Ser profesor de una escuela católica infantil tiene sus privilegios – Parte V
Morita y Sofía ambas alumnas de mi clase, ya tenían una rutina, luego se les agregó Sor Agustina, quien para mi sorpresa estaba muy ávida de una buena verga. Pero se me empezó a complicar. Llegó un momento que me sentía amenazado cuando no pude cumplir con todas las mujercitass.
Morita y Sofía, ambas niñas de 9 años competían por una sesión de sexo con Sor Agustina. Pronto tuve que comenzar a tomar Viagra para poder mantener el ritmo sexual. La monjita a sus 19 años había descubierto que una buena verga terrenal es mejor que el paraíso que Dios teóricamente le prometió. Por lo tanto esta monja reclamaba su porción de pija al menos tres veces a la semana. Y la verdad es que Sor Agustina coge de novela, lo único que no había experimentado con Sor Agustina era el sexo anal. Pero ya llegaría el momento para eso. Pero tenía que poner un límite a esta situación. Y no encontraba la forma de hacerlo sin complicarse la vida. Las dos niñas se habían convertido en dos ninfómanas insaciables. Por lo que tanto pensar se me ocurrió que podía buscar un compañero de andanzas, seguro alguno querría cogerse a las niñas o a la monjita. Y contento con la idea que se me ocurrió fue transcurriendo el día.
Al llegar al último recreo busco al profesor de gimnasia, un muchacho de 24 años, bien plantado físicamente, y muy buen mozo, traía a más de una niña muy excitadas con El. Me le arrimo y le digo que tengo algo para hablar con El luego de clases. Les avisé a Morita y a Sofía que no habría esa tarde sexo debido a que tenía reunión de maestros. Las niñas ofuscadas y molestas a regañadientes se retiraron al final de clase. Sor Agustina no vino por su ración de verga y eso ayudó. Llega Peto, el profesor de actividades físicas, y nos ponemos a hablar. No sabía yo como encarar el tema pero al fin solito salió a la luz, debido a que el profe tenía también un problema con algunas de las niñas, ya que se le insinuaban y algunas atrevidas lo habían invitado a compartir espacio. Y El no se atrevía por miedo a las repercusiones.
Eso me dio pie para presentarle mi caso. Le conté que yo tenía tres amantes en el colegio, dos niñas de 9 años y una de 19. Peto se queda mirándome muy serio y luego sonríe, creyendo que le estoy jugando una broma. Finalmente lo convenzo de que es serio el tema. Y que necesito ayuda ya que no doy abasto con las tres ninfas. El enseguida se interesa, principalmente por las niñas, entonces le cuento toda la historia, y para confirmárselo le ofrezco que al otro día, al finalizar las clases, se acerque por mi aula que le tendré una sorpresita que le gustará.
Al otro día finalizada las clases al sonar el timbre de salida le pido a Morita y a Sofía que se queden ambas, que hoy hay una sorpresa que les gustará. Las niñas sin más info se dirigen ambas al armario biblioteca, en eso llega Peto, venía agitado. Cerré la puerta del salón con llave y llevé al profe hacia el armario donde para su sorpresa ya ambas niñas estaban desnuditas y dispuestas. Peto se quedó helado. Entonces yo le4s explico a las niñas que deben darle al profe el mismo trato que a mi. Ya que El descubrió todo y si no lo hacen el tendrá que denunciar los hechos. Morita y Sofía se miran y se acercan hacia el profesor, y mientras Morita lo abraza desde atrás, Sofía baja su pantalón y su calzoncillo, esto deja al aire libre su verga, que para sorpresa de las niñas es larga como la mía pero más gruesa. Sofía se la mete a la boca con esfuerzo y comienza a darle una gran mamada, Morita no quiere aburrirse y se me acerca zalamera, me saco la ropa y le presto mi pija para que mame a la par de su amiga, el profe no aguanta mucho la mamada y le llena la boca a Sofía de semen con potentes chorros que la niña traga con gusto, sigue mamando y no deja que se le muera, luego se posiciona en su banqueta, donde siempre recibe su porción de carne en barra, le indico a Peto que está receptiva y dispuesta y que es toda suya. Peto no lo puede creer, se le acerca a la niña que esta de panza en la banqueta, de piernas abiertas esperando su acometida, y El no se hace rogar, toma su badajo y comienza a penetrar a la niña, Sofía se queja, es que la verga de Peto es bastante gruesa, pero al final se la tiene toda enterrada, la niña comienza a disfrutar de ese buen pedazo de verga. Le gusta y se mueve como una serpiente, el profe la toma por las caderas y le mete todo su palo, la niña gime y suspira fuerte y así ambos llegan a un orgasmo compartido. Para mientras Morita que ha estado mamando mi pija, también se acomoda en otra de las banquetas y me pide que se la meta por el culito, a lo que obviamente obedezco, tomo gel lubricante, lubrico con tres dedos su ano, también mi verga, y con suavidad pero con presencia se la entierro en su ano mientras ella sostiene ambas nalgas abiertas con sus manos. Cuesta creer que estas dos niñas de 9 años, sean tan putitas y que les guste tanto el sexo. Finalmente logro hacer que acabe con mis caricias a su clítoris y le lleno el culo de semen. Finalizada la sesión, hicimos un acuerdo entre los cuatro, a partir de ahora Sofía será la amante del profe Peto, y Morita la mía. También me dejé para mí a Sor Agustina. Seguro la monjita mañana vendrá a buscar su ración.
Excelente muy excitante, pero debiste dejar todo para el profesor.
Gracias de por el relato, espero poder seguir viendo la historia.