Raquelita, la pequeña vecina curiosa y caliente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Raquelita tiene 11 años.
Bien crecidita para su edad, con un par de tetitas que ya apuntan al cielo, sus pezones se notan mucho dentro del corpiño infantil.
Un hermoso culito sobre un par de piernas musculosas, y sus calzas de lycra muestran un par de labios vaginales gorditos.
Exuberantes.
La veo todos los días cuando pasa frente a casa de vuelta de su colegio.
Vive en la casa de al lado nuestro.
Mi esposa trabaja en una fábrica de las 6 de la mañana hasta las cuatro de la tarde.
Yo tengo un negocio de venta de dulces y golosinas.
Lo cierro al mediodía.
Todavía no tenemos hijos, por lo que almuerzo solo todos los días.
Cuando ese mediodía tocan el timbre, nunca supuse que sería mi vecinita.
Raquel había llegado del colegio a su casa pero su madre no estaba.
Y ella no tenía llaves para entrar.
Y no quería quedarse en la calle, ya que pasan muchos señores que le dicen cosas, según me dijo.
Obviamente sin demoras, la hice ingresar a casa y no dudé en invitarla a almorzar.
Dejó su mochila escolar en el living y su suéter, quedándose solamente con su camisa del colegio y su faldita corta, mostrando sus hermosas piernas.
No parecía ni apenada ni preocupada por que su madre no estaba.
Le serví la comida, había preparado unas milanesas con puré de calabazas y zanahorias, con canela.
Eso le agradó mucho.
Como hacía calor, destapé una cerveza para mi y le ofrecí de beber.
Ella extendió su vaso pidiendo que le sirva cerveza.
Me sonreí y le serví media ración.
Comenzamos a charlar de cosas del colegio, del estudio y derivó al tema chicos y novio.
Yo hasta ahí me encontraba cómodo, sin otras intenciones que el de dar asilo a esta niña.
Pero el diablo metió la cola, le volví a servir otro poco de cerveza y luego de tomárselo todo, comenzó a reírse tontamente, y gesticulaba por demás.
Creo que el alcohol se le había subido un poco a la cabeza.
En ese momento en la radio sonaba un tema musical lento, era una balada de Bryan Adams.
Ella se paró y comenzó a bailar, se mecía lentamente con un ritmo candencioso y muy sensual.
Y se movía por toda la cocina, tanto bailaba que en un momento llevándose por delante una silla, se viene hacia atrás como casi cayéndose, y la tomo desde atrás, haciendo que se siente sobre mi falda.
Y entonces sentí la dureza de esas nalgas apoyadas sobre mi pene.
Y éste comenzó a erectarse, y tiene su buen tamaño, por lo que no le pasó desapercibido a Raquelita, que de golpe se encontró con un tronco entre las nalgas pugnando por levantarla.
Y ella dándose vuelta, y alternando la mirada entre mis ojos y mi bulto en un gesto muy inocente abrió su boquita dejando asomar la puntita de su lengua rosada entre esos maravillosos dientitos.
De repente estira su mano y la apoya sobre mi verga, apretándola y sintiendo el tamaño de la misma.
Y con esa vocecita de nena curiosa, me pregunta; Julio, me la mostraría?
Yo perdí el control, y sin dudarlo, aflojé el cinto del pantalón, me lo bajé junto al calzoncillo y liberé mi pija al frente de esos hermosos ojos color miel, que tomaron el tamaño de dos soles ante la vista de mi pene.
Es que los 20x7cms cabezones la impresionaron sobremanera.
Qué grande que es!!!! Me dice.
Mi Papá la tiene la mitad de larga y no es tan gorda.
!!!!
Eso me disparó la líbido a mil.
Esta nena ya tenía algo de experiencia en lo referente al sexo.
Ya alguien la había empezado a preparar al menos ya había visto un par de pijas para comparar.
Extendió su mano y tomó mi pija del tronco y lentamente comenzó a pajearme, lo hacía muy pausado, pero la recorría en toda su extensión.
Yo me encontraba totalmente anodadado, nunca hubiera supuesto lo que estaba pasando, y menos con Raquel y conmigo.
Tomé coraje y a riesgo de que se rompiera el hechizo del momento, le pregunto; Raquel como es que sabes el tamaño de pene que tienen tu padre y tu hermano?
Levantando la vista y mirandome sin verguenza alguna me larga sin más preambulo que la pija de su hermano la conoció debido a que lo encontró una vez masturbándose en el patio y por curiosidad pidió que se la mostrara.
Su hermano primero no quiso pero luego accedió.
Ella terminó de pajearlo haciendo que la leche le saltara lejos.
Pero con él no pasó nada más.
Ahora, su padre varias veces, cuando se ausentaba su mamá, le había enseñado cosas referentes al sexo, como a chupar vergas, le metía la cabeza de su verga en la conchita, pero que todavía era virgen ya que él nunca la penetró con toda la pija, y que un par de veces le había metido la puntita en su culito, y que la segunda vez le había dolido bastante por que le entró casi toda la cabeza y cueando ella gritó, el se asustó, se la sacó y nunca más lo intentó.
Todo esto que me contaba, me hacía poner más calienta, y perder la inhibición.
Le tomé la cabecita con las dos manos y la hice arrodillarse frente a mi verga, obedientemente ella abriendo la boca lo máximo que pudo se metió la cabezota y parte de mi pedazo y lentamente, suavemente me empezó a mamar muy pero muy rico, tenía habilidad para el chupete, y mientras me lengueteaba y chupaba la cabeza, con las manitos me sobaba los testículos y me pajeaba amorosamente,
La hice levantarse y la bese en la boca bien caliente, le metí la lengua hasta la garganta y ella no rechazaba nada, le apreté los pezones y gemía, bajé mi mano hasta su vagina y la toqué por arriba de su calzón, estaba muy mojada, hice a un lado la bombacha y toqué su clítoris, ella sólo suspiró, le hice a un lado la prenda e introducí mi dedo mayor en su vagina, y ella colaboró habriendo las piernas para facilitar la penetración.
Me dejás que te chupe la conchita? Le pedí con voz ronca, y ella respondió simplemente agarrandome de la cabeza y llevándome hacia abajo, a su fuente de placer, a la que le brindé mi mejor tratamiento de lengua hasta que le arranqué su primer orgasmo del día.
Inundó mi boca con sus jugos.
Yo sabía que este era elmomento y que no lo tenía que dejar pasar, me acosté en el piso del living sobre la alfombra y mientras le bajaba la bombacha ella sola se sacaba la camisa, lo que la dejó totalmente desnuda para que pudiera apreciar esa hermosura de nena.
La hice sentarse a horcajas sobre mi para que me cabalgue, ella sola tenía que empernarse para no hacerle mal, que ella administrara cuanta pija quería adentro, y lo entendió enseguida, ya que primero me llenó la verga de saliva, y tomándola del tronco se la apoyó en la entrada de la vagina, y lentamente comenzó a bajar, los jugos le resbalaban por las piernas, estaba por demás lubricada y eso facilitó la entrada.
Forzó la entrada de la cabeza y los primeros cinco centímetros de verga, pero hasta ahí llegó, su virginidad hacía de tope, obviamente el dolor era intenso pero no se amilanaba, pegó cuatro o cinco subidad por la pija sacando y metiendo la cabeza y el tramo de tronco que le entraba, se ve que estaba tomando coraja, y de repente sin aviso, se dejó caer sobre ma verga enterrándose tres cuarta partes de una sola sentada.
Pegó un gritito y se quedó como ida, luego lentamente se movio un poquito, luego más intenso y finalmente se embarcó en una cabalgata feroz, se sacaba toda la pija y se la enterraba hasta el fondo de su matriz, la cabeza de mi chota pegaba contra su útero.
mi pija estaba encerrada en un guante que latía y tenía un calor intenso, estuvimos así por unos 10 minutos y llegó su segundo orgasmo y con ello la erupción de mi volcán de semen, eran chorros intensos.
Ella seguía cabalgando, y yo acabando, sus jugos y mi semen le corría por sus piernas ymojábamos la alfombra, el olor almizclado de nuestras acabadas imvadía el ambiente.
Finalmente luego de tres orgasmos, se desplomó sobre mi pecho, lloraba suavemente, y entre sollozos me pide, Julio, me hacés la cola? A lo que yo contesté, si preciosa, en cuanto me la chupes de nuevo y se pare, te la meto toda.
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