Poda 7
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por renegadomonti.
Luego de este pequeño arranque de histeria infantil, que despertó en mí el instinto paternal, manifestado por medio de un sentimiento de lástima y ternura por lo que había pasado esta nena, resurgió el otro, el oscuro, el propio del instinto animal. La lujuria. Es que mientras la tenía en mis brazos, y ella rodeando mi cuello con sus bracitos, sin darme cuenta, y esto es real, no es una mentira, sin darme cuenta la había tomado de sus nalguitas, y al percatarme de ello, ya con malicia, comencé a sobarle delicadamente y como al descuido su culito. En un primer momento ella tampoco se había dado cuenta de esta caricia, pero como esta se prolongaba, y cada vez más acentuada
Al tratarse de una niña muy inteligente, percibió que la caricia no era solamente con la sana intención de consolarla, sino que le pareció que había otra intención oculta. Soltó mi cuello y me miró directamente a los ojos. Me di cuenta que en los de ella, en su gesto, había una pregunta, una sorpresa. Haciéndome el desentendido, lentamente subí mis manos a su espalda, y mientras se la acariciaba le pregunté, —-¿Ya está mi amor, ya se calmó, ya está tranquila? —-Si, me respondió, bájeme don Boni. Lo hice y fue donde su hermana a la que abrazó mientras me miraba con insistencia, y perduraba en su rostro y sus ojos esa pregunta que no se animó a formular verbalmente. Lara correspondió a su abrazo y yo les dije,
—-Bueno, voy a mi escritorio a terminar de hacer algunas cosas, ustedes hagan lo que quieran, en mi dormitorio está la notebook, si quieren la pueden utilizar. Lara, le dije, ten cuidado con los archivos de nenas con señores. Ella ya había visto algunos conmigo y captó la intencionalidad de mi recomendación. A todo esto yo mientras hablaba me ponía medio de costado porque no quería que se viera mi erección, obviamente que no quería que la viera la nena más chica, ya que Lara se había dado cuenta y se sonreía. Al rato vino Lara a mi escritorio y de una me preguntó si me la quería culear a Pao. Le dije que si ella, o sea Lara, no decía lo contrario, lo iba a intentar, pero si ella no quería, no lo haría. —-Pero, ¿irá a aguantar que le metas tu pija? —–¿Vos que decís, que te parece? le pregunté. —A mi me parece que no se la va a aguantar, me dijo, mirá, mirá como la tenés ahora.
Y diciendo esto se acercó a donde yo estaba sentado de frente a ella y posó su manito sobre mi verga que no había perdido nada de su dureza desde que la tuve alzada y tocándole el culito a Pao. Trató de bajarme el short, pero como estaba sentado no podía, entonces levanté mis caderas para facilitarle la tarea, cuando logró su cometido, apareció mi verga totalmente endurecida, la tomó entre sus manitos y la acarició embelesada, bajó su cabecita y comenzó con una mamada espectacular. Estiré mis piernas en toda su extensión y me puse cómodo para disfrutar de tan magnífica caricia otorgada por una niña de tan solo 10 añitos, pero que la chupaba como una verdadera experta. La chupaba con ganas, con placer. Siguió con esta loable tarea hasta que consiguió que mi leche le llenara la boquita. Exploté en un derrame seminal abundante, y ella tragó todo lo que pudo, pero algunas gotas se derramaron por la comisura de sus labios, deslizándose por su mentón, llegando a mancharle la remerita. Quedé semi acostado en mi sillón, satisfecho, feliz.
Ella se levantó y se despojó de su short y sus braguitas, lo que arrojó sobre el escritorio, y al ir a subirse a mis piernas, vimos a Pao que estaba parada en la puerta mirando todo con curiosidad. —-¡¡¡¡Pao!!!! Le dijo Lara sorprendida y asustada. ¿Qué hacés ahí? —-Nada, miraba lo que hacían vos y don Boni. —-Pero, pero, ¿no estabas viendo la peli en la compu? —-Siii, pero hay algo que no entiendo y te venía a preguntar a vos. —-Pero, yo te dije que te quedaras hasta que yo volviera. —-Bueno, bueno, intercedí yo, Pao ya está acá, y vio todo, y lo que ella vio, no es tan grave, todo lo contrario, esto es algo que hacen entre ellos las personas que se gustan. Y además es algo muy lindo. —-Pero, pero, intentaba hablar Lara. —-Nada de peros, ya está, ahora solo queda saber que piensa de esto Paola. Dime Pao, ¿te gusta lo que viste? —-Nnnooo se. —-Pero, ¿viste todo, o recién llegás? —Hace un ratito que llegué. —-Y cuando llegaste, ¿qué estábamos haciendo? —-Lara le bajó el short a usted. —-¿Y que viste entonces? —-Que ella le agarraba esa "cosa" que tiene ahí, dijo señalando con un movimiento hacia mi verga, que apenas había perdido algo de su dureza. —Vos sabés que es esto, ¿verdad? No me contestó nada y bajó su cabecita mirando el piso. —-Pao, insistí yo, ¿sabés que esto?, le dije mientras había agarrado mi verga con una mano y la blandía ante su mirada interesada y asombrada.
—-Vamos Pao, insistí yo, ¿sabes que es esto? —-Yyyyy,,,, si, respondió. —-¿Qué es? Vamos Pao, dime que es esto. —-Su, su…, su pito, respondió. —-¿Habías visto algún otro antes?
—-Noooo, no, nunca. —-¿Segura? —-Si, solo mi papá había hecho que se lo toque. —¡Ah si! ¿cuándo? —-Ayer, cuando me tocaba el culito hizo que le agarrara su pito. —-¿Y era así como este? —-Nnnnooo sé, solo hizo que se lo agarrara, no me lo mostró. —-¿Querés tocar este para ver si era como el de tú papá. —–¡Nooooo, noooo! —-¿Por qué Pao?, ya viste que Lara, no solo lo agarró sino que también le daba muchos besitos. —Si, ya vi, igual que la chiquita de la peli que estaba viendo. —-¿Qué hacía la chiquita? —-Lo mismo que hizo Lara con usted. —-¿Y qué hizo Lara? —-Se metió su, su, "cosa" en la boca. —-¿Y qué más hacia la chiquita de la peli. —-Dejaba que el señor que estaba con ella le besara su "cosita". ¿Y qué más? —Dejaba que el señor se subiera arriba de ella y le pusiera…, "eso" en su "cosita". —Bueno Pao, vamos a empezar por aprender el nombre de "eso", "cosa", "cosita" y demás. "Eso" y "cosa", se llaman pija, entendés, p i j a, ¿estamos? —-Siii. —Y "cosita", se llama conchita o concha o también se le dice "conejito", que es eso que tenés vos entre tus piernitas, ese tajito por donde haces pí, ¿comprendiste?
Movió la cabecita en señal de asentimiento, pero yo insistí para que hablara, y al final me respondió que si, que había comprendido. —-¿Ves?, le dije yo continuando con mi explicación, Lara, tiene también su conchita al igual que todas las mujeres, y los hombres tenemos pija. Y estos órganos, no sirven solamente para hacer pis, también por ellos se unen las parejas que se quieren o se gustan. El hombre le mete la pija aquí, y metí mi dedo un poco en la conchita de Lara, la que dio un respingo ante esta acción inesperada, a la mujer, o niña, y se empiezan a mover de atrás hacia adelante, muchas veces, y eso da placer, gusto, felicidad. —-Siii, eso hacía el hombre de la peli con la chiquita, pero la chiquita se quejaba y decía que le dolía. A todo esto mi pija ya se había puesto como un riel, totalmente parada, expuesta impúdicamente a la mirada de esta niña, que veía ese pedazo de carne endurecido, y que yo tenía metido un dedo en la conchita de su hermana y que lo movía metiéndolo y sacándolo, lentamente. ¿Y la pija del hombre de la película, era así como esta mía? —-Y,,,,, si, más o menos. —-¿Y te gustó ver eso a vos? —-Nnnnoooo, no sé. —-Y yo venía a buscar a Lara para que me diga que era eso que le salía al hombre de su "cosa". —¿De qué? —De su pija. —¿Y que pasaba con eso que le salía al hombre de su pija? —-Se lo echaba a la chiquita en su pancita y en su carita, y también en su boca, por eso le quería preguntar a Lara que era eso blanco que le salía al hombre.
—-Bueno, eso que le salía al hombre, y que nos sale a todos los hombres, algunos más y a otros menos, se llama semen, o entre nosotros me gustaría que la llamáramos leche, entendés, leche, que es el nombre que generalmente le dan las personas. —-Pero no es leche. —-Si, si lo es, es leche de hombre, con esa leche, también se hacen los bebés. —-¿Entonces la chiquita de la película va a tener un bebé? —-No, no, no siempre pasa esto, se tienen que dar varias cosas para que esto suceda, pero mientras tanto, cuando al hombre le sale esa leche, y está con una mujer, tanto esta, la mujer, como el hombre, disfrutan mucho de eso. Por ejemplo, a Lara le gusta tomarse esa leche que me sale a mí de mi pija, ¿verdad Lara? —-Siii, dijo Lara, es muy rica. —-¿De verdad Lara que vos te tomás esa leche?, dijo la niñita con un gesto como de asco. —-Claro, por supuesto que me la tomo, y además me gusta mucho. —-¿Eso es lo que estaban haciendo recién con don Boni? —-Si, eso. —-¿Y te tomaste la leche que le salió a don Boni?,
—-Si, ya te dije que si, y que me gusta mucho. —-¿Querés ver como lo hace de nuevo?, intercedí yo preguntándole a Pao, ya que veía que la conversación se iba poniendo más que interesante. —–Nnnnooo, no sé, si Lara quiere. —-SI Lara quiere, ¿vos querés ver? —-Yyyyy, nnnooo sé, que se yo. —-Vamos Pao, insistí, decídete, quieres o no, porque si no quieres, te vas a seguir viendo tú película, cierras bien la puerta y nos dejas a Pao y a mí para que disfrutemos de esto, y si quieres, pues, te quedas, te acercas un poco para que puedas ver bien, y después nos dices que te pareció. ¿Qué vas a hacer? Todo esto se lo dije para presionarla y que se decidiera de una buena vez, porque yo veía que la nena estaba interesada en el asunto, pero no se animaba a reconocerlo. —-Bueno, me quedo si ustedes me dejan ver todo lo que hacen. —-¡Claro que te dejamos!, ven, acércate un poquito más. Yo con mi pija endurecida al máximo, enloquecido de deseos por todo lo que estaba pasando, ver que esta niñita se estaba interesando en el sexo y que ya me miraba la pija sin ningún disimulo, producía en mí un efecto multiplicador en mis sensaciones. —-Ven Lara, le dije, ven y chupame la pija bien, como lo sabés hacer vos, chupámela bien para que tú hermanita vea como se hace y aprenda. Lara también se había excitado con toda la conversación, y prácticamente se abalanzó sobre mi verga y se la metió en su boca comenzando otra de esas sesiones de succión hermosas que ya me daba esta criatura. Sus chupadas eran largas y fuertes. Largas y profundas, ya que se metía mi verga en su boca más profundamente de lo que lo había hecho hasta entonces, esta casi le llegaba a la garganta. Esta niña cada vez lo hacía mejor. Con una de sus manitos frotaba la parte de mi pija que no le entraba en su boca, y con la otra acariciaba mis testículos y jugaba con los pelos de ellos. Su hermanita, se había acercado cada vez más a nosotros, al extremo que apoyó sus manitos en mis peludas piernas, y acercó bien su carita a donde realmente se desarrollaba la mamada. No se quería perder detalles.
Se había despertado en ella la curiosidad total. De pronto sus manitos empezaron a moverse sobre mis piernas, con sus pequeños y cortos deditos las amasaba una y otra vez. Su respiración se notaba que se aceleraba. Me parecía que en cualquier momento le quitaba mi pija de la boca a su hermana y la empezaba chupar ella. Mi leche pugnaba por salir, pero yo no quería que esto terminara. Era algo muy lujurioso, muy caliente ver a las dos hermanitas, una entregada de lleno a chuparme la pija, y a la otra mirando fijamente lo que hacía su hermana mayor, sin pestañear, no queriendo perder nada, ningún movimiento, ningún detalle. Suavemente tomé una de las manitos de Paola y la acerqué a mi pija. La posé sobre los bellos de mi pubis e hice que me acariciara lentamente esa parte de mi cuerpo. Le llevé su mano hasta el tronco de mi verga, y allí se encontró con la mano de su hermana, que ajena a todo estos movimientos, seguía en su dulce y demoledora tarea de tratar de extraer mi leche. Pao sin que le dijera ni le sugiriera nada, solita trató de agarrar el tronco de mi pija, pero su manito era muy pequeña para lograr esto. No se dio por vencida, y de a poco comenzó a acariciar toda la parte de mis pendejos, de el pedazo de pija que su hermana no cubría con la mano de ella, y también bajaba su manito a mis testículos, donde a dúo, con su hermana, acariciaban mis huevos que en ese momento estaban próximos a estallar por la tremenda carga de leche que habían producido. Lara era una verdadera aspiradora, me succionaba la verga de una manera alucinante. Paola cada vez agarraba más confianza, y trataba también de agarrar más pija.
Su carita estaba cada vez más cerca de mi tronco y de la boca de su hermana, que subía y bajaba por mi lanza incansablemente. —-Espera, espera un poquito Lara. Y haciendo un esfuerzo fui separandola de mi poste. Ella no entendía porque le quitaba su "juguete". Y mirándome con desconcierto me dijo. —-¿Por qué Boni, por qué?, yo me quiero tomar tú leche. —-Espera le dije yo, espera, no seas impaciente. ¿Dime Pao, quieres ver como le meto mi pija por la conchita a Lara, igual que hace el señor con la nena en la película? —-Pero le va a doler mucho a mi hermanita, su pija es muy grande. Está toda colorada, y esa "bola" que tiene en la punta, ¿para qué es?, y mientras decía y preguntaba esto, con sus pequeñas manitos acariciaba mi mástil. Con una tocaba en todo su alrededor la cabeza de mi pija, y con la otra la acariciaba por todo su largo y contorno. La chiquilla había perdido todo el miedo y la vergüenza y solo respondía a su instinto de mujer, niña aún, pero mujer al fin. —-Esta "bola", como le dices tú, se le llama "cabeza" o "glande", pero nosotros la vamos a llamar cabeza, ¿Siii? —-Si don Boni, ¿por qué está tan caliente? —-Porque entre tú hermanita, con la mamada que me estaba dando, y por las caricias que vos le estas haciendo con esas hermosa manito. ¿Le darías un beso ahí en la cabeza? —-Nnnnoooo, no me animo. —-¿Por qué? Anda, dale un besito. —-¿Donde? ….Ahí, donde tienes tú manito.
—-¿Aquí?, dijo al mismo tiempo que posaba sus jugosos y hermosos labios de nena sobre la punta de mi pija, que en esos momentos estaba segregando líquido seminal. Abrió un poquito su boca, lo necesario para darle paso a su lengüita, la que pasó sobre toda la superficie de mi glande. Esto hizo que me estremeciera, y ese espasmo no pasó desapercibido para Pao, que mirándome a los ojos me preguntó si me había hecho doler.
—-Noooo, todo lo contrario, me ha gustado muchísimo. ¿Querés meterla un poquito en tu boquita, como hacía Lara recién? —-Noooo, es muy gruesa esa punta, no me va entrar en mi boquita, además está un poco saladita, Lara. ¿ese es el gusto de la leche? —Siiii, le dijo Lara, pero ahora dejame a mí para que veas como Boni me la mete en mi conchita. —-¿Te gusta que te la meta en la conchita, no te hace doler mucho? —Nooo, no me duele para nada, además me gusta mucho, mucho que me la meta, porque cuando me la mete a toda, me parece que me va a salir por la boca, y eso es hermoso. —-A ver, a ver como te la mete, y hasta donde. Se acomodó Lara sobre mi verga, pisando con sus piecitos a ambos lados de mi cuerpo sobre el sillón en el cual estaba sentado, y tomando con su manito mi duro émbolo, lo fue acomodando en la entrada de su conchita, y de a poco fue bajando sobre la barreta de carne que la aguardaba tensa y ansiosa por introducirse en esa infantil caverna. Se dejó caer lentamente, pero mi pija resbaló hacia adelante, hacia su pancita, sin entrar. Nuevamente la tomó y la puso en el lugar correspondiente para que se produzca la introducción, pero otra vez resbaló, ahora hacia atrás. —-¡Aquí está, aquí está!, dijo Pao aparentemente entusiasmada lo que veía como aparecía mi poronga, esperá, esperá Lara, yo te ayudo, y esta chiquilla se apoderó de mi pija con sus manitos y la ubicó en el lugar propicio.
También Lara la guió, y al sentir que la cabeza estaba situada justo en la boca de su conchita, lentamente fue bajando sobre ese furioso trozo de carne duro y caliente, y se lo fue tragando de a poco con su oquedad que estaba empapada por los jugos que manaban del interior del cuerpito de Lara. A todo esto Paola se agachaba y ponía su cabecita entre mis piernas, bien cerca de mis huevos para poder ver como su hermana se "comía" toda esa columna de carne. Sentía la respiración de esta nena sobre mis huevos, también sentía como iba entrando con un poco de dificultad en la conchita de Lara, no olvidemos que ella es una nena de solo 10 añitos, y que a pesar de haber recibido en su infantil útero varias veces mi verga, esta era bastante gruesa, sobre todo el glande, lo que hacía que no pudiera entrar libremente y sin esfuerzo, pero Lara empujaba sin detenerse a considerar el dolor que le producía dicha introducción, ni tampoco a pensar que era muy gruesa esa tranca que intentaba incrustarse en su cuerpito una vez más, por lo que bravamente luchaba y no cejaba en su deseo de tragarse toda mi estaca.
—-¡¡¡Ya está, ya está, ya entró toda!!! Gritaba Pao aplaudiendo entusiasmada al ver que las nalguitas de su hermana hacían tope sobre mis testículos y que mi pija desaparecía por completo dentro de su hermana. Lo festejaba con alegría, como si su hermana hubiera hecho una hazaña, lo que no estaba muy lejos de ser una realidad, teniendo en cuenta la diferencia de tamaños de los cuerpos y de los miembros. —-Se quedó quieta Lara sobre mi cuerpo con toda mi pija incrustada en su cuerpo. Respiraba agitadamente dado el esfuerzo realizado para permitir el ingreso de semejante barreno en sus entrañas.
Me incliné un poco hasta alcanzar la boquita de mi compañera de sexo y deposité en ella un beso caliente. Me devolvió la caricia y me dio a chupar su sabrosa lengüita que estaba cubierta por una baba viscosa y espesa como es siempre esta baba cuando es producida por una gran calentura sexual. —-¡Ay Boni, que adentro estás! Me parece que esta vez me has llegado a mi pancita. Me duelen mis caderas, me parece que se han abierto mucho. ¡Hasta mi cintura me duele! —-¿No te gusta así, no te gusta tenerla a toda entera dentro tuyo? —-¡Siiiii, claro que si! ¡Es hermoso sentirla tan adentro! —-¿Qué dicen ustedes que yo no entiendo lo que están hablando?, dijo Pao saliendo del lugar donde se encontraba y viniendo hacia donde teníamos nuestras cabezas, nuestras bocas con Lara.
—-Estamos diciendo que sería muy lindo si vos también me das besos a mi. Y mientras le decía esto, rodeaba con mi largo brazo su pequeña cinturita y la elevaba hasta mi cara, y de una manera suave y delicada procedí a posar mis labios sobre los de ella, que no los rechazó. Todo lo contrario, cerró sus ojitos y con su boquita cerrada recibió mi beso, húmedo y caliente beso. Con mi lengua traté de separar sus labios, pero ella se empeñaba en mantenerlos cerrado. Retiré mi boca de la suya y al mirarla, vi que continuaba con sus ojitos cerrados, como en éxtasis, su respiración era agitada, su carita estaba arrebolada. Subió sus bracitos y con ellos rodeó mi cuello, y ella sola buscó mi boca esta vez. La apreté un poquito contra mi, no mucho para que no le hiciera daño el posabrazos de mi sillón. Al sentir nuevamente sus labios sobre los míos, insistí con mi lengua para separar sus labios, y esta vez tuve éxito, ya que sentí que su boquita se abría, y el aliento de esta nena inundó mi boca y todo mi ser.
De a poco, con mucho cuidado fui metiendo mi lengua en su boca. claro, esta era enorme comparada con la cavidad bucal de Pao, chiquilla de solo 8 añitos. Como tratando de comprender que era lo que yo trataba de hacer en su boquta con mi lengua, abrió sus ojitos, y en los mismo se notaba el desconcierto, pero no rechazaba la caricia. Retiré mi boca de la de ella y le dije que ella también me diera su lengüita, y que cuando mi lengua ingresara en su boca, que ella repitiera los movimientos que yo hacía con la lengua. Nuevamente unimos nuestras bocas, y ella sin que se lo pidiera, ni tan siquiera se lo insinuara, abrió su boquita, torpemente, totalmente, en donde introduje mi lengua nuevamente y la revolví por todo el interior de su boca. No le metí muy adentro la lengua para que no se asustara al sentir que esta le iba a llegar hasta la garganta. Ella respondió mi caricia empujando con su lengüita, pequeña, deliciosa, la mía para introducirse en mi boca.
Suavemente le succioné esa pequeña y hermosa lengüita. Le bebí todas sus babitas. Babitas que tienen un sabor muy especial. Las babitas de las niñas son especiales, únicas con un sabor que te llega hasta el mismísimo cerebro. Y mientras nos besábamos con Pao, Lara comenzó un lento movimiento de mete y saca. —-¡Ay Boni, que dura y gruesa está tu pija! Me gusta tanto que no quisiera que me la saques nunca. Me encontraba en una situación realmente desquiciante, alucinante. Por un lado culiándome a una nena de 10 años, y por el otro besándome de una manera lujuriosa con la hermanita de 8 añitos. ¡Una verdadera locura! Mi calentura aumentaba proporcionalmente a los acontecimientos que estaba viviendo, y estos eran de una lujuria tal, que tuve que apelar a todo mi control para no derramarme dentro de Lara, y para no ejercer demasiada fuerza sobre Pao. Pero eso no fue óbice para que fuera subiendo a Pao más arriba hasta situarla con su culito en mi cara. Le bajé su shorcito y su braguita, y con mi boca y lengua inicié el mejor cunnilingus que recuerde haber hecho.
En un primer momento Pao se asustó al ser elevada sobre mi cabeza, y manoteaba para todos lados tratando de asirse de algún lado, pero luego, cuando sintió que apoyaba su culito sobre mi cara, se calmó un poco, pero al sentir que la despojaba de sus ropas y dejaba su hermoso, pequeño y virginal conejito al aire, nuevamente se sobresaltó, pero la caricia de mi lengua en tan maravilloso lugar, despertó su curiosidad e hilaridad, ya que se largó a reír mientras me decía que le hacía cosquillas con mi lengua y mi boca. Yo sabía que esa es la primera sensación de una nena que nunca recibió tal caricia, como así también sabía que de a poco se despertaban otras sensaciones, que generalmente desconocían, pero que una vez que las experimentaban, les gustaba mucho y querían repetirlas continuamente.
Aparentemente el ritmo sexual de las hermanitas era muy similar, ya que a medida que aumentaba la lujuria de Lara, disminuía la hilaridad de Pao, señal evidente que se le estaba despertando una sensación para ella desconocida hasta entonces, pero que era de su agrado, ya que no decía nada, ni a favor, ni en contra, solo aceptaba, esperaba para ver que pasaba. A todo esto Lara galopaba con furia sobre mi pija, haciéndola entrar y salir de su cuerpito desde la punta hasta el mismísimo tronco. Cada vez que se "tragaba" toda mi verga, exhalaba unos gemidos demostrativos del grado de placer que sentía. Yo percibía la estrechez de su coñito.
El calor de sus entrañas era tal, que parecía que iba hacer que entrara en ebullición la leche que contenían mis huevos. El sabor del conejito prieto de Pao, que de a poco iba yo separando sus virginales labios vulvares con mi lengua, e introducía la punta entre sus rosadas carnecitas del interior de esa infantil vagina, hasta ahora, nunca hollada por ningún apéndice masculino, hacían que todo eso conformaran una escena con un erotismo, con una lujuria, con una depravación tal, que era imposible sustraerse a ella, y entonces, solo soy un ser humano, un hombre que en ese momento respondía únicamente a sus instintos.
No pude con ellos, y desapareció toda tentativa de auto control y exploté en una emisión láctea tal, que me parecía que mi médula espinal, mi cerebro, y todo mi ser se escapaba por la uretra de mi verga y se depositaba en el fondo del útero de Lara. Cada una de mis contracciones era seguida por un chorro de leche que recibía complacido y de muy buen grado la propia matriz de Lara, y esta, con cada chorro que golpeaba las paredes de sus entrañas, gritaba, exhalando al aire la intensidad de su placer. Luego de tan intenso momento, y por el peso del cuerpito de Pao, recordé que la tenía a esta niñita sentada sobre mi boca, pero ya mi boca y mi lengua no se movían para nada. Entonces elevé mis brazos y procedí a bajar a Pao hasta el piso y la dejé parada al lado del sillón. Ella no comprendía que había pasado. Solo miraba.
Su hermana sobre el cuerpo inmenso de este hombre que le había acariciado con su lengua toda su boquita y hasta su conejito. Este hombre semi extendido sobre el sillón, mudo testigo de lo sucedido hasta ahora, como si estuviera dormido. Miró la parte donde estaban unidos los cuerpos de su hermana y el hombre, y vio que desde esa misma unión, brotaba un líquido blanquecino, espeso, que goteaba lentamente sobre las piernas de Boni y parte del sillón. Su hermana también parecía dormida, acostada sobre el cuerpo de Boni. Entonces la tocó en las piernitas a Lara y la llamó para que despertara, ya que creía que estaba dormida. Como a su pesar, Lara volteó la cara hacia su hermana y le preguntó que quería, que esperara un ratito, que ya la iba a atender.
—-Pero, ¿estás bien Lara?, preguntó inocentemente Pao. —-¡Claro, estoy muy bien, mejor que nunca! —-Te llamaba porque parece que vos y don Boni estuvieran dormidos, y parece que de tú conchita está saliendo un agua blanca. —-¡Ay Pao!, dejame un ratito, y eso que sale, es la leche que me echó adentro Boni. —¡Ahhhh! ¡Cuánta leche te echó!, porque sigue saliendo. —-Bueno Lara, vamos a bañarnos, le dije yo a mi compañera de juegos. Y tomándola de debajo de sus brazos, me levanté con ella alzada y al hacerlo se salió totalmente mi pija de su argollita, y al pasar esto, cayó sobre el piso un pegote conformado por mi leche y los humores de Lara. —-¡Huy, huy, mirá lo que te salió de adentro Lara!, dijo Pao alarmada, entonces nos pusimos a reír con Lara, y yo tomándola de una manito a Pao, le dije, —-Ven, ven, vamos a bañarnos. —-¿Los tres juntos?, preguntó Pao, demostrando nuevamente su inocencia.
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