Semana Santa II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Una semana después… de Semana Santa …
Habían pasado seis días,
18:00 Horas — Viernes…
solo seis días que me pareció una eternidad, había llevado la camioneta a reparar y me quedaría sin carro por 3 días, Mónica se ofreció para darme un raite a donde sea al saber que no tenía carro, así le haría compañía y no iría sola, le dijo a todos con una sonrisa de aprobación de mi parte, estaba de acuerdo y me gusto que Moni ya había pensado en todo, me estaba ganando pensé, para que yo cayera en su sensual juego y yo me dejaba, era muy calculadora en todo lo que hacía, me lo estaba demostrando, salimos del trabajo y unos compañeros como siempre nos invitaron a varios lugares, teníamos para tres opciones a escoger, optamos por la más tranquila, a casi 4 calles estaba el lugar de la fiesta, atrás se quedó la Plaza del Expiatorio y la Gerencia de Ferrocarriles, llegamos al local, era la parte de atrás de nuestro H.Sindicato, era una fiesta familiar de un compañero, había comenzado a las 3 pm, por lo que todavía teníamos dos horas de fiesta, y Moni no quería tomar cerveza, porque sabía en que terminaría, pero al rato se le olvido por bailar, por platicar, se trataba de divertirse un rato, a lo que le dimos duro durante la fiesta, baile, platicada y comenzó a tomar cerveza.
Cerveza, palabra cable de muchas chicas que no pueden decir lo que sienten pero te lo dicen con el cuerpo, las desinhibe y se sueltan el pelo como La Trevi, o en el caso de Moni, que nomás sintió la verga que me cargaba por ella y se olvidó de todo, esa era Pasión. Nos divertimos bastante y alguna que otra mirada indiscreta entre los dos, nos tocábamos las manos, nos la pasamos bien agusto.
Vestía como Diosa, me deleitaba viéndola, traía una falda azul Levis, unas mallas color blanco, zapato tipo bota, una blusa que hacia juego color blanca y un chalequito de mezclilla también y en el cuello, una scarf pedazo de tela que se veía hermosa, me di cuenta que me gustaba mirar su trasero y volvérselo a apretar como ya lo había hecho, me imaginaba su panochita como la traería, rosadita por tanta ropa, con sus bellitos negros húmedos con sus juguitos. Me quiero volver loco de tanto pensar en lo que haría por ella.
21:00 Horas… Viernes
Cuando termino la fiesta nos dirigimos a la salida, llegamos al carro, nos subimos a su Tsuru rojo, y se veía agradable, muy femenino, suspire por todas los secretos de este carrito, después me entere que era el primer hombre que se subía a su carro. En eso arranco, sin engancharme el cinturón de seguridad, dejándome sin terminar lo que estaba pensando
— Que atrabancada la plebita, le dije y sonrió, y me desquite
— ahora eres mi chofer le dije burlonamente, nada más respingo, no le gustaba perder pero tenía que reconocerlo y le di un beso en la mejilla, ese fue el detonante para que empezara a verme distinto
Cuando le digo:
— Vamos a cenar unos tacos, ¿te parece? Antes de que pase algo…
— Pase ¿Qué? — Dijo muy seca, pero maliciosa, en su juego
— Pase algo, ¡nomas! Respondí como enojado, sabía que estaba jugando
— Pero dime ¿que pasara? Burlándose de mí,
— Párate aquí, en el estacionamiento del Burger King, estaba lleno sin llegar al lleno total
Me acerque a ella y la bese en esos labios rojos y riquísimos, le pase una mano a su cintura, igual que en la alberca, la desee con pasión sacando mi lengua y ella correspondía, quise comerme su labio inferior e hizo lo mismo, succionaba es la palabra correcta, cuando apreté mi mano contra su cintura no quería que parara, por lo que me separe de ella y no comprendiendo la razón del porque habíamos parado de tan cachondo beso, estábamos como los pulpos succionando todos los poros de su boca, le dije:
— Te debo de denunciar a la policía. Andas dando a los niños puro malos ejemplos, sonreí mirando hacia el frente, unos seis niños y niñas, estaban viendo sin el permiso de sus padres por el ventanal el tremendo beso que nos estábamos dando, cuando Moni voltio y los miro, las niñas estaban felices y aplaudieron de alegría, como cheerleaders, echándole porras por lo que acababa de hacer, los niños solo se preguntaban qué estaba pasando, sin comprender del todo, fue un beso nomas se decían entre ellos. Como siempre las mujeres son más adultas por eso su astucia para aprovecharse de las situaciones de pareja, a los 8 años las niñas ya están pensando en un hombre y los niños en juguetes todavía,
— Ándale Jaime llévame a comer….
— Si patroncito, ya lo escuche
— Y soltábamos la carcajada por nuestras ocurrencias
Le di Gracias al Señor, por llevarnos tan bien y darnos estos momentos de gozo y alegría… pero era a escondidas.
Moni, encendió el carro y diciendo adiós a los niños, se despidió, ellos también se despidieron con sus manitas. Nos dirigimos a los tacos y me soltó la primera:
— ¿Cuántos tacos te comes?
— Depende de la tortilla, chiquitos entre 6 y 8, de los grandes de tortilla normal, unos cuatro, respondí.
— Son al vapor y son chicos, pero ¿de qué te gustan? Quiso saber
— de cabeza y el otro de lo que sea, dije no muy convencido
— Se nota (otra vez compitiendo) que no sabes de lo bueno, tú has de comer pura carne asada nomas como todos los de Sinaloa, aquí hay variedad y comenzó a pedir:
— aquí vas a comer uno de cada uno: de cabeza, de lengua, de ojo, de sesos…
— ¡HEY! ya párale, estas inventado le decía
— Si le paro, pero empieza con uno de cabeza, y después me dices, retándome abiertamente
— Ni modo, que hacer me tenía agarrado por los huevos, pues le di la primera mordida al famoso taco, de cabeza siempre me había gustado, pero de los otros: que de ojo, que de cerebro, que se yo ja ja ja
— Para ella madamas pidió dos de lengua y uno de sesos, porque no quería comer mucho
— Otro: de sesos para él, dijo ni pedo gulp,
— Otro: de ojo, échate un taquito de ojo, me decía a carcajadas, y se volteaba y me mostraba su trasero
— Otro: de lengua, mmmmhhhhhh
— Ya no dije sonriendo ja ja ja, me vas a matar
— para que sepas de lo que estás perdiendo, me dijo
— que tonto, ¿verdad? Tocándome la piocha. AJA AJA jejejeje, están deliciosos, pero falta que me deleite, pa´ la otra,
¡¡ Dios mío!! porque me castigas así, la mire directamente a los ojos de tapatía, que me de chance de abrazarla, de besarla, estar con ella, es lo ultima cosa mala que haría, ayudándola, te prometo que después me hago célibe, mi Dios.
22:30 Horas… Viernes
Nos subimos a su carrito y antes de ponerme el cinturón de seguridad, me acerque a ella a darle un beso en el cachete, ella se voltio y nos lo dimos en la boca, nos besamos profundamente, disfrutándolo, con pasión, con ganas, sin soltarnos, pero otra vez no queríamos dar un espectáculo a la gente que estaba ahí en los tacos, sonreímos para nuestros adentros.
Nos fuimos de ahí, pasamos por la U.S. Embassy, a dos cuadras de mi departamento en la calle Hospital S/N, se estaciono frente a unos departamentos, edificio de 8 pisos de alto, un poco de luz, se veía tranquilo, esa zona era vigilada por cámaras de seguridad, se estaciono bajo un árbol, un poco frondoso, para que nos cubriera de la luz amarillenta de las lámparas públicas, y le dije
— Quiero ser sincero contigo, prendiendo el gallo que traía en la camisa, listo para disfrutarlo a un lado de ella
— Me gustas mucho, la marihuana también me gusta mucho, y quiero que la conozcas para que después nadie te cuente y sepas que esto no es tan malo como dicen, quiero que cuando este contigo pueda fumar mota, poquita pero fumar, dos o tres “baisas”, ¿te parece?
Si no te sientes bien entonces lo cortamos por lo sano y te la quitamos de la receta, sonreí,
— por lo que “prendí” el gallito, respire hondo, sostuve el humo en mis pulmones y me acerque a ella, se dejó besar y al abrir su boca empecé a pasarle el humo, sostenlo lo más que puedas — le dije y la seguí besando, la solté, no quería que se ahogara… a cabrón, dijo ahogándose y empezó a toser, 4 o 5 veces,
— una vez más y agarre el gallo, fume despacito, después se lo pase de nuevo a su boquita sonriente en un rico beso, esta vez le toco toser más, eso es suficiente me dije.
Nos quedamos viéndonos cerca de 3 minutos, cada quien en su asiento, paso un comercial la radio y soltamos la risa por lo cómico … ya empezaba a hacernos efecto la motita, por lo que me decidí hacer algo, nos habíamos relajado, me levante del asiento, la agarre de sus hombros volteándola para besarla, cada vez se hacía más húmedo el beso que no queríamos que terminara, continuamos por unos minutos y nuestros cuerpos necesitan estar juntos, no en esos asientos del Tsuru, eran súper incomodos para nuestros intentos de abrazarnos como pudimos, estaba muy incómodo y procedí a cambiar de táctica, la recargue a su asiento y la puerta, empecé a besarle el cuello, las orejas, y el inicio de su pecho, la besaba esas zonas y le encantaba, más en los bordes de su oreja, continúe mi camino, le desabroche su chalequito de tres botones, se blusa no fue problema y entonces se hace mi sueño realidad, al levantar el brassier vi dos capullitos surgir, y me le fui a besos, el nacimiento de los mismos, alrededor, sentir su piel tan sensible de sus pezones, los pezones apenas se los tocaba y empezaban a moverse como con resorte, y me calentaba la plebe, seguí mi camino hacia abajo, llegue a su ombliguito, con la mano derecha seguía en un pecho, estaba besándole cuando me dice que ya no sigua, que la espere un momento para agarrar aire, prende un cigarro para los dos, entre el humo del cigarro la veo pero no hablamos, volteo para verle sus senos, se ven riquísimos, se los toco, aún estamos retirados por 60 centímetros, espérame, quiero hacer algo que te gustara, creo… y acomodándose empieza a acercarse a mí que seguía tirado en el asiento del copiloto, empieza a buscar mi cinturón, no le entiende pero quiere abrirlo, le ayudo levantándome un poco y acomodar el cinto para que ella nomas jalarlo y lo pueda quitar, y así lo hace, me soba por arriba de la ropa y me baja el pantalón, luego sigue el bóxer, se le queda viendo a la verga enfrente de ella
— salta, salta, salta
—- Tu di rana y yo salto, recordó el chiste y se rio, la tremenda Moniquita, quedo maravillada con lo que encontró, y era suyo, lo agarro con las suaves manos, abarcando el grosor con sus manos, sobándolo, sintiéndolo, diciendo para sí misma “con este hueso, se queda este perro”
— No tenía el gusto de conocer a tu amiguito, — dijo picaronamente
— Don Panchito, se lo presente
— Mucho gusto, dijo, y lo acaricio con su lengua en toda su cabeza morada, que dijiste que media como 6 centímetros, se rio
— Mucho gusto, le dije entre dientes del placer recibido y son 9 en estado DORMIDO, cuando lo despiertan son casi los 18 centímetros a tu servicio, yo me reí también
Empezó suavemente, sintiéndolo en todo su esplendor, ese “palo” lleno de venas y cabezón, estaba como enajenada, sobándola y viéndomela verga a ojo pelón, subía y bajaba con sus manos, hipnotizada y en éxtasis sobando con desesperación ese pedazo de carne, quería sentirlo entre sus piernas, quería comérselo, aguardarlo, que no se fuera y para ella sola, solo había visto vergas de este tamaño en películas, comento
— no te preocupes ahora esa es toda tuya, la regrese a la realidad, tu dime en lo que pueda ayudarte, estoy para complacerte, Reyna mía, entonces con decisión me tomo la “cabeza” con su boquita, batallo pero le entro la cabeza y empezó a empalagarse de verga, la sacaba y se ponía a comérsela a pedazos por cualquier lado, la quería morder pero era mucha carne, caliente, así lo tenía pensó Moni a mi entera satisfacción, los huevos no se le escaparon y algún besito en el culo que me daba.
Tenía los pantalones a media pierna y me estorbaron, me los baje hasta los tobillos, ella como culebra tirada entre los asientos, comiéndose el pedazo de carne, dándome placer a mas no poder, y no me dejaba respirar, por lo sabroso que sentía cuando succionaba mi verga,
— aaahhhhh soltaba quejidos despacito,
— sí, así, sigue, la alentaba
— mugf, mugf decía
— me estaba comiendo la pre venida
— mugf, mugf, y seguía masturbándome con su mano derecha, y la izquierda sobándome los huevos, tomándoles cariño a mas no poder y chupando “su” verga, empezó a tocarme de vez en cuando mi trasero, nomás por encimita y me puso al mil,
— espera no quiero terminar en tu boca,
— yo tampoco, no tenía experiencia todavía, solo lo había visto en videos o películas que le enseñaban las amigas,
— se sacó la verga de su boquita hermosa y empezó una puñeta sabrosísima, mi cuerpo respondía a sus manos, a sus estímulos, a sus impulsos naturales y que estaba captando muy bien las vibras corpóreas, de acuerdo a su entrenamiento
— Si Señor. Lo hizo hasta el cansancio, hasta que le dije— para, por favor, le valió madre mi suplica, siguió “bateando” con las dos manos, quiero verte, ver cómo te vienes frente a mis ojos, dijo,
— quería ella ver qué pasaba en ese momento, y me dije que no la defraudaría, ya no me aguante, porque escucharlo fue como abrir el grifo de la regadera, una llave para expulsar lo acumulado en noches de insomnio, se cansó de ver mi semen que saltaba a sus pechos, su cara, al carro, además resbalaba entre mi verga y sus manos
— todos mis “mecos” fueron servidos para su majestad
— gracias, me respondió, probándolos y agarrando el gusto al sabor
Siguió masturbándome por unos minutos más, ya mi verga estaba al 50% de efectividad, había terminado con mi semen de lujuria, tomo unas toallitas Kleenex y se limpió el torso y los brazos en donde le cayó mi semen, después limpio suavemente mi verga hasta que la dejo reluciente y limpia a puro lengüetazo.
Se me quedo viendo a la verga, se le iban los ojos ¿Cómo le llaman a esto, los católicos? le pregunto,
— Verga, nomás verga, ¿eso es, no? Respondió —
— Me gustaba hacerla desatinar,
—- me gustas mucho Miguel, pero no me vas a ganar, ya te dije, ¿te gusto la mamadita de verga que te di? ¿Te complació esta boquita?
— sí, mamacita, estuvo rico y lepera tú mamadita, pero ahora vas a saber lo bueno de Sinaloa, me levante y la recosté, invertimos la posición:
—falto yo mamacita, ahora “si va a saber bueno el caldo”, dije para los dos
La recargue contra la su puerta y su asiento, en diagonal hacia mí, sus piernas llegaban a mis piernas, se las empecé a acariciar lentamente, sus bien trabajadas pantorrillas, sus torneadas piernas, la acaricie un rato por sobre su ropa sintiendo sus los músculos encondidos tras su ropa, cuando entramos en calor, le dije que separara las piernas un poquito…
— o así me respondió ella, cachonda a mas no poder, levantando la pierna derecha para subirla al asiento, la pierna izquierda abierta a mas no poder en posición recta, dejándome ver su entrepierna, te recuerdo que nunca ha estado nadie antes allí, su conejito, me señalo y comento son muchos años cuidando mi virginidad…
— ya plebe, no te asustes, no soy atrabancado, Irala pues… tu déjamelo a mí, experto en enfermedades del corazón, dije
Me acerque oliendo sus fragancias, recostándome un poco sobre ella —sentado, empecé subiendo los dedos para acariciar sus piernas y acercarme cerca de su panochita con mi cara, empecé a darle besitos a su panochita por arriba de sus braguitas y sus medias, cuando me harte, le baje las medias de arriba de su cintura hasta la media pierna, así nomás quedaba el calzoncito, trasparente y delicado, le abrí las piernitas y me acomode entre ellas, que bien se sentía, que erótica vista y olía a sexo mezclado con fuertes vibras — dije, al estar frente a su panochita sobándosela sobre su panty muy empapada, empezó a disfrutar el momento, se dejó llevar por mis besos ardientes de deseo, no me sentía agusto, pare y la jale un poco más hacia mi cuerpo, quedo más recostada y a mi disposición, le baje la panty, ella me ayudo y se sorprendió de lo mojada que estaba, eso quiere decir que ya estas preparada para mi verga, le comente, abrió más piernas y pude deleitarme con su panochita cuando le dije :
— le hace falta un recorte aquí,
— ¿Quién lo haría? ¿A quién le diré? Dijo poniendo cara de duda
— No se preocupe, mi Reyna, tengo la solución en mis manos
— qué bueno, nomás no traigas al chico “manos de tijeras”
— soltamos la risas
Por lo que mis dedos se revolvían con los “pelitos” virginales de su panochita, mojadita y abriendo sus labios para mí, y su vulva se veía espectacular, me abalance por los lados, besándole a los lados de las piernas, todo alrededor de su panochita, le di una vuelta por su culito, alcanzándolo con mi lengua,
— respingo fuerte aaahhh eeeeggghhh que haces,
— solo ver tus reacciones de mi lengua
— se siente rico pero olvídate de “el”, puedes saborear pero hasta ahí
Cuando me dicen que no, soy muy terco y más me prendo, por el momento lo estoy disfrutando y así hasta que me dedico a “atacarla” en su “panochita”
— aaahh aaahhhhh escucho
— se está soltando
— que rico se siente, cada vez gemía mas
— seguía succionando hasta los huesos, hasta chuparle “el tuétano”
— aaahhh aaahhh, nomás se oía
— estaba en su clítoris disfrutándolo al máximo, de repente le daba muchos lengüetazos muy rápidos, de repente era de arriba hasta de bajo y algunas veces terminaba ensalivándole el culito, le escribí el abecedario, ponía mi lengua de lado, y mi moni como loca, moviendo la pelvis para que me introdujera más adentro, woow estaba disfrutando al mil, está niña es lo máximo, le succionaba sus labios, el clítoris, toda su panochita y le ensalivaba el culito, de repente sentí un apretón de sus piernas, y otro más fuerte, sentía que querían arrancarme la cabeza del cuello, no la solté y seguí lengüeteando y besando, ahora era mi turno para hacerla gozar, que terminara, si quería en mi boca pues para eso estaba, lo tenía para ella sola, sostuvo con sus manos mi cabeza, apretándola contra ella, no quería dejarme ir,
— aaaaahhhhhh se escuchó me vengo, me vengo aaaahhhh así, así sigue aaahhhh aaaahhh
— Para, para yyyaaaaa, seguía con mi plan de que ella pidiera, sin límites…
No le soltaba sus labios vaginales contra los míos hinchados de placer, buscando que s calentara más, era una cachondeada marca Diablo la que se está llevando, coloque las manos bajo sus nalgas, para chuparla mejor y a modo, el sentir dentro de sus labios vaginales esa lengua ardiente que parecía tener vida propia, esas paredes secretando sus fluidos, me daba cuenta que lo estaba disfrutando al máximo y no aguanto mucho, me vuelve a querer ahogar con sus piernas
— Me vengo, me vengo apenas la escuche, fue un gemido sordo
— Aaaahhhh ahhhh ahhhh
— que “Música para mis oídos” estaba escuchando
— le seguí y no me importo, no quería que terminara, aunque mi verga siguiera erguida y sin atender, “primero ella” pensé para mis adentros, seguí besando esa panochita pero ahora como estaba toda húmeda decidí usar mis dedos para trabajar metiéndole uno o dos dedos al interior de su vagina sin llegar a himen… besándole el clítoris y de repente se puso súper cachonda, le besaba su culito, me daba cuenta que se le erizaban los pelos al pasar mi lengua por aquel lugar prohibido, que se moviera lo que quisiera pero de mi beso no se escapaba… muak, muak succionando sus jugos y llego el tercero, movió su pelvis contra mis dedos y mi boca, moviéndose desesperadamente y ya no aguanto, me vengooo, me venggoooooo, y yo chupándole todos sus jugos virginales despacio, fue bajando la intensidad de sus movimientos
No deje ninguna gota del néctar que me regalo y yo le limpie completamente su panochita, dejándole reposar ya que fueron tres orgasmos deliciosos, la deje en su asiento para que se relajara, estuvimos como idos un ratito, entonces empezó a quitarse la panti y las medias debajo de sus rodillas, las puse debajo del asiento y me dijo, ven acá a mi lado por fuera, baje del auto, volteando para todos lados, no pasaban carros, me acerque a su puerta ya la había abierto, me da su mano y la ayudo a levantarse, cerramos la puerta y abriendo la puerta trasera, entro y se acuesta en el asiento y me abre sus piernas, trato de colocarme entre sus piernas para reventarle su himen que me estaba llamando como para que entrara y rompérselo, me estaba gustando el jueguito a ver quién ganaba, pero no podía hacerlo, desvirgarla en esa posición, no, del carrito salían mis pies hasta las rodillas, desistí en el intento,
— vamos a mi departamento un ratito, le dio
— no, no podemos, aquí estamos bien, me contesto
— vamos a tomarnos una cerveza, ¿ándale? y estar más cómodos
— en otra ocasión será
Y me quede con las ganas, otra vez…
Eran cerca de las 01:00 horas… Sábado y se tenía que ir, se puso la falda sin pantis y se arregló lo mejor que pudo, agarrándose el peso con una cola de caballo, me dejo en mi departamento y al bajarme fui a su lado del carro y la bese apasionadamente y metiendo la mano en su entrepierna pude sentir la frescura de su panochita ¿cuándo volveríamos a vernos?
Continuara…
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