Reciclada 1
La basura de uno es el tesoro de otro.
RECICLADA 1
Hay un dicho en todos los que alguna vez han pasado por un basurero y reciclan cosas de allí. “La basura de uno es el tesoro de otro”. El deambular por allí encuentras personas con aspecto deplorable para personas que tienen un techo de hecho. Son personas que los miras como cosas raras que andan con trajes deplorables con un destino que nunca deseamos tener en nuestro futuro. Así escuchamos frases que los sindica como ociosos, vagos, fumones, alcohólicos que no saben ni quieren trabajar. Siempre desde un punto de vista del estatus de quien lo menciona. El que tiene ridiculiza al que no. Y se olvida que mientras haya vida puedes caer o resbalar como en la casa del jabonero.
Un sonido de un vehículo se acerca, sacan un bulto y lo arrojan en plena noche y arrancan de nuevo a quien sabe dónde. No hay nadie salvo el polvo levantado por las ruedas que fantasmalmente se lo lleva el poco viento. ¡Ah!… y los perros que callejeros que vienen siempre a pedir un menú desechado y envuelto por la bolsa de basura. Aquí no pasa nada. Lo habitual de siempre y el frio cae mientras se asienta la noche.
Julio va por la carretera sin pensar que encontrara esta vez. Él tiene la creencia que, si tú vas con una idea, un pensamiento determinado, perderás. Así que lo toma como lo que caiga. Como dicen lo planeado nunca sale como quieres. Y para no estresarte ni pensarlo. Él es un hombre simple. No desea problemas va como si fuera un taoísta en su vida. Lo que llegue a su vida. A sus 29 años es un agricultor que ha recogido experiencia en diferentes áreas. Desde que termino su servicio militar fue cargador de sacos en el mercado, jornalero en arroz, de café, de papaya…en fin. Un agricultor de pleno derecho de arrancar de la selva su parcela.
La noche anda fría, piensa mientras observa el camino. Muchos accidentes ocurren en una vía de noche. Aparte de los ladrones que te asalta con motos cuando vas de viaje. Sus pensamientos lo ponen en alerta y mira en su retrovisor por si las moscas. Gira el timón a la derecha y su motokar se estremece de vaivén por la forma de la pista de tierra afirmada por donde pasa. Pero él se afirma bien para que el timón no se mueva y sigue su camino. Su foco delantero le ilumina el camino por 10 m adelante. Media hora más llega al objetivo y descansa un poco con un cigarro en la boca. Baja de su vehículo y trata de desentumecer su trasero por el viaje. Bota una bocanada y observa el panorama.
Como siempre huele mierda. –pensó. Dio unos pasos y saco una linterna para ver si encuentra algo digno. Palpa las bolsas y trata de identifica por el sonido si hay botella pellet o de gaseosas, latas de aluminio, chatarra. Quizás encuentre algo útil para su casa. Algunos canes le ladran aun sabiendo de quien es, pero allí queda. Aquí todos se conocen. La última vez encontró la base de una licuadora Oster. La mando a reparar y ya funciona. Todo su trajín le tomo casi dos horas, pero logro casi llenar su carga.
Hasta encontré una frazada…mier!. –dijo tratando de desenvolver el bulto.
Carajo un muerto. –observo. Quito más tela y se movió. Julio se apartó un poco y trato de sacar un cigarro nervioso por lo hallado. Estuvo pensando que hacer. Con un palo hinco un poco al atado frente de él. Y si estaba moviéndose. Pero no se atrevía a terminar de desenvolver el cuerpo. Asustado estaba porque estaba solito en medio de la noche y los ladridos de los perros que no ayudan en nada en relajarse y el frio, menos. Que tal receta de película de terror.
Tomo aire y con un palo cercano en mano se acercó a terminar la labor. Quito los alambres que la envolvían y oyó una voz o fue un quejido femenino.
¡Calma! –le dijo con firmeza, increpándole luego que le estaba ayudando. Los sonidos seguían emitiéndose hasta que pudo escuchar que esta es una nativa por lo que exclamaba. Terminado vio que la pobre la habían magullado y la habrían dado por muerta.
Cálmate, ya paso, ya paso. –le trato de apaciguar a la chica. Pero no terminaba de temblar y de cubrirse con sus brazos. Trato de calmarla abrazándola acercándose lentamente, pero le tomo tiempo. Al igual como un perro desconfiado primero le extendió la mano, pero con la palma hacia abajo hasta que estuvo cerca. Julio la abrazo y se rompió la presa en llanto. Estaba casi desnuda si no fuera por las frazadas. El agricultor noto los moretones en su cara, parte de su cuerpo y la sangre pegoteada de su cabeza y piel.
¿Mierda de dónde saliste? –le pregunto, pero no respondía. La chica aun lloraba y no iba a parar.
Linda, vamos a la policía. –le dije, pero reacciono mal.
¡Noooo! –dijo enérgicamente y balanceando negativamente hasta donde pudo su cabeza por el dolor en su cuello. Al menos bajo el lloriqueo.
Julio se dio cuenta y ya sospechaba. Así que “aquí corrió que aquí murió”. Cargo la mujer con frazada y cables sobre el espacio vacío del Motokar y arranco.
Si regresan y los ven juntos él no saldrá fácil de eso. Les darán a ambos un tiro y esta vez los enterrarán en X platanal para nunca ser encontrados. Cuando ingreso a la bien pavimentada carretera empezó a estar maquinando su cerebro sobre lo que ella era y quienes eran sus victimarios. Llevarla a un hospital seria como notificar a los culpables de quien fue el que la trajo o sea él. Ya estaba viejo para fugarse y empezar en otro lugar. No podía dejarla en donde la encontró puesto lo convertiría en cómplice indirecto. Recordó como la encontró y no le cabía la intención de abandonarla. Es casi igual a recoger un cachorro desvalido.
Pasaron como cosa dos horas conduciendo cuando giro por otra ruta de tierra afirmada que lo introduciría a una serie de montañas rumbo a su parcela. Por los agujeros en la pista el motokar algunas veces saltaba haciendo que manejar fuera más difícil que andar por asfaltado. Un grito salió de la parte de carga del vehículo y metros más adelante Julio se dio cuenta que la chica descansaba sobre el metal de la parte de carga y se paró. Bajo de su movilidad y presto ilumino donde estaba la mujer.
Disculpa chica los nervios me hicieron olvidarte. –le dijo mientras buscaba algo para que usase de almohada. –¡Pronto llegaremos!.
El “pronto” era mera retórica. Monto de nuevo sobre su transporte y esta vez condujo despacio. Aun así, no pudo evitar ciertos baches en la vía. En el resto del viaje trato de calmarla alegorizando lo lejos que se encontraba de sus captores y que pronto recobrara la salud y demás cháchara…
Cuando ella despertó estaba sobre una cama y alado de ella Julio aun dormía. La adrenalina le paso factura. Ella trato de levantarse, pero los dolores se activaron y permaneció donde estaba. Se palpo su cuerpo desnudo cubierto por una sabana y oliendo a ungüentos medicinales y alcohol sobre su piel adolorida con un extraño a su lado. Y no quiso imaginar que le haría este hombre. Poco a poco recordaba lo sucedido. La orgia, el licor, drogas y sexo. La fiesta salió mal. Se desbocaron, se les cruzaron los cables, las palizas, los disparos, la oscuridad, el frio. Hasta allí recordaba. Recuerdos que la sacudiendo en su interior que arrancaron lágrimas y temor escalofriante. Sintió algo en su cabeza y lo palpo. Una gaza pegada sobre su cuero cabelludo. Parte de su cabeza estaba afeitada y en esa zona había un parche médico. Lo toco y otro dolor sintió. Arrojo un ¡Ay! audible que no pudo interrumpir el sueño de su ¿captor? o ¿salvador? se preguntó ella. Lo que si estaba segura que no podía moverse. Por las justas movía su brazo derecho con dolor. Así que suspiro y paseo sus ojos por toda la habitación tratando de ver, vislumbrar quien podría ser la persona a lado suyo. Un ladrido se oyó. Fue lo suficiente para despertar a Julio que levanto la cabeza y luego volteo para verla a ella.
Julio vio un par de ojos negros. Bueno, un ojo el otro tenía un moretón que la tenía cerrada. Giro su cuerpo sobre la cama y le dio los buenos días. Se froto los ojos por las legañas para verla mejor.
Espero que estés calmada. –le dijo y siguió en darle la información de cómo se encontraba su condición. Ella trato de hablar, pero le dolió la boca un poco. Julio le llamo a calmarse otra vez y le dijo que estuvo cerca a ser una estadística policial de homicidio. Los que te violentaron te dieron por muerta y siguió informando los daños que tenía, como la duración de su recuperación, 4 meses, más o menos sin garantía. Julio le advirtió la preocupación, que si los atacantes la veían era posible que lo intentarían otra vez para callarla.
No sé cómo fue la cosa. Pero no quiero dejar cabos sueltos que los conduzcan aquí. -le dijo a la chica. Ella asintió con la cabeza con un temor presente aun en su corazón.
Voy por el desayuno –termino Julio saliendo de la habitación. Regreso y se presentó ante ella.
Luego me dirás tu nombre –Finalizo recordando cómo estaba y retirándose del dormitorio.
Durante su tiempo de convaleciente Julio la alimento, baño, le acondiciono un balde de aceite grande para que pudiera hacer sus descargas y le trajo ropa de mujer que encontró en el basurero. Claro, pasando primero a la lavandería. Algo que se le escapo fue el ingeniársela para reemplazar sus toallas higiénicas por un conjunto de estropajos. Después de una semana de entero de su nombre, María.
María –repitió Julio frente de ella. Aunque ella estaba acostumbrada a tener su celular. La interacción con Julio pudo distraerla de esa adicción a las redes sociales. Lo que ella no le conto fue que ejercía la prostitución. En parte ella pensaba lo que Julio diría de su persona. Y no quería que la viera de menos y con autoridad de dominación contra ella. ¡Quería un cambio! Se dijo en su mente. No extrañaría las pocas cosas que dejo en ese antro que llaman discoteca. El tratar de embriagar a los clientes en sus mesas para que consuman más. Aguantar sus caprichos sexuales pervertidos. Le dio gracias a Dios por esta oportunidad. No vale la pena regresar. El sonido del Motokar llegando le dio una visualización de un futuro más normal. Ya tenía 28 años y no había logrado casi nada excepto un balazo en la cabeza. Así que miro su cuerpo y se abrió a lo que tenía.
María lo recibió desde el umbral de la casa. Y vio a Julio con otra clase de mirada. Ya no volvería a su anterior vida. Aunque Julio no tiene el físico de un Hércules. Al menos no es como los barrigones y flácidos que tenia de clientes. Hasta el momento no regresaba borracho como recordaba a su padre pegando a su familia. Julio tiene su talla. Recuerda cuando cargo sobre su espalda un costal de un metro de altura. ¿Que tendrá él? 1.80 m. pensaba ella. Hasta hoy no se me ha insinuado después de más de 5 meses y tampoco encontré ropa de mujer. Pensaba ella friéndose los sesos de su posible proyecto de pareja. ¿Si, para que regresar?
Julio bajo de su vehículo y noto a María en el umbral. Levanto el brazo como saludo y ella respondió con una movida de su mano sonriendo.
Parece que ya se ha recuperado –pensó mientras descargaba su palana para luego dirigirse a un cuarto que usaba de almacén y taller. La imagen de ella con un vestido de flores rojas con tirantes que le llegaba hasta las rodillas le llamo la atención de lo bien que le quedaba. Desde donde se encontraba podía verle un poco más arriba de sus rodillas. Solo le faltaba una flor roja engarzada en su cabello. Volteo a los alrededores de la casa si encontraba una para llevársela. Pero no tuvo suerte. Solo veía verde alrededor. Subió por las escaleras balanceando sus hombros como si tuviera hombreras hasta donde ella estaba y le pregunto cómo se sentía. Ella sonrió respondiéndole que “mejorando” con un “Gracias por la preocupación”.
He preparado algo para comer. –dijo María, pidiendo perdón por usar la cocina- Espero que te guste.
Iba a responderle algo, pero se contuvo. Tal vez lo tome a mal así que cambio a “No te exijas mucho”. Con eso ella dibujo una sonrisa en sus labios y preparo la mesa mientras Julio se lavaba la cara y las manos. No podía dejar inconclusa la vista que observo desde la entrada y quería completarla mientras se lavaba. Solo ver tremendas piernas con ese vestido le circuito el cerebro. Sí que ha tomado cuerpo rápido. Y ahora, a solo 4 m de él apreciar ese vestido como bambolea con los movimientos de sus glúteos… “mierda que estoy pensando” y se tiro agua a la cara para reaccionar. “Seamos claros, no es Shakira, pero si tiene buenas piernas, unos senos tipo copa D bien parados que dibujan bien una buena zanja entre ellos y pezones que parecieran salir en direcciones opuestas”. Pensaba morbosa o pervertida. Recordó el chiste viejo de una cabeza mujer hermosa con cuerpo de pescado o una con cabeza de pescado y cuerpo escultural de mujer. ¿Cuál de esas imágenes escogerías?
Ya está la mesa –Llamo María mientras él se secaba la cara con una toalla. Ambos se sentaron y comenzaron a chismorrear sobre lo acontecido en el día. No le duro mucho el plato a Julio. “Se le engullo como un León”. “¡No!, estaría faltándole respeto a la realeza” pensó María, “fue un Hipopótamo”. “Bueno, tal vez me equivoque la cantidad de una mujer con la porción de un hombre”. Desde otra esquina dirían “Pobre María, pensó que ganaría puntos con la cocina para quedar bien, pero es Motomoto el que comía”. Julio al terminar como es habitual en él se sirvió un vaso de jugo y llego a la línea final del almuerzo ante la vista de María. Y ella, a medio plato.
¿No tienes hambre? –Pregunto el hombre todo inocente mientras ella estaba en shok por lo rápido que él término su plato.
Después del almuerzo, Julio saco su jabón y toalla y se fue al rio. Quería bajar la excitación con algo frio mientras ella terminaba su almuerzo. Una buena zambullida, enjabonada y frotada su cuerpo es una recompensa deseada para quitarse esa capa que sentía aprisionarlo en su piel. Tardo, pero la sensación se fue. Aquí los caminos son polvorientos súmale la humedad, el calor y el sudor tu día de trabajo termina con el cuerpo pegoteado. Este rio de 20 m de grosor y 2 m máximo de profundidad pasa a 90 m de la pendiente donde está la casa de Julio. Casi no ha tenido problemas con inundaciones. Él planifico la ubicación en lo alto para evitar el problema que hasta el pueblo más cercano sufre cada cierto periodo de tiempo. Algunas veces el agua se enturbia con partículas de barro por derrumbes rio arriba pero luego de un tiempo regresa a aguas cristalinas.
Mientras Motomoto digo Julio, retozaba flotando a sus anchas unos pies chapoteando de metían al rio despertando al Tritón de rio. Julio al ver a la desnuda figura femenina pierde la concentración al tratar de pararse y de ocultar su parte inferior en la profundidad del agua. María se ríe de su intento poco Victoriano de ocultar su virilidad desnuda. Ella se acerca como toda una jugadora en las artes de la seducción y le pone las manos sobre su cuello mientras el tiembla por la sorpresa.
¿Porque tu sorpresa? –Le pregunta María- me recogisteis y curasteis desnuda- deslizando ella sus manos poco a poco por el ancho pecho del cuerpo masculino que ella tenía en frente.
No tengo sorpresas para ti, pero tu si para mí. –Dijo sonriendo y mirando atreves de las aguas transparentes y sujetando las manos de Julio y depositándolas sobre sus pechos.
Es sabido que la velocidad mental es más rápida que la realidad. Así que Julio se llenó de cuestionamientos como si a la flaca la fiebre anterior le fundió las neuronas, comió un alucinógeno, … o estaba soñando. Pero esos senos se sienten bien al tacto. Redondos, blandos, maleables y duros pezones que le provocó una erección que parecía emerger un periscopio entre ellos. María se hecho a reír de la ocurrencia del suceso y encantada por el efecto que ella provocaba sobre él.
María tomo aire se inclinó y mamo su glande por unos segundos. Julio sacudió su cabeza hacia atrás. Que rico se sintió esa chupada que ella le propino y dejo caer sus brazos de placer. Después de unos segundos ella se irguió para tomar aire y él arremetió contra ella con un beso sin más tapujos victorianos. Los pechos se juntaron y las manos iban y venían por sus cuerpos delicadamente. Tomo uno de sus glúteos y le metió su dedo en el culo recompensando Julio sus oídos con un gemido de María.
Julio se arrodillo hasta el agua cubrirlo y le lameteo la vulva de la mujer. Él no pudo oír los gemidos de la fémina, pero si lo confirmo con la anuencia de ella al abrir más sus piernas. Ella se llevó una mano a su boca por el atroz gemido que dio mirando a los alrededores si alguien la habría escuchado. Pero se calmó al razonar que solo estaban ellos. Así que con la otra mano manoseo sus senos.
Ella se imaginó estar en una película de Jane y Tarzan hasta que sus piernas le empezaron a fallar por el electrizante gozo que recibía de su pareja, para ella, y el escenario que la rodeaba. En eso Tarzan emerge de las aguas, digo Julio, y la sujeta por la cintura fuertemente y junta su virilidad al abdomen de la mujer. Ella siente como palpita ese cetro en su bajo vientre y acepta su sumisión con un beso de Julio.
Hagámoslo especial –expreso María mientras ella le besaba cariñosamente el cuello- como unos votos matrimoniales que se dicen en la iglesia.
Julio sonrió pensativamente en el instante que ella besaba su cuello y pecho. “Bueno consintámosla por esta ocasión, después de todo son seres sentimentales. Ellas necesitan señales, detalles.” pensó Julio.
Bueno –empezó a hablar -hagámoslo aquí. Tu y yo. Como iglesia la selva, el rio para limpiar nuestros cuerpos de pecados pasados y Dios en los cielos como nuestro testigo.
Luego como inspirándose él se dirigió nadando hasta la otra orilla. La corriente lo desvió un poco del objetivo, pero ella pudo ver su cuerpo desnudo emergía de las aguas y trajo unas flores.
Una novia debe estar hermosa –Dijo cortando los tallos con sus dientes e insertarlos en su renovada cabellera negra. Parecían margaritas, pero eran más grandes sus pétalos blancos con un centro morado.
Ella ya sentía frio o era lo que las novias sienten cuando van a dar el gran paso de su vida, estar para siempre con el hombre de su vida. Lo mas curioso fue que sintió su vagina humedecer como una quinceañera. “No puede ser soy una profesional, pero me siento como una novata” pensó ella.
Julio reconoció unas lágrimas sentimentales saliendo de sus ojos. María vio que las percibió y trato de ocultarlas, pero fue detenida por él. Ambos se miraron y termino con un beso que solo reventó la presa de las lágrimas en María.
¡Sí!, ella se enamoró. Se enamoró de un pedazo de carne de 100 kg, piel trigueña, pelo negro, ojos cafés, 1.80 m de estatura entre cerca de gordo y no. ¡Ah! Y una buena pieza en descanso. ¿Cómo será viva? Se preguntó María. Y siguió sintiendo ese flujo en su vagina y no era su regla.
Limpió sus pómulos de las lágrimas y Julio dijo sus votos mirando al cielo con buena voz
Yo Julio recibo la mujer, María, que cruzaste en mi camino para amarla y cuidarla, apoyarla en todo lo que haga, en las buenas como en las malas, en la salud y la enfermedad, respetarla por el resto de mi vida. –Dijo con sus manos entrelazadas. Ella tomo aire y pronuncio sus votos mucho mejor que Julio. Tal vez porque son las mujeres las que más preparadas van a la espera de ese día.
Luego Julio le pone su brazo derecho sobre ella y se sumergen juntos y se vuelven a parar sacudiéndose ambos el agua.
¡Mis flores! – Dijo sorprendida María apenada por el tocado de flores que se las llevaba la corriente del rio. Pero Julio la detiene diciéndole “que son el ramo de flores que va en busca de otra afortunada para casarse”. Con esas palabras María besa a Julio por esa idea romántica sonriendo de felicidad.
Así, Julio tomo la mano de María y salieron del rio rumbo a un lugar que ambos llamaran hogar. Llegando al umbral de la puerta Julio se detiene y le pregunta a María en forma de chiste. “¿Cuánto pesas?”. Ella pensó cuando ve a Julio que la levanta en vilo y cruza el umbral en sus brazos ambos desnudos.
Ella ríe de felicidad al acordarse de la tradición en los recién casados. Julio ríe también, por la sorpresa que le dio a María y se dirigió a un cajón, bajo la mesa de la cocina allí escondido saca una dama Juana de vino y coge dos vasos, lo descorcha y le sirve a su pareja.
Vamos hacer un brindis –Dijo Julio levantando ambos sus vasos- ¡Por el señor y la señora Vásquez!
Ambos bebieron un trago y se besaron entrelazando sus lenguas como quien pelea dentro de sus bocas. La cosa no termino allí ambos tiernos siguieron con sus besos en las mejillas, frentes, cuellos. Julio le mordió con sus labios el pabellón de la oreja de María que gimió. Julio la levanto por los glúteos hasta su cama. Ella boca arriba sintió como su marido se alimentaba de su sexo lamiendo sus labios vaginales, su vulva y ella con descaro gemir sin preocupación a pierna suelta con gusto. Julio se saco un bello vaginal de la boca escupiéndolo acto que capto la fémina que aprovecho para excitar más a su macho. Ella fue y trajo el aparato de afeitar de Julio. Mojo su concha y comenzó a depilar su vagina. Julio al ver lo que iba hacer su mujer trajo el vino y se puso a beber mientras se depilaba. María depredaba ese bosque en frente de él con maestría dejando absorto a Julio por lo bonito que aparecía a su vista. Una raja oscura con piel tersa, con unos labios listos para acariciar su falo con cada envestida que le propinara, un clítoris que llevaría a su dueña al séptimo cielo con cada lamida que él le imprimiera.
Julio siguió bebiendo solo mientras su verga goteaba al piso liquido pre seminal.
Que hermoso está quedando –Dijo embobado ante el arte que veía. Ella sonrió por como lo tenía viéndola. Froto su vulva reforzando sus fluidos ante la verga que veía. Grande, grueso y oscuro, digno de un rey demonio, tallado de venas y circuncidado que terminaba con una gran fresa rosada. Un enorme pene que mientras palpitaba botando liquido le juraba que esto no te metieron antes. Esos labios vaginales cerraban tu interior no te iban a proteger, pero si iban acariciar el grosor de ese falo. “Uy, lo que vamos a sentir mi amiga” decía para si María a su vagina “Pero vamos a vencerlo”.
Ven mi macho –fue su grito de batalla ante la violencia sexual que ella creía que iban, María y su vagina, a gozar.
La mesa estaba servida. Si bien la noche y frio llego afuera dentro de la casa había calor. Los gemidos se oían entre 30 y 50 m según el viento. Parafraseando claro, ya saben la idea. La lucha pasional que sufría esa cama era como la lona de un ring de la WWE. Aquí no hay prisioneros. Una tigresa contra un León. Una mangosta contra una cobra que se enzarzan recibiendo puñalada tras puñalada de placer.
Julio veía como su pene salía encharcado mientras ella gemía y gemía escandalosamente acariciando sus senos y apretando sus pezones cada vez que arremetía su vagina, sus labios se deslizaba por el contorno del pene como pidiendo que no saliera y se metían con el objeto de placer cuando embestía una vez más en lo profundo de ella.
Ese falo enzarzado de venas parecía un condón con espuelas que sacaba y sacaba liquido vaginal. Tomo sus piernas y la levanto hasta colgarla a su cuello. Ella abrazo a su macho por el cuello resbaladizo por el sudor de ambos mientras él subía y la bajaba como un ascensor loco. Esos brazos, pensó ella viendo como aparecían y desaparecían los músculos coordinadamente con el sube baja. Sus senos parecían brochas de pintor frotando el pecho de ese marinero que parecía haber estado en abstinencia sexual por muchos meses en alta mar.
Aaaah -siguió gimiendo, los goteos seguían esta vez pasando por los huevos de julio y caer viscosamente hasta el piso. Ella ya solo le quedaba apretar su abrazo o arquear su espalda cada vez que le llegaba un orgasmo con sus gemidos, en otras parecía que entraba en trance y emitía suave suspiro en cada venida que la abordaba. Él gemía como si fuera un remero en galera romana a lado de BenHur, pero de placer, que hasta su compañero de remo diría que es un sádico masoquista. Luego la puso en cuatro en el filo de la cama. Ella arqueo su espalda abrazando el colchón y sintió como ingresaba el pene de arriba hacia abajo. Froto su glande por toda la raja y lo hundía suavemente ocasionando uno que otro pedito vaginal que su pareja tomo en gracia, pero la cadencia seguía como poco a poco su vagina de ensanchaba abriendo paso a esa verga mayúscula y el placer que en cada centímetro la electrizaba de placer “oh mi amor no me faltes nunca” decía “eres mejor que juguete sexual”, “sigue, sigue por favor” decía mientras más parecía un saco muerto sobre el lecho. Ella solo recibía y recibía. Ya estaba cerca del knockout. Pero no se rendía. Sumisa siguió con las poses que él deseaba esta vez sería su muñeca inflable y recibiría todas sus corridas y sentiría su calor depositándose dentro de ella. Cuerpos lujuriosos entre tragos de vino, corridas, orgasmos, lujuriosas frases y conversaciones esa cama sintió toda la literatura que esta mujer tenía en su cabeza con la satisfacción de su macho. Julio la veía de forma pervertida, con gusto y orgullo como se derramaba de ella su semen deslizarse por las piernas de su mujer cada vez que caminaba. Las dos piernas escurrían su lefa hasta sus tobillos. ¡Oh sí! si, de su vagina goteaba verticalmente al suelo y el resto se resbala por esas buenas piernas. María tiene mejor físico que él. Ella vio que a su esposo le gustaba como le escurría su leche por sus piernas después de cada corrida cuando iba por mas vino. Le dio la espalda y se inclinó exponiendo su raja para que se complaciera como emanaba más de su raja húmeda y goteaba hasta el suelo.
” Que pervertido eres mi amor” -dijo ella riéndose de su pareja y sacando como reacción de julio una sonrisa de satisfacción sobándose el falo.
Oh, no hay nada que comer -reclamo María cuando buscaba algo de energía que engullir. Replicando el macho que él ya está cenando. ¡jajajaja! y ella acompañándolo con otra riza. Regreso con una bolsa de pan que sobraba en la cocina, que devoro como si recién fueran horneados.
Te amo, me gusta mucho y no sé qué otras palabras pueda poner por no ser poeta -decía Julio -cada vez que te veo me siento despejado, aliviado, contento, con un gusto a tu misterio, en cada vez que te veía en la entrada de puerta al recibirme al llegar del trabajo, esa falda al vaivén de tus muslos, el como me sentía cuando te inclinabas al recoger algo del suelo, algo en mi estómago placenteramente me pedía que no te fueras.
Pero fue interrumpido por ella que se sentó con las piernas abiertas sobre las piernas del hombre y le respondió.
“Nunca me iré. Seré tu esclava, calentare tu cama, pariré a tus hijos y los cuidare con mi vida. Aunque me pegues no me iré. Eres mi héroe salvador, estaré contigo para animarte, quererte, cuidarte y patearte cuando fuera necesario” -Reventando ambos en una carcajada.
Siguiente Round, Le lamio la vagina y se pusieron a trabajar. La noche es joven aún. El macho unto el chiquito de la hembra y coloco su verga. Ella apretaba con sus manos la sabana o lo que tuviera a la mano como pre de lo que iba a sentir. Pero fue lento y sin descanso. Ella ya sabía el grosor que se le venía. Había palpado su pene y sus dedos medio y pulgar no cerraban, pero no se lo iba a negar. Sintió la presión lenta y soltó sus músculos para facilitar su ingreso. Varias veces untaba con los jugos de su vagina su glande para que se deslizara a su interior esa verga. Vagina, culo, vagina, culo, vagina, culo y entro la punta quedándose por unos segundos para ensanchar la abertura. “Eres el primero en mi vida” exclamo ella mientras exhalaba su dolor cuando recibió un manotazo sobre sus posaderas. “Ya, ya.”, mentirosa, “Hubo otros, pero nunca uno como el tuyo” se decía ella en sus pensamientos al notar que él se dio cuenta al rechazar esa idea con los manotazos. Julio siguió untando lo restante de su pene mientras más introducía ella se rindió y se hecho a la cama llevándose a su macho encima de ella ocasionando que con el peso más fuerte ingresaba a su interior. Eso sí le dolió a la puta. Quiso zafarse, pero él la sujeto y siguió con su trabajo. Dolor y dolor que cambiaron a gemidos y luego solo gemidos de placer de la hembra. Él la redujo a la sumisión mientras seguía con su trabajo. Pronto ya podía ser más salvaje en sus embestidas. Ya estaban rendidas las defensas y seguía el juego de las caderas que entraban y salían acompañado por el sonido de las caderas u glúteos tocándose fuertemente. Hasta que eyaculo toda la lefa en su interior y se echó encima de la hembra arrojando un sonido felino. Ella sintió en su interior como se bombeaba adentro sus semillas. “Mi culo lo rindió” pensó triunfante la fémina. “¿Fue maratónico, tal largo pene podía soportar?” se preguntó ella para sí de asombro por su cuerpo.
Así, siguieron en esa posición hasta que él se acomodó a lado de ella desconectándose de su ano y dejarla abierta hasta que cerro lentamente. La leche se derramo y la mente de ella empezó a recibir las señales nerviosas de que se empezaba a reacomodar su ano a lo que era antes de la violación anal. La hembra sintió el calor de la leche escurriéndose de su culo a los labios vaginales y no quería ver como la dejo por el cansancio que la abrazaba. Ambos terminaron durmiéndose desnudos borrachos y exhaustos. Ella de boca abajo y él boca arriba podía ver de costado esa verga mayúscula convertirse de Hulk a Bruce Banner. Se sonrió y luego se rio por lo ocurrido para luego quedar en coma.
PD: Favor comentar si quieren una segunda parte.
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