Poda 15
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por renegadomonti.
Poda 15
De verdad Pao tenía algo especial que la relacionaba con el sexo de una manera increíble.
Así, desnuda en la cama al lado nuestro, Lara y yo, emanaba un campo energético erótico que alcanzaba a quienes la rodeábamos.
Esa aura sexual era tan potente que al estar cerca de ella te encendía al extremo de querer poseerla de inmediato.
Ante la pregunta de Pao, nos miramos con Lara preguntándonos nosotros también que era lo que pasaba.
Obviamente lo único que pasaba era que el relato de Pao de cómo había sido poseída por el doctor nos sorprendió por la crudeza y nos encendió sexualmente hablando.
Lara sin dejar de mirar a su hermana se prendió a mis labios besándome de una forma fogosa, cosa que era habitual también en ella.
A su vez Pao, luego de mirar un momento como nos besábamos con Lara, se acercó, y tomando mi verga que en ese momento y a raíz del relato de ella se encontraba totalmente rígida, se la introdujo en su boca y previamente me dijo: —-Boni, quiero que me des tú leche, quiero que me llenes la boca con tú leche, necesito beberla, es tan rica, me gusta tanto que no quiero esperar más.
Anda Boni, no seas malo, dame tú leche.
Y se prendió a mi verga succionándola de una manera que no dejaba lugar a dudas que lo que me decía era realmente lo que sentía y quería en ese momento.
Con Lara nos besábamos intensamente, nuestras lenguas habían entablado una lucha furiosa donde cada una demostraba su poder cubriendo con su baba a la otra, y la otra, para defenderse, chupaba esa lengua tratando de secarla quitándole toda esa baba espesa, cálida, viscosa.
Y así, una y otra vez ponían en juego sus estrategias de ataque y defensa de cada una de ellas logrando de esa manera conducirnos al cenit de nuestra excitación.
También Pao con su mamada contribuía en lo que respecta a mi persona, a elevar mi libido hasta su apogeo.
Lara gimió y se estremeció.
Esta niña solamente besándonos había alcanzado su orgasmo.
Pao con su boca trataba de extraer toda mi esencia masculina para despojarme de toda mi fuerza y sentirse victoriosa en esa batalla sexual a la que nos habíamos entregado.
Logró su cometido.
De mi verga brotaron verdaderos borbotones de semen que fueron tragados golosamente por Pao mientras yo me desintegraba en una monumental acabada.
Estas hermanitas eran realmente tremendas.
Unas verdaderas bombas sexuales.
Quedamos tendidos en la cama mientras Pao se relamía una y otra vez degustando el semen que yo había derramado dentro de su boca.
Me hacía recordar esos gatitos que cuando terminan de beber su plato de leche, se quedan relamiéndose sus bigotes.
Bueno obviamente Pao no tenía bigotes, pero se relamía igual a esos gatitos.
Cada uno había obtenido su placer de la manera que consideró más apropiada en ese momento.
Luego de tan lujurioso momento, nos relajamos tendidos uno al lado de otro sobre la cama.
Pao con su cabecita apoyada sobre mis muslos y con mi verga tocándole la frente.
Lara, a un costado, permanecía con sus piernitas separadas, una de sus manos entre ellas acariciando suavemente su conejito, y yo, bueno yo tendido cuan largo soy tratando de recuperar algo de mis fuerzas que habían quedado reducidas a su mínima expresión.
Luego que descansamos un rato entregados cada uno a sus propios pensamientos y habiéndome recuperado bastante, les dije que sería bueno tomar algo fresco, ya que el calor se hacía sentir y más teniendo en cuenta la ímproba tarea a la que habíamos estado dedicados.
Así desnudos como estábamos los tres, fuimos hacia el living donde nos sentamos a disfrutar de unas cervecitas bien heladas.
Entre sorbo y sorbo le dije a Lara que sería bueno que ella también se prestaba a los manejos del doctor, así de esa manera formábamos una comunidad sexual constituida por cuatro personas que se dedicarían a activas e intensas jornadas sexuales, donde el intercambio de parejas sería un aliciente importante, aunque las que en verdad disfrutarían de cambiar de pareja serían ellas y el doctor, ya que yo siempre tendría a las mismas niñas que habitualmente compartían mi cama.
Mi cama y el lugar que se nos diera la gana.
Lara manifestó una vez más que no se animaba, que le daba mucha vergüenza, en fin, todo eso que ya había dicho antes.
Ahora se sumó Pao a animarla a que lo hiciera, y se ofreció ella misma a decirle al doctor que se la culeara a su hermana.
Entre risas, juegos, toqueteos y bromas, llegamos casi a un acuerdo con Lara de que lo iba a intentar.
Yo tenía sumo interés en que esto se concretara ya que haciendo memoria, recordaba haber visto al doctor en actitudes que ahora me parecían medio sospechosas con algunas nenas del club, y pensaba que si este doctor tenía alguna o algunas chiquillas que disfrutaba, podíamos hacer un intercambio.
Sobre todo recuerdo haberlo visto muy pegadito a una nena que es una hermosura en un rincón alejado de la vista de los miembros del club.
Sintetizando, Lara se dejó culear con el doctor, y por supuesto Pao repitió otra sesión de sexo con este sujeto.
A los pocos días de todo esto se dio la ocasión de que nos juntáramos con el doctor, los dos solos, en el bar del club, y entonces luego de un rato de charla en donde me informó de los adelantos de mis protegidas, opté por decirle que yo conocía todos los “adelantos” de Pao y Lara durante sus sesiones.
Se hizo el desentendido y trató de enredarme con su palabrería científica, pero no lo dejé continuar y le dije que sabía que ya había cogido dos veces a Pao y una a Lara, y que esto sucedió porque ellas me contaban que en las primeras sesiones él se empeñaba en saber si las relaciones que habían tenido con su padre habían sido satisfactorias, si el padre la tenía grande, si les había hecho doler y todas esas preguntas.
Me miró temeroso y se había puesto pálido su semblante.
Le dije que no tuviera miedo, que no lo iba a denunciar, que lo que yo pretendía era que compartiera conmigo a su o sus amiguitas, que sabía que tenía porque en más de una ocasión lo había visto en actitudes bastante sospechosas, sobre todo, y ahí le nombré a esta nena de la cual hice mención anteriormente.
Se quedó como pensando, y de pronto me preguntó si yo me cogía a mis protegidas, y yo le respondí con otra pregunta, le dije si él se cogía a la nena que le había nombrado o a algunas otras niñas.
Mirá Julio, le dije, ese era su nombre, lo que yo pretendo es que nos juntemos con Lara y Pao, y que vos lleves alguna de tus niñas y hagamos una hermosa y caliente sesión sexual, porque no es justo que vos te culees a mis chicas y no me des ninguna de las tuyas a cambio, y no me vengas de que no tienes a ninguna porque yo te he visto en más de una oportunidad con niñas teniendo encuentros en los rincones alejados de vista de la gente, así que no nos hagamos los santitos y compartamos.
Esa es toda mi pretensión.
Bueno, me dijo, pero te darás cuenta que esto no es una cuestión que yo te pueda decir que sí así de buenas a primeras, primero tengo que conversar con alguna de esas niñitas que me dices vos que tengo, y suponiendo que así sea, ver si alguna de ellas acepta ese intercambio.
Vamos Julio, le dije, con tu capacidad de persuasión y el ascendiente que tienes sobre estas niñas, no me vas a decir que te va a costar trabajo convencerlas.
Seamos sinceros y no tratemos de disimular las cosas.
Las cartas están sobre la mesa y a la vista.
Pensá que de esta manera vos podés seguir culeando a Lara y a Pao, y que yo puedo alternar con alguna de tus chiquillas.
Imagínate las fiestas que podemos hacer en mi casa.
Vos la conoces.
Es bien grande e ideal para este tipo de reuniones.
Boni, me dijo, me estás convenciendo.
Continuará.
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