando la verga de Jonás cómo una palanca dentro de su concha.
Primero comenzó con un suave palanqueo apoyando sus manos en el pecho del muchacho, y luego ese mismo movimiento fue incrementándose cada vez más y más hasta convertirse en un frenético vaivén hacia adelante y hacia atrás arrancándole esporádicos y repentinos jadeos a ella y haciéndolo estremecer al mismo tiempo al chico.
Este palanqueo se prolongó durante unos 5 minutos o tal vez un poco más, entonces ella se estremeció completamente, su boca se abrió lo más grande que pudo y sus ojos se pusieron totalmente blancos, y su vagina se mojó cómo si soltara un pequeño meo sobre la verga y piernas de su hijo mayor.
Entonces, cuando Jonás comprendió que mamá había tenido su orgasmo, comenzó a moverse violentamente, obligándola a cabalgar.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha! Jadeaba Judith saltando sobre la estaca de carne de su hijo, que se clavaba una y otra vez en lo más profundo de su concha.
- ¡Aaaaaaaaaahhhhh, mamá, aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh, te amo, te amoooooooo! Le gritó él entre profundos gemidos mientras la hacía saltar sobre su estaca puntuda.
- ¡Aaaaaaaaaaa, aaaaaaaaaaaaaaa, tenelo que no puedo más, ya no puedo más! Le dijo entre gemidos ella.
- ¡Aaaaaaaaaaa, aaaaaaaaaaaahhh, aaaaaaaayyyy mamitaaaaaaaaaa te estoy llenando de lecheeeeeeeee! Le gritó Jonás, incrédulo con el orgasmo que le estaba haciendo tener una vez más la concha de su madre.
Acabada esa encamada rápida y de despedida, ellos se vistieron, hicieron la cama, ordenaron la casa y bajo una intensa lluvia salieron en el coche de Judith, rombo a la finca.
Ya en la ruta, y con un tráfico pesado y una lluvia intensa, Jonás se vio obligado a conducir con cuidado y más despacio que de costumbre.
Por el camino, Jakeline (la periodista amiga de Judith) otra vez volvió a instalarse en el pensamiento de ella.
Judith lo miraba a su hijo mayor conduciendo por el camino bajo la noche lluviosa, y ese momento le pareció el más indicado para comentarle a su hijo, lo que le estaba pasando con su amiga, la que lo chicos llamaban la “Tía Colo”.
Judith intentó entrar en tema con Jonás (ya que su hijo mayor sería el único que no la juzgaría, ridiculizara o se burlaría al oírla contarle su primera experiencia lésbica con la Colo) pero al intentarlo en 2 o 3 veces, sintió que algo la frenaba. Tal vez era su pudor de mujer ya adulta (tradicional y recatada, si es que a estas alturas del partido le cabían aún estos honrosos títulos) o tal vez un mal presentimiento sobre la reacción de Jonás (algo que la derrumbaría completamente en su moral). O incluso el esperar a darle tiempo a todo lo que ocurría u ocurrió entre amigas.
Judith creía también que quizás todo fue a una tontería entre viejas amigas, una noche de copas y confesiones que en algún momento se salió de control y termino en una aventura xxx entre buenas amigas, y confiaba en que todo quedaría en lo ya ocurrido, o por lo menos en que de ser necesario ella misma podría ponerle frenos a su amiga Jaky..
Pero También Judith estaba segura que, si en algún momento necesitaba el apoyo, el aporte u opinión de uno de ellos, ese “uno” era sin lugar a dudas su hijo Mayor.
Ellos llegaron a la finca, cenaron con el resto de los chicos (Un poco más tarde que lo de costumbre) con excusas de por medio para disculparse por la demora, y entonces en un momento de los dos a solas Jonás le pidió para poder dormir esta noche con ella de vuelta, pero la mamá se negó diciéndole que tenía que ser justa con todos, y él ya había tenido sus dos turnos con mamá, por lo que esa noche Judith eligió a Tomás para que duerma con ella.
Los das, e incluso las semanas fueron pasando, Judith siguió repartiendo su tiempo entre su trabajo, su gimnasio, y su activa vida social, con la vida xxx que llevaba con sus 4 viriles hijos.
Las amigas no volvieron a verse personalmente durante ese largo periodo, salvo algunos mensajes vía WhatsApp, sobre todo en los últimos días. Pero, aun así, las amigas no volvieron a tocar temas de intimidad en sus esporádicas y espontaneas conversaciones de temas variados y banales.
Entonces ocurrió una mañana, Judith estaba en su oficina, y le informa su secretaria que su amiga la periodista estaba en la empresa y quería hablar con ella.
Judith la recibió en su despacho, ellas conversaron animadamente, hasta que Jakeline le dijo que venía para invitarla a almorzar y para mostrarle algo y contarle una novedad.
Judith entonces le pidió a su amiga, pe la disculpe un momento, que ella arreglaría unos pendientes y se iría a almorzar con ella.
Entonces Jakeline, le pidió poder usar su computadora personal un ratito mientras la esperaba, y su amiga la autorizó sin problemas y la dejó sola en la oficina.
Judith se demoró algo más de 20 minutos en atender sus pendientes y cancelarle a Jonás la tradicional “Escapadita para almorzar”, en la que ellos se ausentaban de la empresa al medio día, iban a la casa que tenían allí en la ciudad de Crisao (no muy lejos de la empresa) y aprovechaban a darse un revolcón extra a escondidas de los hermanos de Jonás.
cosa que cuando Judith le explicó que su amiga la quería ver después de tanto tiempo, al chico no le pareció tal mal suspender solo por hoy el revolcón extra con mami.
Jakeline aprovechó este tiempo en la computadora, para espiar los movimientos financieros de la empresa de su adinerada amiga. Si la iba a chantajear en algún momento que ella se negara a cumplir con sus caprichos de puta, quería golpearla donde más le doliera, y si no, de todos modos, le sacaría dinero.
Superados los obstáculos, ambas amigas salen de la empresa en el auto de Jakeline (porque Judith le dejó el suyo a Jonás), y entonces Jakeline lleva a su casa a su amiga para poder almorzar y charlar tranquilas.
Una vez las dos en casa de Jaky, las amigas se ponen a charlar.
Jakeline estaba realmente muy eufórica, parecía tenerle muchas novedades a su amiga, a cada momento interrumpía sus propios comentarios, para hacerle referencia muy apenada, de que no le alcanzaría el tiempo para contarle todo lo que tenía que contarle.
Entonces Judith, con paciencia y sabiduría le pedía que le avanzara lo más importante, y que para lo otro ya habría tiempo.
Entonces Jakeline resignada a hacerle caso a su amiga, empezó por mostrarle el libro terminado.
“LA ODISEA DE LOS HERZOCH”. Se llamaba el libro que narraba la historia de cómo la vacación de una acomodada familia en su yate de lujo se convirtió en una historia de naufragio aventuras y desventuras en una dura supervivencia por algo más de 3 años en una remota y perdida isla en alguno de los 7 mares de este mundo.
Judith lo leyó fascinada, bueno, leyó fragmentos tanto del prólogo escrito por su amiga periodista y escritora, cómo los testimonios de los chicos, cómo el de ella.
Ellas comían, mientras Judith a un costado del plato tenía el libro, que continuaba ojeando entre bocado y bocado.
Ella se emocionaba al leer ciertos párrafos, tanto de los diferentes testimonios, cómo de las propias interpretaciones agregadas por su amiga.
¡El libro estaba buenísimo! Quizás hasta para hacerlo película ¿Y por qué no? Contaba con lujos de detalles las historias de cada uno en el barco, durante la tormenta, y el día a día en la isla ya cómo mendigos náufragos.
Ellas seguían conversando sobre el libro mientras almorzaban y Judith leía diferentes párrafos salteados.
Pero entonces después de comer Jakeline con cara picara le preguntó si no la acompañaba un rato a la cama, a hacer la digestión juntas cómo “buenas amigas”.
La empresaria entonces notó la picardía en la mirada de su amiga, y recordó entonces todo lo “ocurrido” en aquel día de su último cumpleaños en su propio cuarto allá en la finca.
Supo entonces que su amiga seguramente querría “celebrar” el libro en la cama con ella.
Al principio Judith sintió un natural rechazo por la idea de su amiga.
Y es que Judith no era o no se consideraba liberal en la cama, y por tanto y en cuanto ella era hetero sexual, cómo todo el mundo (en palabras de ella) y con su “liberalidad sexual” si es que existe esa palabra o su “otro Yo” en la cama, ya había llegado más que lejos o al límite total, con lo que ocurría con sus 4 hijos, y el desliz que tuvo con su amiga la noche de su cumpleaños.
Pero la veía tan feliz a su amiga, y de algún modo tan “necesitada”, que ¿Por qué no hacerle unos “Mimos” de amiga en la camita?
Así que finalmente Judith acepto resignada, y un poco de mala gana y haciendo mucho esfuerzo para no ser tan cortante con su amiga, después del hermoso libro que escribió sobre ella, su familia y todo lo que les pasó.
Y vencidos esos obstáculos, Judith previo paso por el baño a mear, fue a la cama con su amiga Jakeline.
- En mi viaje por la capital pensé mucho en Vos, en nosotras……… en todo lo que hablamos el día de tu cumpleaños allá en la finca. Le comentó Jakeline a su amiga al entrar ambas al cuarto.
- ¿Ah sí? ….. no la verdad que Yo, cómo me concentro tanto en mi trabajo, en mis actividades y en los chicos, no he tenido tiempo para pensar en otras cosas. Le responde Su amiga Judith, sentándose en el borde de la cama.
- ¡Jajajaja, sobre todo me parece que te concentrás mucho en tus cachorritos! … ¿no? …. ¡Y es que no es para menos y te entiendo amiga! …… ¿Que mujer no quisiera tener en su propia casa a 4 machos alfas y viriles con la verga parada goteando leche sólo al verte! Comenta la pelirroja sentándose sobre el escritorio que tenía al lado del lateral izquierdo de la cama matrimonial, donde estaba sentada su amiga, justo frente a ella.
- ¡Ay Colo! ¿Podés dejar de pensar así un rato? …¡son mis hijos! Bueno, reconozco todo lo que pasó con ellos en la isla, y de hecho sigue pasando, pero también los veo cómo mis eternos pollitos. Dice Judith algo ofuscada con la mentalidad sexópata.
- ¡Jajaja, amiga! …… ¡Y bien abajo del ala que mamá gallina tiene a sus polluelos, bueno abajo del ala es un decir, cómo para usar algún eufemismo, para no decir que los tenés literalmente debajo de la concha ¡Jajajajajaja! Dice Jakeline tomándola para la broma.
- ¡Jijijijiji, ay amiga! ¿Por qué decís que los tengo literalmente debajo de la concha? …… ¡Bien que Vos encontraste la manera para comerme a uno de ellos, a mi pobre Jonathan, tan inocente que es al lado tuyo por lo menos! Le replica Judith.
- ¿Que me lo comí? …… ¡A penas le di un mordisco y ahí te lo dejé nena! …… ¿Sabés los mensajes al WhatsApp que me ha mandado desde que le di esa probadita? ¡Yo ya ni le contesto! Le replica la Colo.
- ¡Jajajaja, pobrecito mi hijo! ¿Por qué le rompés el corazón así? Le responde la mamá.
- ¡Jajajaja! ¡Yo rompe corazones? Le replica Jakeline, incorporándose del escritorio y yendo hacia su amiga.
La Colo se sienta a su lado en la cama y ambas se miran a los ojos unos instantes.
Entonces Jaky la besa en los labios tiernamente, a lo que su amiga le recibe el beso sin corresponderla.
- ¿Me perdonás por lo que le hice a Jony amiga? Le murmura la Colo
- Está bien, pero no me gusta que seas así con él. Le recrimina su amiga.
- Voy a hablar con él y me voy a disculpar, mientras tanto, Vos podrías ir haciendo tu parte para ayudarme. Le responde Jakeline, volviendo a besarla en los labios, y esta vez recibiendo una tímida respuesta de los labios de su amiga.
- ¡Está bien Colo, me parece bien! …. ¿Y que se supone que tengo que hacer Yo? Le responde Judith entre tiernos besos en los labios.
- Podrías concentrar un poco tu atención en él, llevártelo a la camita unas cuantas noches seguidas, por ejemplo, ¡Ya vas a ver cómo con la concha de mami, se olvida de esta concha de la tía, o por lo menos, que a mí me tenga cómo una opción para de vez en cuando, porque francamente amiguita, ¡me encanta cómo es el mocoso de mierda en la cama! Le responde la Colo abrazándola y recostándola sobre la cama a Judith.
- ¡Uy, esperá! …..¿Que hay acá?. Reacciona sorprendida Judith al encontrar un bulto debajo de la almohada de su lado de la cama.
- ¡Uuuuyyyy, a ver a ver, a ver…! Responde la Colo muy emocionada al ver que su amiga encontró el regalito que ella le había escondido debajo de la almohada.
Judith lo toma entre sus manos, era un paquete rectangular, no muy gordo ni muy largo. Estaba envuelto en papel de regalo.
- ¡Uuuuuuuuuhhhh, un regalito para mi amiguita! Dice Jakeline.
- ¡Aaaaaaaaayyyyyyy, gracias amiga! Dice Judith, besándola en los labios, y a punto de abrirlo.
- ¡Esperá, esperá, todavía no lo abras! …….primero hagamos el amor cómo buenas amiguitas que se quieren mucho, y después abrimos ese regalito y te cuento algo ¿ Dale? Le dice Jakeline a su amiga, deteniéndola, sorprendiéndola y desconcertándola a la pobre Judith que la queda mirando.
- Bueno, está bien. Responde resignada Judith, dejando el paquete en la mesita de luz.
Entonces, las amigas vuelven a abrazarse, y comienzan a besarse y a acariciarse mutuamente.
Pero ¿Que había dentro el dichoso paquete envuelto de regalo que Judith encontró debajo de la almohada, en su lado de la cama, en el cuarto de su amiga?
En este último tiempo en el que las veteranas amigas de 49 y 54 años no se habían visto desde el cumpleaños de Judith, Jakeline había terminado de escribir 2 libros sobre su amiga;
El primero, en el que contaba sobre las últimas vacaciones de los Herzoch, y en la odisea en la que dicho viaje se convirtió al quedar atrapados en una tormenta en medio del mar, y el naufragio del yate de lujo de la familia, el posterior desembarco en la isla, y la supervivencia en ella por algo más de 3 años.
Para lo cual recabó los datos que cada uno de los miembros de la familia le habían aportado cada uno de los miembros de la familia, incluida la propia mamá. Y este había sido el libro que Jakeline le regaló a su amiga durante el almuerzo.
Pero ni bien Jakeline se fue enterando de “ciertas cosas” que pasaron entre ellos en la isla, muchas cosas fueron pasando por la cabeza de la resentida amiga de Judith. Cómo por ejemplo.
Despertar su curiosidad sobre los hechos y detalles de la escabrosa vida sexual que llevaron los Herzoch, y que, para tales averiguaciones, le había servido el espionaje con las cámaras de seguridad de la familia. El testimonio que el hijo de su amiga (Jonathan) le dio durante su breve entrevero amoroso con ella, y obviamente tal vez lo más importante, o el brochecito de oro, la confesión y relatos aportados por su propia amiga, la mamá de los chicos y única mujer en la isla.
Jakeline tenía claro que la reacción de Judith a este libro, no iba a ser muy favorable, o por lo menos la reacción que despertaría en su amiga a los planes de comercialización del libro, no iba a ser bien tomada por su recatada o más bien a estas alturas, “recatada” y prestigiosa amiga, integrante de una prestigiosa familia de la ciudad, empresaria adinerada y miembro de un importante club de beneficencia de la ciudad de 400 mil habitantes.
Pero entonces aquí venía todo el meollo de la cuestión:
Ella (Jakeline Bauer) la hermosa periodista pelirroja de 55 años, pretendía utilizar este libro para tener a sus pies a su amiga.
Jakeline Bauer, quien hoy era una famosa periodista y excelente profesional, había tenido su meteórico ascenso en el ambiente de los medios de comunicación en gran parte, gracias a su escultural figura física y su hermoso pelo rojo algo ondulado.
Era una excelente profesional, y hay que reconocérselo, pero era también de las que no titubeaba en “usar” su atractivo físico para conseguir lo que se proponía, y eso, esa actitud era la que tanto le reprobaba su amiga, tanto en privado cómo en público.
Siempre decía Jakeline: “Y bueno amiga, en la vida todo tiene un precio, una tiene que ver hasta dónde está dispuesta a pagar”. Esto generalmente se lo decía a Judith, contándole entre risas y bromas, cómo había logrado el último ascenso, o nota periodística o favorcito de algún poderoso.
Por estas reprimendas de su amiga durante tantos años, Jakeline de algún modo la “odiaba” tanto a su querida amiga de tantísimos años.
Pero entonces, y después de sentirse tan inferior a Judith, de sentirse su “sombra”, de sentirse cómo la desubicada del grupo de amigas, la cochina, la loquita, la infiel, la hembra de los mil amantes, la que no dejaba títere con cabeza. Y tales tipos de conceptos por parte de la que sin embargo le brindaba su más sincera amistad.
Y entonces, después de tantos reproches y enmiendos de tinte moral, ¡Saz! Su amiga recatada, puritana y religiosa, ¡La sorprendió con esto! ¿Qué oportunidad más clara que esta podría tener la Colo para “vengarse” de su amiga?
La Colo ya venía planeando y disfrutando de su “venganza”, desde hacía un largo tiempo ya.
Tanto disfrutaba de poder llegar a humillar a su amiga, que muchas veces, escribiendo aquel segundo libro, sobre la vida prohibida del grupo familiar, se imaginaba las cosas que le pediría a su amiga, cosas que iban de sexo a dinero, a cambio de nunca publicar todo aquello, y tenía que dejar de escribir para hacerse una buena paja, imaginando a su amiga a sus pies, complaciéndola con dinero o sexo, u otros favores.
Y entonces, Jaky tenía en claro el escándalo que le haría su amiga al enterarse de semejante libro. Y cómo por ahora la quería tranquila, amorosa y quizás juguetona con ella. Fue que decidió mostrarle el libro en otro momento.
Ellas retomaron entonces los besos, los abrazos y mimos mutuos. Y tal escena se prolongó por unos largos instantes en los que Jakeline no dejaba de pensar en cómo se complacería con ella rendida y suplicante a sus pies, y todo lo que tendría que hacer y darle su amiga, para que ella le guarde bajo 7 llaves el secreto de su escandalosa vida sexual.
Finalmente, Jakeline se pone de pie frente a Judith.
- ¿Me desvestís? Le pide la Colo a su expectante amiga.
Entonces Judith se pera frente a Jakeline y llena de timidez y pudor, esa timidez y ese pudor que tanto excitaba a su liberal amiga cada vez que lo veía en ella.
Entonces Judith le empezó a desabotonar la camisa a su amiga, tratando de no mirarla a los ojos, mientras Jaky la miraba con una perversa y perturbante sonrisa en los labios y una mirada llena de deseos.
- ¿Te gustan mis tetas? Le pregunta descaradamente la Colo, al ver la mirada de su amiga fijada en ellas.
- ¡Jijijiji, si, que sé Yo, son lindas, grandecitas y firmes…. te las deben mirar mucho los hombres. Le responde Judith, con timidez y algo de nerviosismo en su vos y mirada.
- ¡Tienen sus admiradores, te lo aseguro amiga!, sácame el corpiño. Le responde la Colo.
- ¡Me lo imagino amiga! Le responde Judith, sacándole su corpiño rojo.
- ¿Me las besas y chupás? Le pide su ya excitada amiga
Judith, se relame los labios, cierra sus ojos y lentamente acerca su rostro al pecho de su amiga, que empieza a acariciarse la vagina por encima de su pantalón de jeans que tenía puesto ese día.
Al sentir sus labios posándose en los pechos de su amiga, Judith los besa suave y tiernamente, saca su lengua y los recorre besándolos y lamiéndolos.
- ¡Oooh, carajo amiga que lengüita la tuya! Dice instintivamente la Colo al sentir la lengua de su amiga deslizándose suavemente por sus tetas.
- ¡Jijijiji! … ¿te gusta? Pregunta Judith con una risita nerviosa y algo incomoda con la situación.
- ¡Lo hacés mejor que un macho, perra hija de puta, seguí carajo, seguí así y desabróchame el pantalón! Le susurra la Colo casi jadeante y acariciándola.
Judith sigue besándole y lamiéndole las tetas y de vez en cuando le mama los pezones, mientras baja sus manos al cinturón del pantalón de la pelirroja, para desajustarlo atendiendo así el pedido de su hermosa amiga.
- ¡Aaaaaahhh, si, así Judicitha de mi alma, así amiguita preciosa, ahora desabrochame el pantalón y bájame el cierre de la bragueta! Le dice Jakeline indicándole entre gemidos cómo desvestirla paso a paso.
- ¡Jijiji! ¿Lo hago bien? Le pregunta Judith nerviosa y sumisa, sin poder creer que realmente su amiga lo esté disfrutando tanto con otra mujer, y que tan luego esa otra mujer resulte ser nada más ni nada menos que ella misma.
- ¡Mmmmmmmmhhhhh, lo hacés perfecto perra! Le responde la Colo con tono muy sensual, mientras siente cómo su amiga le bajaba el cierre de la bragueta del pantalón.
Entonces los pantalones de la pelirroja caen al piso dejando a la Colo sólo con una tanguita azul puesta.
Entonces ella se saca sus zapatillas y el pantalón y se queda sólo en tanga frente a su amiga.
Entonces las amigas vuelven a abrazarse, besarse y a acariciarse.
Con el correr del tiempo y la calentura creciente, Jaky le toma la mano a su amiga y se la posa sobre su concha por encima de su tanga azul.
Entonces Judith empieza a acariciarle la concha a su amiga por encima de la bombachita ya bastante humedecida, mientras no dejan de besarse y acariciarse.
Así las amigas siguen explorando sus cuerpos con sus manos, y Judith empezó a concentrar sus caricias en la vagina de su amiga, siempre por encima de su diminuta bombachita Azul.
- ¡Meteme la mano adentro, que no puedo más! Le pidió Jaky a su amiga.
- ¡Jijiji, bueno amiga ahí voy! Le responde Judith y acto seguido le mete su mano adentro de la tanga, y la Colo abre bien sus piernas para darle espacio a su amiga.
- ¡Aj, ay si pajeame, pajeame, basta de caricias que ya estoy re caliente, vamos perra cógeme con la mano, aaaaaaaahhhhhh, ay si, seguí así, aaaaaaaaahhhh! Decía la Colo mientras su amiga la pajea y besa sus tetas.
- ¡Aaaaaa, que profunda la tenés amiguita! Le dice Judith, hundiéndole los dedos en la concha hasta perderse en su profundo interior.
- ¡Aaaaaaahhhhh, ahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha! Gritó y jadeó desesperada Jaky, cuando su amiga aumentó todo lo más que pudo el ritmo de la masturbación.
- ¿Te gusta linda? Le preguntó dulcemente Judith a su amiga, quien fijó su mirada en ella y le jadeaba desesperadamente en la cara, abriendo más sus piernas, abriendo sus ojos cómo si fueran a desorbitarse, y su boca dejaba ver su campanilla, y empezaba a babear.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahaha! Jadea Jaky desesperada, sin poder responderle a su amiga, pero sin dejarla de mirar y decirle miles de cosas totalmente guarangas, ordinarias y groseras con la mente y la mirada perversa en sus ojos.
- ¡ Jijiji! ¿No podés hablar? Le pregunta Judith, creyendo saber el inmenso placer que le estaba provocando a su amiga, al recordarse ella misma en esa situación cuando se la cogían desaforadamente sus propios hijos, en especial Jonathan o Ronaldo, y era ahí que creía entender a su bella amiga y el momento por el que estaba pasando.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahahaha, no, ahahahahahahahahahaha, no, ahahahahahahahahahahaha! Le respondió la Colo entre incesantes jadeos y un creciente temblequeo en su cuerpo, que parecía anunciarle algo a su amiga, quien la miró con profunda ternura y excitación al comprender lo que le estaba pasando a su amiga.
- ¿Lo vas a tener?…… ¿Lo querés tener en mi mano? Le preguntó Judith.
- ¡Ahahahahahahahaha! Jadeaba sin poder parar, ni hablar la pelirroja, sólo respondiéndole afirmativamente con la cabeza a su amiga
Entonces, Judith aumentó el ritmo de la paja a su amiga, y con la otra mano le bajó hasta los tobillos la tanga Azul.
En ese momento la Colo enmudeció y la miró muy fijamente mientras su cuerpo se tensaba.
Jakeline miró hacia el techo, se agarró de su amiga con ambas manos, y flexionó ambas piernas cómo queriéndose agachar, y al cabo de unos segundos un desgarrador grito se oyó en aquella habitación donde solo estaban las amigas.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajjjjj! Gritó y se meó sobre la mano de su amiga, la Colo cuando tuvo el más grande orgasmo en mucho tiempo.
- ¡Aaaaaaaaaayyyyy! Reacciono sorprendida Judith al recibir el abundante y caliente meo de su amiga en la mano.
Jakeline, buscó enseguida la cama y se desplomó sobre ella a descansar, mientras la miraba a su amiga, con gran agradecimiento y satisfacción.
Judith, se miraba la mano toda meada por la pelirroja, y no pudo evitar olérsela y chuparse los dedos viendo el pequeño charco de meada en el piso de la habitación, todo aquello le recordaba tanto a si misma……..
Sobre todo, a aquellos orgasmos de los que la hacían perder el control sobre sí misma, al punto de llegar a mearse. Orgasmos que sin lugar a dudas fueron los primeros orgasmos en su vida sexual, donde realmente gozó y jamás olvidará, y que la hicieron sentirse muy orgullosa cómo hembra de sus propios hijos.
CONTACTO CON EL AUTOR: [email protected]
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