que guapa está cuando duerme Parte 1 y 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Janvino3.
Son las 5 de la tarde, tengo que salir de la cama, levantarme, y verlo desde cierta distancia, para poderme creer lo que acaba de pasar!!
Y aquí estoy, de pie, desnudo, a los pies de la cama, mirándola a ella, tan bonita, y mirándome a mí, tan ridículo en pelotas; que pudo verme? Aún no lo entiendo… pero ahí está dormida, como tantas veces la había imaginado, relajada, confiada, y eso me sube la moral y disipa mis dudas.
Ha sido increíble, tan intenso, tan dulce, tan divertido, tan ansioso, que yo aun estoy nervioso, excitado, repasando cada detalle, cada caricia, cada beso, casa susurro, cada gemido, cada risa y todos los puntos donde pude hacerle cosquillas con mi lengua.
Habíamos quedado para comer, en Barcelona, por fin iba a venir a verme, y por fin iba a venir a mi casa, e iba a poder enseñarle en vivo el alicatado deprimente de mi cocina, a mi perro, mi cama, y mi sofá, desde donde tantas noches habíamos compartido nuestras largas charlas.
Yo no esperaba nada, solo poder verla, charlar, grabarme su olor, su perfume, hacer nuestras bromas y hacerla reír, y memorizar esa risa, para que no se me vuelva a olvidar.
A las 2 ya había aparcado, así que empecé a servir el rissotto de gambas, que me queda genial, y poniendo los platos en la mesa, llamó a la puerta, abrí sin preguntar quién era, subió los 4 escalones hasta mi puerta, y allí estaba, con minifalda, y una blusa lila, fresca, estaba preciosa, vestida, dos besitos, y pasó, me siguió hasta la cocina, se rio de mis azulejos, y nos sentamos en el sofá, riendo los dos.
Le encantó el rissoto, una copa de vino, y agua, y me preguntó por el postre…
Ups, no tenia postre, había que improvisar, así que la miré a los ojos, y le dije lo que no me había atrevido a decir: “De postre, puedo darte un beso?”
Y me dijo que sí, así que acerque mis labios a los suyos, y la besé, despacio, primero, hasta que sentí que me correspondía, y que sus labios querían jugar con los míos, y todo se fue encendiendo. Separé mis labios, me separé un poco de ella, la miré a los ojos, le dije, “me encantas”, y volví a besarla, esta vez con más intensidad, y sentí que ella se entrega a mí, que los dos teníamos la necesidad de estar uno dentro del otro.
Tenía muchas cosas en la cabeza, pero no podía dejar de besarla, demasiado tiempo esperando ese momento, y no quería que terminara, y estaba como hipnotizado, pero ella me dio la señal que estaba esperando, puso su mano en mi pierna, más cerca de mi polla que de mi rodilla, así que yo correspondí con el mismo movimiento, encima de sus medias, porque la falda, se le había subido un poco, de tanto rato sentados.
Con la otra mano, no podía dejar de acariciar su cuello, su pelo, su barbilla, sus mejillas, mientras la besaba, así que solo me quedaba una libre, para hacer todo lo demás, pero me iba a apañar bastante bien, mejor de lo que me esperaba; fue un mordisco que me dio en el labio, lo que me encendió aun más, y empujó mi mano desde su muslo, hasta el interior de su falda,
y fue el notar como abría un poco las piernas, lo que acabo de invitarme a llegar con mi mano hasta su ropa interior, suave, caliente… abrió un poco más las piernas, y pude poner toda la mano entera encima de su tanga, me volvió a morder el labio, presioné con mi mano en toda la zona que puedo abarcar, apretando con los dedos donde intuía que puede estar su clítoris, me vuelve a morder, debía estar cerca…
Tenía que quitarle la camiseta, me moría de ganas de ver sus pechos, y lamerlos, comérmelos, acariciarlos, besarlos y dedicarles hasta una canción, así que le pedí que me ayudara, susurrándole, porque no podía dejar de besarla, aun, y entro los dos, pudimos quitársela, torpemente, pero pude quitarle también el sujetador, y ahí sí, deje de besarla, tenía que verlas, así que me eche para atrás, la admire , me sonrió, tímida, cogí impulso, y me lancé a besarla al cuello, con el claro objetivo de llegar a sus preciosas tetas, ayudándome con la mano, que ya no acareaba su pelo, sino que apretaba la teta que yo no besaba… y vaya si la besaba, como si no fuera a volverla a ver más….
Estaba muy cachondo a esas alturas ya, y ella también, mis dedos habían dejado de lado su tanga, para empezar a jugar con su coño, que estaba ya empapado, y junto con mi morreo a sus tetas, estaban empezando a arrancar de sus labios, leves gemidos, pero lo suficientemente excitantes para mí, como para ponerme la polla a reventar.
No podía más, separé mi cara de sus pechos, la miro, y le dije, vamos a la cama? Contesto con un sí, tímido, pero firme, así que me puse de pie, me pillo desprevenido, y me agarro del pantalón, acercando mi paquete a su casa, y empezó a desabrochármelo, bajármelo, y los bóxers cayeron solos… y ahí tenía mi polla durísima, delante de su cara, nos miramos a los ojos, y sin apartarnos la vista, empezó a besarla, se la metió de golpe en la boca, y me hizo el amor con la boca, dedicándome todo tipo de caricias, en la polla, en los muslos, en los huevos, abrazando mi culo, para poder sentirla más dentro de ella, yo estaba alucinado, nunca me habían comido así, con tanta pasión, pero no quería correrme aun, y menos en su boca, así que aproveche un momento que se separó para respirar hondo, y me zafe de sus brazos, y le dije, vamos va, a la cama…
Me siguió por el pasillo, llegamos a mi cuarto, donde duermo con mi mujer, y la senté en la cama, la tumbé, y le quité la falda tejana, las medias, y el tanga… ya estaba, la tenía delante de mí, totalmente desnuda, muy excitada, esperándome, que poderoso me sentí esos 5 segundos que me dedique sólo a observar su belleza natural, mientras ella me miraba, pensando, a que espera este?
Me saque la ropa, corriendo, y me tumbe a su lado, la besé de nuevo, pero enseguida volví a centrarme en sus tetas, pero esta vez una mano ya se fue directa al coño, mojándolo con sus propios jugos, todos los rincones, para poder jugar con él a mi antojo, sin miedo a hacerla daño, y ya casi estaba… toda empapada, tus pezones durísimos, arqueando la espalda de placer, mientras jugaba con ellos entre mis labios, su clítoris durísimo, sus piernas abiertas, como esperaba ese momento, así que intensifique mis caricias en todos los puntos, especialmente en su coño, en el clítoris, metiendo un dedo, despacio, explorando, con cuidado, hasta que sentí que estaba tocando donde ella deseaba, y entonces si me emplee con ganas, necesitaba regalarme a mí mismo uno de sus orgasmos, y lo conseguí, sí, ese era para mí, y seguí acariciando, hasta que me pidió que parara, entonces la miré, sonríe, y le dije, lo siento, pero no, ahora toca otra cosa, y abandoné muy a mi pesar sus pechos, pero tenía que comerme ese coño, así, en ese momento, empapado y recién corrido, quería saborearlo todo, y lo hice, jugué con mi lengua, besé, mordí, lamí, rechupeteee todo lo que pude… sabía que no debía centrarme solo en su clítoris, pero era un imán para mi lengua, no podía parar, empujado por los gemidos que me regalaba cada vez que intensificaba mi velocidad, motivado por las caricias que me daba en el pelo, y animado por el gesto que tuvo de cogerme una mano que tenia posada en su cadera, y llevarla hasta su pecho, para que lo acariciara y apretara, a la par que comía su coño, devorándolo a lengüetazos… dios, que cachondo estaba, ya llegaba, lo sentía en mi lengua, su clítoris de piedra, su coño palpitando en mi boca, y entre gemidos descontrolados, se corrió en mi boca, que rico, me resbalaban fluidos por la perilla, ya no me la iba a lavar nunca jamás, para no perder ese olor nunca…
Me incorporé, y me tumbe a su lado, con la sonrisa de quien sabe haber hecho bien las cosas, haberle proporcionado un gran placer a la persona que deseas, y entonces me dijo, “me toca a mí”, y reímos los dos…
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