Primos hermanos C-4 y final.
Objetivo logrado con un feliz desenlace. .
– Jefe, es su hermana – me dice la secretaria por interno. Hacía más de dos meses que no la veía.
– Hola, cómo estás – le dije.
– Hola, super bien, quería contarte que el examen salió positivo –
– Ah sí, que bueno – no sabia a qué examen se refería.
– Un besito y cuídate –
– Gracias, tú también, un besito – le respondí.
– Chao – y colgó. Me quedé pensando a qué se refería, pero seguí trabajando y se me olvidó.
– Hola, que linda que estas – le dije a mi prima cuando nos encontramos en la casa de mis padres que son sus tíos.
– Si? Gracias –
– Cuantos meses? – le pregunté mirando su barriga.
– Tiene 5 meses – me contestó su esposo saludándome.
– Que bien, te felicito – le dije dándole un abrazo.
– Gracias, estamos felices los dos – dijo mientras saludaba a mis padres. En los ojos de mi prima noté una leve mirada de complicidad.
Con mi esposa la fuimos a ver a la clínica el día del parto, le llevé un hermoso ramo de flores. Mi esposa sabía el cariño que le tenía a mi prima y que prácticamente nos habíamos criados como hermanos.
– Que lindo bebé, lo puedo tomar? – preguntó mi esposa.
– Si, claro – le dijo mi prima.
– Se parece a ti – dijo mi esposa inocentemente.
– Obvio, tenemos los mismos genes – le dije tratando de que el comentario pasara de largo.
Tres meses después y sin saber nada de mi prima y aprovechando que tenia que sacar un papel notarial, pasé a ver a mi prima, como estaba.
– Hola y tú – me dijo cuando me vió parado en su puerta.
– Hola, quería verte – le dije.
– Pasa, pasa, disculpa como estoy pero le estaba dando pecho al bebé – dijo cerrándose la bata.
– Y a propósito, como está mi sobrino? – le dije con una sonrisa ancha.
– Tu hijo, querrás decir, que bueno que viniste a verlo, está en su cuna – dijo caminando al dormitorio.
– Se quedó dormido, siempre le pasa lo mismo cuando le doy pecho – dijo mientras yo miraba al bebé durmiendo.
– Y te alcanza con el pecho o tienes que darle relleno – pregunté como buen padre que soy.
– Me alcanza y me sobra, pero a este ritmo en un par de meses más voy a tener que darle relleno – dijo.
– Y la leche que te queda te la sacas? – mi esposa se la sacaba.
– Si, tengo esta pezonera – mostrándome la pezonera en el velador.
– Ahora si quieres sacármelo tú? – preguntó con una sonrisa maliciosa.
– Me encantaría – le dije.
– Siéntate en la cama – me dijo abriéndose la bata y dejando sus pechos al desnudo. Se me acercó colocándose entre mis piernas, tomé uno de sus senos y me llevé el pezon a la boca, un dulce y tibio líquido lleno mi boca, chupé comí un bebé.
– Ahora el otro – me dijo ella algo excitadada. Cambie de pezon y ella dejó caer la bata quedando completamente desnuda. Mientras chupaba su pecho, su mano acariciaba mi erección.
– Échate hacia atrás – dijo desabrochando mis pantalones y tirándolos hacia a abajo, tomó mi miembro y subiendo a la cama lo puso en su vagina y se sentó suavemente. No pude evitar una exhalación cada vez que ella hacía éso, nos miramos a los ojos con el mismo amor de siempre. Me besó lamiendo las gotas de leche de mis labios. Comenzó a moverse lentamente mientras terminaba de tomarme su leche. No se si sería por el entorno, porque ella tenía olor a bebé o por estar recién parida, que tuvimos un sexo apasionado hasta quedar agotados. Después de quedarse quieta unos minutos sacudió la cabeza y me dijo que iba a la ducha. Me lavé como pude en el lavamanos, después corri la cortina y me despedí, nos besamos y me fui a la oficina, caminaba con una sensación extraña, como que pisaba sin pisar.
Dos años después el hijo de mi prima corría por la casa de mis padres.
– Que lindo está el niño, se ve tan sano que da gusto – dijo mi madre. Si, es mi hijo mamá, tu dijiste que no podíamos casarnos porque los hijos salían enfermos – pensé decirle. Pero bueno, ya está, algún día le contaré la verdad.
Miré a mi prima, ella se veía feliz, había cumplido su deseo, tener un hijo nuestro, algo que queríamos hacer desde chicos, incluso antes de que ella comenzara a menstruar ya soñábamos con nuestros hijos.
Nuestras relaciones fueron cada vez más alejadas hasta el punto que ya no tuvimos más aunque seguíamos amándonos.


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