Promotora (1era parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Marge y tengo treinta y ocho años, y mi historia dice así:
No se si por la cercanía de mis cuarenta ultimamente he estado como aburrida, asi que decidi buscarme un trabajo de promotora los fines de semana para así distraerme un poco además de ganar un dinero extra.
Ese sábado decidí trabajar doble turno como promotora para obtener un dinero extra, tenía ya varios meses haciéndolo y la paga es bastante buena. Mi último turno de ese día era en una especie de sala de convenciones donde celebraban el aniversario de una televisora local, comenzaba a las siete de la noche y terminaba a las doce. Yo promocionaba una marca de Cerveza, bastante conocida y muy popular entre la gente. Primero me costó mucho que mi esposo aceptara que estuviese hasta esa hora sola en la calle, que aunque estamos en una zona muy segura uno nunca sabe.
Comencé mi turno con una compañera, sin nada especial pero como a las diez ya el cansancio me dominaba y los pies los tenía súper cansados ya que por tratarse de un evento social elegante nos dotaron de un vestido sexy ajustado al cuerpo y bastante arriba de la rodilla, que me quedaba espectacular, no me considero una belleza, pero sé que para mi edad estoy bastante buena, para combinar tenía unos zapatos de tacón de aguja negros, que me estaban matando así que decidí ir a descansar, me fui a un patio contiguo y allí me senté un rato no sin antes pasar por un stand de promoción de vinos y servirme una copa de vino blanco espectacular. Deguste mi copa mientras masajeaba mis adoloridos piecitos. Como a los diez minutos me dispuse a regresar a mi puesto cuando en el camino me encuentro a mi supervisor que me estaba buscando, le dije que estaba en mi brake y que ya estaba regresando, el es un hombre como de mi edad, un poco fornido, pero desde que lo veía en mis promociones, parecía ignorarme o más bien como disgustarle, pocas veces me hablaba y a veces ni me saludaba, pero ese día hasta amablemente se atravesó en mi camino y ofreciéndome una cerveza que traía me convido a que le acompañara unos minutos. Conversamos un rato, y mientras el fumaba un cigarrillo, hablamos de lo mal que nos iba en esta convención ya que nos colocaron al lado de los vinos y del whisky por lo que muy poca gente se estaba acercando a nuestro stand. Finalizamos nuestras respectivas cervezas y regresamos al trabajo. Allí con un poco de sed y disimuladamente ordene un par de copas más y sobreviví el par de horas que me faltaba
Cuando me disponía a irme el supervisor nos pidió que por favor nos quedásemos un poco mas a ayudarle ya que no enviaron a nadie desde la empresa, sin dejar de mencionar que habría un bono extra por el favor. Mi compañera se adelantó y dijo que estaba indispuesta y que por alguna razón debía irse en ese momento, así que me toco la peor parte y no tuve otra opción que la de quedarme. Comenzamos a recoger todo y a colocarlo en la camioneta del supervisor, podrán imaginar lo que es recoger y cargar cosas en tacones, ya estaba medio alegre y entre una cosa y otra tomábamos las cervezas que quedaron ya que el salón estaba frío pero afuera el calor nos estaba matando.
Terminamos y nos quedamos sentados conversando en la parte de atrás de la camioneta, seguimos tomando y el fumaba solo hasta que me ofreció un poco de su cigarrillo, no me pareció mala idea, fume en mi juventud y por razones que no recuerdo un día dejé de hacerlo y ya. Comenzamos a compartir el cigarrillo, solo se me olvidó pensar en unos detallitos, uno ya había tomado por lo menos 4 copas de vino, otra no había comido nada durante todo el día y tercero no estaba acostumbrada al cigarrillo. Pasaron solo unos pocos minutos antes que esa sumatoria hiciera efecto y en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba semi desnuda en el asiento de la camioneta del supervisor haciendo esfuerzos para no tragarme su verga por completo en mi garganta, se la chupe lo mejor que pude porque me hacía mucha presión para que me la metiera toda, él tenía el glande demasiado ancho para mi garganta así que por más que presionó nunca entro por completo. Me lo sacó de la boca para enterrarse a mamarme la cuca, no sin antes darme un buen chupón en cada teta, soy 38B así que se dio un buen banquete, me mordió y chupó el clítoris a su gusto, allí me sacó el primer orgasmo, él lo notó y sin miramiento alguno se colocó en posición, subió mis piernas y me enterró su verga de un solo golpe, estaba súper dilatada así que no me dolió y más bien lo recibí con mucho placer, ya que tenía rato esperando que me la metiera.
Comenzó el bombeo y entre el ir y venir, y la imagen en mi mente de este perfecto desconocido partiéndome en dos dentro de su auto, a los pocos minutos me arrancaron un nuevo orgasmo. No soy multiorgásmica pero creo que lo inesperado de la situación, se prestaba para que cosas inusuales sucedieran. Así y luego de un buen rato pistoneando dentro de mí y cambiando de posiciones en lo que se podía por el poco espacio, sentí como venía su eyaculación, tengo mucho tiempo sin cuidarme, pero a la vez tampoco podía dejar que me acabara en la tetas o encima, así que cuando ya estaba a reventar me lo saque de la cuca y me lo puse en la boca. Me la lleno completita y tuve que tragar un par de veces la enorme carga de leche que soltó. El sabor era totalmente distinto al de mi esposo, creo que por la mezcla con el vino, la cerveza más el cigarrillo. Nos vestimos y nos despedimos no sin antes firmarme para que recibiera un bono por el doble de la paga, dinero que por supuesto estaba bien ganado, desde cualquier punto de vista.
Esa madrugada llegue a casa pasadas las tres de la mañana, mi marido se despertó apenas entre a la casa y fácilmente notó que estaba pasada de tragos, claro que también debe haber notado que estaba bien cogida, porque apenas me acosté se subió encima y me taladro con muchísima fuerza, creo que para borrarme las huellas del macho que me acababa de tirar. Me regaño por el olor a cigarrillo y me lanzó una que otra indirecta acerca de que con quien había estado y que había hecho.
No soy una buena mentirosa y sé que en el fondo sabe lo que pasó y solo está esperando el que sea yo quien se lo diga. En muchas ocasiones me ha dicho que soy dueña de mi cuerpo y de mis decisiones, así que cuando reúna un poco más de fuerza seguro se lo contaré y terminaremos revolcándonos en la cama o donde nos agarre el momento.
Por lo pronto al día siguiente me tocó trabajar, estaba medio dormida aún, y justo a mitad de la promoción se apareció el supervisor con un jugo y de lo más cariñoso, no me le puse muy dura, y nos fuimos esta vez a mi auto solo a besarnos y acariciarnos un buen rato. Luego me dijo que me fuera a casa y nuevamente me firmo por el doble. En algún momento van a sospechar en la oficina así que mejor nos dejamos de eso y lo hacemos solo por disfrutar.
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