Semana Santa 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
VIERNES SANTO
Hoy Viernes Santo nos tocó trabajar como todos los días como “burros”, al ir de salida rumbo al estacionamiento nos pusimos de acuerdo para ir a un lugar fuera de Guadalajara, para relajarnos y tirar el stress de la semana, ya que teníamos libres el sábado y domingo.
Estábamos trabajando en Ferrocarriles (FNM) y teníamos tiempo de conocernos “de vista” ya que trabajamos en el área contable, solo de trabajo, ese era el contacto entre Mónica y yo pero además, conocía de mi interés por su amiga Lili, su “hermana” y compañera de departamento, por lo que Moni (como solía decirle de cariño) se ofrecía como nuestro contacto mutuo. A Lili solo la podía ver en las oficinas de la Gerencia o en el H.Sindicato porque se cargaba unos guardaespaldas puestos con esa finalidad por el líder sindical y no daban chanza de acercarse a Lili y además porque era su amante, el cabrón-pendejo se aprovechó de la situación y pues ella lo acepto, ya tenían casi 2 años y cada 15 días le llegaba su cheque del sindicato de cerca de 7 mil pesos quincenales por sueldos y comisiones sindicales, me tenía que aguantar las ganas de tenerla a mi lado, a lo cual Moni aprovechaba para pasar por mi cubículo a un lado de la puerta de entrada del Departamento de Egresos y me decía de su parte:
— Que saludos te mandan de allá, sabe…
— entonces les regresaba los saludos y les enviaba un beso a las dos.
Así eran nuestras travesuras de niños grandes pero sin llegar a más. La amistad se hizo frecuente entre Moni y yo, era poco nuestro contacto aunque desde hace dos años de habernos conocido en mi tierra: Mazatlán, Sinaloa, la conocí “de vista” en una junta de trabajo pero no tuve oportunidad de tratarla. Ahora estábamos aquí, juntos en el área contable, pero lo malo estaba en que casi no nos levantábamos de nuestros asientos más que a lo indispensable, ir al baño, ir a desayunar, ir a estirarse, en fin descansar aunque solo fueran 5 minutos. Una “putiza” dirían los jóvenes.
Entonces esta ella, mi estimada Lili, me tenía todo baboso y era correspondido, pero no se podía hacer nada, tal vez el hecho de pasar por un divorcio me había provocado perder el tacto para tratar a las mujeres (me había dejado caer por tres años en una soledad desesperante porque se había ido mi media naranja=divorcio, la verdad que estaba muy enamorado de ella) y en la primer oportunidad me encontré con Lili, era muy hermosa y atractiva, ojos claros, boquita deseable, nariz respingona, con ojeras como si no hubiera dormido, con sus cabellos cortitos y casi claros o güeritos, muy sexy, su abdomen se veía espectacular para su edad, cinturita de hormiga y piernas torneadas, muy guapa, yo sufría porque no me permitían demostrarle las ganas terribles de follarla, “Cogerla— decimos los mexicanos” Follarla se siente bien decir la palabra, FOLLAR…
Solo soñaba con arrepegar mi verga erecta a su trasero respingón, apretarla de la cinturita con una mano y con la otra sobre sus pechitos chiquitos y hermosos, usaba casi a diario unos vestiditos pegados, de una pieza hasta casi las rodillas y sus tacones se veían UUUFFF sensuales sobre su pierna delgadita pero bien torneada , bella como ella sola, no estaba casada y vivía en un departamento que estaba pagando con descuentos de su salario, pero era la querida del líder y no podía hacer nada; y ella era como su “hermana” y compañera de cubículo entonces Moni no quería que se perdiera el nuestro contacto.
Moni era su contraparte, morena clara, cabello largo y negro muy sensual, deportista, estatura bajita y más llenita, figura torneada, un cuerpecito muy bien trabajado en el Gym, dos años más chica de edad que Lili y que yo, lucia siempre una agradable sonrisa jovial y muy atractiva, hasta ahora me estaba dando cuenta de quién era ella, me entere que ella era soltera y nunca casada, era muy devota, trabajadora y muy seria, pero muy risueña conmigo, pensaba que a lo mejor así era de traviesa porque era nada más ni menos que la líder en contar chistes entre sus compañeras, alguno que otro “peladito” se le escapaba y todas soltaban la risa, casi todas casadas y alguna que otra soltera como ella y eso la hacía popular en su área, yo no me salve de escucharla varias veces al pasar cerca de su área, me llamaba y acercándome me contaba el chiste inocente pero con doble sentido en voz baja junto a sus dos compañeras de cubículo y soltábamos la risa, no reíamos cuando nos contaba el chiste pero si después que nos daba la respuesta y siempre que pensábamos en una leperada nos daba una repuesta infantil para simplemente reír a carcajadas pero sin hacer mucho alboroto. Era un rato agradable estar con ella en alguna que otra reunión de fin de semana con los compañeros de trabajo, tomar unas cervezas, jugar al pool, etc.
Por lo que teníamos algunos gustos en común además de la atracción mutua que empezaba a sentirse en el ambiente, era increíble, me gustaba y le gustaba, se podía ver— no iba a desaprovechar la oportunidad para conocerla un poco más y sin pensar le digo:
— ¿Te gustaría ir a un balneario el sábado?
— Por supuesto, ¿pero a cual me vas a llevar?
— hay uno nuevo en el Bosque de la Primavera, ¿cómo la vez?
— Sip, también me gustaría conocerlo, mi hermano mayor ya fue y dice que esta padre, deja le digo a Lili si quiere acompañarnos,
— No, no le digas, así vamos nosotros dos, solos ¿sí?
— está bien
Anteriormente habíamos ido a dos balnearios por el rumbo de Tlaquepaque, ahora habíamos convenido ir solos y no decirles a nuestros amigos, su familia había salido para las playas de Nayarit, como seis horas de camino por lo cual no tenía ningún impedimento para poder ir a estar en un lugar alegre y relajado.
La mejor opción sin duda era esta chaparrita por lo cual me esforzare un poco más y poniendo la mejor de mis caras, seré más atento y quiero poder atenderla como una Reyna, era mi obligación desde ya, sus deseos serán órdenes para mí, me empecé a embelesar con ella ¿OTRA VEZ?
— Sábado a las 8:00 am paso por ti, la veía relamiéndome los labios de lo atractiva que era y porque sabíamos que el interés era mutuo.
— Aquí nos vemos en el estacionamiento de la empresa, soltando una sonrisa de complicidad
Notaba que le gustaba ir a donde yo dijera de unos días para acá, gustosa y sonriente, con sus labios carnosos y sonrisa picarona, ah y ese pelo tan bello y fantástico, negro azabache. Por lo que era mejor no comer ansias y llevármela poco a poco con esta nueva oportunidad que se me estaba otorgando. Le pedía a Dios para no cagarla como siempre.
SABADO DE GLORIA
El día acordado por los dos para ir a conocer un nuevo balneario con aguas termales y pasar un rato tranquilos, conversar a nuestras anchas y decir nuestros intereses mutuos como la música reggae, hablar de Bob Marley, de Wailers, nos gustaba el beisbol a morir, nos gustaba competir en todo y burlarnos del perdedor, tomar unas cervecitas Pacifico o Modelo Espacial, de un tequilita Don Jiulus Reposado o de un whisky Chivos, se me hace agua la boca nada mas de pensarlo, pero deseábamos estar solos sin la interrupción de amigos, sin trabajo que entregar, sin prisas y sin todos los puntos de distracción de esta gran ciudad de Guadalajara.
Por lo que el día se mostraba claro y a todo sol, la temperatura subiría a cerca de 30 grados centígrados comentaron los del radio, entre a bañarme, empecé a enjabonarme todo el cuerpo y deje para el ultimo tallarme la verga, mejor conocido con el mote de “Panchito” (nombre dado por mi ex), me lave bien los 7-9 centímetros de largo y cerca de 5 centímetros de ancho, para que estuviera bien presentable, después de terminar de bañarme procedí a secarme con una toalla blanca, el pelo húmedo primero, después el torso, las piernas y al último con una buena y vigorosa sacudida le di a “Panchito”, desnudo así me gustaba salir del baño, tome un short de licra y me lo puse, después tome otro short y me lo puse arriba, me coloque una camisa tipo polo y me perfume un poco con Fahrenheit (un delicioso aroma a maderas) y descalzo, camino hacia el ventanal del departamento, yo vivía en el departamento más alto, en el cuarto piso de la calle Hidalgo S/N, prendí un gallo abriendo las ventanas, dos o tres toquecitos y listo, lo apague, agarre mis lentes para sol y una cachucha de los Venados de Mazatlán, salí decidido a encontrarme con Moni, no conocía el lugar a donde nos dirigíamos y deseaba estar a la altura de las circunstancias.
Llegue 10 minutos antes de la hora convenida y me estacione con mi camioneta a un lado de su auto, un Tsuru II, ella estaba parada con la puerta abierta, escuchando reggae como Dios manda, se veía relajada y súper sencilla, con un conjunto muy juvenil de color pastel de una pieza y que terminaban en short, no se exacto el color de su traje pero resaltaba su belleza, le hacía lucir ese cuerpecito al mil, con sandalias, lentes para sol y un sombrero para no quemarse demasiado y que le cubriera del sol. Se subió a mi camioneta y nos saludamos con un beso en la mejilla, despedía un sabor delicioso y le dije que olía fantástico y… le pegue al clavo, se volvió a acercar a mí para que oliera más y en ese momento suspire hondamente como para que se impregnara mi nariz de ese olor tan exquisito, se veía el nacimiento de sus pechos, se dio cuenta en donde fije mi vista y nomas se rio y me dio otro beso en la mejilla, como un roce angelical, — tú no te quedas atrás y hueles como para comerte, me quede pensando en sus palabras, ya no quise pensar más y arranque la camioneta, empezamos a dirigirnos al lugar acordado, hicimos una parada técnica para cargar gasolina y revisar la camioneta, en cada Gasolinera hay un Súper y nosotros aprovechamos para comprar un 24 de Modelos y alguna botana, ya que si nos daba hambre en el balneario comeríamos algo. Continuamos nuestro camino hacia el balneario. Había mucho tráfico a esa hora del día, todo mundo queriendo salir de la ciudad, Llegamos y estacionamos el auto cerca de la entrada, un poco nerviosos los dos por la cercanía en que nos encontrábamos y porque al fin estábamos solos, libres de nuestras amistades.
Era temprano aun, las 9:30 de la mañana, pagamos y entramos al Edén, así se llamaba el lugar, muy amplio y tranquilo, espacioso, unas mesas debajo de los arboles aunque todavía no llegaba la gente, había ya algunas familias en diferentes puntos del local, entonces vimos un lugar especial, a un lado de la alberca —- dijimos al unísono — Ese, queriendo ser el que descubrió primero el mejor lugar para pasar el día, sonreímos pues estábamos compitiendo otra vez, también se encontraban cerca de las escaleras para entrar a la piscina, llegamos y empezamos a sacar nuestra cosas, toalla, bronceador, etcétera, solo faltaba sentarnos y disfrutar del Edén, me dirigí a la hielera y le invite una cerveza bien heladita aceptándola con gusto y comento:
— ya hacía falta y sonrió hermosamente
— ¿quieres limón y sal? Le ofrecí mirando sus hermosos ojos
— Si, aunque nos es tequila pero ni modo, “a quien le dan pan, que llore…”
— Hay traigo una de Whisky por si se ofrece, le dije
— Es bueno saberlo
Entonces empecé a quitarme los tenis y la camisa por arriba de mis hombros dejando ver las horas de ejercicio de mi “seis” (Six, en inglés, abdominales) y de mis torneados brazos, agarre la toalla para sentarme pero todavía estaba de pie, me percate que Moni se quedó mirando a mi cuerpo de arriba abajo, aprobándolo y deleitándose, entonces no queriendo quedarse atrás (otra vez a competir), me miro directamente a los ojos y comenzó a quitarse su conjunto (yo no sabía el nombre del trajecito que traía hasta ese momento) surgiendo como un volcán en erupción ese cuerpecito, en un traje de baño de una sola pieza color azul claro con blanco, una autentica amazona, dejando ver su anatomía balanceada, — no le faltaba nada ni le sobraba nada, me dije —- todo lo tenía en su lugar, sus pechos, su vientre y sus nalguitas paradas, brazos y piernas bien trabajados en el Gym, puso una toalla para sentarse en su silla, se colocó los lentes y el sombrero, sentándose muy agusto además de saberse observada por mí, su más reciente esclavo sexual, sonrió para ella misma, yo me quede parado observándola con la toalla en la mano, pensando y a la vez tratando de resolver el crucigrama de mi vida:
¿Por qué Dios había sido tan bondadoso conmigo al ponerme a este bomboncito ante mis ojos, Moni, una chiquilla hermosa, muy seria y respetada, pero aquí estaba conmigo, un degenerado y malévolo sujeto, con oscuros deseos y me tenía con la verga parada, excitado, dejándome admirarla en todo su esplendor, a mis anchas, y ahora estaba a punto de sucumbir ante mis deseos, o a lo mejor se trataba de lo contrario y yo estaba cayendo en sus redes? — Sonreí.
Hasta que me tranquilice, hasta llegue a pensar en que me volvería loco y alucinaría todo el día a esta mujercita por lo que faltaba del día, a lo mejor ni por su mente pasaba que nos besarnos, hacer algo más caliente, un simple abrazo para sentir nuestros cuerpos. Sonreí internamente, que loco estaba pero que podía hacer, estaba enfrente de mí un poco excitada por nuestra elección de descanso, me senté junto a de ella, nos relajamos y nos quedamos sentados, de vez en cuando le agarro la mano y se la acaricio, ella se muestra más cooperativa y sonreímos, nos gusta estar así. Empezamos brindando por haber escogido a este lugar tranquilo ¿tranquilo? Al mediodía se hallaba el lugar a reventar, se escuchaban gritos, música, risas y niños alrededor jugueteando en toda la alberca.
Así transcurría el día, platicando de cualquier cosa y riéndonos de las ocurrencias de los niños, cerveza tras cerveza, llevábamos como 6 o 7 cada uno, empezamos entrar al agua para refrescarnos y agarrarnos la mano, porque ella sentía sensaciones raras por andar descalza ya que nunca caminaba lo hacía, entrabamos a la alberca unos 5 minutos y salíamos de la alberca. Me parecía que ella era buena para tomar cerveza porque la veía fuerte y vigorosa, yo ya le iba bajando a la “tomadera” porque era su chofer designado y debo conducir y no dejarme llevar por esa alegría temporal, ella se notaba eufórica, porque todo le estaba saliendo a pedir de boca (no sabía quién estaba movimiento los hilos, Dios, el Diablo, ella o yo), disfrutando a lo máximo de ese momento esperado por los dos y yo iba a poner todo de mi parte para que así fuera, yo también la deseaba y ella me lo restregaba en la cara pero lo hacía con su cuerpecito
— “Tú di rana y yo salto”, le decía
— ¿Qué dices? No te entiendo
— “Tú di rana y yo salto”, volví a decirle
— pero porque saltas, me decía, no entendía el doble sentido de las cosas, a pesar de su vasta experiencia, tal vez por las cervezas — dije.
— Ah — yo digo Rana, y tu saltas, significa que — Yo soy la rana y tu brincas, entonces si me muevo a la derecha también el me sigue a la derecha, si me tiro a un pozo, también me sigue… lo que yo quiera, él va a obedecer, sonrió para sí misma, es mío… ya entendí, ya “te” entendí me soltó de repente— Sonrió con todos sus blancos dientes pensando que ya había caído en sus redes. Se sintió satisfecha. Y yo más.
Ya pronto lo iba a comprobar ya que esa sonrisa fue la clave que estaba esperando, una señal para iniciar con el segundo escalón. Todo se hace por pequeñas señales que nuestros cuerpos emiten y se retransmiten, hacemos cosas sin pensar… sin saberlo estamos respondiendo a sus requerimientos naturales entre humanos, calientes y tontos, que a veces no nos damos cuenta en donde estamos metidos. Ahora iba a comprobar que estaba puesta la trampa y no se dio cuenta en donde estaba cayendo y esto lo aprovecharía al máximo para que se desplayara, eso le faltaba a esta nena.
Decidimos entrar al agua otra vez, teníamos que arrodillarnos para refrescarnos el torso y la cabeza porque me llegaba abajito de la cintura el nivel del agua, ya con 10 cervezas cada uno supuestamente pero yo me quede en seis, estábamos agusto, un rato después me fije que estaba recargada en la pared y soltó un ooohhhh muy quedito y se balanceaba hacia el frente con los ojos cerrados, le estaban haciendo efecto las cervezas pensé, reprochándome de ser el causante de su borrachera o para deleitarme con esta hermosa mujer, entonces me estire para tomarla de su cintura y que no se cayera, la sostuve así por 30 segundos y sentí su piel vibrar con mis manos, empecé a darme cuenta que su traje de baño y el agua se llevaban muy bien, ella se abalanzo a mí, y coloco sus brazos para darme un abrazo de oso pero al cuello,
— Comentando que se sentía un poco mal y dije:
— No te preocupes, aquí estas segura conmigo, solo tome su cinturita con mis dos manos sosteniendo todo el peso de su cuerpo ardiendo, retirado del mío por solo 10 centímetros, porque así quería que se dieran las cosas, poco a poco hasta que me pidiera verga
— Que bueno que estas aquí Miguel, sin abrir los ojos, era lo que deseaba, la notaba media borracha y media en éxtasis.
— Si aquí estoy para complacerte Reyna, lo que se te ofrezca le dije mirándola a los ojos bonitos pero cerrados en ese momento.
Empezamos a darnos pequeños besos, como acariciarnos nuestra piel de la cara con nuestros labios, en eso se acerca más a mí, continuaba el abrazo de oso que me estaba dando, ya me tiene con la cabeza a junto a la de ella, tocándose nuestras orejas, y mis manos seguían aferradas a su cintura, esperando que fuera por todo, por lo cual le provocaba sin palabras solo con puros quejidos de amor, guiándola en sus movimientos hacia mi verga parada que me cargaba por su culpa, pensé que me … no pensé nada, ni siquiera me dio tiempo de nada… al sentir sus chichis arrepegandose a mi cuerpo y sentir los senos que ya estaban paraditos, woow esta tela del bikini parece una segunda piel, sentía su cuerpo desnudo queriéndose acoplar en cada curva del mío, sin que tuviera que dirigirla en ningún momento ya que yo hacía sin pedirlo, instinto natural porque ya no se encontraba en sus cinco sentidos —- dije, la fuerza que imprimía a sus movimientos gatunos era puro instinto de conservación, en esos momentos ella empezó a pegar unos grititos casi guturales, parecían gemidos pensé que la causa de esta calentura fue causa del alcohol, lo tendré en cuenta—me dije.
Y gracias al alcohol se volvió desinhibida y empecé a identificar los deseos naturales de una hembra en celo, la muñeca estaba bien caliente pero no podía hacer mucho por ayudarla en ese momento, por el lugar en que nos encontrábamos. Yo no me opongo en nada, es más me sacrifico en nombre de la ciencia por ayudarla un poquito, quería convertirme en su esclavo sexual y hacer lo que quisiera conmigo, y pensando… — ooohhh no pensé en nada, solo el placer que sentí, porque otra vez su iniciativa ocasiono que mi verga estuviera al 100, me encierra con sus piernas en mi cintura, que calentura, la deje hacer, me quería prender al tenerme empalmado, ya lo había logrado, yo quería que disfrutara al máximo el arrepegon a la verga que se estaba dando, por lo que hice fue retirarla un poquito y metí mis manos entre sus piernas, Dios ¡!! Estaba toda mojada tocándola con el dorso de mi mano (que no estaba bajo el agua ja ja ja), metí la mano dentro de mi short de licra y me acomode la verga, en dirección hacia arriba, saque la mano y entonces la acomode para que su panochita se luciera, que sintiera lo largo de mi fierro, que aprovechara y jugara un rato con mi palo, pase mis manos hacia sus nalgas y así estuve cargándola de su trasero por un buen rato, hacia arriba y luego hacia abajo, muy despacio, casi imperceptible era su movimiento pélvico, sentía el ardor de nuestras ropas, todo bajo el agua cristalina ¿??¿¿¿????
Agua de rio, revuelta y que no dejaba ver lo que pasaba abajo, estaba cuidándome que no se dieran cuenta de lo que hacíamos, cuidándonos del salvavidas, de los papas, ya que había muchos niños a nuestro alrededor, pero a Moni no le importaba, sus movimientos eran casi nulos pero se movía, solo en su cinturita se notaba el leve movimiento pélvico, cada vez más fuerte, In crescendo… y seguía retorciéndose de placer, era súper erótico estar pensando en seguir tocándonos nuestros cuerpos sin meter la manos, solo el cuerpo hablaba y que bien se movía, de repente con una mano en sus nalgas y la otra en su cintura la detenía un poco y después la dejaba hacer, así estábamos cuando me decidí a ayudarla un poco con mis manos, ya que estaban en su trasero, empecé a masajear sus duras nalgas por debajo de su bikini y acariciarle de vez en cuando su culito, por lo que se volvió más rápido el movimiento de subir y bajar, como por 30 segundos,
Entonces quite mis manos de su trasero pero parecía “panocha de mar” (marisco de las rocas del mar, en Mazatlán) se sostenía por pura succión, gracias al agua que hacia su parte por lo que no pesaba, cada vez más quería esa panochita preciosa y sin atender, pero ya había encontrado a su contraparte y la iba a ayudar a calmar sus deseos naturales de hembra de Jalisco, se subía a la punta de mi verga, y se la quería meter sin importarle nuestras ropas, pero tenía que serenarme y tranquilizarla, ella estaba eufórica, excitada, como ida y no me hacía caso, por lo que comencé a besarla en sus labios, besos chiquititos pero “salió peor el remedio que la enfermedad”, porque empezó a darme unos besos de lengua hasta que se volvieron muy evidentes, sentí como se contraía del orgasmo tan brutal y duradero, valla que traía pila Moni, bajo el agua ni se notó lo que estábamos haciendo cerca de tantas personas pero acerque una mano y con tres dedos le roce la panochita sobre su biquini y empecé a tallarle su coñito, primera vez que lo hacía, se fue calmando hasta que se sereno y tuve que separarme de ella, fue como un golpe que la hizo despertar de su sueño erótico y caliente, se me quedo viendo sin creerlo
— quiero estar contigo encerrados a lodo y piedra, si ¿por favor? me suplicaba, si, ¿sí?
— Claro mi amor cuando lo desees, y nos dimos otro beso caliente, feliz de haberla hecho gozar como nadie antes,
— quiero que sepas que soy virgen, se sonrojo y bajo sus ojos
— Comprendí mucho su comportamiento, tomada y virgen, tomada y virgen, volví a repetir, es un peligro pero yo te voy a ayudar a desfogar esas ansias de coger y a identificar las cosas por su nombre, le dije
— No te preocupes mamacita, aquí estoy para cuidarte y guiarte, corazón
— si ya se a lo que te refieres y se rio, aun con los ojos cerrados
Con esa sensualidad que estaba demostrando ahorita, tenía que cuidarme yo, ya que estaría cayendo en sus redes por estar jugando con ella. Ya que cuando la hembra pide verga es que ya quiere descendencia y encuentra su macho ideal no le importa nada, si esta feo (como yo), si está fuerte, flaco, sano, desnutrido, hábitos alimenticios, etc. Supera todos los obstáculos que le impongan.
Nos fuimos retirando de la alberca y al llegar al restaurante compramos ½ kilo de carnitas, tortillas y salsas, bien servidos nos fuimos al auto a comer y platicar sobre “lo nuestro”, nosotros solos, estuvimos como una hora comiendo y platicando las cosas insospechadas, relajándonos pero yo con mi dolor de huevos ahora, no dije nada y nos fuimos de regreso a Guadalajara, tierra de bellas mujeres. Ahora la veía diferente, Moni quería conocer el sexo. Por placer.
(Continuara)
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