Quemada y bien cogida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Son Lisa de 18 años, aunque mi historia fue cuando tenía 16, quisiera describirme: soy de cabello castaño, ojos marrones, tez blanca, delgada y tengo bonitas caderas que adornan un bonito culito. El sexo siempre me ha fascinado y lo he practicado desde los 14. El siguiente relato es la cosa más caliente que me ha sucedido en mi corta existencia.
Por un accidente en la cocina de mi casa con la olla de presión, tuve quemaduras de primero y segundo grado, mis manos (sobre todo), una parte de la cara y la oreja derecha, mi torso y seno derecho, parte del vientre (el brazzier y mis calzones hicieron que mis partes intimas no tuvieran quemaduras muy severas).
Es el hecho que estuve hospitalizada por varios días, hasta que me dieron de alta y estuve en la casa bajo tratamiento. Las manos las tenía vendadas, al igual que algunas partes de mi torso y vientre. Me tenían que hacer curaciones diarias. Al inició las hacían mis padres, pero ellos trabajaban y tuvieron que buscar a alguien que las hiciera por ellos. Después de buscar alguna alternativa cercana, localizaron a una enfermera graduada que se encargó algunos días de esto.
Cierto día, esperando a la enfermera para mi baño diario, (yo no podía aún utilizar las manos), mi madre abre la puerta y aparece un muchacho, por allí de unos 30 años, quien se identifica que su nombre es Jorge y que viene a suplir a la enfermera, ya que ella está atendiendo ahora otro trabajo. Al principio mi madre no sabe que hacer, le indica al muchacho que la paciente es su hija y que el es hombre; pero Jorge le responde que él es todo un profesional y que no tiene prejuicios, pero que si es su deseo pueden buscar a otra enfermera. Mi madre un poco contrariada, decide aceptar su apoyo.
Mi madre me presenta a Jorge, realmente es un buen mozo, alto, bien parecido y simpático.
Esa primera vez que Jorge ayuda a bañarme y curarme las heridas, me siento un poco tímida, mi madre me quita la ropa y me quedo solo en ropa interior sin top, ya que no he utilizado desde el accidente, le muestro mis senos, pequeños pero bien paraditos como volcanes, mientras me baña ayudado por mi madre que está presente. El calzón tipo bikini que estaba utilizando, se mojó todo (en ese momento tengo uno casi transparente, me lo puse pensando que siempre me atendería la enfermera de costumbre) y se me marca bien mi coñito depilado (en el hospital las enfermeras me depilaron mi bollito), lo cual hizo que Jorge se pusiera un poco nervioso, yo fui la única en notarlo, y además no dejaba de ver mi coñito y mis tetitas que aunque pequeñas eran muy atractivas.
Mientras me quitaba los vendajes y me limpiaba el cuerpo, pude ver a Jorge casi sudando, además su pantalón apenas disimulaba su gran bulto que estaba completamente erecto. En esta ocasión mi madre limpió mi coñito, metió la mano dentro de mi bikini y me aseó, ante la mirada fija de Jorge el enfermero.
Luego de mi baño, nos trasladamos a mi habitación, en donde me acostaron en mi cama boca arriba, Jorge le indicó a mi madre que me quitara los calzones, mi madre me lo quitó y quedé ahora si, completamente desnuda, solo con la bata de baño puesta, a pesar que mi madre hizo todo lo posible por cambiarme discretamente los calzones, en muchas ocasiones mi coñito quedó al descubierto y yo veía que Jorge lo degustaba y no perdía la ocasión para vérmelo. Eso por supuesto me estaba calentando bastante.
Mi madre por su trabajo, me acompañó a las primeras curaciones, pero llegó el día en que Jorge estaría solo conmigo. Para ese día también tenía puesto a propósito un bikini más transparente que el del primer día, le dije a la sirvienta de la casa que nos dejara solos.
Jorge me pidió que me desvistiera, ni siquiera hizo el intento de voltearse, sino que tenia su vista fija en mi. Me quite mi blusa y él me quito el vendaje de mis senos, los mostré orgullosa de su forma y dureza, el se quedó admirándolos por un momento. Luego me pidio que me quitara la falda, él quedó impresionado y con la boca abierta contemplando mi bikini transparente que dejaba ver sin mucho trabajo mis labios vaginales y mi vulva.
-Vamos a curarte y dejar lindo ese precioso cuerpo que tienes!- me dijo.
Me fue quitando el vendaje del vientre y cintura con mucho cuidado. Luego procedió a hacerlo con el de las manos, que era mi parte más afectada.
Después me tomó de la mano y me llevó a la ducha y prendió la regadera, me dijo que me metiera poco a poco en el agua. Pasó el jabón medicinal sobre mi parte afectada en el torso, con sus dedos acaricio accidentalmente el pezón de mi seno derecho, este rápido se erectó, vi una sonrisa morbosa en su rostro.
-Que lindos senos tienes pequeña!- mencionó.
-Gracias- contesté reprimidamente, fue lo único que se me ocurrió.
Luego, siguió bajando por mi vientre y luego de untarlo, tomó el jabón y lo frotó sobre su mano.
-me permites?- me dijo, mientras introdujo su mano dentro de mis braguitas, sus dedos recorrieron mi vulvita, de arriba abajo, sus dedos rápidamente buscaron mis labios vaginales que frotó con deseo.
-Aquí hay que limpiar bien por el pipí, puede causar una infección- diciendo eso y me acarició el clítoris.
Estuvo un buen rato acariciando mi labios vaginales y mi vulva, en ocasiones sentía su dedo penetrar mi vagina, yo me estaba excitando fuertemente, cerré los ojos para degustar el manoseo que tenía con mis partes intimas.
Al rato, sacó su mano de mi cuquita y metió su mano por atrás de mi bikini, es decir de lado de mis nalgas, sus manos friccionaban ahora mi ano, sus dedos jugaban con él y la yema de sus dedos hurgaba con entrar a mi huequito.
-Este lugarcito hay que dejarlo bien limpio, también puede causar infección- me decía ya con una voz entrecortada de excitación. Yo veía que su bulto estaba casi por reventar su pantalón.
Jorge me empezó ahora a secar el exceso de agua en mi cuerpo, inició por mi cara y mi oreja, luego siguió hacia mi seno derecho, lo secó concentrándose en mi pezón, casi me arrancó un gemido de placer, luego siguió con mi vientre y me retiró mi bikini y me frotó con la toalla mis labios vaginales, yo gemí un poco, ya que sus fuertes manos jugaban con mi coñito depilado, Jorge sabía que yo la estaba gozando, por lo que en ocasiones hizo que sus dedos sin toalla, recorrieran la longitud de mi rajita hasta llegar a mi clítoris, yo volví a gemir ahora un poco más pronunciado, él al ver eso quiso retirar sus dedos de mi coñito, pero yo se lo impedí con gestos.
Ahora con más ímpetu se puso a acariciar toda mi rajita, estimulando por frotamiento mi clítoris, ya me tenía casi en sus manos, yo gemía pidiéndole que no dejara de hacerlo, el aceleró sus movimientos con sus dedos e incrustó uno de ellos dentro de mi cuquita, luego lo movía para todos lados adentro de mi vagina. Eso me hizo mojarme y tener un orgasmo allí en el baño.
A continuación, Jorge me llevó cargada desnuda a la cama, me acostó suavemente y me abrió las piernas para verme de cerca toda mi rajita mojada, luego comenzó a darme una rica mamada de coño, rápidamente me hizo mojarme más, su lengua se metía por todos los lados de mi intimidad, su lengua era hábil para entrar y salir de mi rajita y sus labios succionaban mi botoncito del clítoris y los labios vaginales, se veía que tenía mucha experiencia en el sexo oral. Yo apenas podía usar las manos para tomarle de la cabeza.
Luego de mamarme bien rico el coño y de llevarme a otro brutal orgasmo. Se colocó hincado a un lado de mi, se abrió el cierre de su pantalón húmedo y sacó su enorme verga y me pidió que se la mamara, yo estaba deseosa y con mucha lujuria le mamé el glande y lamí todo su tronco de la verga. Jorge gemía de placer, sobre todo cuando me metía toda su verga en la boca.
Luego se colocó entre mis piernas, elevándolas con sus fuertes manos, puso su verga entre mi rajita y me penetró lentamente, su verga se fue deslizando dentro de mi y finalmente estuvo toda adentro de mi vagina. Lo que siguió fue una rica follada, él bombeo su verga dentro de mi poco a poco fue ganando más fuerza y aceleración, me hizo estremecer allí en la cama, yo estaba muy excitada y no pude contenerme le pedía que me siguiera cogiendo (con esas palabras) más duro. El se movía con destreza sobre mi cuerpo, sus movimientos de cadera hacían rechinar toda la cama. Varios minutos después de estarme ensartando sin lástima, lo oí gemir para luego echarme un buen chorro de esperma dentro de mi coñito.
Después de eso regresamos a la ducha y me volvió a asear mi bollito, metiendo dos dedos bien adentro de mi. Nos besamos un rato, luego me puso los vendajes en el torso y en el vientre. Mientras lo hacía me dijo que yo le gustaba mucho y que quería repetir mañana lo sucedido hoy.
Y asi fue!, al otro día, le pedí al entrar a la ducha, que se desnudara como yo (antes debo contar que me puso una inyección en mi nalguita, me dijo que era para cubrir embarazos en un mes), lo hizo y tuvimos relaciones sexuales allí en la ducha, le mamé su erecta verga hasta que descargó su esperma en mi boca y mi cara. Luego el se sentó en el sanitario y me hizo sentarme sobre sus piernas y sobre su verga, me la hundió hasta el fondo de mi rajita y luego nos movimos con frenesí, mientras me penetraba me acariciaba mis senos tiernamente, yo me movía como un remolino sobre su enorme falo, como queriéndolo destripar, asi estuvimos hasta que descargó otro chorro de semen en el interior de mi coñito.
Luego nos fuimos a la cama y me comió la rajita con desesperación de nuevo, mientras me chupaba mi clítoris me metió dos dedos en mi bollito y me masturbó con fuerza, me hizo chorrearme en sus dedos. El efecto de su lengua en mi clítoris me hizo gemir con una puta en celo. Después me hizo subirme encima de él y cabalgarle su rico falo duro. Sentí que su verga me llenaba toda mi cuquita y que me topaba por dentro, sobre todo cuando subía su pelvis para metérmela toda.
Alli subida sobre él, me pidió que me la metiera en mi culito, yo ya no era virgen de allí, pero no era de mi gusto, de hecho a mis novios le negué varias veces mi agujerito negro, pero Jorge se lo merecía todo, me saque su verga del coñito y la coloque en la entrada de mi culito, poco a poco me la fui ensartando, moviendo mi trasero de arriba abajo, su verga era más gruesa que las de mis novios, por lo que tuve que relajarme toda para que pudiera entrar en mi recto, finalmente la tuve toda adentro y empecé de nuevo a cabalgarlo, me encantó tener su verga en mi culito, me llevó a un placer nunca experimentado. Jorge al rato empezó a gemir descontroladamente, se podía ver que le gustaba el sexo anal, y que mi culito le apretaba todo el tronco de su miembro, en pocos minutos me derramó esperma en mi culito. Que buena follada nos dimos con Jorge ese segundo día.
Para concluir les comento que Jorge estuvo llegando por doce días, por lo que fueron doce ricas sesiones de sexo, degustó de todo mi cuerpo y yo del suyo. Me puse triste cuando mi madre me indicó que el enfermero ya no llegaría más, ya que mi heridas estaban bastante bien. Nunca más lo volví a ver, ni me llamó, solo lo pude ver de nuevo en mis sueños húmedos, en donde me seguía cogiendo.
Faltaron los demás enfermeros y médicos