Segunda Entrada: Mi futura cuñada Diana Ramirez
Breve historia de como conocí a la que se convertiría en mi cuñada.
Segunda Entrada: Mi futura cuñada Diana Ramirez
Bueno continuando con los relatos, toca el turno de platicar lo que pasó cuando conocí a la que en un futuro se convertiría en mi cuñada, no favorita pero si la más buena y complaciente Diana.
Todo inicio cuando en una de tantas fiestas a las que comencé a ir con mis amigos después de salir de la prepa y cumplir la mayoría de edad, me tope con una chica de esas de las que a mí me gustan, flaquita, morenita, 1,65 y muy sensual (y muy sexual), como siempre yo en mi onda de desmadre donde al final no le tomaba importancia a lo que pasaba con las chavas que conocía.
Cuando la ví intenté acercarme para ver qué podía hacer, mi intención siempre fue cogermela pero ví que venía acompañada de un vato, por lo que no hice intento alguno por llegarle, solo los observé durante un rato.
Ella se portaba algo cariñosa con el, pero el vato ni al caso, solo se enfocaba en sus amigos y a ella ni la pelaba, eso me dejó tranquilo y seguí pasando el rato.
Llegando la noche, el compa ya estaba ebrio se veía chavo, de unos 16 años por mucho, a lo que comenzaron a pelear, imagino por su forma de beber. Después de un rato se perdieron y ella salió llorando de la fiesta y el bien tranquilo regreso con sus amigos a seguir tomando.
En ese momento ví mi oportunidad y me lance discretamente a ver si la encontraba, y así fue estaba ella hablando por teléfono con alguien que pienso era su amiga / prima, y le dijo que pasará por ella, una vez que colgó el teléfono me acerque y le pregunté:
– Hola soy Frank, te encuentras bien?, te puedo ayudar en algo?
Ella me respondió:
– No es nada, solo que tuve una pelea con mi novio pero ya me voy, mi prima viene por mi en un rato.
Yo me ofrecí a acompañarla mientras llegaban por ella, a lo que ella accedió continúe sacándole plática para hacerla reír y le dije:
– Por cierto como te llamas? Que te parece si vamos a otro lugar, que tal y tu novio sale y se pone fea la cosa
Ella solo sonrió y me dijo me llamo Diana, vamos de aquí, hay un parque aquí cerca donde podemos esperar.
Caminamos hasta un pequeño parque cerca del centro de la comunidad y nos sentamos en una orilla donde casi no pasaba gente.
Platicamos y después de un rato ella reía con las cosas que le contaba, mientras tanto yo pensaba de que forma podría hacer que esas risas se convirtieran en gemidos…
No pasó mucho tiempo y comencé a hacerle cumplidos sobre sus ojos, su cuerpo tan sexy (para sus 16 años era muy sexy) traía puesta una blusa de manga larga color verde militar, y una faldita que le hacía juego en color gris y unas zapatillas flat negras. Al ver que mis cumplidos hicieron efecto me comencé a acercar a ella con la intención de abrazarla y ella accedió, sin decir nada me fui directo a sus labios y la bese, ella respondió mordiendo mi labio, eso fue lo único que necesite para comenzar a deslizar mis manos debajo de su falda, así estuvimos un rato hasta que sentí como se mojaban sus bragas.
Levante su falda y metí mi mano en sus bragas, sentía su sexo, húmedo sin vellos, suave y jugoso, sus fluidos escurrían por sus ingles, comencé a meter un dedo, después otro hasta tener tres dentro de ella, los saque por un momento y los lleve a su boca, para que probará su nectar, yo lo iba a probar directo del envase, chupo mis dedos y regresaron directo a su vagina, me puse de rodillas y le baje un poco sus bragas y metí mi cara en su entrepierna para besar esos dulces labios, sentía su clítoris pulsando en mi lengua, quería meterme por completo dentro de su vagina, sentí su cuerpo vibrar sobre mi, después de un rato, me puse de pie nuevamente. Ella deslizó su mano hacia el bulto que se había formado ya desde hacía un rato en mis pantalones, le ayude desabrochando mi cinturón y el pantalón, tomo mi verga con su manita y volvió a morder mis labios, me masturbaba al aire libre sin preocupaciones, pues dónde nos encontrábamos casi no pasaba gente.
Me senté en una banca y ella se quito sus bragas, las metió en la bolsa de mis pantalones y se subió sobre mi, yo con la verga bien firme sentí como su sexo caliente bajaba a lo largo de ella, yo la besaba para que sus gemidos fueran leves y comenzó a subir y bajar como loca, la tome de su cintura mientras imaginaba como seria tenerla completamente desnuda. Le dije que se pusiera de rodillas en la banca y comencé a darle por detrás, levanté su falda y veía su culito pequeño como se abría con cada embestida, quería entrar en ese ano y le dije si podía pero ella se negó dijo que le daba miedo y al estar en un lugar tan público decidí no insistir, continúe follando su vagina metí mi mano por delante para frotar su pubis, buscando que se corriera, cuando por fin lo logre sentí como sus piernas se doblaron, le saque la verga y comencé a chupar su concha quería probar hasta la última gota de sus fluidos, eran deliciosos, calientes exquisitos…
Volví a meterle la verga en su vagina, en eso su teléfono sonó, ella respondió con la voz entrecortada, era su prima que le decía que ya estaba en la ubicación esperándola, le dijo que la esperara un poco y le colgó, yo seguía follandola hasta que sentí venirme, ella me dijo que quería tomarse mi leche y así lo hice saque mi verga y ella la recibió en su boquita la dejo bien limpia con cada succión sentía como salía toda mi leche, nos acomodamos la ropa, la acompañe hasta cerca de donde la esperaban, no quiso que la vieran conmigo por su novio, nos despedimos con un beso, no le pedí su numero no nada, solo me quedaba con la experiencia de cogerme su lindo cuerpo y con las ganas de follarme su culito… se subió a un auto y se alejo yo me prendi un porro y regrese dónde mis amigos para seguir el desmadre.
Y así fue como me cogí a Diana, a quien hasta ese momento para mí era una chica más, de esas que no puedes dejar pasar la oportunidad de cogerte.
En la siguiente entrega:
– Las primas Ramirez
Diooosss, qué oportunidades da la vida!