Reto , sumisión absoluta por un día.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Bdsmtear.
Un día cualquiera, uno de esos días en que nos ponemos a hablar de sexo mi mujer y yo y la cosa acabo alargándose durante más de una hora hasta que se me ocurrió plantearle uno de esos retos que tanto me gustan: – ¿Te imaginas… tener un día a alguien como sumiso “yo por ejemplo” a tu disposición durante una sesión completa de sexo sin tiempo límite y sin la posibilidad de negarse a nada? Piénsalo, podrías hacer todo lo que nunca imaginaste poder hacer a otra persona sin que hubiera ningún tipo de rechazo. Que estuviera a tu merced, a tus ordenes , para tu disfrute personal, como nunca antes lo estuvo nadie pudiendo probar con él cualquier cosa que se te ocurra o te apetezca, desde darle placer a tu antojo hasta azotarlo con una fusta, usarlo como un juguete u obligarlo a que te de disfrute a tu gusto y de cualquier manera-. Tras soltar la idea pude notar como una pícara sonrisa se dibujaba entre sus labios lo cual indicaba que la idea le llamaba pues su mente parecía ya volar pensando en ese momento. Así que ahí llego mi reto: -Veo que la idea te pica la curiosidad, que tal si hacemos una cosa, la hacemos los dos y será como un juego, escribimos en un papel todo aquello que nunca hemos sido capaces de probar con otra persona o que hasta el día de hoy no hemos podido probar por lo que sea y también cualquier otra cosa morbosa que se nos ocurra sea lo que sea, vale todo y hay que imaginar que realmente tenemos a la otra persona a nuestra disposición para gozar sin límites, lo convertimos en un texto y explicamos que le haríamos, como le trataríamos , como usaríamos su cuerpo e incluso su mente para los juegos más morbosos y sexuales que seamos capaces de imaginar o desear. Un simple si aunque con sus mejillas aun algo sonrojadas por la sorpresa, pero a la vez por el morbo que la idea le causaba, fue suficiente para ponernos manos a la obra y mente al vuelo en un escrito que nos llevaría al disfrute más absoluto. He aquí mi mente imaginándote, acercándote a mi nerviosa y temblorosa, me conoces, sabes ya gran parte de lo que me gusta pero aun así no alcanzas a imaginar lo que sería capaz de llegar a cumplir contigo. Aun así aceptaste y ya no hay vuelta atrás. Es mi momento posiblemente el único en que te tendré absolutamente para mí y sé que has de aceptarlo todo, realmente estas deseando probar de mi la experiencia acumulada durante años pero nunca has sido capaz de hacer algo así, hasta hoy. Con un fino pañuelo de seda cubro tu rostro negándote la visión, y así empezó todo. La imposibilidad de ver multiplica tus otros sentidos, sabes que soy yo pero realmente no ves quien te maneja, intentas relajarte y disfrutar y piensas que realmente al no ver cualquiera podría ser esa persona que te controla… ¿Quién desearías que fuera? A tu elección queda eso pues puedo controlar tu cuerpo pero no tu mente. Te giro dejándote de espaldas hacia a mi como para encaminarte hacia la cama que sabias que estaba a tus espaldas pero antes de hacerte caminar te abrazo rodeando por completo tu cuerpo con mis brazos, ya te había abrazado muchas veces pero esta vez es especial, fuera de lo común, esta vez eres mía, lo sabes y yo también así que puedo aprovechar y el abrazo acaba llevando una de mis manos hacia arriba comprimiendo tus pechos, haciéndote sentir que los controlo que ahora son de mi propiedad. Mientras tanto la otra mano baja ya por tu ombligo buscando el monte de venus sobre el que aprieto uno de mis dedos lo justo para notar como te humedeces. Tu cuerpo se encoje nervioso pero tratas de no moverte, no debes hacerlo, no sin mi permiso. Llevo la mano hacia atrás buscando tus muslos, acariciando tus piernas por la parte interior subiendo hasta casi acariciar de nuevo tu sexo aunque esta vez desde atrás. No llega ese roce que te hace quedar esperando y notas a mis manos dirigirse a tu trasero, cada una agarra un glúteo apretándolos como si de una pelota de goma se trataran, masajeándolo a mi antojo. Aprovechando la situación bajo un poco las muñecas que tiran de la cinturilla de tu pantalón invitándolo a dejarse caer por tus rodillas para deleitar mi vista con un fino tanga de hilo. Estoy casi mordiendo mi propio labio inferior por la excitación que me causa tenerte así pero pienso que hay mejores lugares donde morder y me dirijo a tu cuello. Rozo mis labios con tu cuello del hombro casi hasta el borde de tu barbilla y vuelvo al centro de tu cuello donde muerto suavemente provocando que tu torso se tense. Aprovecho que recuestas hacia atrás tu cabeza como buscando mi hombro y mis manos suben por tu cintura bajo tu pechos, rodeándolos lenta pero firmemente para que puedas sentir como la punta de mis dedos se cuela en tu sujetador de provocativo encaje hasta rozar tus pezones que empiezan a endurecerse. Tiro hacia arriba de la camiseta arrastrando el sostén a su paso dejando tu pecho desnudo, el cual recorro con mis manos para bajar a terminar lo que empecé con tu ropa inferior que termina cayendo al suelo dejándote completamente desnuda. Mi cuerpo contra el tuyo te invita a avanzar y un poco tientas sin ver nada vas buscando la cama para recostarte en ella. Cuando consigues apoyarte en ella sujeto tu cintura y así quedas apoyada contra la cama sabiéndote desnuda y ahora en buena postura para lo que pudiera venir…. Pero aun no es el momento y solo paseo mis manos por tu cuerpo desnudo y esta vez me aseguro de rozarlas más contra tu sexo que cada vez está más húmedo e hinchado. Levantándote una pierna tiro un poco de ti y te giro para tumbarte boca arriba mientras tú sumisamente te vas dejando hacer y quedas con las piernas abiertas sobre la cama dejando ante mí un bonito espectáculo. He decidido comenzar despacio, darte confianza, hoy vivirás cosas nuevas pero no las has de temer, todo será para tu disfrute, y el mío. Acerco mi boca a tus muslos casi a la altura de tus rodillas y voy recorriendo tu pierna hacia el centro de tu cuerpo, apretando los labios y a veces rozando con mi lengua hasta llegar al borde de tu clítoris donde para provocarte más deseo apenas doy unos muy leves roces con la punta de mi lengua. Tu cuerpo ya inquieto no para de moverse como si quisiera buscar contacto con mi lengua para que continúe lo que tengo casi empezado y así lo hago pasando de golpe la lengua por el centro de tu ya inundada rajita lamiendo de abajo a arriba hasta llegar al centro de tu placer para succionarlo y jugar con él entre el roce de mis dientes y mi coqueta lengua que no para de mover tu sensible bultito. El movimiento frenético de tu cuerpo y entrepierna unido a la agitada respiración y los cortos gemidos que pareces querer esconder, delatan que el orgasmo se aproxima, pero, aun no es el momento y me detengo dejándote a punto del clímax. Es el momento en que aceptarás todo y lo sabes, quieres correrte y solo yo puedo hacer que lo hagas. Inquieta sin saber cuándo continuaré te mantienes en la cama con los brazos y piernas extendidos y sientes como una especie de muñequeras comienzan a abrocharse sobre mano izquierda y luego en la derecha. Vuelvo por sorpresa al juego entre tus piernas provocando que te encojas y exhales el aire de golpe volviendo a sentir ese placer que deseabas. Pero vuelvo a detenerme otra vez y esta vez son tobilleras lo que sientes cerrarse sobre tus pies descalzos. Vuelvo a lamer tu coño que aprietas contra mi cara intentando que no vuelva a detenerme y puedo notar como tus manos se acercan a mi cabeza para que no me detenga, pero no debes agarrarme pues sabes que yo llevo el control y te correrás cuando yo lo desee. Tras unos minutos continuando y parando puedo sentir como todo tu cuerpo vibra y tiembla como si no fuera capaz de soportarlo más y decido que ya es la hora. Introduzco uno de mis dedos en ti buscando tu punto g, haciendo que tus pequeños gemidos ya sean incontenibles hasta que explotas de placer corriéndote de gusto. Aun tiemblas en la cama con los ojos todavía vendados, cuando uno de tus brazos es estirado hacia una esquina de la cama y enganchado a una cuerda que parece venir del cabecero. En un instante el otro queda también convenientemente atado a la otra esquina y continuando con las piernas dejándote abierta y atada en forma de cruz. Sonidos a tu alrededor despiertan tu intriga pero aunque intentas descubrir que ocurre solo puedes imaginar porque la venda te impide ver nada, hasta que sientes que algo se apoya contra tu sexo, parece una bola y sientes como comienza un leve cosquilleo que poco a poco se va transformando en una potente vibración que hace que tiemble casi tu cuerpo al completo. Nuevamente unos dedos se introducen en ti hasta de nuevo tocar el punto de tu lujuria provocándote un nuevo orgasmo que te hace sentir aún más húmeda y caliente que antes. Pero esta vez no se detiene, continua vibrando fuertemente sobre ti mientras continuas siendo follada por una mano incansable que parece saber exactamente donde tocar para nuevamente volver a estremecerte en un orgasmo que esta vez hace que pierdas el control y grites liberando de ti un manantial de jugos en forma de chorro que moja los muslos e incluso la cama sobre la que te encuentras. Un poco desorientada por la fuerte sensación hace que apenas tengas fuerzas para moverte y aprovecho el momento para masajear un poco más allá. Esta vez sientes como en tu pequeño orificio trasero cae algún tipo de cálido líquido aunque instantáneamente ya sabes lo que podría ser. A la vez algo parecido a unas pequeñas ventosas, succionan en tu pecho justo en el centro dejando tus pezones tiesos y tensos como si un pequeño pellizco estuviera tirando de ellos. Quizás sientes un poco de molestia pero el intenso morbo de la situación te hace olvidarlo rápidamente pues algo parece tratar de abrirse paso a tu interior pero esta vez a través de tu trasero. Un plug anal se encaja en tu ano y te deja sentir algo parecido a unos pelitos rozando tu culo y nalgas aunque rápidamente comprendes lo que es cuando escuchas de mi boca “te ves como una preciosa gatita en celo con esa colita”. No deseo que te enfríes así que de nuevo vuelvo a tu coñito pero esta vez con mi lengua y vuelvo a lamer de él sus juguitos y doy pequeños mordisquitos, mientras con mis manos extendidas acaricio tus pechos para relajar la presión de las ventosas en tus pezones que parecen estar cada vez más grandes y apetecibles. Antes de que vuelvas a correrte suelto tus piernas de sus amarres pero no para liberarte, aun no. Las elevo hacia atrás como si quisiera juntar tus tobillos con tus manos y ahí las ato con alguna cuerda más y aprovechando las tobilleras. La increíble y morbosa visión de tenerte ahí con las piernas levantadas e inmovilizadas totalmente expuesta para mí, hace que no pueda aguantar más y me despojo de toda mi ropa de golpe. Una mano acaricia tu cara con gesto cariñoso mostrando que estoy disfrutando del momento y uno de mis dedos pasa rozando tus labios para que puedas sentir el olor de tu intensa corrida anterior y hace que abras la boca para que la saborees. Suavemente el dedo entra y sale de tu boca como si quiera follarla también y hace que la abras un poco más. En ese mismo instante algo entra en tu boca, una bola de goma de una mordaza que se cierra tras tu nuca dejándote la boca abierta sin posibilidad de moverla aunque aún pueden presentirse tus gemidos. Sientes tus pezones liberados de la presión de las ventosas y mi boca va a por ellos como si quisiera comerse cada una de tus tetas por completo a la vez que mi cuerpo comienza a acomodarse sobre el tuyo. La punta de mi pene comienza a abrirse paso entre tus labios vaginales y puedes sentir como el calor inunda tu interior a medida que profundiza en ti. Cuando ya parece que ha llegado hasta el fondo comienza a moverse como un pequeño vaivén adelante y atrás para continuar aumentando la fuerza hasta dar casi embestidas con fuerza suficiente para no hacer daño pero provocar que sientas como mis testículos chocan contra ti. Durante un rato embisto contra ti haciéndote sentirla hasta el final y viendo como no puedes apenas contener la saliva que cae por los laterales de la mordaza mientras disfrutas de cada una de las entradas y salidas de mi polla hasta que de nuevo noto tenerte a punto del orgasmo y paro. Algo vuelve a entrar en tu intimidad pero esta vez parece bastante más grande y está claro que es algún tipo de juguete. Sientes como si una pequeña chispita en tu interior estuviera dándote pequeños calambritos y realmente así es. Retiro la venda de tus ojos pues quiero que te observes, deseo que veas como te tengo ante mí y como te uso para mi placer y por lo que veo claramente también para el tuyo. Comienzo a subir potencia al consolador eléctrico que ahora ves claramente y sientes, pues cada vez más claro notas como los pulsos eléctricos contraen y relajan toda tu zona pélvica provocándote espasmos de placer, que de nuevo te provocan que sientas que no tienes el control de tu cuerpo que parece moverse a su antojo buscando aún más placer. Conecto también el modo vibración pues funcionan a la perfección las dos cosas juntas y veo como intentas retorcerte de gusto pero las cuerdas te lo impiden. Retiro de tu trasero la colita gris y peludita que tenías insertada y notas de nuevo ese viscoso y cálido líquido que ahora si puedes ver que es lubricante aunque ya te diste cuenta antes. Acerco mi mano a tus zonas húmedas y puedo ver claramente como tus ojos se abren como platos para ver que intento hacer aunque no te es muy difícil imaginarlo pues en la postura en la que estas y con el coño ocupado por el gran consolador que parece taladrarte solo queda un agujerito con el que jugar y un segundo después ya está ocupado por uno de mis dedos. Entro y salgo de él, dándole juego lentamente pero sin pausa, haciéndolo dilatar de un lado a otro hasta poder introducir en el un segundo dedo. Todo es tan relajado y cuidadoso que no sientes ningún dolor aunque en tu pecho sientes como si tu corazón fuera a salirse desbocado de su sitio y tu trasero parece abrirse cada vez más preparándose para lo que este por venir. Tras un rato jugando así y al borde de tu clímax retiro los dedos y me acomodo tras de ti. Ya solo queda lo inevitable porque no podrías moverte aunque quisieras y ni siquiera puedes hablar para negarte pues la mordaza te lo impide. Lentamente comienzo a empujar hacia dentro, muy, muy despacio mientras el consolador sigue su ritmo de contracciones y relajaciones y las vibraciones te tienen a punto del desmayo. Una vez entra la cabeza pareces relajarte y la tensión de tu rostro desaparece así que decido quitarte la mordaza para que puedas hablar y ver hasta dónde podemos llegar. Continuo penetrando y ya sin mordaza continuas con la boca abierta jadeando entre gemidos y respiraciones como si te faltara el aire pero pareces disfrutarlo así que un empujoncito más y llego al tope en tu interior, tu cuerpo se arquea y lo que eran leves gemidos ahora son mucho más fuertes y comienzas a pedir que te folle así que lo hago y te follo por detrás hasta que comienzas a gritar a voces y correrte a la vez que noto como presionas mi miembro con el interior de tu cuerpo y el juguete de tu coño sale expulsado entre chorros de líquido mojándolo todo a su paso incluido a mí que estoy a punto de correrme. Un último esfuerzo por aguantarme y me detengo para aguantar y poco más y darte un último placer pero veo como espasmos en ti y que tu cuerpo tiembla y tirita incontrolado así que te desato y mientras quedas en la cama rendida vuelvo a introducir el juguetito. Aún no hemos terminado, sé que te encanta ser follada a cuatro patas como gatita en celo y eso me pone muchísimo así que te ayudo a voltearte y te dejo en cuatro. Tus manos intentan sacar el consolador que aún sigue trabajando en tu coño pero te lo impido pues debes recordar que hoy eres mi sumisa y voy a follarte por ahí otro día pero hoy voy a hacerlo como quiera, así que de nuevo apunto a tu traserito y esta vez de un empujo la meto hasta el fondo sacando de ti un nuevo grito pero sé que no es de dolor pues tu culito ya está bien abierto y lubricado y así sigo follándote. Te agarro de la cintura con una mano y con la otra intento mover el consolador de tu coño dándote los últimos apretones justo antes de correrme aunque decido ir un poco más allá y la mano de tu cintura pasa a agarrar tu pelo tirando de ti contra mi cuerpo para de nuevo empujar un poco más fuerte, hasta que de repente comienzas a gritar que te corres con la voz temblorosa de no poder más y de nuevo chorros brotan de ti a la vez que ya sin soportarlo más me corro fallándote analmente, mezclando mis gemidos con tus gritos hasta que quedo sin fuerzas y noto como te escurres entre mis manos cayendo boca abajo a la cama casi desvanecida de gusto sin fuerzas ni para hablar. Miro a mi alrededor y una sonrisa se dibuja en mi cara cuando veo que más de media cama esta empapada en tu líquido y te tengo tirada exhausta ante mí. Me acerco a tu cara y te levanto un poco por el pelo para humillarte una última vez y que no puedas esconder la cara de satisfacción, te beso y te digo lo mucho que deseaba poder follarte de esa manera y te dejo sobre la cama saliendo de la habitación, pero no sin antes recordarte que ahora eres tu quien tiene la posibilidad de usarme durante un dia.
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