Recuerdos de una divorciada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Plinia, soy venezolana, tengo 48 años, divorciada, 2 hijos, y muy activa sexualmente.
Desde los 13 años, siempre me gustó tocarme, hasta que conocí a mi amiga Mercedes, una chica de mi edad, y al poco tiempo de conocernos, empezamos a tener relaciones entre las dos.
Fuimos pareja desde los 15 años hasta que ingresamos en la universidad, y ahí conocí a quien iba a ser mi primer marido.
Me gustaba estar con Mercedes, sentir como me mamaba la cuca y yo a ella, como nos besábamos las tetas y restregábamos nuestros cuerpos.
Con mi amiga siempre hicimos sexo oral, jamás hicimos otro tipo de sexo, ni con juguetes ni nada.
Cuando me casé, tenía 21 años, salvo por lo que había vivido con mi amiga, jamás había tenido sexo con otro chico, era virgen.
Al poco de haberme casado, quedé embarazada, mi esposo no era un hombre de mucha experiencia sexual, ni con mucha imaginación para disfrutar en la cama.
Cuando tuve a mi primer hijo, enseguida me quede otra vez embarazada.
A los 24 años era madre de hijos, uno de un año y mi hija de meses.
Mi esposo se empezó a alejar de mi, casi ni me cogía, yo se lo pedía pero él siempre me ponía escusas, hasta que a los 26 años nos divorciamos.
En el trabajo conocía al que sería el hombre que me enseño a disfrutar en la cama, era un hombre trigueño, alto, cerca de los 50 años, y empezamos a salir.
En la segunda salida, ya nos fuimos a la cama, recuerdo como me besaba toda el cuerpo, mis tetas, sus mano acariciando mi cuca, mi cola, como suavemente empujaba mi cabeza hacia su verga y me decía como mamarla.
Mientras yo mamaba su verga, él jugaba con mis tetas o metía sus dedos en mi cuca, hasta hacer que yo este con una calentura tal que le pedía por favor que me coja.
A la segunda vez que estuvimos en la cama, me empieza a besar la cola, a lamer mi ano, "mi amor, despacio que soy virgen de la cola", le dije cuando me estaba metiendo un dedo, "si mi vida, ya me di cuenta, pero cuando salgamos ya no va a ser virgen de ahí", me dijo sin dejar de jugar y meter suavemente su dedo en mi cola, haciendo que me relaje.
Recuerdo como se ubicó detrás mío, y como gemía yo de dolor y placer a medida que él me estaba rompiendo el ano y su verga entraba por mi cola, despacio, pero sin pausa, hasta que quedé con mis nalgas aplastadas a su cuerpo y me cogió por la cola.
El dolor en el ano me duró dos o tres días, hasta que un día en el trabajo nos fuimos a un deposito de materiales y me hace mamar su verga hasta que se vino en mi boca y me dice que trague toda su leche, yo estaba fascinada con ese hombre, sin dudarlo y sin decir nada le trague todo el semen que había dejado en mi boca y nos fuimos a seguir trabajando.
Cada vez que estábamos en la cama, siempre me cogía por la cola, me decía que tenía una hermosa cola y me la metía por el ano, hasta que yo deliraba de placer, era tanto lo que me gustaba que ese amigo me coja la cola, que muchas veces en el trabajo yo misma le decía de ir al deposito y que me la meta por el ano.
Hasta que un día desapreció y nunca más lo vi.
esa relación duró mas de dos años.
Yo todavía no había cumplido los 30 años y seguía sola.
Frente a mi casa, en ese entonces vivía con mis padres y ellos me ayudaban en la crianza de mis hijos.
Como dije, frente a mi casa había un chico de unos 17 o 18 años, bastante guapo, que siempre que pasaba me decía algún que otro piropo, yo hacía como seis meses que no cogía y estaba que me subía por las paredes de ganas de coger, hasta que un día paso y me dice un piropo y yo me paro y me sonrío agradeciendo lo que me dijo y nos pusimos a hablar, al rato estábamos detrás de su casa cogiendo, me acuerdo que tenía una verga larga pero delgada.
Yo estaba con mis pantalones bajos hasta las rodillas apoyando mis manos contra la pared y sacando mi cola hacia él, y él me había metido su verga en la cuca y así me estaba cogiendo.
En ese lugar habremos cogido dos o tres veces, hasta que me dice que sus padres no estaban en casa y me fui con él.
Recuerdo que estábamos cogiendo y yo estaba en cuatro, le hice sacar la verga de mi cuca y con mi mano la acomodé contra mi ano y le dije que me coja la cola.
El chico dio un grito de alegría y me la empezó a meter por el ano, yo deseaba tener una verga dentro de mi cola, ya que mi compañero de trabajo me hacía disfrutar mucho cogiendo mi ano.
Este chico me dijo que tenía un amigo que siempre estaba solo y si yo quería podíamos ir a casa de este amigo suyo y que los dos me iban a coger, ahí fue donde hice mi primer trío, fue increíble lo que disfruté con una verga cogiendo mi cuca y otra metida en mi cola.
Con esos chicos empezamos a beber, yo salía del trabajo y me iba a casa del que siempre estaba solo y ahí estaban los dos esperándome y mientras bebíamos me iban desnudando, yo les iba mamando sus vergas hasta que me cogían.
Una vez les dije que me quería tragar sus dos corridas en mi boca y ellos se vinieron llenando mi boca de semen, que la verdad me gustó tragar tanta leche.
Mis padres me dijeron que ya no me podían ayudar mas, ya que la situación económica del país empezó a venirse abajo y tuve que emigrar a España con mis hijos.
Yo tenía 32 años, mi hijo mayor ya había cumplido 8 años y mi hija para los 7.
En España estaba la familia de mi ex esposo, que me recibieron mas que nada por mis hijos, nos mandaron a vivir a un pueblo metido en medio de las montañas y como estaba sola no pude negarme, así que mis hijos y yo terminamos en medio del campo.
El tío de mi ex, era un hombre de unos 60 o 65 años, nos trataba muy bien, un señor muy bueno, que siempre estaba dispuesto a ayudarme a mi y a mis hijos.
Poco a poco nos fuimos haciendo amigos con el tío de mi ex, y yo como siempre necesitaba un hombre entre mis piernas y me empecé a insinuar con él.
Cuando mis hijos estaban durmiendo, yo salía del dormitorio en bata, o en pantalón muy corto con una camiseta que dejaba notar mis tetas sin sujetador, y yo tengo las tetas grandes.
Rogelio, que así se llama el tío de mi ex, me empezó a mirar y a decirme cosas, hasta que una noche me dice que me levante la camiseta que me quería ver las tetas, yo me hice la sorprendida pero cuando él me lo volvió a pedir, directamente me saqué la camiseta y quedé con mis tetas al aire.
Rogelio me empezó a mamar los pezones, a apretar mis nalgas y yo me quité el pantaloncito que llevaba puesto, quedando desnuda frente al tío Rogelio, que me empezó a manosear toda, hasta que saca su verga, yo la quedé mirando, no podía creer lo que estaba viendo, era la verga mas grande que había visto nunca, me agache entre sus piernas y casi no me entraba en la boca para mamarla.
Entre lamidas y chupeteadas que le dí, se puso bien dura y me senté sobre él, acomodando su verga contra mi cuca, sintiendo esa tremenda verga entrando, como me llenaba la cuca de carne, de verga, hasta que con mucho trabajo la hice entrar toda.
Sentía esa tremenda vergota llenar mi cuca, yo movía mis caderas mientras Rogelio me mamaba las tetas, hasta que nos vinimos casi los dos juntos, juro por mis hijos que nadie me había llenado la cuca así de verga y así de leche.
Cuando me baje de su verga sentía como me latía la cuca y me caía leche, baje mi cabeza y le limpie la verga con mi lengua.
A la noche siguiente, cuando mis hijos se durmieron, Rogelio me llevó hasta el galpón donde guarda las herramientas, me desnuda y empezamos a jugar, hasta que me dice que me de la vuelta, que me la quiere meter por la cola, yo me horroricé, ya que todas las vergas que me habían entrado en la cola no eran como esa monstruosidad de verga, "si, pero despacio por favor", le dije, acomodando mi cuerpo sobre un barril que él había acostado, yo estaba nerviosa, temblaba abriendo mis nalgas y dejando que Rogelio me unte vaselina en el ano, sabía que si me la metía me iba a ser mucho daño, pero no quería que él se enoje conmigo y nos eche a mis hijos y a mi, así que me relaje todo lo mas que pude y sentía como pasaba su verga para arriba y para abajo por mi ano, hasta que siento como la acomoda y empieza a hacer fuerza, yo no quería gritar de dolor, solo me quejaba al sentir como esa tremenda verga se iba metiendo en mi cola, como mi ano se iba desgarrando a medida que lentamente la iba metiendo.
Fue muy suave, muy delicado, pero el tamaño de esa verga era inevitable que me haga daño.
La sacó, me volvió a poner vaselina y la siguió metiendo, hasta que por fin logró meterla toda.
Sentía que mi ano me quemaba, un dolor tremendo, sentir como la sacaba y la metía, por mas despacio que lo hacía me hacía ver las estrellas.
Hasta que después de un rato de estar cogiendo mi cola se vino dentro, yo quería gritar de dolor, sentía que me cagaba, que me iban a reventar los intestinos, ya cuando la sacó, me tire un tremendo pedo y sentía como me cagaba, ya que no podía apretar el ano de abierto que estaba, la verga de Rogelio estaba sucia de sangre y de caca, "ahora si que tengo bien rota mi cola", le dije en broma por no llorar de lo que me dolía el ano.
Me acuerdo que Rogelio se lavó la verga en una pileta de agua que había en el galpón, y mojando un trapo me lo puso en el ano, haciendo que sienta un tremendo alivio.
Rogelio fue mi marido en secreto durante unos dos años, mi ano estaba tan abierto, que de echo ahora lo tengo tan abierto, que muchos de los que me han cogido la cola me lo han dicho, que esta treméndamente abierto.
Como dije, Rogelio me siguió cogiendo la cola y abriendo cada vez mas mi ano.
Hasta que por un aviso en el diario conseguí trabajo en Madrid, de interna y gracias a los señores, unos españoles, me hicieron meter a mis hijos en un internado para que puedan estudiar.
Era un matrimonio de mediana edad, él era abogado y ella medico, casi nunca estaban en casa, ya estaba la mayor parte del tiempo sola, me aburría mucho, ya estaba harta de tocarme, quería una verga, quería coger.
En la urbanización donde vivían estos señores, había un conserje de unos veinte y poco años, yo le sacaba mas de diez años, pero la necesidad era mayor que la diferencia de edad y como yo no salía de casa, ya que una de las cosas que me habían dicho los señores, es que no esté fuera de la casa, no sabía como hacer para que ese chico suba, hasta que jugada por jugada, lo llamo por el teléfono interno y le digo que suba, que necesitaba hablar con él.
Enseguida me puse solo un pequeño delantal, una cofia y unos guantes blancos, después estaba completamente desnuda.
Cuando llega, le abro la puerta y lo hago entrar, y yo como si en vez de estar desnuda, estuviera vestida, empecé a caminar delante de él diciendo que me haga esto y aquello, agachando mi cuerpo y sacando bien mi cola hacia él con mis piernas abiertas diciendo que una de las patas del sillón estaba floja, movía mi cola para los costados, hasta que siento como me agarra de la cintura y sin decir nada me la mete de una sola por la cola, haciendo que de un pequeño grito de dolor, "pero que haces?, como te atreves?", le decía moviendo mi cola con toda su verga bien adentro, "arreglando la pata del sillón", me dijo, sujetando mis caderas y sacaba y metía su verga de mi cola, yo me agaché mas y me abrí bien las nalgas dejando que me coja la cola y disfrutando los dos, "llama siempre que necesites una reparación", me decía metiendo y sacando su verga de mi cola, "puedes venir todos los días a reparar lo que me quieras reparar", le dije sin dejar de abrir mis nalgas y haciendo fuerza hacia atrás, haciendo que el conserje meta bien adentro su verga.
Cuando se vino dentro de mi cola, yo la saqué y me la metí en la boca, limpiando la verga de ese chico.
Me habrá estado cogiendo como dos meses todos los días, hasta que un día dejó de venir.
Pienso que se habrá aburrido de mi, ya que me cogió por la cuca, por la cola, no se cuanta leche le habré tragado.
Con el tiempo conocí a un señor con el que hablaba mucho por teléfono y venía a casa de mis patrones a cogerme, hasta que un día me dice que deje ese trabajo y saque a mis hijos del internado y nos vayamos a vivir con él.
Yo tenía en ese entonces unos 40 años, me llama el tío Rogelio y me dice si mi hijo podía ir a vivir con él un tiempo, ya que estaba un poco mal de salud, que él le iba a pagar por eso.
Cuando se fue mi hijo mayor, Caren y yo seguíamos viviendo en casa de este hombre.
Caren tenía casi 15 años, Aurelio, que así se llama esa pareja que tuve, a Caren la trataba como a una reina y a mi igual, me tenía muy bien servida, no había día que no me echara dos o tres polvos, a Caren la trataba como a una hija, o eso creía yo, ya que un día en que salí a hacer unos mandados, pero era por dejarlos solos a ver que hacían ya que mas de una vez lo había visto a mi pareja detrás de mi hija y una me pareció que le estaba tocando la cola.
Regreso sin decir nada y me di cuenta que mi hija se estaba arreglando la ropa de apuro, muy agitada y nerviosa al igual que mi pareja.
Armé tremendo escándalo, lo quise agarrar a golpes, estaba como loca, le dije que nos íbamos de su casa, llamé al tío Rogelio y nos fuimos de nuevo al campo, donde volví a ser su mujer y a dejar que con su tremenda vergota me siga destrozando el ano, pero era lo único que tenía.
Estando en casa del tío Rogelio, Caren me confesó que Aurelio le había cogido la cola varias veces, que prácticamente que desde que llegamos, a los pocos días se la empezó a coger.
Yo me sentí traicionada, mas que por mi hija, por mi ex pareja, ya que yo nunca le negué nada, como a todos le había tragado su semen, le di mi cola, mi cuca, pero eso no le alcanzó que tuvo que romper el ano de mi hija también.
Y ahora, con mis 48 años, siendo la amante del tío de mi ex esposo, estoy metida en medio del campo, aunque ya se corrió la voz de como soy, y recibo alguna que otra visita de algunos amigos del pueblo que esta relativamente cerca.
Lo único bueno de todo esto, es que gracias a la vergota del tío Rogelio, tengo tan abierto el ano, que ya no sufro con las otras vergotas, porque hay que ver lo que tienen esta gente del campo.
Si les gustaron mis recuerdos, opinen y así podre escribir algunos mas, ya que en muchas escapadas, muchas veces fue un aquí te pillo, y aquí te mato, con gente que no se ni como se llamaban.
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