Primera Fantasía con Camila

12 años. Cabello lacio, largo y castaño a media espalda, muy delgada y juguetona. .
Ella delgada, tan delgada que puedo rodear su muñeca con mi mano.

Uno de mis brazos puede rodear su cadera sin problema y atraerla a mi, mantener cerca su cálido cuerpo con olor a shampoo dulce.

A pesar de su delgadez, sus nalguitas son redondas, suaves, normales para una niña de 12 años, no tan grandes ni tan pequeñas… Perfectas.

Ese día estásbamos solos. Ella usaba pantalón de mezclilla, apenas ajustado a sus nalguitas y algo de sus muslos apenas con músculo. Una playera rayada de manga larga, gris y blanca, ajustada lo suficiente para ver su silueta ya a inicios de ser definida y lo suficientemente amplia para dejar ver su abdomen o pecho al ponerme detrás o frente a ella mientras se inclina sobre una gran mesa de vidrio.

Estando ella de rodillas sobre una silla y apoyando su cuerpo sobre la mesa, con mi mano izquierda aprieto suave pero firmemente su muslo derecho diciendo

-Mira nada más que piernas! Ya haces ejercicio?

– Jajaja no qué flojera

-Entonces cómo le haces para tener piernas tan sexys?

-Oye! Déjame! (Responde de forma juguetona)

-Por qué? No puedo darte una mordida?

Me paro de la silla a su costado, me pongo detrás de la silla donde está apoyada y con cada mano en un muslo, la masajeo un poco, con fuerza, con deseo, mientras le digo lo anterior.

-Jajaja no, no puedes

-Y una inyección?

Con mis dedos índices toco sus nalgas en la ubicación «tradicional» de las inyecciones

-Ay!!!

Grita de dolor, quizás uno imaginario o uno recordado de inyecciones reales.

-Jajaja bueno, te sobo

Ella parece estar preparada ¿coquetea conmigo? Sólo mueve su cadera de izquierda a derecha desde que subió a esa silla. Anteriormente me ha abrazado como frotando sus pequeños pero suaves pechos sobre mi, pero asumí era sólo un juego, sin embargo… La deseo.

-Así ya no duele?

-Jajaja no, pero no me gustan las inyecciones

Subo mis manos de sus nalgas a su cadera, puedo tocar su suave, tan suave y cálida piel por debajo de su playera. Juego con el resorte de su pantalón, acaricio su espalda baja y comienzo a bajar a los lados de su cadera hasta llegar a su estómago.

-cosquillas si te gustan?

Le digo mientras, sin que ella se baje de la silla, yo me siento. Mis piernas abiertas pegado al respaldo, sus nalguitas a la altura de mi pecho, mis manos en su vientre, abajo de su ombligo, jugando con mis dedos entre sus costilas y el comienzo del hueso de su cadera.

-Jajaja claro que no!… Pero sí me gustan tus manos calientitas, déjalas ahí.

Bajo mis manos al botón de su pantalón, meto dos dedos dentro de su pantalón y siento la tela de su calzón.

-ahhh

Deja salir un corto suspiro y su piel se estremece, lo veo en los bellos de su espalda, toda su piel está erizada, como un escalofrío

-te aprieta no?

Desabrocho su botón sin que ella responda, bajo lentamente su cierre del pantalón mientras que mi dedo toca suavemente desde el inicio de su calzón hasta su monte de venus cubierto por la tela.

Se incorpora, baja de la silla sin voltear a verme y tomando mis manos, las pone cada una al lado de su cadera.

-Te gusto aunque tenga 12?

Sin responder aún, bajo su pantalón, ella me ayuda con movimientos de su cadera, veo si ropa interior cubriendo su piel tan suave. Su calzón es gris, de niña aún. Bajo su pantalón hasta las rodillas y en el subir de mis manos, vuelvo a apretar sus muzlos.

-Me gustas desde tus diez. De aquella vez que traías puesto unas mayas negras y playera blanca para la foto de navidad

-Te gustan chiquitas?

-Me gustas tú

Mi mano derecha juega rosa su entrepierna, me aseguro que mis nudillo froten su entrada con fuerza pero delicadeza. Siento la humedad sobre su calzón.

-Y yo por que? Si tienes a mi mamá.

-Crees que no me he dado cuenta que me coqueteas? Te pones tus pantalones más ajustados cuando estamos solos. Te gusta frotar tus senos cuando me abrazas.

La siento de golpe sobre mi pene herecto, tal duro que sobresale del pantalón.

-Me espías cuando me meto a bañar.

Meto mi mano dentro de su calzón para comenzar a acariciar su vagina empapada

Su respiración se acelera. El color de su cara se enrojece, apoya sobre mi pecho su cabeza haciéndola hacia atrás.

-ah! Ah!! Pero estás con mi mamá ah!

-Para estar más cerca de ti

Levanto su blusa, luego su corpiño blanco y comienzo a apretar sus pechos, juego con sus pezones más pequeños que un frijol, pero duros.

-Cris, dime qué me quieres hacer ahh!

-te digo? O te muestro?

Meto un dedo en su virginal vagina

-ah!! Duele!

-Lo saco?

Muevo lentamente mi dedo apenas entrando de arriba hacia abajo.

-N-no…

Con sus manos, toma mi mano y la fuerza a quedarse en esa posición, dentro de ella.

-Párate, Cami.

-No, déjame seguir

Me levanto, quitando su playera en el proceso. Me bajo el pantalón y ella lo sabe. Lo espera.

-Lo vas a meter como a mamá?

-Quieres?

La siento de nuevo sobre mi, está vez dejando que mi miembro se ajuste entre sus dos muslos, pegado, rozando su vagina.

Con sus manos lo aprieta, lo guía hacía su pequeñísima entrada. Las mías están ocupadas en sus senos.

Cami gira medio cuerpo y nos besamos sin perder el contacto.

Se para de golpe, se quita el pantalón y se sube sobre mi sin parar de besarme

-Tío, juega conmigo

Su entre pierna está sobre mi pene y en un movimiento, se deja caer.

-Ahh!!!!

Grita enojada, de dolor, llora!

-Camila, te voy a enseñar qué se siente ser mujer.

Me pongo de pie cargandola, aún con mi pene dentro de ella y comienzo a «cavalgar» haciendo que suba y baje su cuerpo sobre mi verga como eje.

-ay! Ay! Ay!

Cada salto es un pujido, ya no de dolor, sino de placer.

Como puedo, alcanzo a besar sus senos mientras ella echa su cuerpo hacía atrás.

-Más! Más! Mételo más!

La dejo caer sobre el sillón, la volteo dándome la espalda y jalo su cadera para que esté en cuatro. Sin tiempo para que respire, clavo mi verga en su vaginal y llega a su primer orgasmo, pierde la voz no puede más.

-Ah! Tío! Qué rico! Ah!

Yo aún no termino. La volteo, su cara es más roja que un jitomate, pongo mi pene sobre sus pechos para sentir la suavidad. Lo empujo, me masturbo con ellos, con su cálida y suave piel y a punto de terminar…

-Abre la boca.

Un chorro como pocas veces he sacado termina en su boca, llenando su cara con acné, sus lentes rosas, su cabello en trenza desde el frente.

Y entonces…

Recuerdo que no puedo hacerle eso, así que suelto su muslo, me paro de la silla y le digo:

-Voy con tu mamá, me acompañas?

La abrazo para sentir sus pechos sobre mi vientre y rosar su vientre contra mi pene.

-Sip!

-oh! Disculpa, adelantate, voy al baño.

-Sisisi!

En el baño termino con un trabajo manual lo que la fantasía me describió a detalle.