Por Odio A Mi Madre…
Sí ya sé que suena bien tonto lo que les voy a decir, pero cuando decidí perder mi virginidad, lo hice porque sabía que a ella eso le dolería..
Pero díganme, si tengo o no razón de actuar de así. Les voy a contar todo, para empezar desde que tengo memoria, mi madre siempre anduvo de tras de mí, Liliana no hagas esto, o no hagas aquello, Liliana metete para dentro, deja de estar coqueteando con los chicos.
Se pueden imaginar esa cantaleta todos los días de mi vida, espero que sí.
Para colmo, mi madre que ya no es una nena, se encontró un novio. Un tipo más joven que ella, y tiene la cara dura de decirme, que me cuide.
Un día que ellos dos llegaron de una fiesta, yo me encontraba despierta hablando por teléfono con un amigo mío. Los sentí llegar a los dos, bien borrachos y haciendo bastante ruido.
Ni siquiera en su propia habitación, sino que, en el medio de la sala, comenzaron a besarse. Yo por curiosidad me asomé, no es que me interesara, pero hacían tanto alboroto, que me tuve que parar a ver lo que sucedía.
Cuando me di cuenta de que mi madre y su noviecito, se encontraban besándose, en medio de la sala. Ya estaba por marcharme de nuevo a mi habitación, cuando le escuche a él, que de paso no lo soporto, decirle a mi mamá. “Nena quítate toda la ropa, que nadie nos va a ver.”
Y la muy sinvergüenza de mi madre, no lo pensó dos veces. Él la siguió besando y tocando por todas partes y ella dejándose hacer todo eso. Cuando de momento la muy sucia, se arrodilló y sin más ni más se puso voluntariamente a mamar la verga del tipo eso.
No lo podía creer, que mi madre hiciera eso. Desde el pasillo que conduce a mi habitación y oculta por la cortina de bambú, podía ver como mi madre se metía la cosa de él en la boca, se lo agarraba con ambas manos y como si fuera una puta se lo chupaba metiéndolo y sacando de su boca completamente, la muy sucia.
Después parece que sintieron algún otro ruido y se marcharon para su habitación, desde la puerta de su habitación los vi cómo se revolcaban en la cama. Hasta, es más, estoy bien segura de que mi madre esa noche y no sé cuántas más hasta dejó, que él se lo metiera por el culo.
Lo sé no tan solo porque la vi cómo se lo hacían sino por los quejidos de dolor que dio al inicio. Esa fue la gota que rebasó la copa. Así que me puse a pensar, que cosa le podía hacer yo a mi madre, que le doliera bastante.
Marcharme de casa, no podía no tenía donde ir a la hora de la verdad. Al día siguiente cuando trató de darme un beso en la frente no se lo permití, nada más de pensar lo que ella había estado haciéndole al tipo ese.
Pero fue mi madre la que, con su constante y repetidora cantaleta, la que me dio la idea de cómo vengarme de ella. Yo salía de darme mi baño envuelta en mi toalla, cuando apareció su noviecito, y se me ha quedado viendo con una cara de loco, que para que les cuento.
Mi madre se dio cuenta y en lugar de llamarle la atención a él, me la ha llamado a mí, diciéndome que si no me cuidaba me iba a pasar lo mismo que a ella, que perdió su virginidad por estar coqueteando con un primo.
En ese instante me di cuenta de que eso le dolería mucho, así que me preparé para hacerlo, hasta pensé brevemente en hacerlo con su novio, pero me era tan y tan repulsivo que creo que me hubiera vomitado sobre él sin mucho esfuerzo.
Por lo que, tras pensarlo un corto rato, me acordé de mi vecino. Un chico como de unos veinte años más o menos que, a mi madre, para completar no le cae bien.
Así que cuando ella volvió a salir para emborracharse con su noviecito, el siguiente fin de semana. Yo me di un buen baño, me puse una mini de lo más sexi, y una blusita semitransparente, que aparte de me dejaba mi vientre por fuera, sin mucho esfuerzo se podían ver mis senos.
Sin más nada abajo, aparte de las sandalias. Cuando le toqué la puerta a mi vecino, y él tras abrirla, me vio en la puerta parada. Casi se le cae la quijada al piso, de inmediato me invitó a pasar y a tomar asiento, para preguntarme en que me podía ayudar.
Seguramente pensó que lo necesitaba para destapar alguna cañería, o cambiar algún bombillo. Cuando le dije de frente que deseaba que se acostase conmigo, pensó que era un relajo de mi parte, hasta creyó que se trataba de una broma para la TV.
Pero cuando se lo repetí, bien seria, al tiempo que cruzaba las piernas y le dejaba ver con toda claridad, que no estaba usando pantis. Dejó de creer que se trataba de una broma, pero no dejaba de preguntarme, ¿por qué? Cuando le dije sencillamente porque me gustas, eso no pareció convencerlo.
Hasta que le pregunté si él era pato, trolo, o sea maricón. El decirle o preguntarle eso, como que fue lo que lo motivó de verdad, creo que no había terminado de completar la oración cuando ya lo tenía sobre mí tocándome todo mi cuerpo, como un desesperado.
Su boca me besaba por todas partes, al tiempo que me fue despojando, de la poca ropa que yo tenía puesta. La verdad que alguno de mis compañeros de clase, me habían llegado a besar y hasta poner y tocarme con alguna de sus manos mi coño. Pero lo que mi vecino estaba haciendo, definitivamente era algo del otro mundo.
Me preguntó si yo era virgen, y le dije la verdad, que sí. Al escucharme decirle eso. Me abrió las piernas y dirigió su boca a mis entrepiernas, por un corto rato me estuvo besando y lamiendo mis muslos, cuando de momento sentí, que con su boca comenzaba a besar y lamerme mi clítoris, así como mis labios vaginales.
Eso me hizo de verdad, perder la cabeza. Al punto, que ya casi hasta le estaba rogando, que me lo metiera. En medio de esas sabrosas lamidas y chupadas que me estaba dando, sentí eso que en ocasiones yo misma me había provocado en el baño al ducharme, mientras me enjabonaba la concha.
Creí que ya había terminado todo cuando me hizo abrir un poco más las piernas, fue que, en esos instantes, alce la mirada, y vi como con una de sus manos dirigía su miembro grande y duro directamente a mi húmedo coño.
Nuevamente comencé a sentir algo bien sabroso al tiempo que él me penetraba, con su caliente y duro pene. En cierto instante, sentí más bien un ligero ardor. Pero después de eso, disfruté cada segundo de mi venganza.
Mi amante me introducía y sacaba casi del todo su cosa de mi conchita. En cierto momento me cambió, de posición y así lo hicimos conmigo sentada sobre él. Yo seguía disfrutando de todas las cosas que mi vecino me estaba haciendo, cuando volvimos a cambiar de posición.
En esos momentos me encontraba acostada boca arriba sobre el borde de su cama, y él me metía y sacaba su miembro de mi coño de la manera más salvajemente sabrosa, hasta que alcancé un tercer orgasmo, y él también llegó a su clímax.
Después de eso, me quedé dormida a su lado hasta que temprano en la madrugada, y lo sé porque todavía estaba oscuro. Sentí que me tocaba el culito, como eso realmente no lo había pensado, y por temor a que me doliera mucho, le propuse que mejor se lo mamaba, y así lo hice.
Por un buen rato al igual que mi madre se lo mamó a su noviecito, yo se lo he mamado a mi vecino, hasta que sentí esa cosa caliente en mi boca. Al día siguiente, apenas pude, se lo dije a mi madre, si vieran la cara que puso, hasta me llevó a su ginecólogo, que no hizo otra cosa que confirmar lo que ya yo le había dicho.
A mi madre casi le da un ataque, de ver su cara cuando me llevó a la policía me moría de la risa, mientras ella trataba de explicar lo que me había pasado.
Pero cuando el policía escucho que yo lo hice libre y voluntariamente, le dijeron a mi madre que lo mejor era que me llevase ante el fiscal de menores.
La persona que nos atendió trató de convencerme de que le pusiera una denuncia a mi vecino, pero cuando yo comenzaba a relatarle con lujo de detalles, todas las cosas que yo había hecho para convencerlo. Y que le había dicho a mi vecino que yo tenía también veinte como él. La fiscal sencillamente le dijo a mi madre, que todo eso era una pérdida de tiempo.
Como verán logré mi objetivo, lo único malo es que mi madre me ha votado de casa, el que era mi vecino no quiere saber nada de mí, ya que mi madre se la dedico por un tiempo.
Durante un corto tiempo viví en casa de la madre de una compañera de clase, hasta que me agarró metiendo mano con su marido.
Nada serio, era más bien un vacilón. Pero ya hoy en día, he aprendido que puedo ganar buen dinero, por hacer cosas que realmente me gustan.
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