Ser profesor de una escuela católica infantil tiene sus privilegios – Parte II
Luego de mi primer experiencia con Morita, mi alumna de ascendencia japonesa, ya estaba comprometido. Ya estaba en manos de la niña. Si hablaba o contaba algo yo iría preso sin remedio.
Esa noche no dormí tranquilo. A la otra mañana llegué al colegio un poco más temprano que de costumbre con la ansiedad de saber si mi alumna había dicho o contado algo.
Llegaron todas las alumnas y veo en el medio de ellas a Morita, por su altura sobresale una cabeza de las demás. La observo y de pronto descubro que me está mirando, a lo lejos me sonríe. Entonces supe que todo estaba bien, al menos por ahora. Transcurrieron las horas de clase sin mayores novedades, ya en el último recreo Morita se me acerca disimuladamente y me dice que se quedará a acomodar los libros de la biblioteca. Que su madre ya sabe y que vendrá más tarde a buscarla.
Grande fue mi sorpresa, la niña ya tenía todo arreglado. Como me iba a negar. Antes de finalizar ese recreo me fui a la sala de profesores, hay una heladera donde guardamos los refrigerios, yo sabía que muchos de ellos guardan manteca y mermeladas allí. Busqué y encontré un pan de manteca casi sin usar. Corté una porción y poniéndola en una servilleta me la llevé para el aula. La puse en la biblioteca y comencé la última hora de clase son muchas expectativas.
Suena el timbre y todas las niñas salen rápido para irse a casa con sus padres. Morita se retrasa y cuando ya no quedan más chicas en el salón es ella quien cierra la puerta con traba y se dirige al armario. La sigo ya con la verga medio dura, sabiendo que hoy es un día especial para ambos. Entro y me está esperando, ya no tiene la falda puesta y tampoco el calzón, su camisa está abierta y me permite acceder a sus pechos. Los chupo y los muerdo mientras ella acaricia por sobre el pantalón mi badajo. Me separo y me bajo la ropa liberando mi verga, la niña simplemente se arrodilla toma mi pija por el tronco y se lo mete a la boca iniciando así una rica mamada. Se esfuerza por hacerlo bien, tanto que pronto me tiene al borde de acabar, se lo comento y se mete la verga más adentro casi hasta la garganta y allí le acabo por primera vez ese día. Ella se comió todo el semen sin derramar una gota. Inmediatamente se pone de panza en la banqueta a la espera de que yo haga mi parte, y no me demoro, arrodillado detrás de ella procedo a besarle la conchita y su clítoris, plronto está muy excitada, lo noto por lo que lubrica su vagina, metí dos dedos en su culito y el tercero no entra, busco la manteca y unto su anillito con la misma, eso facilita el acceso de mis tres dedos, la niña no se queja, se mueve como queriendo cogerse ella sola.
Me posiciono detrás de ella, le pido que guie la verga hacia su vagina, lo hace con su manito, se abren sus labios vaginales y comienzo a entrar en su aterciopelada y estrecha vagina, mi monstruo se va abriendo camino, ella gime y sufre el grosor, la verga se va internando hasta llegar a su virgo. La tomo firme por las caderas y de un empellón perforo su virginidad y le entierro la poronga hasta que topa con su útero. La niña grita de dolor y comienza a llorar. Me quedo quieto hasta que noto que se relaja, entonces ya con la verga totalmente metida dentro de su cuevita caliente le doy una buena cogida, ella se adapta y pronto participa con ganas, hasta que logra un gran orgasmo, cuesta creer que una niña de esta edad pueda coger como una mujer madura y acabar igual a ellas. Mi pija está más que gruesa y dura, se la saco y le unto manteca en su ano, igual en la cabeza de mi verga, y apoyo la punta en su anillito estrecho, esta vez cuesta menos gracias a la grasa de la manteca. La cabeza entra rápidamente junto con una gran parte de la tripa, ella gime, y llora en silencio. Pronto se le pasa y para mi sorpresa comienza a mover el culito de un lado al otro y busca que la pija le entre más, le doy gusto y se la entierro toda hasta los testículos. Más se excita y en medio de un gran suspiro acaba, siento su culo latir, y no aguanto más y le lleno el culito de semen. Al querer sacársela ella sufre y me pide que espere, que está muy gruesa y le duele mucho. Le hago caso y demoro un poco hasta que al final ya con la verga muerta se la saco y ella saca un pañuelo y se limpia tanto la concha como el culito. Luego me limpia la verga. Se viste y me dice, ahora sí ya está completo. Me da un beso y sale caminando rápido hacia la puerta del salón. Yo quedo con los pantalones abajo y la verga muerta pero contenta. – Sigue parte III
Excelente nada mas que decir.
Buen relato…Espero la tercera parte…
Que Fantasía tan cachonda.
W rico 😋