PERDIDOS II ( CAP 4) EL VIAJE A NEW YORCK, EL REENCUENTRO ENTRE TOMI Y MAMI 1era parte:
La rutina de “jueguitos” eróticos entre madre e hijo, los hacen acumular la calentura, que en un viaje de negocios de Judith, madre e hijo encontraran la oportunidad para una “luna de miel”..
CAPITULO 4:
EL VIAJE A NEW YORCK, EL REENCUENTRO ENTRE TOMI Y MAMI 1era parte:
La rutina de “jueguitos” eróticos entre madre e hijo, los hacen acumular la calentura, que en un viaje de negocios de Judith, madre e hijo encontraran la oportunidad para una “luna de miel”.
Con el correr de los días, para Jakeline ya era normal levantarse de mañana temprano, y desayunar viendo las cámaras de la finca de su amiga tomándoles fotos en ropa interior, desnudos, duchándose y en cuanto momento le parecía algo excitante.
Pero aún no lograba las fotos o imágenes que ella buscaba tanto que eran las de sexo explicito entre algunos de los miembros de la casa.
Aunque a estas alturas ya tenía claro que, entre su amiga y los hijos de esta, había situaciones poco habituales para una relación estrictamente filial.
Y es que además del jueguito entre Tomás y su mamá, Judith a medida que pasaba el tiempo estaba empezando a bajar la guardia y se estaba dejando llevar por los instintos hormonales y de macho de sus 4 hijos, y por pue no decirlo con todas las letras y claridad también, se estaba dejando llevar por sus necesidades de hembra abandonada.
Y cómo resultado de ello, ya había entre ella y sus hijos saludos con efusivos besos en la boca, caricias en partes del cuerpo poco habituales para ser caricias de madre e hijo y ese tipo de cosas, que a Jakeline la volvían loca literalmente.
Pero ella sabía que para lograr llegar lejos con todo esto tenía que saber tener paciencia y esperar al momento adecuado para pegar el zarpazo.
Era muy factible que, si se adelantara, hiciera algo mal, y además de perder la amistad con Judith y su familia, terminara denunciada por espiar su vida privada. Jakeline Bauer la periodista famosa en Crisao por llevar a la justicia a políticos, empresarios y jueces corruptos con sus investigaciones periodísticas, sabía moverse muy bien en “este juego” era una perfecta experta en el arte de la “pesca”, todo era cuestión de juntar pruebas y esperar el momento, para tener a Judith arrodillada pidiéndole piedad por ella y sus hijos.
En la finca de los Herzoch, se acercaba el tan esperado viaje a Nueva York de Tomás acompañando a la mamá.
Judith por su parte, ya tenía armada sus valijas, y Tomás las suyas.
Esa noche la mamá en la cena, comunicaría al resto de los chicos y sobre todo a Jonás, la decisión de viajar con Tomás, dejando a Jonás a cargo de la empresa y la familia, y sobre todo de mantenerla al tanto de todas las novedades.
Jonás era la mano derecha de su mamá en lo laboral, y en la vida en general, y esto se había acentuado durante la estadía cómo náufragos en la isla.
Algo que le encantaba a Jonás era verla a mamá uniformada de ejecutiva en la empresa.
Esas falditas, esos vestidos, esas camisa, moños y corbatas que acostumbraba a usar para vestirse a la hora del trabajo o en las reuniones sociales a las que acostumbraba ir.
Le resultaba increíblemente sensual verla vestida así, tomando decisiones, haciéndose respetar y valer por clientes, empleados y proveedores, totalmente empoderada y envidiada por muchos, incluso deseada por tantos hombres del más alto nivel. Y eso se notaba solo con ver cómo la miraban, la trataban algunos de sus clientes, proveedores y hasta hombres de otros ambientes sociales, solo por saberla sola sentimentalmente.
Esa noche en la cena en casa, se sentó en la cabecera de la mesa, cómo siempre, y les comunicó lo del viaje y que la iría a acompañar Tomás.
Todos protestaron, pero por ahí el que tenía argumento más fuerte era su hijo mayor, quien le reprochó que él era el que entendía de negocios y los movimientos de la empresa, y ella le respondió que era necesario que permaneciera en la empresa, para mantenerla al tanto de todo durante los días de su ausencia.
Al día siguiente, Judith y Tomás toman el avión rumbo a Estados Unidos.
Ya las reservaciones en el hotel estaban hechas, asique ni bien llegaron al aeropuerto, se dirigieron al hotel.
Dejaron el equipaje y salieron a recorrer la ciudad esa misma mañana.
Durante la tarde ella estuvo muy ocupada en varias reuniones y juntas, y ya de tardecita llegó al hotel donde la esperaba su hijo, ella se da una ducha y tras cambiarse y maquillarse para la ocasión, salieron a dar un paseo, realizar unas compras y a cenar.
Ellos fueron al restaurante y cómo es ella quien mejor se desenvuelve con el idioma inglés, es ella la que le ordena la comida al mozo.
Después de la cena Judith y Tomi salieron a pasear, y el teléfono móvil de Tomás estaba al rojo vivo con los mensajes de sus hermanos, sobre todo de Jonathan, quien insistía en saber dónde estaban, si se la iba a coger esta noche o si ya se la había cogido, además insistía en que le mandara fotos de ella en lo posible desnuda.
Tomás ya estaba harto de la insistencia abrumadora e impertinente de Jonathan por lo que dejó de llevarle el apunte al teléfono que no paraba de vibrarle en su bolsillo.
Luego del paseo final, volvieron al hotel y entonces ya en la habitación su mamá le pidió que apague el teléfono móvil.
Ella estaba vestida con una fina camisa blanca, adornada con un moñito de codón rojo en el cuello y una faldita negra.
- ¡Estás re bonita mami!… ¿Te puedo tomar una foto? Le dijo Tomás antes de apagar su teléfono.
- ¿Para tus hermanos? ¡No! Dame ese teléfono mejor. Le pide ella.
- Está bien. Responde Tomás entregándole su móvil.
Entonces ella revisa hasta los chats del grupo de los hermanos, y al leer sobre todo los comentarios e insistencias de Jonathan, la mamá se enoja por lo impertinente del chico y la sarta de barbaridades que decía de ella en sus machistas comentarios.
Ella apaga el teléfono, y le pide que no le cuente nada a ellos de lo que en privado ella tenía con él.
Tomás al ver la cara de la mamá, le promete obedecerla, y ella comienza a relajarse sentándose al borde de la cama y descalzándose.
- ¿Vas a venir a la camita con mami? Le pregunta ella muy dulcemente.
- ¡Si obvio! Le responde él y empieza a desvestirse rápidamente. Mientras su madre lo mira sonriente por el apuro que le agarró al chico.
Tomás se desviste hasta quedar solo con un calzoncillo negro y ya se lo iba a bajar, cuando su la madre lo detiene.
- ¿No te parece que vas muy rápido chiquito? ¡Mami está hablando de acostarnos nada más! Le dice Judith parándose frente al chico no pudiendo evitar mirarle el abultado paquete que tenía ya dentro del calzoncillo.
- ¡Perdón mamá, pero es que esperé tanto por este momento…!. Confiesa el chico.
- ¿Ah sí? ¡contale sobre eso a la mami! Dice ella mientras lo abraza y comienza a darle tiernos besos en la boca, mejillas cuello y pecho.
- ¡Ay mami, es que llevo tanto tiempo si…… bueno sin hacerlo, además nuestro “jueguitos” por las noches, tus bombachas con tus olores, los besos durante el día, los recuerdos en mi cabeza! Enumera el chico.
- Y contale una cosa a mamá, ¿no hay nadie en la escuela de tu agrado, ningunas de tus amiguitas y compañeritas esas tan lindas que tenés en el cole? Le pregunta ella con tierna picardía de madre amiga.
- ¡No mami, una más tonta y remilgada que la otra, ninguna sabría que hacer conmigo en la cama! Le explica Tomi.
- ¡Jijijiji! ¿Y no estás Vos para enseñarles? Pregunta ella entre tiernas risitas.
- ¿Enseñarles? ¡Si, pero igual…!. Dice él cuando su mamá lo vuelve a interrumpir.
- ¡Además! ¿no aprendiste nada con mamá cuando estábamos en la isla? Insiste Judith dándole tiernos besos y empezando a excitarse con esta charla.
- ¿Aprender con mamá? ¡si claro y mucho o mejor dicho todo lo que sé! Explica El.
- ¿ Y entonces? Además, ya habíamos hablado claramente de esto. Lo que pasó durante el largo tiempo que pasamos en la isla, se terminó cuando la vida nos dio esta segunda oportunidad, de ahora en más cada uno de nosotros tiene que buscar su propio “destino”. Le explica ella.
- Si mami, ya sé pero, es que…. cómo explicarte…. ¡Ay bueno, Yo siempre voy a ser tuyo! Le remata su hijo algo avergonzado y siéndole sincero con lo que sentía por su mamá.
Al escuchar estas palabras y dichas con tanta timidez y franqueza de parte de Tomás, Judith queda dura, fría y sin reacción, y solo sintió un escalofrío en su cuerpo y vio totalmente impotente cómo su hijo dándole un suave empujón hacia atrás, la hizo caer en la cama bocarriba y sin más se lanzó sobre ella e intentaba torpemente desvestirla.
- ¡Jijijijijiji, esperá mi amor, no, no así no, jijijijijijijiji! Juegan ellos revolcándose en la cama.
El jugueteo se prolonga durante unos tiernos y divertidos instantes en donde entre giros y giros sobre la cama, en un momento ellos quedan acostados al centro de la cama, entonces ella logra acostarlo bocarriba y subiéndose sobre él logrando montarlo cómo para cabalgarlo, quedan quietos unos instantes en los que se miran llenos de amor y deseos el uno por el otro.
- ¿Es enserio lo que me dijiste? Le pregunta ella con lágrimas en los ojos.
- ¿De qué? Le pregunta él.
- Eso de que siempre vas a ser mío. Le responde ella.
- ¡Si, obvio! Le contestó Tomás.
- Escuchá muy bien lo que mami te va a decir: ahora, y durante estos días vamos a hacer el amor tal vez hasta varias veces en el día y o la noche, y cuando volvamos a casa y de ahora en más mami siempre va a tener un tiempito para estar a solas Vos y Yo, ¡PERO QUE NADIE SE ENTERE! ¿convenido? . Le promete la mamá.
- ¡Convenido! Le responde él.
- ¿Puedo cabalgarte? Le pregunta llena de ternura y deseos ella.
- ¡Lo que quieras mami! Responde Tomi
Entonces ella solo se saca la bombacha negra que llevaba puesta debajo de la falda, y sacándole el calzoncillo, estando ella aun completamente vestida, solo sin zapatos ni bombacha, lo vuelve a montar para clavarse toda la verga de su hijo haciéndola llegar tan adentro cómo le es posible.
- ¡ Ah, aaaaaaaaahhhh!. Se quejó y gimió Judith, cuando la vara de Tomás se clavó y enterró en su vagina llegándole hasta bien adentro.
- ¡Aaaaaahh, mami, aaahhh, aaaayyy mami hace cuanto no la sentía adentro tuyo! Gimió y dijo él cuando Judith se clavó la verga y empezó a cabalgarlo suavemente.
- ¡Aaaaaahhhhjjj, mi amor, ay mi amor aaaaaajjj, no sabés cuanto necesitaba esto la mami, aaaaaaahhh! Gemía ella cerrando sus ojos y disfrutando a pleno de la cabalgata.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahaha! Jadeaban ambos al compás cuando la mamá aumenta el ritmo de la cabalgata.
- ¡Aaaaaahhh, hahahaha, de decímelo devuelta, decime devuelta que Sos mío, decime que Sos solo de mami, ahahahahahahaha! Le suplica ella cabalgando entre gemidos y jadeos.
- ¡Soy tuyo mami, soy todo, todo tuyo, ¡Vos me enseñaste todo lo que sé en la cama, Vos me enseñaste a coger! Le dice él disparando por las nubes el placer y la excitación de Judith, quien al oír estas palabras comienza a tener un gran e incontenible orgasmo.
- ¡Aaaaaaaaaaayyyyyy, ahahahahahahaha aaaayyyyy, nooo, no puedo, no puedooooo maaaaaaaas! Gritaba jadeante Judith con aquel increíble orgasmo.
- ¡Jurame que siempre vas a mearte para mi mamiii! Le pide él
- ¡Aaaaaaaahhhhyyyyy, siiii, cada meada que me eche va a ser tuyaaaaaa, me me meooooo ahoraaaaaaaa! Gritó ella en la cumbre de su orgasmo, y de verdad que, si no se meó con el orgasmo, por lo menos tuvo una gran eyaculación femenina, que para la sensación que tuvo su hijo al momento de recibir esa cálida descarga sobre su pene, tuvo él su orgasmo inevitablemente.
- ¡Aaaaaaaaahhhh, mamáaaaaaaa! Gimió fuerte Tomás, antes que ella cayera casi desvanecida sobre él.
Ellos descansaron y hasta durmieron un rato abrazados estando ella aun sobre su hijo, que la tuvo abrazada mientras dormían.
Al despertarse, pidieron unas botellas de Vodka a la recepción del hotel, y cuando la botella llegó al cuarto, brindaron cómo 2 enamorados por aquel tan deseado y disfrutado encuentro.
Ellos entre los dos se tomaron la primera botella y ella sola se bebió casi toda una segunda botella.
Entonces ya con claros síntomas de estar bastante pasada de copas, le confesó algo a su hijo.
Ella le dijo que sus reuniones laborales acabarían mañana por la tarde, pero ella había querido permanecer unos días más en Nueva York, lejos del resto para poder coger a gusto con él, porque se había calentado muchísimo este último tiempo en el que habían tenido ese “jueguito” por las noches, y necesitaba varios días a solas con él para sacarse la calentura que traía encima desde hace tiempo con el dichoso “jueguito” de dejarle la bombacha en la habitación y mear con la puerta del baño abierta para que él la escuche mear desde la primer hasta la última gota. Y ella se masturbaba en su cuarto después de mear y que hasta a veces se pajeaba en el trabajo.
Entonces Judith toma la bombacha negra que se había sacado para hacer el amor con su hijo, y mostrándosela le recuerda que es la misma que ella usaba el día en que estando en la isla hizo el amor por primera vez con él y que ella se la regalaba cómo un recuerdo de su fetiche por la ropa interior de mamá.
Mientras tanto en Crisao, Jakeline seguía espiando las cámaras de la finca de su amiga Judith, y escuchaba las conversaciones que tenían Ronaldo, Jonathan y Jonás sobre el viaje a los Estados Unidos de Mamá y Tomás.
Para Jonathan estaba claro de que entre Tomás y mamá estaba volviendo a pasar algo, y eso lo estaba alterando.
Para Jonás, si bien mamá les estaba permitiendo volver a ser “cariñosos” con ella, la propia Judith ya en varias ocasiones les había advertido de que habiendo podido volver a la vida en la civilización, era hora de que cada uno tomara su propio rumbo en la vida y se eligiera a alguien para pasar el resto de sus días en este mundo.
Al escuchar estas conversaciones, Jakeline tuvo claro, que su amiga en la isla había tenido una vida sexual más o menos activa ¡Con todos ellos!, y eso era algo que a Jaky no la dejaba salir de su asombro, y que la calentaba cómo jamás hubiera podido imaginarse que algo pudiera calentarla así a esta altura de su vida a sus 54 años de edad.
En el hotel, y luego de beberse la segunda botella de Vodka, Judith se desploma en la cama todavía vestida con la camisa blanca y la falda negra, por lo que su hijo aprovecha a sacarle varias fotos con su teléfono móvil, y guardársela para él.
Con mucho esfuerzo logra desvestirla y le vuelve a poner la bombacha negra y le toma varias fotos acostada en ropa interior, luego le pone el camisón y la acuesta tapándola con las sabanas y el cobertor.
Estando ella profundamente dormida, él se dedica a revisarle la valija donde su mamá tenía su ropa interior, y dando rienda suelta a su fetiche por la ropa interior femenina, se pone a revisarle las bombachas y corpiños que tenía allí su madre, entre los que destacaban varios conjuntos de colores tales cómo Negro, blanco, rojo, rosado, azul verde.
Él no dejaba de imaginarla llevándolos puestos a cada conjunto o incluso combinando los colores. Y eso hizo que volviera a tener una erección.
Pero al no poder “hacer” mucho con mamá borracha, dormida y teniendo que levantarse temprano al otro día, se decidió por acostarse él también y dormir hasta el otro día.
Al día siguiente Tomás despertó a su mamá muy temprano para que fueran a desayunar y ella fuera a cumplir con los últimos pendientes de su agenda, para después estar totalmente libre para su hijo.
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