Secuestro intergaláctico parte 1
Una familia es secuestrada y llevada al otro lado de la galaxia para participar en un espectáculo depravado .
Antes de continuar: la siguiente historia es de ciencia ficción con toques de splatterpunk. Léase con discreción
– —Entra ya –gritó mamá por la ventana del segundo nivel
– —Ya voy –respondí de la misma manera
– —Entra de una vez gilipollas
Nada como el cariñoso llamado de mi querida prima. Sin dudar es el epitomé de unas maravillosas vacaciones.
Creo que eso; las vacaciones en familia las invento el mismo tío que invento las galletas de arroz bañadas en chocolate. Se ven apetitosas pero, después de probarlas, te das cuentas que son una mierda.
¿Y que hago aquí?…Me lo pregunto continuamente.
¿En una cabaña (bastante cómoda, todo hay que decirlo) en medio de las montañas?
La respuesta es simple: mi tío Mario, tiene una obsesión casi insana con los ovnis y según él, esta zona es visitada constantemente por hombrecitos verdes. A eso vino, a investigar y documentar todo platillo volador que se le cruzase.
Por qué debió traer a mi padre, mi madre, mi hermano mayor, mi hermana menor, mi hermano pequeño, mi abuela, mi abuelo, mi tía, mi prima menor, mi prima mayor y a la amiga de esta con él?. Eso es algo que nunca comprenderé pero, lo hizo y todo fue relativamente bien en estas “vacaciones en familia”, los primeros días.
Sin mencionar (no, en serio, no puedo mencionarlo ó ellos me golpearan más fuerte) las bromas, golpes y burlas de las que fui victima, constante por parte de los integrantes más jóvenes de mi familia.
Ya para el quinto día todo se fue a la mierda.
A eso de la una de la tarde se descompuso el generador eléctrico, y los hombres de la casa decidieron viajar 9 horas al pueblo más cercano y comprar los repuestos necesarios para repararlo.
Por “hombres” me refiero a mi tío Arturo (autor intelectual del viaje y de mi sufrimiento) mi papá Roberto (autor materia), mi hermano Tomás (cómplice) y mi abuelo Claudio (otro cómplice).
– —no creo poder volver hasta mañana -dijo papá montando la caravana que rentó para el viaje
– —será lo mejor, esa carretera no se encuentra en buenas condiciones para conducirla, mucho menos de noche –respondió Helena mi mamá
– —lo mismo creo yo – acotó la abuela Jacinta, despidiéndose con un beso de mi abuelo – conduzcan con cuidado
– — eh Sebas, cuida a las mujeres –dijo mi tío con una risa burlona
– —jajaja, si no puede cuidarse ni él –respondió Natalia dándome un golpe en la cabeza con mayor fuerza de la necesaria
– por eso lo digo –gritó mi tío cerrando la puerta mientras papá arrancaba el coche
– —ya se fueron? –preguntó saliendo de la cabaña, la hermana de mi mamá o sea, mi tía, madre de eso dos engendros de lucifer que son Natalia y Vanessa
– —si, ya se marcharon –respondió mi madre encaminándose a la cabaña
* * *
Y así volvemos al punto exacto donde mi prima me llama gilipollas,
* * *
Eran alrededor de las 10 de noche y la oscuridad cubría las montañas, la escasa luz que se filtraba por las ventanas provenía de las pocas velas encendidas dentro de la cabaña, estas, a duras penas lograban iluminar la sala, para que mencionar los 90 metros que separaban la casa de la roca donde yo me encontraba sentado, lo cual generaba un lugar perfecto para ver las estrellas y ocultarme en la penumbra, donde esos pequeños desgraciados no me encontrarían.
Dentro de la cabaña se encontraba mi madre, Helena de 38 años muy bien cuidados, de ojos cafés, cabello castaño y una silueta algo rellenita luego de dar a luz hacía tan solo 9 meses. Lo que impresionaba eran sus enormes tetas cargadas de leche, cada vez que le da de mamar al bebé me carcomía la envidia. Mi primo Xavier por otro lado, tiene 16 años, hijo del tío Enrique que, afortunadamente decidió quedarse junto a la tía Alba y nos dejó a cargo de su dulce retoño, si, como imaginaron es un pelmazo.
Mi tía Angélica de 40 años; la hermana mayor de mamá, su cuerpo era muy parecido al de ella, aunque su culo era un poco mas grande y macizo, en fin que era un culazo.
Mi prima Vanessa de 20 años y un cuerpo de infarto, estrechas caderas, el culazo heredado de su madre y un par de hermosas protuberancias que, por momentos me hacían olvidar lo insoportable y malvada que era.
Su amiga Karen de 19 años, era una chica menuda de tetas medianas aunque por detrás ostenta un culo orondo y prieto, si bien, no se compara con el de su amiga, era bastante impresionante.
Natalia de 15 años y para su corta edad estaba muy desarrollada, admito sin ningún tapujo que, cada vez que veía esos senos como naranjas de buen tamaño me ponían palote, si no fuera tan insoportable como su hermana, sería genial.
También se encontraba mi hermana menor Anais de 10 años de complexión delgada, sin notorias caderas y de donde descollaban unos pequeños bultos delanteros, de los cuales podías intuir las tetitas puntiagudas escondidas bajo la camiseta.
Mi hermano pequeño de 9 meses y mi abuela Jacinta de 67 años, que puedo decir de mi abuela que no luzca un tanto perturbador. La mujer tenía un par de tetas del tamaño de melones.
Aún recuerdo el día que mi abuelo me dejó ingresar a su cuarto mientras ella se paseaba con sus ubres al aire. Tendría unos 11 años y nunca olvidare la visión de aquellos pezones gruesos de color cereza madura que contrastaban una enormidad con ese par de areolas rosadas casi inexistentes.
La abuela no se cortó, en su lugar, con amplia sonrisa se acercó a saludarme, dándome un fuerte abrazo hundió mi cara en sus descomunales pechos. Ese fue el mejor día de mi vida.
Y yo, sentado sobre la gran roca a unos 90 metros de la cabaña, mi nombre es Sebastián, tengo 15 años y además del hecho que me ponen las insoportables de mis primas, no tengo mucho que decir de mi mismo.
Por supuesto, hice caso omiso de los llamados y continué sentado en la roca mirando las estrellas. Como a eso de la media noche una extraña luz azul violácea pasó sobre mi cabeza, la luz se detuvo, hizo unos giros circulares y se disparó ocultándose tras una montaña. Quise regresar a casa y decirles a todos que mi tío tenia razón pero, sin advertencia la luz regresó rauda y se posiciono sobre la cabaña, solo que esta vez no lucia como una luz, más bien parecía una estructura, de algún metal oscuro aún así, irradiaba una luminosidad casi cegadora.
El descomunal volumen de la imponente nave cubrió totalmente la cabaña proyectando hacia abajo una brillante luz azul, dentro de ella logré ver como unas espectrales siluetas se movían cargando bultos indeterminables.
Mientras me acercaba lentamente pude distinguir que aquellos bultos era mi familia que, en volandas eran llevadas a un denso haz de luz blanco donde desaparecían.
Parte aterrado, parte enfurecido, cogí un grueso madero tirado al lado del camino y lo empuñe con fuerza, como si sostuviese a la mismísima Lucille.
Corrí los últimos metros en dirección a un ser alto, delgado y de cabeza bulbosa que al parecer coordinaba el secuestro. Ya sobre él, de un salto abaniqué el denso trozo de madera acertando en su cabeza extrañamente esponjosa, la criatura cayo dando un seco golpe en el suelo.
Es lo último que recuerdo.
No sé cuantas horas después desperté rodeado de criaturas altas, delgadas, de un tono de piel celeste limoso y ojos negros y sin vida, de entre ellas un ser que vestía un ceñido traje metálico gris rojizo, chillando y gruñendo me apuntaba con un dedo largo y huesudo, luego, otro de ellos se acercó gruñendo y siseando, tomó mi cabeza con sus dedos puntiagudos y girándola con violencia llevó hacía mi oído izquierdo una especie de larva gorda y viscosa; del insecto emergieron unas delgadas membranas parecidas a patas tentaculares las que se enredaron alrededor de mi oreja.
En todo momento el ente mantuvo mi cabeza con firmeza, aún con mis intentos desesperados de liberarme cuando la larva se deslizó dentro de mi canal auditivo.
Podía sentir cuando el bicho se arrastraba intentando colarse dentro de mi tímpano.
Me desmaye.
Luego me enteraría que el sujeto de dedos huesudos, era el capita de la nave ordenando que me expulsaran al espacio por asesinar a uno de sus tripulantes, el otro ser, el que sostuvo mi cabeza era el fisiólogo y padre del que había matado, él tenía otros planes para mí.
Cuando volví a despertar me encontraba sobre una especie de camilla translucida; cuyas orillas se iluminaban con extraños caracteres centellantes, dentro de aquel metálico compartimiento frió y gris, rodeado de gigantescos monitores transparentes con extraños garabatos y esquemas incomprensibles que se alternaban en una especie de actualización incesante.
Desde una esquina se me acercó un ser de un tono de piel verde musgo, como de mi estatura, algo más robusto, de ojos pequeños y rojos y una aleta membranosa que le cruzaba desde la frente a la nuca.
– —me logras entender –dijo el ser
– —como es posible? Puedes hablar mi idioma?
– —No, tu entiendes el mió –respondió el que más tarde conocería como Ta´ar
El tiempo me pareció eterno encerrado en esa sala gris, con aquel extraño ser que no paraba de hablar: de su mundo, de su familia, incluso de su comida favorita.
Confió en mí y lo agradecí, hasta que me relató de los Ganimidianos: ellos descendieron en su planeta natal una noche y se llevaron a las hembras de su familia, Ta´ar junto a su hermano valientemente abordaron la nave, sin embargo, no tardaron en descubrirles, intentando que Ta´ar huyera su hermano se enfrento a los secuestradores pero, estos le mataron enseguida. Ta´ar al contrario no ofreció resistencia y se rindió ante ellos.
Mathezard fisiólogo de los Tertium le perdonó la vida esclavizándolo en su lugar, desde entonces a servido a sus amos.
Me dijo que él tuvo suerte, nunca volvió a ver a su familia al contrario yo, lo peor que pude hacer es dejarme capturar luego de matar a uno de los suyos, que mi castigo no será lo que ellos me hagan, sino, presenciar lo que le hagan a mi familia, sus palabras eran de una firme seguridad pero, sus ojos parecían ocultarme algo.
– —de que estas hablando? –pregunté aterrado
– —Los Ganimidianos son tratantes de esclavas sexuales, recorren el sistema en busca de hembras de diferentes especies para satisfacer los gustos de los más retorcidos, adinerados y poderos cabrones. Ellos luego de comprarlas las obligan a copular con diversas bestias capturadas por toda la galaxia – respondió Ta´ar con lagrimas es sus ojos
– —Las violarán…es lo que me estas diciendo, entonces debo rescatarlas, sacarlas de esta endemoniada nave
– —No puedes, ya estamos fuera de tu sistema solar, dentro del flujo del hiperespacio a momentos de llegar a Tueris –continúo- lo que puedes hacer ahora es obedecerles, hacer todo lo que ellos te pidan incluso más, gana su favor. Sobrevivir
– —¿Qué es Tueris? –inquirí
– —una estación de placer, oculta de los Drentas tras una nebulosa electromagnética –
– —¿estación de placer? ¿Qué es eso?
– —un lugar donde se reúnen traficantes, ladrones, pervertidos, ricos y corruptos –
– —espera, dices que voy a una especie de Isla Tortuga espacial llena de piratas y bandidos –
– —no sé que es eso pero, creo que si –concluyo Ta´ar
Las palabras de Ta´ar retumbaron en mí cabeza. Por un lado, tengo que defender a mi madre y a las demás, intentar liberarlas y escapar pero, no sé donde estamos y si me descubren me lanzaran al espacio.
Por otro lado, toda mi vida fui abusado por mi hermano mayor y mis primas y nadie, ni mis padres, ni mis abuelos, ni mis tíos me defendieron ¿porque tengo que arriesgar mi vida por ellos?, mi hermana solo seria daño colateral.
Mucho tiempo cavilé en las probabilidades que tendría mi rescate y que tan valiente o cobarde podría llegar a ser para concretarlo.
– —ya están aquí –dijo Ta´ar al abrirse la puerta del compartimiento – has todo lo que te pidan, sobrevive – susurró el Buldariano
– —Terrano queremos tu ayuda – dijo un Ganimidiano acompañado de dos seres enfundados en armaduras negras
– —Yo… – titubee unos segundos armándome de valor –haré lo que me pidan – soy un cobarde
El Ganimidiano me guió por una serie de corredores, hasta un salón atiborrado de pantallas semitransparentes, ellas estaban repletas de diagramas y extrañas letras, allí se encontraba Mathezard, el fisiólogo
– —debería hacerles exhaustivos estudios a las hembras de tu raza pero, ya que estas aquí….dime, como se reproducen?
No sé que me pasó pero, conté todo, desde como nacen los bebes hasta las posiciones del kamasutra.
Mi instinto de supervivencia es mayor que el bienestar de mi familia, soy consiente que mi oposición sería en este punto, inútil, pero nada, ni siquiera una mala cara, que tan cobarde puedo ser?
Mucho….
********
Sin darme cuenta la nave se sacudió y rechinó, asustado miré por la primera porta que encontré, y solo vi luces refulgentes dentro de una estructura metálica que ocupaba todo el volumen del horizonte.
Entonces, el Ganimidiano acompañado por 2 seres altos, ataviados con armaduras negras de algún metal exótico, me sacaron del salón dejando al fisiólogo atrás y me condujeron por un corredor hexagonal, construido con alguna especie de acrílico transparente por donde se podía ver el manto negro del espacio, todo salpicado por una multitud de destellos estelares multicolores.
Al final del conducto, sobresalía una impresionante estructura suspendida en el vació, inmediatamente entendí que eso debería ser la estación de placer Tueris; desde el costado la nave de recolección Mostrono, donde me encontraba, observe cuando el vehiculo en el que viajábamos atravesó una especie de manto de energía y luego, una enorme pinza metálica cogió la nave y la deposito sobre lo que parecía ser la bahía de carga
Los guardias entonces me condujeron fuera de la nave, llevándome por entre una multitud de seres de diferentes formas y tamaños, todos ellos ocupados descargando o cargando una decena de otras naves estacionadas en aquella atareada zona.
avanzamos por unos corredores hacia unos elevadores y de allí a otra cubierta, para luego encerrarme en un cuarto impolutamente blanco, una cama del mismo color, cubierta por unas especies de mantas plásticas acomodadas en un rincón, era mi único mueble para yacer, allí me encerraron por no sé cuanto tiempo.
La monotonía del blanco termino cuando Ta´ar abrió la puerta
- —ven – dijo el Buldariano abriendo la escotilla y oteando en ambas direcciones –rápido antes que nos descubran
- —¿Qué sucede? –dije escabulléndome de la celda
- —No puedo ayudarte a escapa pero, te llevaré con tú familia antes que…antes que todo suceda
Corrimos veloz y sigilosamente por entre corredores y galerías enmohecidas y cochambrosas, hasta llegar a un enorme salón tenuemente iluminado.
Allí se encontraban decenas de capsulas de Estasis, ordenadas en apretadas hileras de 10 unidades. Ta´ar me condujo entre los tecnológicos ataúdes hasta la última fila, donde solo se encontraban 7 Potts de color rojo.
Mientras avanzaba siguiendo a Ta´ar, miraba en el interior de cada una de las cámaras. Extrañas criaturas de las que podía adivinar, eran hembras de distintas especies ya que algunas de ellas poseían tetas de diversos tamaños y cantidades. Incluso, reduje la velocidad cuando franqueé un potts, donde yacía una hembra de piel azul blanquecina, tenía un rostro humanoide salvaje, sus ojos aunque cerrados se notaban almendrados y pequeños, un grueso cabello negro azabache cubría la mitad trasera de su cabeza, nariz ancha y labios gruesos de donde emergían dos enormes colmillos ascendentes hasta llegar a la nariz, en el pecho se revelaban dos pares de senos superpuestos orondos, redondos y firmes de donde nacían gordos pezones empitonados de un fuerte color azul cobalto.
Ta´ar se detuvo al principio de la hilera y me hizo señas para apurar mi paso. Al llegar, pude ver a mi mamá encerrada en aquella capsula semitransparente, parecía dormir envuelta en una tenue niebla celeste.
La sorpresa me vino una décima de segundo después, cuando le vi completamente desnuda tras ese cristal plástico, enseñando sus enormes senos de donde resaltaban unas areolas oscuras, coronadas por un par de pezones color cereza madura. Continué revisando la hilera de potts donde se encontraba mi familia dormida al igual que ella.
- —tenemos que sacarles de aquí –dije alterado
- —de que forma? – respondió Ta´ar –cada cámara tiene una clave individual de purga y si lográramos abrirlas y despertarlos ¿que harías después? ¿Cómo los sacamos? Recuerda que estas del otro lado de tú galaxia
- —lo sé pero, tenemos que ayudarlos de algún modo –dije perturbado
- —no podemos, al menos no ahora –respondió Ta´ar
- —aquí están!
- —guardias Jerasios! –gritó Ta´ar sobresaltado
- —las sacaré de aquí – dije con una seguridad fingida mientras los guardias me arrastraban junto a Ta´ar
Los guardias me detuvieron y me devolvieron a la celda donde aguardé no sé por cuanto tiempo.
***
Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo eterno, y yo permanezco eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!
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Espécimen 1:
Fue Mathezard junto a otro Ganimidiano, Ta´ar y 2 guardias Jeracios quienes me acompañaron de mi celda al elevador 67-2 en la cubierta 3 de la estación Tueris, donde estuve encerrado no sé por cuánto tiempo.
– —¿quien es el poseedor del embarque de Terraneos? – preguntó el Ganimidiano ataviado en un atuendo amarillo tierra
– —el conde Xorento – respondió Mathezard
– —y los compro todos?
– —si
Ta´ar no pudo disimular las lágrimas que se desprendieron de sus ojos, eso me heló la sangre. No recuerdo nada más.
Cuando desperté me encontraba atado a una especie de sillón negro sintético. Ta´ar quien se veía severamente golpeado, me coloco unas gafas oscuras unidas al sillón por una serie de cables cobrizos
— —¿Qué te sucedió — pregunté susurrarte
— —lo siento — dijo el Buldariano antes de dejarme completamente a oscuras
Las oscuridad dentro de las gafas ahumadas dio paso a un armonizo blanco luminoso, luego todo se aclaró. Aterrado observé un cuarto en penumbras desde donde se erguían múltiples figuras etéreas. Siniestras sombras sin rostros que me rodeaban sin percatarse de mi presencia.
Cuando las paredes se encendieron por completo, dejaron ver un cuarto gigantesco, completamente iluminado por unos paneles de un brillo blanco amarillento, inundando el lugar de una calida luz día, las paredes revestidas de un metal azul grisáceo brillaban opacas. Desde el centro de la tecnológica mazmorra, una espesa bruma se disipó al instante que las paredes se encendieron.
Rodeando el enorme cuarto se encontraban 5 Ganimidianos, mirando pantallas multicolores en cubículos independientes, tras ellos logré contar 30 sombras dispersa, algunas en solitario, otras en grupos de 3 ó 4 charlando entre ellas.
Unas enormes pantallas semitransparentes emergieron sobre nuestras cabezas, a mí alrededor todos eran mudos asistentes a este espectáculo demencial, mirando expectantes hacia arriba, alcé la vista admirando las holopantallas gigantes en las cuales mi tía era expuesta en imposibles acercamientos, inclusive desde dentro de su interior. Voltee a ver el centro del cuarto y allí estaba ella.
Mi tía Angélica se encontraba a cuatro patas, completamente desnuda dentro de un halo circular de luz azul, el cual la mantenía inmóvil.
En un momento, la estructura de las paredes comenzó a cambiar, volviéndose un páramo desértico. Una especie de holograma pensé, de un momento a otro parecía estar a bordo de una versión retorcida de la nave Enterprise.
Entonces, de la pantalla sobre nuestras cabezas aparecieron imágenes y gráficos — Angélica, la hembra Terrana se apareara con un Jawari de las planicies de Hindra 5 – retumbaron los alto parlantes.
Desde la superficie terrosa una escotilla metálica se abrió en un silbido casi imperceptible y de ella surgió una criatura: de apariencia similar a una hiena, cabeza achatada, de largos colmillos, pelaje marrón espinoso en el lomo y unas patas de enormes garras. La criatura se acerco olfateando a su alrededor, curiosa pero cautelosa, dando pasos cortos se aproximo a Angélica que, contorsionándose miraba aterrada a la infernal criatura acercándosele.
– —por el amor de dios – gritó aterrada – déjenme, suéltenme por favor… que alguien me suelte
Babeando una secreción verdosa, el extraño animal se encontraba intrigado por la apariencia de la humana en tal posición.
Recorrió presto el camino restante acercándole su nariz, olfateando, interesado por el coño expuesto de mi tía. De alguna manera le pareció atrayente, y sacando una lengua negra y puntiaguda comenzó a lamerle en múltiples ocasiones, desde el pubis hasta el ano de una sola lamida, bañándola con esa baba verde y viscosa. Todo eso mientras mi tía lloraba inconsolable.
Todavía no podía recuperarme del asombro cuando, las suplicas de la pobre Angélica llegaron a mis oídos con abrumadora claridad.
— —Aléjate de mí, bichejo del demonio — gritaba ella gimiendo horrorizada, sus ojos, desorbitados no podían dar crédito a tal espelúznate ser
Pasó unos minutos lambiendo hambrienta sus intimidades, hasta que el animal se montó sobre ella aferrándose con las patas frontales y curvando su espalda. Comenzó entonces, con una polla de forma extraña, a buscar con desespero la entrada de la vagina de su ofrenda; un grueso tronco enhiesto y venoso terminaba en un glande esférico azul verdoso del tamaño de un limón. Mi tía podía sentir el enorme capullo de la criatura frotándose y chocando contra su pubis, y entre cada tentativa por adentrarse en el interior de la mujer, más angustiantes eran sus esfuerzos por desmontarse del monstruoso extraterrestre.
Los reiterados intentos de la criatura al fin rindieron frutos y en un potente enviste penetro el chocho de mi tía, clavándole todo el volumen de su pene de una sola vez.
— —NOOOOO!!! — gritó mi ella con un chirrido tan desgarrador que me dejo helado.
El Fisiólogo a mi lado forzó una antinatural mueca en su rostro a la cual, tan solo los desquiciados la interpretarían como sonrisa.
El animal ya con todo la dimensión de su pene introducido en el coño de Angélica e impulsándose con sus patas traseras, comenzó un vertiginoso mete y saca, los embistes del animal eran tan descomunales que el cuerpo de mi tía se mecía violentamente hacia delante y hacia atrás como una muñeca de trapo. Solo adherida por el campo de fuerza a su ubicación, eso no impedía que sus tetas se agitaran bruscamente en todas direcciones azotándose contra ella misma en innumerables ocasiones.
El sonido del trozo de carne extraterrestre frotándose en el interior de mi tía junto al gruñido del animal y los gritos histéricos de la mujer, convertían el sonido ambiente en una demencial sinfonía de horror. No quería seguir viendo o escuchando ese atroz espectáculo pero tampoco podía irme. Ni siquiera apartar la vista de la brutal escena podía sin la amenazante mirada de Mathezard que, en todo momento se quedo a mí lado, como un perro guardián, observándome, relamiéndose de mi dolor.
- —Nooo…noooo…ya no puedo más, hagan que pare por dios — sollozaba mi tía — me destroza, me esta rompiendo el coño…me lo rompe.
- —Xorento siempre sorprende con sus elecciones – mascullo el Ganimidiano entonando un siseo nauseabundo
Gracias a las imágenes de rayo x en el costado izquierdo de la pantalla podía ver como el esférico capullo del animal arremetía golpeando la pared del útero en una cadencia trepidante, aumentando en igual mediada las suplicas de la mujer. Un hilillo de sangre se derramaba de su coño cada vez que el esférico capullo tronaba contra su cervix
— —NOOOOO! cabrones de mierda déjenme de una puta vez — gritó mi tía a todo pulmón antes de desmayarse
La criatura siguió por otros 30 minutos follándola de la misma manera hasta que con un fuerte bramido se corrió en su interior.
La bestia luego de unos minutos la desmontó regresando a la trampilla por donde emergió. Mi tía se desplomo inconsciente sobre el piso pedregoso de aquella ilusión de planeta lejano, rezumando semen transparente coloreado por la sangre carmesí de la mujer.
Espécimen 1 criatura 2
Angélica se encontraba tendida en el suelo, media muerta por la colosal follada que le propino el Yawari.
No pasaron ni 20 minutos cuando las paredes bajaron la intensidad lumínica, cambiando al mismo azul grisáceo del comienzo, y la espesa bruma volvió a rodear la cubierta sin dejar ver más que siluetas entrecortadas en la noche.
— —Otro acto — dijo el Fisiólogo – que delicia
Entonces la pared se apagó quedando completamente oscura.
— —espécimen 1 sujeto número 2, la Terrana Angélica se apareara con un Crania de los lagos de Trazinia
Dicho esto, las pantallas volvieron a encenderse mostrando el gigantesco salón de paredes revestidas en metal azul grisáceo, Angélica continuaba rendida boca bajo en el suelo pero, esta vez notablemente limpia.
Cuando de pronto, las paredes cambiaron mostrando un medio ambiente rocoso: un musgo naranjo cubría el suelo, entre las rocas y en el horizonte se veía un extenso lago de aguas verdes.
La trampilla del suelo se elevó nuevamente trayendo esta vez a un ser bípedo, anfibio, de 1.60 centímetros ó 1.70. Erguido, su cabeza era una mezcla horrible entre tortuga y sapo, unos ojos saltones y negros se ubicaban a cada lado del cráneo, su boca era ancha y dentro albergaba una protuberancia cartilaginosa similar a las barbas de una ballena, junto a una gorda lengua azul elástica parecida a la de un camaleón.
El ser caminó medio erguido arrastrando sus membranosos dedos por el suelo musgoso en dirección al cuerpo inerte de mi tía.
Girando su cabeza de lado a lado inspeccionaba el cuerpo tendido a sus pies. Se Inclinó sobre ella olfateando un par de veces, para luego abrir sus glúteos con los dedos índices de ambas manos palmeadas y membranosas.
Solo le basto un dedo, gordo como salchicha de cada mano para separarle los cachetes y dejar al descubierto su agujero trasero. La criatura se inclinó aun más, acercando su rostro al culo de mi tía y alargando su lengua retráctil lamió el círculo rectal.
— —ya…….por Dios déjenme en paz – mascullo Angélica retorciéndose
Angélica al sentir el húmedo trozo de carne masajeando su ano comenzó a reaccionar perezosamente.
La criatura una vez degustada toda la longitud de su raja y estirando un dedo de su mano derecha, lo hundió profanando violentamente el anillo exterior de su recto, enterrándolo en toda su longitud.
— —noooo!, por mi culo no hijos de puta — despertando y dando un respingo, gritó mi tía a todo pulmón.
Mientras el dedo continuaba adentrándose en sus entrañas, la bestia acompaño el grito de Angélica con un aullido, provocando que la mujer intentara escapar despavorida, el Crania evitando que su presa escapase, la sostuvo con su mano libre aferrándola por la nuca y proyectándola contra el suelo, aplastando sus voluptuosas tetas contra las rocas, generando todo ese tiempo un brutal mete y saca de su dedo.
Por las imágenes en rayos x podía ver como el grueso dedo membranoso entraba y salía de su ano continuamente. A los segundos un hilillo de sangre comenzaba a brotar de su desgarrado esfínter. Mi tía dando gritos guturales suplicaba entre sollozos que la dejasen en paz.
— —el Crania parece estar interesado en el agujero cloacas de tú tía — dijo el Fisiólogo sin mirarme — espero que pronto se fastidie y empiece la cúpula
Entonces la criatura enterró toda la longitud de su dedo en el culo de la mujer y volteando la palma de su mano hacia arriba, levanto las caderas de mi tía, sosteniéndole su peso e izándola, ubico el coño frente a su boca
— —no, no, no, nooooo! mi culoooo! — aullaba Angélica sintiendo un dolor inimaginable — que alguien me ayude, se los suplico, me esta rasgando el culo
— —que es ese liquido rojizo que resbala de su orificio cloacal? — preguntó el Fisiólogo
— —yaaaa no más, me lo revienta, me duele, me duele mucho, aaaaah –aullaba mi tía mientras su agujero anal se estiraba más de lo imaginable sostenido el peso de su cuerpo
— —Tejido conectivo liquido, creo que le llaman sangre — respondió el Ganimidiano del cubículo izquierdo
— —Suelten a mi tía, que no ven que está sangrando — intenté gritar
Cuando la criatura infló unas bolsas a cada lado de su cuello
— —el Crania ha extendido su saco escrotal, la producción de esperma aumento en un 60 % — exclamo otro de los tíos tras de mi
La infernal criatura abrió sus fauces liberando su lengua, la que se hinchaba 5 veces su tamaño mientras salía de su boca, la punta del apéndice se abrió en forma tubular, dejando ver una cavidad de unos 10 centímetro de circunferencia para luego reptar, buscando la vulva de mi tía.
Al encontrar la entrada, comenzó a pugnar por insertar todo su volumen en el canal vaginal de la mujer.
Los gritos desesperados de Angélica se hacían histéricos, al sentir como la lengua invasora de unos 20 centímetros de ancho para ese momento, desgarraba su vagina y llenaba sus entrañas centímetro a centímetro. Agolpándose en su interior deformándole el estomago.
— —detente, ya no puedo más — gruño mi tía — es peor que parir, no lo soporto
Las hinchadas bolsas escrotales que el Crania mantenía a cada costado de su cabeza y que colgaban hasta apoyarse en su pecho, de un momento a otro se vaciaron por completo, inundando el interior de Angélica. Los borbotones de lefa amarilla mezclados con profusas manchas de sangre le escurrían como cascada del chocho, salpicando el musgo naranja.
Entonces, el Crania soltó a Mi tía que cayó pesadamente contra el virtual piso mohoso y regresó a su trampilla, el estomago de Angélica continuaba hinchado y de entre sus piernas el rió de lefa alienígena seguía escurriendo sin detenerse. Sus ojos se volvieron blancos y unos hilillos de sangre brotaron de su nariz y la comisura de sus labios. Por unos instantes creí que había muerto
- —llévenla a Agartha – ordenó Mathezard a los sujetos de los cubículos – son los deseos del Conde
Inmediatamente todo se apago y a los segundos, aparecieron los mismos guardias de armadura negra quienes me escoltaron a mi celda.
Donde esperé por no sé cuanto tiempo…
Genial, gracias por compartir tu impresionante escrito, lo editaste un poco verdad, lo siento mas erótico que antes, o solo son imaginaciones mías…
mi estimado, si,a decir verdad, lo modifique me alegra que lo notaras
Que morbosa historia, lo disfruté
Amigo que genial forma de relatar! Sin duda alguna tienes una buena imaginación, sigue asi