Reconciliandome con mi novio!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esa noche, Alexander (mi novio) vino una hora después de la puesta de sol. Vino en coche por lo que tuvimos suficiente aviso. Esperaba que viniese y estaba bastante segura de que se habría tranquilizado un poco. Justo después de la cena les pregunté a Josh y Jessica (mis dos mejores amigos y causantes de la pelea) si querían ir al cine.
"¿Seguro que estarás bien?" me preguntó Jessica, "porque podemos quedarnos si crees que todavía esta enojado"
"No sé cómo se siente" dije todavía aturdía la idea. "Pero, creo que vendrá esta noche. Seguramente todo saldrá mejor si no estás aquí para enojaron más".
Josh, al escuchar eso, se había irritado, pero Jessica asintió."Espero que todavía me consideres tu amiga", dijo, y por una vez no vi venir lo que iba a decir, "es decir, creo que la he cagado, pero no era mi intención, sólo quería liberarte"
"Entiendo, y todavía te considero una de mis mejores amigas", dije del modo más tranquilizador posible.
Estaba sola, sentada en el porche de la entrada, en ese humor tan lúgubre cuando te acuerdas de todos tus errores y de ninguno de tus aciertos, cuando vi las luces del coche de Alexander aparecer por el camino de entrada.
No esperaba que dudara cuando salió del coche.
"¿Sigues enojado?" pregunté, intentando no llorar. Llorar sería cobarde, estaba intentando tomar coraje.
"¿Todavía me amas?" preguntó él.
"Tu primero", niñerías.
"No estoy enojado", dijo, "al menos, ya no"
"Debería haberte preguntado", dije, respiré hondo, "Sí te amo"
Y ya estaba conmigo en el porche, y levantántandome y besándome, besando mis labios, mi cuello, mis hombros. Me elevó del suelo y me sostuvo lo suficientemente alto como para que sus labios encontraran mis pechos detrás de la camiseta y sostén.
Pegué un pequeño grito y balanceé mis piernas hasta que encajaron a su alrededor. Me froté contra él tanto como pude. Alexander ama el sexo animal.
Dijo, "te desgarraré la ropa"
E hizo lo que dijo.
Después de unos minutos muy excitantes dijo, "Las mías también"
"Seguro", murmuré antes de mordisquear el lóbulo de la oreja. Él gruñó. El sexo con Alexander no era nada civilizado.
Escuché que algo se desgarraba, y luego no teníamos nada entre nosotros. Lo tenía dentro de mí, muy dentro de mí y fuimos hacia la hamaca del porche tambaleándonos. La hamaca comenzó a mecerse erráticamente. Después de los primeros momentos de sorpresa, comenzamos a seguir el ritmo. Seguimos así por un largo rato hasta que comencé a sentir como aumentaba la tensión, esa sensación de estar casi a punto de liberarse.
"Más fuerte", dije, "más,más…"
"¿Así…está…bien?"
Pegué un grito fuerte, y dejé caer mi cabeza hacia atrás.
"Vamos, Alexander", dije mientras todavía sentía las réplicas que me recorrían el cuerpo.
"¡Vamos Alexander" y me moví más rápido de lo que pensé posible.
"¡Roxy!" dijo jadeando y me dio un último empujón seguido por un sonido que podría haber creído animal si no lo conosiece.
Fue magnífico, cansador, y totalmente excelente.
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