Perver (pt.5)
compartiendo con mi hermano.
Pt.5
El tiempo paso, no hubo cambios en mi vida, las veces que me provocaba y obviamente si se podía, penetrarlo me costó, pero con perseverancia y mucho morbo ese culito por fin aflojó tras entrenarlo un año, estaba guiando a mi hermano por el mismo sendero que he estado recorriendo aunque claro a mí no me destaparon a los 6 años, aunque me descontrolé un poco cuando me empecé a desarrollar, mi libido se disparaba en especial cuando eyaculé por primera vez, obviamente al inicio no sabía que me estaba corriendo solo pensaba que eran ganas de orinar en medio de la masturbación o las mamadas de mi hermano, ahí también comprendí porque mi hermano empezó a decirme a veces que mi verga tomaba un saborcito agrio cuando me la mamaba mucho, cada vez quería usar su culo más seguido por suerte todos tenemos nuestra mano derecha que nos brinda alivio.
En diciembre de ese mismo año la familia decidió pasar las vacaciones navideñas y recibir el año en el pueblo de las montañas por lo cual fuimos 4 días antes de navidad, cuando llegamos Ana se estaba quedando con Juana en nuestra casa, bueno en realidad es casa de mi abuela. Porque no había espacio en la suya por las visitas que también habían recibido, Ana cuando me ve —hola, como has crecido dentro de poquito me sobrepasa —. (para recalcar Ana y yo en ese entonces mediamos lo mismo, aproximadamente 1.60) lo dice alegre mientras acaricia mi cabeza y continua los saludos, el resto del día fue visitando amigos y conocidos, la noche fue lo de siempre. Al llegar la hora de dormir Ana escogió dormir en una colchoneta en medio de la cama de Juana que dormiría con Adriana y la mía que compartiría con Carlos. Cuando todos dormían me despierto por calentura por estar pensando en el culo de Ana, mi verga ameritaba un pajazo, pero estaba indeciso si jalármela o colarme en su cama, ignoro cuanto tiempo pasó para cuando ya estaba bajo su sabana tocando recorriendo su pierna hasta llegar a sus nalgas, la condenada estaba usando un hilo en vez de la ropa de dormir que solía usar, haciendo a un lado su hilo le toco toda su raja y meto mis dedos en su húmedo coño a la vez que mi pulgar tocaba su culo. Después de pasar un buen rato mojándome los dedos procedo cogérmela, pero mi pene era muy corto para darle bien desde atrás, de seguro estaba sintiendo que le estaba metiendo la punta de mi pulgar en vez de mi verga, poco después se da vuelta y me dice al oído —no pudiste esperar ni un día —, me da un beso a la vez que abrió sus piernas y ahí si pude meterlo bien e impaciente empiezo a darle entretanto lamia su cuello, pero creo que no dure ni 5 minutos cuando ya me estaba vaciando dentro. Ella soltaba exhalaba en mi oreja mientras estaba recostado sobre ella lo cual influyó en mi rápida recuperación que en pocos segundos estaba duro otra vez y reanudo mis movimientos, entrelaza sus piernas en mí y me presiona contra ella al ritmo que se la metía —me avisas cuando te vengas —, dado que no estábamos solo y mucho menos queríamos despertar a alguien no se podía ser muy brusco para así evitar los cacheteos. Poco después le digo —ya—, ella rápidamente me hace a un lado y me la chupa, que mamada más intensa la tenía sensible y que una experta como ella me la chupara en plena descarga casi me iba a provocar una convulsión, me tuve que colocar la almohada sobre la cara y presionar bien fuerte para evitar despertar a alguien. —la tuya sabe rico, ahora vete a tu cama hay que dormir—, y sale del cuarto después de un par de minutos volvió.
Al día siguiente hice lo mismo de siempre y creí que la noche también lo seria, pero no, resulta que en la tarde vi a Ana dándole un beso sencillo en la boca a un señor en nuestra casa, mantuve una cara de póker, aunque por dentro fue un golpe porque no sabía que ella ya había conseguido pareja, era de esperar aún era relativamente joven y un niño que solo se le aparece por unas semanas cada 2 o 3 años sería suficiente, incluso así la idea de verla con ese señor era desagradable. Aunque un día antes de navidad mientras la casa estaba sola escuche fuertes gemidos provenientes del baño —¡ah, ah, ah!¡oh si, dame más duro! —, lamentablemente la ventana era demasiada alta para asomarme sin que se dieran cuenta, pero eso no evitó que me pajeara con la voz de Ana. Llegado la noche la veo sola:
—¿la tiene grande? —.
—¿Qué cosa? —, pone la cara algo extrañada.
—no te hagas la loca, por como gemías en el baño se nota que la debe tener grande —.
—¡¿estabas allá?! —.
—no te imaginas la paja que me hice, estabas bien gritona —.
—jajaja que malo eres, pues si la tiene grande y se sabe mover —.
Pero nos interrumpieron y ella se fue, entretanto yo me quedé un rato más y luego me fui.
Por fin 24 de diciembre en la noche uno sale con luciendo sus estrenos y mi hermano impaciente esperando su regalo de navidad, una noche muy movida, bastante que comer y beber, los mayores ahogándose en licor y nosotros en refresco, más tarde a eso de las 11pm vi a Auris llorando en la oscuridad en un escalón de la entrada de una casa abandonada así que me le acerco a ver que sucede.
—¿Qué tienes? —.
—nada —, (sollozando).
—cónchale dime, no creo que llores por gusto. ¿alguien te pego? —.
—¡no, déjame! —.
no sabía que hacer así que solo me senté a su lado pensando en que decir porque pareciera que se molestara cada vez que hablo. Una vez que por fin se había clamado un poco me cuenta.
—vi a mi novio besándose con otra, pedazos de mierda que vienen solo a buscar lo ajeno, bueno él se lo pierde —, mientras frunce el ceño, —no puede ser que me haga esto en pleno 24—.
Su novio lo conocía, es mayor que ella por dos años y solemos jugar las veces que nos vemos en la plaza o el parque, desconozco cuando se volvieron novios, mientras seguía consolándola.
—tranquila esto pasará, estas super linda de seguro hoy te podrías conseguir un novio si quieres —, ella vestía una camisita negra con una falda monocromática que le llegaba casi a la rodilla y sandalias blancas, tenía su cabello rizado de color negro peinado como una colita de caballo. Al escuchar mis cumplido no puede evitar sonreír y evita la mirada, en cambio mis intenciones cada vez se tornaban más oscuras y le doy un beso en la boca, sorprendida se echa ligeramente atrás.
—¿Qué haces? —, mientras sonríe.
—es como tu dijiste, él se lo pierde —, y la vuelvo a besar esta vez con lengua mientras aprieto su muslo, pero al poco tiempo aparta la cara, —aquí no, nos pueden ver —.
Una idea era irnos tras la casa abandonada, pero sería problemático si nos vieran salir ya que estaba en la calle principal así que la llevo a un callejón que lleva hacia la playa y nos sentamos en las escaleras, no tarde ni un minuto cuando ya la estaba besando nuevamente.
—besas mejor que mi novio —, y en mi mente le respondí, —y tu besas peor que tu madre —. entretanto los besos continuaron y yo comencé a meter mano, inicialmente acariciando sus muslos hasta llegar a su entrepierna tristemente tenía un shortcito para evitar que le vieran su ropa interior. Luego paramos un poco de besarnos mientras yo continuaba acariciando su entrepierna, pero esta vez cole un poco mis dedos para tocarle sobre sus pantys, ella también comenzó a tocarme el bulto —ya se te paró —, lo dice con esa sonrisa pícara y yo le respondo de igual manera, —no hace falta esforzarse para que se pare —. así que me abro el cierre y me saco él Leviatán, ella sin miramientos me la manosea.
—está más grande que aquella vez —
—¿y que tanto se la mamabas a tu novio? —
—ahí, lo normal —
y tomándola por el cuello la llevo a mi verga y ella comienza a mamármela muy bien, no era para nada una inexperta, descubría completamente la glande y la chupaba como chupeta, —uf… si, que bien lo haces — su caliente y apretada boquita me la cubría toda que hiso que me parara para cogerme su garganta, aunque tampoco llegue muy lejos dado que no estaba acostumbrada a tanto, algo que si noté cuando me levante fue la cara de mi hermanito viéndonos así que le hice seña de que no hiciera ruido y al mismo tiempo hice que nos pusiéramos de perfil hacia el para que viera como me la chupaba Auris. luego me hice la paja como en las porno para correrme en su boca, la pervertida no dejo caer ni una gota. En ese instante Auris nota la presencia de Carlos.
—¡mira es tu hermano! —, toda nerviosa, —que no le diga a mi mamá —, y le hice gesto con la cara de que le dijera y mi hermano responde de manera altanera —¡si le voy a decir! —, mientras sonríe burlonamente, —¡vamos convence a tu hermano! —. —eso está un poco difícil, aunque si hacemos algunas cosas se quedara callado —, al tomarla de la mano se tranquiliza un poco y la miro a los ojos cuando le agarro su shortcito y su panty, como no dijo nada se lo baje y sacó una de sus piernas al mismo tiempo le di un besito a esa dulce panochita, después me siento nuevamente en la escalera y hago que ella se siente sobre mi pierna abierta, —Carlos ven, ponte acá —, se pone frente de nosotros y Auris trata de cerrar las pierna pero yo lo evito, —¡ay no!, es que me da pena —, así que agarro su short que colgaba su pierna y se lo coloco en la cabeza hasta taparle los ojos y le doy instrucciones a Carlos de que se la lama invitándolo mientras le separo sus labios vaginales. Auris se pone tensa y suelta un jadeo con el primer lenguatazo de mi hermanito, —sabe raro, pero me gusta — dice Carlos mientras lame el jugosito coño de Auris, después de varios minutos se la meto en esa misma posición. Ella ya no decía nada solo jadeaba como perra sedienta, mi hermano solo veía como mi pene desaparecía dentro y le señalo el clítoris por ende el entendió y comenzó a lamérselo, luego quise hacerlo en perrito, pero el suelo lastimaba las rodillas de Auris así que usamos los escalones para facilitar ponerla en cuatro patas y mientras yo le daba desde atrás hice que se la chupara a Carlos, menos mal que no paso nadie porque fácilmente nos fueran descubierto, el constante cacheteo era muy obvio para quien lo escuchara hasta que por fin me vengo en lo más profundo —uf. Si tómalo todo —, lo mejor que sentí algunos ligeros espasmo por parte de ella. Cuando se puso nuevamente su ropa interior, y vamos de regreso a la casa dice muy calladito —siento que se me estoy escurriendo ahí abajo —, y después nos separamos y nos fuimos cada quien para su casa.
CONTINUARA…
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