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Heterosexual, Infidelidad

Primos Hermanos . C-3

La constancia tiene premio. .
– Aló? – mi secretaria me había pasado la llamada.

– Hola, puedes salir temprano a la tarde? – era mi prima. Como teníamos el mismo apellido se hacía pasar por mi hermana.

– Ah, hola, si claro, donde mismo?  – pregunté.

– Y a la misma hora  – dijo ella.

Mi prima era bellísima, siempre lo fue, de chica. Tenía lindas piernas, redondo trasero, angosta cintura y unos prchos en proporción al resto, la miraba mientras nos desnudabamos, conocía su piel centímetro a centímetros.

– Seguramente que porque llevo tantos años tomando anticonceptivos que no pasó nada el mes pasado, me hice un examen y salió negativo – dijo mientras nos metíamos a la cama.

– Por mi no hay problema, podemos venir todas las veces que quieras  – le dije sonriendo.

– Tú sí, pero no puedo estar pidiendo permiso todos meses para salir a mediodía, es decir después de almuerzo  – dijo ella, era el único momento que podíamos estar solos.

– Bueno, lo importante es que estemos juntos una tarde sin que nadie nos moleste  – dije.

Nos besamos y nos acariciamos para crear un ambiente romántico y no copular porque si.

– Me gusta estar así contigo  –

– A mi también, pasamos nuestra niñez y dolescencia juntos, no todo el tiempo que hubiéramos querido, pero dormíamos juntos y lo más importante, hacíamos el amor – dijo ella acomodándose encima mio para la penetracion. Aunque yo tenía una erección de un principio, tenía que darle tiempo a ella para que entrara en calor, por eso no podía penetrarla antes de que ella me dijera que estaba lista.

– Aaahh!  – se quejó un poco.

– Estas bien? – pregunté.

– Si, ahora si, sigue  – dijo, apoyado en mis pies, con las rodillas dobladas y de espaldas en la cama, levanté mi pelvis empujando mi miembro por su vagina lentamente. Ella acostada sobre mí empujaba hacia atrás. Es por esto que me gusta tener sexo oral antes de penetracion. Si no está bien humectada le duele la penetracion.

– Ya, ahora es tu turno  – le dije.

– No seas así, tan frío, me molesta y me desconcentras  –

– Perdona cariño, sabes que no soy así y también sabes que te amo. Que si no fuera por circunstancias externas ahora seríamos matrimonio  –

– Si lo sé, yo también te amo, pero las cosas fueron así  – dijo besándome. A medida que los besos fueron aumentando y los movimientos también, todo fue más fácil, más suave y más caliente.

– Ahora sí, qué rico, así, así, así  – mientras saltaba sobre mí, yo sostenía con mis manos sus lindos pechos. Después de un momento vertiginoso se detuvo.

– Me siento mareada  – dijo comenzando a moverse lentamente, le gustaba controlar la situación, controlar su orgasmo y tenerlo en el momento adecuado y las veces que quisiera. Aveces podía tener tres orgasmos seguidos.

Yo también me controlaba, tenía que seguir su ritmo, no podía acabar antes que ella o se fustraba.

Lentamente comenzó a moverse, como un tren, lento al principio y cada vez más rápido hasta alcanzar su horgasmo final y terminar recostándose sobre mi como una hoja seca sobre el pasto verde.

– Quiero quedarme así  – dijo tratando de normalizar su respiración. Yo la conocía muy bien, sabía qué, como y cuánto le gustaba cada cosa.

– Descansa  – le dije mientras besaba su frente y la acariciaba su pelo. Había juntado sus piernas, ahora las mías estaban abiertas y todo mi miembro dentro de ella.

– Estuvo rico, te gustó? – me preguntó.

– Para mi es todo rico lo que me haces  – le dije.

– Espera y vas a ver todo lo que tengo para hacerte  – dijo sonriendo y besándome en los labios.

– Haz lo que quieras conmigo  – y comenzó con unos movimientos vaginales que fueron endureciendo mi flácido miembro, aunque no tan flácido, dentro de ella nunca se pone flácido. Después abrió las piernas y sentándose me cabalgó lentamente, como caminando, luego un trote corto y después se lanzó a galope tendido, tuve que apretar hasta mis pensamientos para aguantar ese galope sin irme como volantin cortado. Por fin de detuvo en seco y siguió en profundidad, estaba teniendo su orgasmo, temblaba como una hoja, el sudor bañaba su cara, sonrió cuando sintió mi primera descarga, siguió mis movimientos gimiendo junto conmigo hasta quedar rendidos los dos.

La di vuelta quedando yo encima de ella, me miraba con sus hermosos ojos sonrientes, si también sonreía con los ojos cuando era feliz, soltó una risita, y terminamos riendo a carcajadas.

– De qué te ries? – me preguntó.

– No lo sé, sólo me da risa. Y tú de que te ríes?  – le pregunté.

– Tengo cosquillas en todo el cuerpo  – dijo.

Descansé un rato encima de ella y después me levanté, la ayudé a levantarse y nos fuimos al baño a ducharnos, como cuando éramos adolescentes, nos bañamos con cariño y con caricias. Después de unos juegos sexuales nos fuimos a la cama a completar el objetivo. En esos juegos sexuales aprovechando el jabón, la penetraba analmente.

Hicimos el amor de distintas maneras, como jugando, como siempre lo hacíamos desde chicos.

– Ahora sí,  lo sentí  – dijo mientras nos despediamos.

– Sentiste qué? – no sabía qué me estaba diciendo.

– Ahora si que estoy embarazada  – dijo sonriendo.

– Pero y cómo lo sabes? – – Sólo lo sé, lo sentí, sentí como un click que hizo mi cuerpo y todo cambió dentro de mí. Me ha pasado antes, no tan fuerte como ahora, pero al mes con los exámenes me doy cuenta de que día quedé embarazada. En cambio ahora lo siento, lo siento en todo mi cuerpo, tengo tu hijo dentro mío  – me dijo y me besó en la boca.

– Tengo que irme  – dijo nuevamente, nos besamos unos momentos.

– Chao amor  – y se fue caminando rápidamente Me quedé mirándola  – Chao amor  – le grité con la mente para que me escuchara.

Volvió la cara y movió la mano. No se si me escuchó o sintió mi mirada o simplemente para ver si seguía mirándola.

89 Lecturas/16 octubre, 2025/0 Comentarios/por Riseva
Etiquetas: baño, hermana, hermanos, hijo, orgasmo, primos, sexo, vagina
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