Semana Santa IV
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sábado – 11:00 Horas
Después de dos semanas sin vernos porque salió fuera de la ciudad y yo con unas ganas de abrazarla y besarla, cada día me gustaba más, ese fin de semana sus padres fueron a visitar a unos parientes a Tepatitlán y se iban a quedar sábado y domingo, por lo que teníamos tiempo para nosotros. La recogí en su casa y les dijimos a sus hermanas que íbamos con unos amigos a RINCON DE LAS FLORES, les di mi celular por si ocurría algo, aunque Mónica también traía celular, para lo que se ocupe.
Nos fuimos a mi departamento y me aliste para entrar, le dije si quieres sube porque voy a tardar. Me siguió escaleras arriba, cuando llegamos al departamento, entro a la sala y le serví un tequila con Squirt, por mientras yo pase a mi recamara y me introduje al baño, agarre un rastrillo para rasurar y la crema para afeitar, de regreso en mi cuarto, agarre unas tijeras y las envolví en una bolsa y me fui para la sala a hacerle compañía, el tequila le cayó bien, me serví otro para mí y le ofrecí otro y dijo que si, entonces me pregunto por lo que fui a traer, dejándola en suspenso, me senté y apure mi caballito, ella con su vaso en la mano.
— ¿Para qué quieres saber? Si de todos modos me la vas a pagar
— ¿Qué es lo que traías? Quiso saber sonriendo
— que no, le dije sonriendo
— bueno ya vámonos al rancho
— Me levante y cerré la puerta con llaves
— ¿Qué estás haciendo?
— no quiero que te salgas, te voy a pelar y a raptar
— se quedó de una, intrigada
— ya, son puras mentiras, le dije y solté la carcajada
— cómo eres malo conmigo, me dijo con su carita de que no quebraba ningún plato, acercándose a donde estaba parado — y ¿para qué me quieres raptar? dame un adelanto para ir tanteando el terreno
— pero solo un adelanto eeehhhh, porque de esta no te me escapas, sentencie mirándola fijamente a sus ojos con lascivia. Como si estuviéramos compitiendo, le había ganado al engañarla y encerrarla, y ella lo sabía, preguntándome
— ¿Cómo te pago? dijo meneándose
— quiero que seas: que seas una jovencita recatada y pura, una niña pidiéndome que te deje en paz, una niña seria y bien portada, eso es lo que quiero para complacerme
— ¡¡Si!! Quiero ser tu niña buena
— Pero suéltame, deja de abrazarme, comenzó a decir como niña haciendo berrinche
La tenia agarrada por la cintura, mi pierna derecha metida en sus piernas, sintiendo mi verga parada y rosándole la entrepierna, una mano en su cintura y la otra mano cerca de sus pechos
— suéltame, déjame ir, me decía queriendo separarse de mi
— era buena actuando, casi soltaba la carcajada, pero me detuve para no echar a perder el momento — me gusta y te voy a coger, te vas a matar tu sola, cabalgándome, a tu ritmo, te voy a dejar ser
— ya suéltame, me tengo que ir
— no, no te voy a soltar, voy a comerme tus jugos chiquitita
Empecé besándola despacio y poco a poco se fue haciendo más erótico, me la quería comer a besos, baje a su cuello, lo bese, fui a sus orejas y ahí estaba la solución para que se pusiera cachonda
— ya déjame, por favoooooorrrr
— entonces seguí, aumenta la presión atrás del lóbulo de la oreja
— ya por favor, gimió
— la solté pero me fui sobre las tetas, sobándoselas sobre la ropa, se notaba a través de su cuerpo que estaba bien excitada
— ya para por favor, cada vez respirando más agitada
— no, tú me dijiste que en la próxima ocasión, y aquí estamos
— la bese para que dejara de hablar, porque era más fácil gozarla sintiendo la suave piel de sus labios que escuchar su melodiosa voz
Mis manos sobre sus pechos, ahora ella me tenía agarrado de la cintura, ya empezaba con sus movimientos pélvicos, insoportablemente eróticos, me está sobando la verga, y yo le saque sus dos lindos pechitos escondidos en ese hermoso y frágil brassier, color negro, semitransparente, hacía que se le vieran poderosos y hermosos, le empecé a mamar una “chichita” y soltó un leve quejido, le seguí besando en su pecho y ella arreplegándose a la verga, después de casi tres minutos continuando con nuestro cachondeo
— Ya párale, le dije
— pero ¿Por qué? ¿Que hice mal? No entiendo
— la separe de mi cuerpo, poniendo mi mejor cara
— ella seguía sin entender,
— relájate un momento, le dije
— le empecé a desabrochar el pantalón, se lo baje hasta las rodillas, ella subió una pierna para que pudiera sacarlo, luego la otra pierna, se lo quite y lo puse en el sillón
— le agarre sus pantis y cuando comenzaba a bajárselas, no déjame
— no le hice caso, se las baje hasta sus tobillos, espere hasta que levanto una a una sus adoradas piernas, aprecie sus apetecibles piececitos, hasta daban ganas de besarlos y lo hice, su piel suave y candente, woooow — dije
— la agarre de la mano, la hice que me siguiera al baño, aún tenía su blusita puesta y se la quite, sus senos por fuera, le quite el brassier quedando desnuda, se notaban los senos aun paraditos, se los sobe — agarre una toalla, la puse sobre el excusado y la senté, dije espérame, fui por mis cosas mientras ella estaba sentada, preguntándose que estaba sucediendo, cuando regrese y vio en mis manos el paquete, vi que sus ojos querían ver de que se trataba
— no tengas pendiente, te dije que me la pagarías y llego tu hora
— ¿Qué te debo? Con una sonrisa
— sacando las tijeras, me arrodille ante ella y le abrí sus piernas, me di cuenta de inmediato que estaba mojadita, su néctar saliendo de sus labios, que vista Dios mío, me fui a acariciarle su vello púbico y le dije
— sí, págame cabroncita, mi cara mostraba venganza y placer en ese momento, con las tijeras en la mano derecha corte un mechón de su pelo púbico y ella se dejó hacer, le corte hasta dejarlo como de 10 milímetros de largo, luego saque la crema de afeitar y le puse en su panochita, empecé a rasurarla, dejándole nada un mechoncito arriba de su virginidad, le eche agua para quitarle los restos de espuma, sobándole la panochita y metiendo dos dedos pasando sus labios vaginales, me puse caliente nomas de verla y al sentirla enloquecí
Empecé cada vez más fuerte hasta que escuche su gemir, me la lleva a la recamara y me subí sobre ella mientras la recostaba en la cama King size , empecé sobándole su panochita con mi verga, todavía tenía el boxer puesto y se notaba mi verga paradisima, súper excitado, ella me cambio de posición, me puso de espaldas, esto estorba dijo— quitándome el bóxer empezó a decir: salta, salta… y empezando a chupar mi verga como si se tratara de agua para el sediento, así estuvo hasta que dejo de mamármela pero agarrándola con las dos manos,
— te gusta mamármela — le dije, y por toda respuesta, dijo
— Hola Don Panchito, ¿le da gusto verme? — ¿está enojado? preguntándome
— a la mejor no reconoció a Doña Panchita y piensa que no la trajiste
— colocándose frente a Don Panchito, se abrió de piernas, me volvió loco el verla en esa posición, tan recatada que se ve—dije sonriendo y se me paro la verga al 1000
— fue a la peluquería y se cortó el cabello
— lucia divina abierta de piernas, su cuerpo desnudo invitándome a hacer cosas malas
Se subió a mi verga igual que la otra vez y empezó un movimiento de atrás para delante, se acomodó sobre la tranca abriéndose los labios calientes y empecé a disfrutar, yo la agarre de la cintura y cuando estaba en la punta de mi verga, la detenía un rato y jugaba con mi glande en su entradita, estaba súper mojada, pa´adelante y pa´trás, la detenía y empezaba a gemir por el contacto con mi glande, empezamos a gozar como locos, no me aguante y colocándole la cabeza en la entrada de su panchita comencé a pujar poco a poco entraba en sus labios, ella también lo quería, nomás gemía, se veía que sufría pero seguía, no decía nada, ni una palabra, estaba aterrada pensando en el pedazo de verga que se estaba cogiendo
— pare, para que se fuera acostumbrando a lo grueso y a lo duro de mi verga
— sácamela, me duele, dijo
— nomas es la pura puntita
— bueno, pero solo la puntita y un ratito, cuando su cuevita se acostumbró a lo ancho de su verga, empezó a gemir de placer, sácala o métela – me dijo, ya no aguanto, estaba que echaba lumbre mi Moni
— le di otro empujoncito llegando a su himen, intacto a hacia eso yaaa, yaaaaa decía de nuevo ella, me duele mucho, fui metiéndosela poco a poco, aaaggghhh aaaggghhhh, sácamela, está muy gorda
— no, espera tantito mi amor, la tenía ensartada a la mitad de mi fierro
— otra vez sin movernos, sentía las pulsaciones de ella, riquísimo, su cuerpo hablaba ahora si, también gozaba y sentía mis pulsaciones, empezó a mover despacio su pelvis, despacito porque todavía le dolía poquito, pero el placer era mayor y ella sola se fue ensartando en mi cachonda verga, de repente desaparecieron mis 18 centímetros adentro, ya los tenia adentro, gritando y gozando como nunca: te amo, te amo — decía
— Acaloradamente y su néctar embarraba mi verga, que grande esta, que rico y sabroso — decía,
— había ganado la apuesta porque yo tenía la experiencia y moni el instinto natural, ahora le daba las gracias a Isabela (mi-ex) por haberme enseñado a “mover el bote” porque sabía que su excitación estaba al máximo, la estaba enseñando el amor, pedía verga, eso estaba esperando, que la quisiera y que pidiera, la enseñe a decir las cosas que hacíamos, gemía como loca y su movimiento pélvico fue en aumento hasta que tuvo un orgasmo tan fuerte que me sacudió con sus movimientos pélvicos, — yaaaaa, yaaa me vengo aaagghhh aaahhhhhhgggggffff
— se vino sobre mi caliente verga, me gustó mucho que estuviera disfrutando, que se sintiera relajada, seguía moviéndose cadenciosamente ensartada en mi verga, entonces empiezo el saca y mete despacito y comenzó su sinfonía de gemidos aaaggghhh ya mummm aayyy ya para me vas a hacer venir yyyaaaaa para por favor me voy a volver loca, mi amor paraaaa yaaa, grito de placer, cerca de 40 o 60 segundos de un grito diciendo
— Me vengooooooooo Migueeeeelllll
—cayo rendida con su tercer orgasmo de la tarde, uno tras otro, solo ella lo sabe, termino quedándose pegada a mi cuerpo, multiorgasmica — me sorprendí, hasta ese momento me había movido poco, ella era la que se movía, mis movimientos iniciaron subiendo de tono, estaba pujando y gozando al máximo cuando ya no pude más, en ese preciso momento me salí de ella, se escuchó como un corcho sacándolo o abriendo una de botella de vino y termine en su vientre y sus chichis, me limpie la verga con la mano y le di unas jaladas la limpie de mis mecos, mi verga quería más, por lo que se la volví a meter de una sola estocada aaahhhhh , metiéndosela sin consideración, nada mas grito un ratito porque comenzó a gemir de placer otra vez, la estaba clavando y ella me decía
— que rico, que rico Miguel, más fuerte, la quiero toda toda, toda… me repetía
— rápido la cambie de posición y viéndole su trasero wwwooowww que nalgas tenia, sabrosa como solo ella – todas las mujeres son únicas —pero quedaba muy abajo de mi por lo que puso las dos almohadas en su pelvis y le dije levántamelo y guuuaaa su culito también se veía sabrosón, acostada boca bajo le agarre las dos manos para que no se agarrara de nada, que no me pellizcara la espalda, que no me agarrara las nalgas, se la volví a atrancar, ya le había agarrado sabor a mi verga, sus movimientos se hicieron más candentes, yo “sufría” porque su vagina estaba muy estrecha, acostada y de espaldas me enredo con sus piernas jalándome hacia ella, ya estaba ensartada pero parecía que le hacían falta mis huevos porque su movimiento pélvico me decía que le estaba gustando y me hacia el amor desenfrenado, , muchos años de abstinencia y se dejó ir, yo no me quería quedar atrás, le seguí bombeando a mas no poder y empezamos a venirnos los dos pero volví a sacar mi verga para no embarazarla, ella seguía viniéndose y la solté las manos para “bajarme al agua” y chuparle sus jugos, con sus piernas bien abiertas y agarrándome con sus manos mi cabeza, no quería soltarme, el clítoris estaba súper erecto, chiquito pero parado, estaba lambiéndole toda su cuevita sagrada, sabían mejor que cualquier golosina, hasta que termine de limpiar toda su panocha.
Sábado — 15:00 Horas
Bajamos desnudos al baño, le dije tu primero y se sentó en la tasa abriendo su piernas para que viese en primera de ese espectáculo, cada vez me estaba gustando más la morra, le metí la mano mientras estaba orinando, se sentía muy especial estar en ese momento con ella, tan íntimo y la carita que ponía de un angelito, la bese tiernamente, se paró y dijo: sigues tú y me la agarro para dirigirla al momento de orinar, se me está parando al sentir su manita ardiente pero me relaje y me calme, terminamos y nos fuimos a lavar las manos en la cocina, nos preparamos unos sándwiches, y unos tres caballitos de tequila.
Comimos y bebimos y volvimos a “nuestra” cama, como todavía estaba a mis órdenes, le dije — siéntate y ensártate mi verga, me puse en el medio de la cama con las piernas dobladas y ella se subió a la cama parada, la agarre de las nalgas y acerque mi boca hacia su bonita puchita, le metí la lengua, estaba lista me di cuenta porque estaba súper mojada, puso sus pies a mi lado, me agarro del cuello y se puso la verga a la entrada de su puchita, estuvo como 20 segundos y otra vez me sentí al mil, inicio un movimiento cadencioso, saboreando cada centímetro de mi verga, la iba cubriendo con sus labios ardientes y comiéndosela lentamente, me estaba “matando”, como lo disfrutaba y sin parar llego hasta mi tronco, deteniéndose hasta acostumbrarse a ese gordo palo, quedando con los brazos en mi cuello, su cuerpo ensartado en mi verga y sus piernas en mi cintura, yo con una mano le sobaba su pechito y con la otra le estaba tocando el esfínter de su culito, empezó a gemir y se empezó a mover con su panocha, movimientos pélvicos grandiosos, se movía pero como estaba llena de verga, sentía cuando me succionaba la verga con su panochita, lo estaba disfrutando al máximo, me puse un poco de saliva en el dedo y se lo volví a poner en su ano, giraba alrededor y el esfínter iba cediendo, cada sé vez se movía más rápido y gemía sonoramente, un dedito le rompió el culo, nomás el primer falange, y empezó a moverse más fuerte, le estaba gustando, estuvimos en esa posición hasta que ya no aguanto, orgasmo igual de intensos, todos por igual., levantándome la agarre y la puse a cuatro patas me coloque en la entrada, puse el glande hasta que salieron jugos, metiéndosela de un solo atracón, aaahhhh aaahhhhhh empezó a gemir ggrrrr gggrrrr mmmufffff mufff, la empecé a mover súper rápido, para adelante y para atrás, empecé a sacar la verga hasta el glande y se la ensartaba de un arremangon, mis huevos chocaban contra su nalgas rítmicamente, la sacaba de vuelta y se la volvía a meter, le empecé a sobar el culo y despacito le metí otra vez el dedo, se volvió loca, parecía que se iba a desmayar, se movía para atrás y adelante como poseída por un espíritu, era otra Mónica, la salvaje, la indomable, la diosa, etc., no aguantando más se vino aaahhhhh aaahhhhh me estoy viniendoooo Miguel, Miguel, te amooo, te amoooo. Yo me vine un minuto después que ella, afuera de ella por supuesto.
No quedamos acostados como media hora y dijo es hora de irnos, le pase su ropa y sus zapatos, pero el pantis me quede con él, para recordar sus olores y del néctar derramado en esa prenda, mi trofeo de su desvirgamiento, se levantó y se iba a caer, sus piernas no le respondían, la abrase y le dije que era pasajero, estuvimos como 5 minutos y empezó a caminar poco a poco, riéndose no lo podía creer.
Nos fuimos y la deje en su casa, fui y compre un six para relajarme en el departamento. Bien chupado y exprimido me dejo Moni pero me repondría.
* Espero comentarios…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!