Poniéndonos al día.
Dos amigos de la infancia se reencuentran que podría salir mal.
Creo recordar que aquel día fue el más caluroso de todo el verano así que decidí ir a la
playa, aprovecho cualquier oportunidad para ir al mar es lo que más me gusta me siento libre
entre las olas.
A lo lejos divisé a un hombre corriendo por la orilla no entendía que hacía haciendo
deporte con el calor que hacía, pero cuando se fue acercando mi pensamiento cambió por
completo era el hombre más atractivo que recuerdo, su pelo era rubio y corto, su mirada de
color azul tan penetrante que no podías dejar de mirar, fui incapaz de quitar mi vista de aquel
maravilloso ser, tenía un pecho firme y bien definido sus brazos eran grandes y se veían bien
marcados por el deporte, de repente nuestras miradas se cruzaron y yo sentí que el corazón
se me iba a salir por la boca de lo acelerada que me puse. En cuanto llegué a casa me metí en
la ducha y no dejé de pensar en aquel desconocido, su mirada, sus músculos, su cabellera
corta y un poco rizada, mi cuerpo cada vez sentía más calor pensando en él y sin poder evitarlo
me masturbé en la ducha imaginando como sería que me hiciera suya.
Al día siguiente volví a la playa no había podido dejar de pensar en aquel incógnito varón,
y como yo deseé ahí estaba practicando deporte como el día anterior, pero no estaba sólo,
había una chica a su lado la cuál reconocí inmediatamente, era una amiga de la infancia y sin
pensarlo me acerqué a ella y mi sorpresa fue que aquel sujeto era su hermano Matt al cual
yo no recordaba. Quedamos para cenar en mi casa los tres, quería conocer más a fondo a esa
divinidad.
Ese fin de semana habíamos quedado, pero mi amiga me envió un mensaje diciendo que
no podía venir que le había surgido un imprevisto entonces entendí que él tampoco vendría
y me sentí decepcionada, pero a las 21 h llamaron a mi puerta, cuando abrí no podía creerlo
era Matt y sin mediar palabra me agarró de la cintura y me atrajo hacia él, me besó
bruscamente y en ese instante pude apreciar lo dura que tenía su entrepierna.
Dios que dura la tenía, ya no me sentía dueña de mí misma solo quería que aquel dios que
tenía delante me poseyera.
Me excité tanto que sentí mi clítoris explotar me noté tan
húmeda, se desnudó y me ordenó que hiciera lo mismo dejando al descubierto aquel enorme
miembro erecto y exuberante, me puso de rodillas y me dijo que se la lamiera, abrí la boca y
empecé a tragarme disfrutaba tanto de tener esa parte de su cuerpo dentro de mi boca, sabía
tan bien y cada vez me sentía más excitada no podía parar de tragármela uff no podía resistirlo
más lo empujé a la cama me subí encima de él y lo metí dentro de mi, dios que rápido me
entró tenía mi entrepierna preparado para él, fui cabalgando a aquel individuo.
Sin dejar de mirarlo le cogí sus manos y las puse en mis pechos eso me excitaba muchísimo
me incliné hacia él para besarlo quería sentir el calor de sus labios, de repente me apartó y
me puso boca abajo contra la cama sacando mi culo hacia afuera me escupió en el culo y
comenzó a introducirme un dedo muy despacio mientras con la otra mano acariciaba mi
clítoris y con su perfecta lengua me chupaba el cuello y la espalda de repente sentí como
introducía otro dedo más en mi trasero, le pedí que parase pues me daba miedo pero en ese
momento acercó sus labios a mi oído y me susurro:
-Tranquila confía en mi sé lo que hago, te gustará.
Me relajé y empecé a disfrutar de las manos de aquel hombre que tenía conmigo y tenía
razón me gustaba gemía sin parar sentía un placer muy grande de repente introdujo dos
dedos en mi sexo sin quitarme los del culo, me sentía tan llena no quería que parase por nada
del mundo sentía que iba a explotar me sentía al borde del clímax y él también lo sintió, se
alejó, me puso de rodillas en el suelo y comenzó a penetrarme la boca como nunca antes me
lo habían hecho era brusco y eso me encantaba, me ahogaba con su polla me la metía tan
profunda en mi garganta que no podía respirar y eso me estimulaba todavía más.
Decidió que era hora de escucharme gritar de placer y decidió ponerme boca arriba en la
cama y abrirme las piernas pasó su lengua por mi muslo mmm… de pronto sentí como sus
manos abrían mis labios empezó a meterme primero un dedo, luego dos, luego me metió dos
dedos en mi trasero y empezó a lamerme el clítoris poco a poco cada vez más rápido yo me
iba humedeciendo más y más empecé a gemir tan fuerte que me dolía la garganta, el sintió
que estaba a punto de terminar y me metió su pene con dureza.
No lo pude resistir más me corrí mientras me embestía sin compasión, cuando supo que
había terminado la sacó de dentro de mí y terminó echándome todo lo que yo había
provocado en mis pechos, yo pasé mi dedo por estos y lamí todo su semen.
Nos dimos una ducha relajada juntos riendo y pensando que íbamos a cenar, nos
moríamos de hambre, pero mientras pensábamos en el siguiente asalto.
Ahora que lo pienso no nos pusimos al día de nada, pero este día lo recordaremos
siempre.
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