Primeras veces
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por abril-33.
No es exactamente un relato de incesto en familia, pero en algun sitio tenia que ponerlo, y como sale mi hermano…
He estado viendo algunos relatos eróticos de esta web, y me he decidido a contar el mío. La verdad es que no es tan pornográfico como los que ponéis aquí, pero, por lo menos, es verdadero… ¡vamos!, que me ha ocurrido como que ahora es de día. Y me pone calentilla recordarlo… será que soy una mojigata tonta que se excita con nada, jejeje (bueno, los recuerdos son una de las cosas más excitantes que hay).
Pues voy al grano. Ahora tengo 19 años, y hace un par de ellos estaba en mi casa con mi amiga Olga mientras mis padres habían salido con unos amigos y luego se quedarían a cenar por ahí. El caso es que eran las 11 de la noche y hasta muy tarde no llegarían a casa. Era viernes y mis hermanos estaban también fuera de casa. Pues estuvimos Olga y yo comentando cosas calientes después de ver no-se-que programa en la tele… No se que canal era, porque hacíamos zapping hasta que nos quedamos a ver como un documental sobre sexo… La cosa es que entre risas dejamos de ver la tele y encendimos el ordenador de casa. Nos pusimos a buscar por Internet fotos guarras y videos porno y ……. La verdad es que no es que yo me pusiera a buscar eso, porque era mi amiga Olga que es más lanzada que yo. Pero yo veía las fotos que salían, jaja. Nos metimos en un chat erótico a ver que se cocía por allí. La cosa es que, tanto Olga como yo teníamos la vida sexual de una monja… bueno, casi. Teníamos amigos, pero no novios, así que en la cosa del sexo eramos unas novatas… bueno, casi, jeje. Y digo casi porque nos arrancamos a contar nuestras pequeñas experiencias de cuando eramos niñas. Pequeñas… y nada del otro mundo…, pero cuando vi los penes de los tios de las fotos en el pc, me vino a la mente el pene que vi cuando era pequeña… Mi amiga Olga que no sabía de eso, me preguntó que qué había visto. Y yo, calentita que estaba ya, se lo conté:
Lo primero: me pongo una venda antes de la herida… jejeje. Yo creo que no fue para tanto. La cosa fue cuando tenía 10 años. Era verano y estabamos en el piso alquilado de la playa que solíamos ir en agosto. Era la hora de la siesta y estabamos en la habitación mi hermano y yo (es por lo que decía de incesto… pero creo que esto que voy a contar no llega a ser incesto). Tengo 2 hermanos, uno mayor que yo y otro más pequeño. El mayor me saca cinco años, así que, mientras yo tenía 10, él tenía 15 años. Aunque yo había visto desnudo a mi hermano pequeño muchas veces, a mi hermano mayor no. Y estabamos viendo una revista normal, pero que en un reportaje, hablaba de playas nudistas y había algunas fotos de gente desnuda. Comentando eso, me hablaba mi hermano de playas y sitios donde había que quitarse el bañador… Yo soy un poco cortadilla, jeje y aunque tuviera 10 años, ya me daba mi vergüencilla que me vieran en bragas o desnuda… Y, hablando y hablando de desnudos me propuso mi hermano que si me quitaba el bikini, el se bajaría el bañador. Me puse nerviosa, pero… bueno… Nerviosa pero esperando… No me gustaba la idea de bajarme la parte de abajo del bikini, pero estaba expectante por ver que hacia mi hermano. Pues eso, ¡hala!, me baje el bikini pero asegurandole mil veces que él tambien hiciera lo mismo con su bañador. ¡Zas!, se bajo el bañador y me quede asombrada. Jajaja, no os riáis… Ahora he visto penes por Internet, pero entonces era el primero de gran tamaño. No era como el de mi hermano pequeño… Este pene era gordo, con pelos, y grandes huevos. Los huevos de mi hermano pequeño ni se veían, pero los de mi hermano mayor colgaban y se veían gordotes. El pene de mi hermano pequeño era como un dedito blanco, pero este pollón de mi hermano mayor era mas oscuro y moreno. ¿Qué hizo él?. Me miró mi coñito mientras yo me moría de vergüenza, jajaja. Con 10 años ya os podéis imaginar. Solo tocó un poco por un lado, mas por curiosidad que otra cosa, pero yo no tenía ganas de abrirme de patas. “¿Qué tal?”, me preguntó. Contesté: “Hala, vaya pirula más gorda. La tienes mucho más grande que Emilio (mi hermano pequeño)”. “¿Quieres verla más grande?”, me dijo. “Ven, agarra aquí”. Le agarré su polla y en ese momento noté que crecía en mi mano. La polla gordota pero caída empezó a crecer y a crecer, y mis ojos empezaban a brillar y a brillar. Jejeje. Me dijo mi hermano: “Mira, haz esto así. Baja un poco el pellejo”. Bajé un poco mi mano sujetando su polla y salió el globo de la punta: todo el capullo iba saliendo según crecía cada vez más la polla. Retiré mi mano y vi el resultado: un pollón todavía mucho más grande que antes, apuntando para arriba, más colorado y con venas. Yo no se de donde había sacado esa polla mi hermano, jajaja, pero me alucinaba. “Sonia, agarra aquí y haz esto”, me dijo mi hermano. Me cogió mi mano y me guió por su polla. Me enseñaba como subir mi mano agarrando su polla y bajando. O sea, una paja en toda regla, jajaja. Pero me iba diciendo como hacerlo bien. Yo, entusiasmada, con su polla en mi mano, subía y bajaba, subía y bajaba (por cierto, qué caliente estaba la polla y como brillaba el capullo. Era todo nuevo para mí y me sorprendía). Después de unos minutos se apartó y se subió el bañador… y yo también. Habíamos oido ruido… y por si acaso eran mis padres o alguien, pues nos apartamos. Él se tumbó boca abajo en su cama porque la erección de su polla se notaba en el bañador.
Y ese día no hubo más sesión de pene grueso. Yo ya lo tenía grabado en mi mente… pero no le dije a mi hermano nada. Sabía que las cosas de la entrepierna no había que pregonarlas… Nada, ni hablar de ello. Pero varios días después, a la misma hora de la siesta, pero estando nosotros dos solos (porque mis padres y mi hermano pequeño habían preferido comer en la playa), me dijo señalando a su entrepierna: “Quieres que otra vez…”. No hacía falta que dijera nada más porque se refería a… jeje. Yo no tenía ganas de quitarme el bañador y le dije con voz cansina que yo no tenía ganas… Y él dijo: “No, si tu no quieres no te quites nada”. Y dije yo: “Ah, vale, si, entonces, si”. Jajaj, que lista. El bulto ya lo tenía bajo el bañador. Se lo quitó y salió su pollón ya erecto, su capullo brillante, sus grandes huevos… todo. “Cuantos pelos”, dije yo, “y que huevos mas gordos”. “Agárramela y… sube y baja…”, dijo él… y empezó a explicarme cosas de su polla, sus huevos… Jejeje, me dio una clase de anatomía, me comentó lo de la leche que se forma en los huevos, que sale de la polla y es la que hace los embarazos… Yo eso lo sabía, pero vagamente…, ¡Realmente para mí todo esto era un descubrimiento! Me comentó lo bien que subía y bajaba mi mano por su polla, y que eso le daba gusto y mucho placer (y a mí me daba morbo verlo así, desnudo y con su pollón en mi mano. Quería hacerlo muy bien y que le gustase mucho). Estuve 10 minutos masajeandole la polla, y llegó el momento de la eyaculación. Ya me lo había explicado como iba a pasar, y ahora lo iba a ver con mis ojos. Me dijo: “Para, para… mira”; y de la punta de su capullo salió liquido blanco, cremoso, como nata. Cayó sobre mi mano un poco, y luego salió un chorro lanzado. Jajaja, me dio en mi cuerpo el primer chorrazo, y también el segundo!!. Toqué el semen que tenía encima… y me dijo mi hermano que no era pis, que el semen es un liquido limpio, aunque salga de la polla. Estaba yo asombrada del espectaculo que había visto: los chorros de liquido blanco cremoso que salian de la polla de mi hermano me habían dejado alucinada. Jejeje. Me limpió mi hermano de los restos de semen, y se echó a dormir la siesta.
Durante ese verano le toqué la polla como unas 5, 6, 7, 8 veces… No se… más o menos. Casi siempre en casa, de la misma forma: – “Me la quieres tocar”. – “Siii”. Aunque 2 veces le toque la polla fuera de casa: Una vez en el monte, detrás de la casa. Estabamos paseando por ahí para ir al pueblo… (seguro que mi hermano ya tenía intención de “hacer algo”), y a mitad de camino me dijo lo de siempre: “Quieres….”. La situación era más excitante porque era al aire libre. Se sentó en una roca y se bajó el bañador. Le empecé a masajear la polla y ésta empezó a crecer. Seguí masajeando y… hala… como otras veces. La diferencia es que yo estaba mirando para todas partes por si había alguien. Si alguien hubiera tenido prismáticos, lo podría haber visto desde alguna ventana de las casas (vaya espectáculo. Mi hermano tumbado y yo pajeandole). Chafff, chorreón de leche, y a seguir andando al pueblo. “Gracias Sonia. Me gusta mucho como lo haces”. Y eso era para mi un cumplido.
La otra vez que se la toque fuera de casa fue en la playa………. ¡y con otra persona!!! Estabamos mi hermano, yo y un vecino de la casa. Este vecino era como yo, de 10 años, pero siempre estaba hablando de guarrerías, jajaja. Comentamos hacerle una paja a mi hermano y el vecino estaba encantado. Subimos detrás de la arena, tras unos matojos y mi hermano se quitó el bañador. Esa situación le debía excitar, porque según se quitaba el bañador, el pene empezó a crecer hasta explotar, sin que se lo hubieramos tocado todavía. Ese día mi hermano estuvo otra vez explicativo… esta vez se lo explicaba a mi vecino (igual que el otro día. Lo de los huevos, la leche, el orgasmo, etc). Entre este vecino y yo le estuvimos pajeando un rato hasta que explotó su polla de leche. Tras eso nos fuimos al mar a limpiarnos.
Acabado ese verano, no volví a ver la polla a mi hermano. Si él no me decía nada, yo tampoco. Y hasta entonces.
Vuelvo a la noche caliente con mi amiga Olga. Le conté esto mismo de la polla de mi hermano (más resumido, claro), y me dijo que ella también había hecho lo mismo (también tenía un hermano mayor). ¡¡¡Vaya!!!, ¡que casualidad!. ¿Es tan común esto o es pura casualidad?. Me imagino que en las familias, hay un momento de descubrimiento del cuerpo y del sexo, y no me extrañaría que este caso ocurriera más de lo normal. El caso de mi amiga Olga fue similar al mío, con la diferencia de que le chupó varias veces la polla a su hermano. Yo no llegué a eso y ni me vino por la cabeza. La cosa es que, ya calientes las dos, me propuso Olga que yo tenía que chupar una polla como sea, y que ahí estaba ella para ayudarme a cómo hacerlo. Bufff, que lanzada y que guarrilla, jajjajaja. En un chat de cibersexo nos pusimos en contacto con otra persona; nos ofrecimos a pajearlo con la condición de ser del mismo sitio que nosotras (Madrid). A ver… “A las 12 de la noche detrás de una torre de la plaza Castilla”. Y un tío salido aceptó, nos dejó su msn, se nos puso cariñosísimo, etc, etc… “¿Y vas a ir Olga?”, la dije a mi guarrilla amiga. “Claro, las dos por supuesto”. Ella me arrastraba y, la verdad es que no podía dejarla sola porque nunca se sabe que puede aparecer (aviso: esto que hicimos jamás lo volveré a hacer… y no se si es recomendable para alguien, salvo que le gusten las emociones fuertes). Y no es porque fuese emocionantísimo, sino porque, …., bufff. Luego lees el periódico y sales en la página de sucesos. Al grano: Yo estaba escondida con el móvil… que no me fiaba un pelo. Olga va directo a un chico que está donde habíamos quedado. Todo solitario… aunque si pego un par de carreras ya estaría junto a los guardias jurados de la torre de Cajamadrid. Olga habla con el chico………., y me hace el gesto de que venga. Bueno… por lo menos está solo y somos 2 contra uno. El chico parece joven, muy joven (luego dijo que tenía 19… los que tengo yo ahora). Está un poco flaco, tiene pinta macarrilla y tiene que estar muy salido para estar ahí, cuando lo normal es que estas citas nunca se lleguen a hacer. Y llego yo. Olga está ya lanzada y me anima a empezar… Jajaja, cuando ya me aseguro que no hay peligro, pasan 2 segundos eternos… y meto mi mano en su pantalón. Le bajo la cremallera, le desabrocho el pantalón y lo bajo (él se deja… Con los pantalones bajados ya no es ningún peligro para mí). Y síii, está muy salido. De sus boxer aparece un bulto grande grandisimo… Le bajo los boxer para cerciorarme que no se ha metido un plátano dentro y, cloc, me golpea en la cara su superpollón. “Vaya, sí que estás contento”, dice Olga, y sin dejarme estrenar esa polla, la coge Olga y empieza a pajear. Es una polla no tan morena como la de mi hermano, sino sonrosada, colorada, con el glande rojo, coloradito… El chico se dejaba hacer y tan a gusto que estaba!!!. Olga pasa a la acción, me aparta, se arrodilla y me dice: “Mira Sonia, ven… que está para comesela”. Y se la come. El estar viendo yo eso, hace que me ponga calentísima… babeando y esperando a que llegue mi turno. “Te toca, Sonia”. Y me toca. Le pajeo antes un buen rato, me arrodillo… sube y baja, sube y baja… me quedo mirando la cara del chico, que está jadeando… Miro de cerquita el glande brillante y grande, a unos centímetros de mi cara y… ñam, para adentro. Empiezo a chupar… y noto de una forma especial el calor de su polla en mi boca. Que caliente está!!!. Es como una salchicha recien salida del horno. Olga me va diciendo lo que tengo que hacer…, la voy haciendo caso (la experta es ella, jaja).,,, Hasta que, después de un rato, mientras le estaba pajeando, veo que empieza a salir liquidillo blanco de la punta de su polla (eso es que se va a correr pronto). Y Chass, primer chorretón de semen en mi cara. Y, aprovechando el momento, que puede que no vuelva a ocurrir en tiempo, voy y me meto su polla en la boca. El segundo chorretón de leche ya sale dentro de mi boca… Y el tercero, cuarto… etc. Me inunda de leche la boca. Intento paladear el semen… y me lo trago. Vaya… ¿Qué sabor tiene?. No sabría definir el sabor del semen. Mientras que el semen y la polla tienen un olor especial, el sabor de la leche de hombre no es tan fuerte como su olor.
Uff. Al chico le dejamos la polla limpísima entre Olga y yo. Se lo chupamos todo. Se sube los pantalones y nos da las gracias. Nos vamos cada uno a nuestro sitio y…
Bueno. Al día siguiente pensé que era una idiota. Quité al chico del messenger y me juré no hacer este tipo de tonterías. Aquí salió bien… pero no siempre podría ser así. La verdad es que, que el chico fuera joven me quitó bastantes miedos. Si hubiera sido un viejo o un hombre más mayor, ni me hubiera acercado… pero a este chico quise creer que era más virgen que yo y… bastante necesitado. Pero nunca se sabe… podría ser joven pero tener una vida sexual bastante peligrosa… y luego los virus y demás enfermedades, me las hubiera comido junto con su semen. Ná… Estuve unos días un poco preocupada… pero ahora, cada vez que recuerdo esta experiencia (y las antiguas con la polla de mi hermano) me caliento y se me pone el chocho a cien… jejejeje. Pero…, no voy a ser tan tonta: la próxima polla que chupe tendrá que ser una polla que haya pasado el registro sanitario, jajaja. ¡Vamos!, con un novio de los de toda la vida… y aun así, no se yo… Bueno… siempre me queda el recurso de mi hermano, jejejeje. Pero no, que es broma. Mi hermano tiene novia…………., que me imagino que será su chupona oficial. Yo esperaré a mi polla oficial… cuando llegue.
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