Primero me dio su culito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a toda la gente que lee estos relatos. Mi caso es un poco particular, soy Leonel de 27 años, cinco de casado, desde hace varios meses que mi relación con Josefina, mi esposa, se deterioró y estoy seguro que ella está viviendo un romance con alguien en donde ella trabaja, ya que ha cambiado su comportamiento conmigo, ahora tiene una vida casi independiente, sale de noche y no dice adonde y ha sido el problema de nunca acabar, inclusive nos hemos abofeteado en más de una oportunidad. Es decir nos hemos faltado el respeto.
En la casa desde hace un año vive una prima de mi mujer, de nombre Abigail (lo he cambiado por seguridad), es una linda adolescente de 17 años, con quien he compartido mi tiempo por no estar mi esposa. De esa relación ha nacido una linda amistad, que poco a poco se esta volviendo en otra cosa. Hace tres meses, estaba yo sumido en una depresión fuerte y fue ella la que me sacó de allí, ella ha sido una isla en el mar. Pero una noche después de esa depresión nos sumergimos en un rico encuentro de besos en su propia cama, le besé sus lindos senos y le chupé sus duros pezones, luego nos desvestimos y nos dimos una deliciosa sesión de sexo oral. Yo le mamé su rajita con muchas ansias, ya que tenía unos seis meses sin sexo. Luego ella me correspondió con una memorable mamada de verga, que bien tardó unos 30 minutos con mi palo en su boca y fue allí donde me hizo echarle una ración de semen que ella tragó sin chistar. Aby como yo le digo, ya tenía ciertas horas de vuelo en el sexo oral.
Pero cuando le pedí que quisiera cogerla, me detuvo y me confesó que de allí si era virgen y que ella quería darselo a su novio actual, a quien amaba. Me dijo que yo representaba para ella algo especial, pero que ella sabía que yo no podía ofrecerle nada debido a que estaba unido con su prima, mi esposa. Abigail es de pequeña talla (1.55 mt) es menudita, sin ser gorda, con piernas llenitas y muslos gorditos, lindo trasero curvo. Asi que decidimos solo tener sesiones de sexo oral, al principio con eso era suficiente, yo sumergido en su matita de pelos, abriendo sus labios y mamando su clítoris y ella tragándose todo mi falo que es bastante largo (unas 7 pulgadas), aunque no es muy grueso.
Con Abigail comenzamos a salir en pareja, a discotecas, a fiestas, al cine, yo quería ganarme ese espacio que aún tenía su novio. En una de esas ocasiones, en donde habíamos tomado unas cervezas de más, nuevamente le pedi su rajita, pero nuevamente me la negó, fue entonces cuando le dije que me diera su ojito del culo, ella se sorprendió y rapido me indicó que sus amigas decían que dolía mucho, yo le aseguré que no era asi, que existían jaleas o cremas para eliminar el dolor y que era una rica experiencia (yo había tenido sexo anal con mi esposa anteriormente). Fue asi que con la calentura que nos dio el sexo oral, yo la hice venir dos veces en mi boca y ella una en la suya. La puse en cuatro y le hunté crema anestesica en los bordes de su ano, luego la fui clavando lentamente deslizando mi verga en su culito, ella gimió cuando se sintió penetrada, era la primera vez que un falo masculino entraba dentro de sus entrañas.
Se la deje ir completa, todas mis siete pulgadas se incrustaron en su culito apretado, su esfinter parecía reventarse por la dilatación. Luego de descansar un rato para que su culito se amoldara a mi verga, la estuve pistoneando lentamente, Abigail se fue acostumbrando a mi verga en su recto. Yo le acariciaba la espalda o sus senos para que ella se desconcentrara de mi verga en su culito. Por mi parte sentía que me ahorcaba lo estrecho de su culito, pero lo sentia muy rico, mi verga estaba en su plenitud de erecta. La seguí follando por su agujerito por varios minutos, tuve que acariciarle su clítoris mientras la penetraba para que sintiera un poco de excitación, yo le decía palabras de amor mientras la culeaba, ella solo se quejaba con cada embestida, luego más adelante acabe en su culito con un buen chorro de semen, por varios minutos su culito estuvo goteando de mi lechita.
Esa fue la primera vez, Aby no sintió ningún gusto ni excitación a través de su culito roto esa vez. No se si fue el nerviosismo lo que hizo que no gozara o no estaba en su día. Pero quiero compartir que la segunda vez que la penetré por allí mismo, después de rogarla, ella la gozó como nunca, tuvo tres orgasmo esa noche, uno causado por el sexo oral que le di a su rajita y dos a través de follarle el culito y friccionarle su clitoris al mismo tiempo, para mi fue riquisimo, cogerla por allí y ver que le estaba dando un enorme placer al grado de correrse en dos ocasiones. A partir de allí nuestras sesiones de sexo se enriquecieron con el sexo anal, ella misma me pedía que la penetrara por allí, me encantaban poner a Aby en varias posiciones, pero la mejor era que yo me sentara en un sofá, luego ella sobre mi clavándose mi verga en su culo frente a mi, mientras ella me cabalgaba la verga con su ano, yo me comía sus tiernas tetas, a veces logramos varios orgasmos sin cambiar de posición.
Fue hasta hace unos tres meses, cuando haciendole sexo anal a Aby esta vez en la posición perruna, ella estaba excitadisima. Me dijo, -por favor, hazme mujer en este momento, metela en mi cuquita, por favor!!-, entre gemidos y aún dudando le pregunte, -y tu novio?, no que era para él?-, -mi novio es un idiota!, cogeme por favor!-
Cambie de lugar mi pene y lo puse en la entrada mojada de su pequeño coño, la empujé y ella gritó un momento, se la fui metiendo lentamente dejando atrás su virginidad, la seguí empujando hasta que los pelos de mi pubis tocaron sus nalgas, se la tenia enterrada totalmente, ella gemía y casi chillaba, no se si de dolor o por algo más. La verdad en ese momento no me importaba que era, sino solo pensaba en darle duro en su cuquita, la cual me había negado por meses. Me aferré de su cintura para comenzarla a pistonear con fuerza, noté que mi verga salía con algunas manchas de sangre cada vez que la metía y se la sacaba. Pero no se lo dije para no afligirla, además estaba tan excitado que no hubiera parado aunque me lo hubiera pedido.
La follé duro para ser su primera vez, Aby se vino como nunca lo había hecho, luego la puse a cabalgarme la verga, ella encima de mi, al fin la hice mía completamente. Como no estaba yo preparado para esto repentino, tuve que acabar afuera de su rajita. Al día siguiente me comentó que le dolía su cuquita. Pero aún asi tuvimos sexo esa misma noche de nuevo. Le di en sus dos orificios, ella chilló hasta el cansancio de la cogida que le di esa otra noche. Aby dejó a su novio finalmente y tenemos sexo cuatro o cinco veces a la semana. Ella ha llenado ese espacio.
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