Recuerdos de juventud
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me gusta leer relatos que se publican en estas páginas, aunque nunca pensé que yo escribiría en ella.
Soy una mujer casada, tengo ahora 42 años y dos hijos, Mi vida de casada la consideraríamos como normal, vivo con mi marido 5 años mayor que yo y mis dos hijos en Madrid, Es decir soy una mujer normal y corriente como hay miles en esta ciudad o millones, tanto en Madrid como en muchas ciudades de España.
Nada destaca en mi vida social ni conyugal. Conservo amigos y amigas de la juventud y tengo nuevos amigos aparecidos después de mi matrimonio entre vecinos, nuevas parejas conocidas o simplemente otros padres que conoces en el colegio de tus hijos.
Es curioso que de estas personas no conoces gran cosa, tan solo como son ahora, sus parejas, sus hijos si los tienen, en que trabajan y poco más.. Nunca te paras a pensar que pasado tienen, no conoces nada de ellos más alla del momento que los conociste y sus circunstancias actuales. ¿O quizá sí?
Digo que quizá sí, ya que en una ocasión una de estas digamos "nuevas amigas", no se porque motivo decidió contarme un episodio muy concreto de su pasado.
Es cierto que todos tenemos un pasado. La vida que tenemos ahora aunque no se parezca a la que tuvimos en plena juventud, no deja de ser consecuencia de ella. Pero bien cierto es que muchas veces vivimos de espalda a ello y mucho menos la comentamos con esas "nuevas amistades. Por eso me sorprendió la confianza y sobretodo la sinceridad de esta mujer.
Ella tiene una edad similar a la mía, concretamente un año menos (41) y una vida muy similar, vive con su marido y sus hijos (también dos) en un piso similar al mio en la misma zona de Madrid, de relativamente reciente expansión, donde la mayoría de los vecinos tenemos la misma edad, muchos con hijos y actividades y trabajos similares.
Coincidimos con ella, ya desde hace años recogiendo a los niños en el colegio y posteriormente ambos matrimonios fuimos tejiendo una amistad. Amistad sana basada en una vida común, hijos, trabajo, residencia… y fuimos viéndonos cada vez más los cuatro. Quedábamos los viernes tras nuestros respectivos trabajos para tomar unas cañas o incluso en ocasiones íbamos a cenar, bien en algún restaurante de la zona e incluso en ocasiones en nuestras propias casas.
Como yo únicamente trabajo de media jornada y ella en estos momentos no tiene trabajo, pues nosotras dos, ademas de esas citas habituales de ambos matrimonios nos veíamos con mas frecuencia, bien en el parque, comprando o incluso pasábamos de la casa de una a la de la otra simplemente para charlar.
Y fue en una de estas ocasiones cuando, vete a saber porque motivo, esta amiga, Alicia, decidió contarme un episodio de sus 20 años.
Como ya dije su edad (41 años) sus 20 años transcurrían en 1994. Por aquellos años era frecuente con esas edades hacer algún viaje digamos iniciático con amigas y tampoco era infrecuente que estos viajes fueran a lugares digamos "exóticos", concretamente a Marruecos con la idea de comprar allí hachís, que en aquellos años era la droga de moda en esas edades. No era necesario ser consumidora habitual de hachís, si no que el interés de comprarla y subirla a la península estribaba en una suerte de dar un paso adelante en esa recién estrenada edad adulta (eso pensábamos) ya que seguíamos siendo muy jóvenes y por ende poco reflexivos por no decir descerebrados.
Por lo tanto no me resultaba nada desconocido aquello que estaba comenzando a contarme.
Si comencé a sorprenderme más cuando voy dándome cuenta que lo que ella desea es contarme un episodio concreto de aquel viaje.
Según me había ya avanzado, el viaje lo hicieron 3 amigas. Al segundo día desde la llegada estaban en Marrakech y como es lógico después de alguna visita turística decidieron salir a cenar, tomar algo y pasar la tarde-noche.
Allí conocieron a un chico que desde el primer momento dio muestras de un gran interés por ellas. En concreto por su amiga (yo no la conozco) Laura. Según me dijo no era la más agraciada de las 3, era joven al igual que ella, pero con un físico marcado por algún kilo de más, pero una chica muy simpática en su opinión.
El chico que acababan de conocer puso todo su esfuerzo en agradar a esta chica y a fe que lo consiguió, pues cuando las otras 2 amigas dijeron que preferían volver ya a su hotel, esta chica (Laura) les dijo que ella se quedaba.
Si bien les sorprendió, tampoco le dieron demasiada importancia, para ello recurro a recordar aquello que dije de los 20 años, la falta de preocupaciones a esa edad y la alegría de la vida que se tiene en todo.
Por lo tanto allí la dejaron con ese chico. Volvieron a saber de ella a la mañana siguiente. Lógicamente le preguntaron y sí, había estado con ese chico.
– "Bueno has estado, ¿a que te refieres?"
Le pregunto la tercera de las amigas, esta creo recordar que se llamaba Raquel y que como a la tal Laura tampoco conozco.
– "Pues que me he acostado" .Les dijo Laura
En este momento de la conversación con mi amiga Alicia y viendo a donde estaba derivando la conversación, decido preguntarle si es que era la primera vez que esa chica tenia relaciones sexuales, puesto que con 20 años, tan posible era que hubiera tenido como que quizá aún fuera virgen. Me aclara Alicia que las 3 habían tenido relaciones sexuales con anterioridad, si bien Laura no tenía por entonces demasiada experiencia ni había tenido ningún noviete estable, aunque le constaba que no era virgen en ese momento.
Una vez que Laura les confesó (creo que no debió costarle mucho) que acaba de echar un polvo con un morito, pues las otras dos amigas se lanzaron a preguntarle detalles. Por lo visto Laura les debió decir que había sido el polvo de su vida y que había visto las estrellas. Insisto en recordar en que época fue y la edad de las protagonistas para entender esto en su contexto real, puesto que ahora y pese a no ser yo una beata precisamente, pues la edad te hace ver las cosas de diferente manera. Las 3 chicas debieron celebrar con alegría el "polvo" que la menos agraciada de las amigas y la menos experimentada de las 3 acababa de echar con un perfecto desconocido.
Ese día lo pasaron también en Marrakech y sobre la misma hora regresaron al mismo lugar que habían estado el día anterior. Y que casualidad, ja ja… también estaba el mismo chico.
Parece que el chico se alegro de verlas de nuevo, sin embargo y curiosamente no le prestaba especial atención a la chica que ¡joder! se había follado hacia menos de 24 horas. Por lo visto las atenciones ese día eran para quien me estaba contando esta historia, mi amiga Alicia.
En ese momento, estábamos en mi casa y con dos cafés delante, le pregunto a Alicia si quiere seguir o lo que me quería contar era lo anterior. Ella me dice: -aún hay más-.
No puedo negar que en ese momento mi curiosidad no tiene límites y mi deseo desde luego era que siguiera contándome sobre aquel viaje.
Siguió donde lo había dejado y efectivamente aquel chico prestaba todo su interés a mi amiga Alicia. Me contaba Alicia, que ella pues como inocente que era a sus 20 años pues estaba encantada con las atenciones del morito, pero que pensó que quizá a Laura le pudiera molestar, por lo que habló con ella y lo que le debió contestar Laura es que ya se había dado cuenta que a ella no le hacia ni caso ese día, así que que aprovechara, que a ella le daba igual.
Alicia, recordando lo que por la mañana les había contado Laura, decidió quedarse con él.
A partir de aquí Alicia pasa a contarme el relato en primera persona, por lo que los detalles son más claros y noto que su verdadero interés después del preámbulo que me había contado, sus amigas, el viaje, el hachís, y el polvo de Laura, es contarme algo que imagino no habría contado a demasiada gente e incluso detecto (quizá esto sean imaginaciones mías) cierta excitación al hacerlo.
Pues bien esa noche Alicia se quedó con el morito y ya que como es evidente en Marrakech pues que yo sepa, no hay muchas discotecas ni ambiente nocturno tal como lo entendemos en España el destino fue a la casa del chico tal y como había ocurrido la noche anterior con Laura. Lo que su amiga no les había dicho es que el morito no vivía solo.
Por facilitar la lectura a partir de aquí comenzaré a escribir como si fuera mi amiga la que escribe, pero no os penséis que esto me paso a mi y que la amiga es una excusa. Os aseguro que yo solo fui la receptora de esa información por parte de ella.
Nos fuimos hacia su casa que en realidad estaba cerca. La sorpresa es que al entrar veo a otros 3 chicos y eso me incomoda un poco, pero enseguida me dice que vayamos a su habitación. Por cierto el chico tiene de lengua materna el francés aunque se defiende perfectamente en español, aunque no hacían falta demasiadas explicaciones. Yo no se exactamente como transcurrió el día anterior con Laura, pero el chico es consciente de que ella nos lo habría contado y por lo tanto estaba claro a lo que íbamos.
A diferencia de la experiencia que tenia con otros chicos, obviamente españoles, que siempre en circunstancias similares lo que hacen es tratar de desnudarte, este al minuto escaso de haber cerrado al puerta de su cuarto ya estaba el completamente desnudo sin haberme tocado. Si me había tocado en el corto recorrido de camino a su casa e incluso mientras estábamos en el café las tres, igual que había hecho la noche anterior con Laura.
Al verlo de frente, me doy cuenta que Laura no había mentido. Tenía un aparato ciertamente algo más grande de lo habitual, si bien cuando lo dijo Laura tuvimos ciertas dudas de si había exagerado por presumir o incluso sabiendo que Laura a lo sumo había estado con otros 2 o quizá tres chicos. Yo había visto bastantes pollas en mi vida y sin duda esa era la mas grande que había visto.
Me desnudé yo sola, es curioso que el no hizo ni intención de hacerlo con sus propias manos, quizá en la certeza dadas las circunstancias y los precedentes de que lo iba a hacer yo. Me desnude aunque conserve puesta la braga. Ni por entonces era tan habitual como ahora el uso del tanga ni un tanga en realidad era lo más cómodo cuando vas de viaje y buscas ropa práctica. Eran una bragas normales y lisas de color blanco pero monas.
Cuando me vio desnuda hizo algo que por un lado me pareció poco elegante pero que a la vez reconozco que me dio cierto morbo y es que todo su empeño era el ir describiendo cada parte de mi cuerpo comparándolo con el de mi amiga que como es lógico yo conocía y él aún con mas detalle, ja ja.
Se lanzó a mis tetas con ambas manos y me dijo que yo las tenía más pequeñas que Laura, de sobra lo sabía yo y que los pezones, esto me sorprendió aún más también los tenia yo más pequeños y que a el le gustaban los pezones (sospecho que se refería a las areolas) bien grandes. Mi amiga Laura de siempre ha tenido unas areolas bastante grandes, lo que popularmente y con cierto desprecio se dice modelo galleta maría y de un tono digamos café con leche, lo que siempre le supuso un cierto complejo en playas, pues vigilaba mucho no llevar bikinis blancos o de color claro o en las discotecas tampoco llevaba ropa ni sujetador blanco pues en esos sitios con las luces ultravioletas se transparenta algunas ropas. Yo por mi parte efectivamente tengo las tetas más pequeñas, pero para nada enanas y los pezones son de un tono rosado y la areola de un tamaño pequeño o más bien mediano.
Como aun conservaba puesta la braguita en ese momento y tras haberme sobado las tetas a su gusto si hace intención el de quitarme la única prenda que conservaba. En este momento ya estábamos recostados en la cama, de lado y con la polla apoyada en mi muslo. Lógicamente no me resisto a que me la quite, pese a que había decidido anteriormente dejármela puesta y le ayudo a quitarla. Cuando me quedo totalmente desnuda, vuelve a hacer el mismo análisis que con las tetas. Yo en alguna ocasión me había depilado pero en ese momento lo tenia con algo de vello, no excesivo. Y de nuevo comenta que Laura tiene más pelo que yo. Es cierto, llevaba 3 días compartiendo hotel y baño con ella. Y que casualidad, también le gusta más un seto poblado. Hay que joderse con el tío. Laura es mi amiga y me alegro mucho de que el día anterior se llevase una alegría en forma de revolcón, pero estaba empezando a molestarme que todo lo mio inevitablemente tuviera que ser comparado con mi amiga. Y Laura me parece una tía estupenda, pero siempre había pasado por ser la menos agraciada de las amigas y resulta que en este momento yo estaba perdiendo la partida con ella.
Es cierto que el hecho de que el chico fuera marroquí, tanto a Laura el día anterior como a mi, nos suponía un plus de interés. Nunca antes habíamos estado con alguien de otra raza o ni siquiera extranjero. Y que nadie piense que hay ningún ramalazo racista en esto pero hay que ver que diferencia de cultura. Imagino que a ningún chico de nuestro entorno se le hubiera ocurrido en esa circunstancia hacer alusiones reiteradas a otra chica pero mucho menos podía pensar yo que el físico de mi amiga Laura, algo rellenita ella, le agradara más que el mio, pero así fue.
Metidos ya en faena el proceso fue como en cualquier otra ocasión. Tumbados ambos se sucedieron morreos, toqueteos tanto suyos como míos, chupones en las tetas, eso me gusta mucho y todo lo demás habitual en preámbulos. Me sorprende que los besos son digamos con verdadera pasión, ya apenas hablabamos, pero yo que llevo morreandome desde los 14 o 15 años con diferentes chicos no me había sentido tan inmersa en morreo como esa vez..
Ya estamos los dos realmente calientes y parece claro que el siguiente paso es que me la meta, así que hago intención de levantarme hasta la mochila que llevaba para buscar un condón.
Me pregunta donde voy, que si no me gusta. Claro que me gusta pero voy a por un preservativo.
Y me dice que no le gusta.
Me quedo de piedra. Lógicamente no voy a dejarme penetrar por un desconocido, bueno ni por nadie a pelo. En aquella época no tomaba ningún anticonceptivo ni por supuesto me iba a arriesgar a coger ninguna enfermedad. La situación empieza a ponerme nerviosa y de nuevo vuelve a surgir el tema de mi amiga Laura. Me dice: "Con tu amiga no usé condón"
Sin creer si realmente fue así, ya me pongo seria y le digo que yo desde luego no voy a hacer nada si no es con protección, pero presiento que la situación se me escapa de las manos y su gesto no me gusta demasiado e incluso me empieza a preocupar su reacción. Tanto que comienzo a pensar que hacer. Estoy en una casa que no conozco donde al otro lado de la puerta hay 3 amigos de el que se pondrían de su lado y temo que pueda forzarme a hacerlo sin preservativo. Empiezo a valorar la posibilidad de no resistirme demasiado y tratar de que al menos la eyaculación sea fuera, en realidad el semen no me da asco y en alguna ocasión no muchas y con alguien de cierta confianza había "jugado" a probar sin preservativo y usar la marcha atrás, por lo que corridas en la barriga había recibido en 2 o 3 ocasiones. Pero mi preocupación era palpable.
Incomprensiblemente y por suerte en ese momento mientras yo le daba vueltas a la cabeza con todas esas cosas, él me dice: "de acuerdo, lo hacemos con condón pero al menos chupármela sin nada".
Se me abre el cielo, pues esa solución era mejor que todas las que a mi se me habían ocurrido, incluido saltar por la ventana (era una planta baja) y salir corriendo. Y lo cierto es que a mi no se me había pasado el calentón pese al susto de la negativa inicial al preservativo.
Volvemos por tanto a lo que habíamos dejado y continuamos recorriendo todo el cuerpo el uno al otro, pero yo ya tengo a mano el preservativo para cuando sea el momento.
No tarda demasiado en solicitarme por gestos mas que otra cosa, o más bien por la postura en la que se coloca, lo que habíamos quedado. Una mamada antes de follar.
No me incomoda chupársela, pues es algo que de siempre me ha gustado, no me ha dado nunca ningún asco y reconozco que algún chorretón en la boca ya había recibido, aunque con un desconocido como era este hubiera preferido no chupársela o al menos hacerlo ya con el preservativo puesto, pero era la mejor opción después de lo que me había planteado.
La mamada fue buena, me gusta hacerlo y siempre me han dicho que se me da bien. Incluido ahora mi marido (si el supiera…) La polla era realmente grande y si bien en una penetración pues quizá la diferencia no sea muy grande en la boca si supone diferencia ese tamaño. Pero estoy realmente a gusto y siempre me ha encantado ver la cara de un chico cuando se la estas chupando y subes la vista a el. Aunque este no parecía especialmente agradecido como les pasa a otros, aunque la excitación no la podía negar puesto que su pene había incrementado aun mas el tamaño y era muy notoria una vena que le recorría un trozo de polla. Podía notar la cadencia de las palpitaciones de su polla, signo inequívoco de su excitación, hasta que tras unas de estas palpitaciones mas intensa me veo sorprendida por un chorro de semen considerable que justo me pilla en ese metisaca cuando el glande esta mas adentro por lo que directamente me lo trague. No era la primera vez que el semen de un tío me caía en la cara o incluso en la boca pero nunca me lo había tragado. No me aparto del todo porque en realidad no me estaba dando asco, más bien fue la sorpresa pues yo había pensado que querría que se la chupara pero que no se correría y preferiría correrse al follar Pese a no apartarme del todo en ese momento tengo la punta de su glande apoyada en mi labio y en ese momento sale otro chorretón si cabe aún más grande que el anterior por lo que estoy llena de semen por todos los lados, parte de la cara, me chorrea por el escote y la barriga y por supuesto la boca llena.
Después del primer susto y la sorpresa mi reacción es echarme a reír aun viéndome como estoy. En realidad iba a hacer sexo, ¿no? Aunque pienso que me quedo sin polvo, pero bueno.
Tras limpiarse de cualquier manera con una toalla que tenia por ahí y pasármela a mi para que me limpiara (lo de limpiar tal y como estaba la toalla es un decir), abre la puerta y sale de la habitación. Fuera le oigo hablar al menos con 2 de sus compañeros de piso, pero no lo hace en francés que algo hubiera entendido, me imagino que hablarían en árabe o en algún dialecto, pero las risas de los otros dos me hacen pensar que estaban hablando de lo que había pasado.
Sigo tumbada en la cama pero me pongo de nuevo las bragas, aunque permanezco desnuda de lo demás, sin pensar demasiado en al situación que estaba viviendo.
Aproximadamente un minuto después oigo abrirse la puerta y pienso que podrían ser los amigos, joder y yo prácticamente desnuda. No entran los amigos, es él.
Se muestra extrañado de que de nuevo lleve puestas las bragas. Resulta que en contra de mi suposición si quería follar. Joder no hacía ni 5 minutos que se había corrido y desde luego en abundancia. Yo había visto corridas de tíos dentro del condón en otras ocasiones y aunque es difícil calcular por que estaba por medio cuerpo mio y buena parte ya en mi estómago, parecía mucho más abundante que cualquier corrida que yo hubiera visto dentro de un condón.
No me importa follar porque a eso había ido y además yo no me había corrido, perol e dejo bien claro que seria con preservativo. Sin excesiva ilusión dice que si y desde luego me parece sincero por lo que me tranquiliza bastante y continuamos, poniéndome yo encima. Después de unos prolegómenos cortos abro el condón y se lo pongo. Esta otra vez empalmado por completo, que tío! Me siento encima, yo misma me la meto y en pocos segundo se mueve para darnos la vuelta. Sin sacarla siquiera giramos ambos y ahora es él el que está encima de mí. Comienza a follar más fuerte dándome unos empellones de cuidado, incluso me hace algo de daño pues son bastante bruscos los empujones pero ciertamente estoy echando un polvazo.
En el mejor momento vuelve a aparecer Laura. Va el tío y dice: "A Laura se le mueven más las tetas"
Manda huevos que fijación con mi amiga. Ni follando se le ha olvidado.
Quien decide olvidarse del tema soy yo y decido concentrarme en lo que estaba haciendo. No me cuesta mucho pues el tio folla realmente bien. El tamaño al igual que en la boca, también en la vagina se nota y los empellones bastante salvajes ya no me resultaban dolorosos. Estaba echando un polvazo.
No se si fueron 5, 6 o 10 empellones más cuando me llego un orgasmo intensísimo. El condón, lo acaba de comprobar con mi mano, seguía en su sitio, aunque estaba teniendo tal orgasmo que creo que en ese momento poco me hubiera importado recibir dentro la eyaculacíón. No exagero si digo que aquel orgasmo me duró cerca del minuto, bueno quizá fue poco mas de medio minuto, pero largo, intenso y hasta bastante sonoro jajjaja. Durante mi orgasmo se produjo el suyo, también sonoro por cierto y tras el aun notaba que la erección le duraba. Pese a ello le aparte para que la sacara y poder retirar el condón antes de que perdiera la erección y pudiera haber algún problema. Yo misma se lo quité y efectivamente había vuelto a eyacular minutos después de la primera corrida. Increíble.
Poca conversación hubo después y preferí irme sin ni siquiera lavarme pues el baño debía estar en en ora habitación y no era cuestión de recorrer la casa desnuda buscándolo cuando había gente.
Me vestí para marcharme y aunque no opuso ninguna resistencia ni me pidió que me quedara tampoco fue nada cariñoso. Ningún comentario y tan solo un beso mas que nada porque fui yo quien se acerco a dárselo.
Desde aquella casa al café donde habíamos cenado apenas había unos metros y desde alíi a nuestro hotel poco más y sabia ir perfectamente, pero se me hizo largo porque estaba deseando lavarme. No solo el semen ya seco que me había recorrido medio cuerpo si no la sudada que me había dado y los bajos también pues aunque se había corrido completamente dentro del condón siempre he odiado ese olor característico de los preservativos y el mio propio pues me encontraba aun mojada de la excitación.
Al contrario de lo que pasó el día anterior que ni nos enteramos de cuando volvió Laura, ese día tanto Laura como Raquel estaban esperándome despiertas. Las risas según entraba a la habitación se debieron oír desde España y las bromas de ellas. Se me debía notar en la cara que me había corrido como una loca.
Me preguntaron y les dije que estupendo, pero evite entrar en detalles, sobre todo los referentes a tanta alusión a Laura y en especial quise evitar el comentario que me hizo sobre que con mi amiga no había usado condón. Quería seguir pensando que Laura no había sido tan descerebrada.
Volvimos días después a España, donde durante unos días fuimos las chicas de moda pues subimos con unas cantidades de hachís ciertamente pequeñas pero que implicaba entrar a formar parte de ese grupo de gente que en los noventa vivía la juventud con esas inquietudes.
Mes y medio después sonó el teléfono y quedó despejada la duda que de aquel viaje me traje.
Era Laura. Me habló casi en clave. Algo así como que de Marruecos se había traído un regalito y que no se refería a la escasa cantidad de hachís que compartimos con los amigos.
Laura estaba embarazada…..
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