Sesión fotográfica
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Falopio.
I. Ella.
Revisaba los últimos catálogos de moda, la frescura de las modelos, todo el glamour que las caracteriza, la figura estilizada y las últimas tendencias que se estaban usando, también aparecían algunos chicos, en segundo plano como reforzando las imágenes o con el simple deseo de ejercer la atracción sobre las chicas, en fin.
Porque no ir mejor, pensó.
Se desvistió frente al espejo, contempló su cuerpo y se imaginó como se vería con esos zapatos tan hermosos que había visto, sobre todo en donde estaba un chico observando a lo lejos a la chica que la portaba, lentamente fue recorriendo su cuerpo y sus poros se empezaron a encender.
Optó por salir, era la mejor opción, es posible que algo suceda, pensó.
Se puso el vestido rojo que tanto le gustaba, sobre todo porque hacía resaltar sus senos, de por si eran más grande de lo “normal” así que se sentía orgullosa de ellos, el color rojo del rubí para adornar los labios, una pequeña muestra de maquillaje sobre el rostro, un par de aretes de fantasía y un collar blanco, como haciendo un pequeño contraste con el vestido, caía el collar sobre las montañas de sus senos y algunas pelotitas se perdían entre el canalillo, se guiño a ella misma en el espejo, se tiró un beso y salió.
Abordó la camioneta gris, encendió el estéreo y las últimas noticias en la radio de que podría llover, se escuchó, se perdió en el tráfico de la ciudad.
II. El.
El le había dado un sorbo a su café, su mirada quedó justamente frente a los grandes almacenes y lugares de concurrencia de las chicas que desean estar a la moda, era curioso ver la manera en que salían con grandes bolsas, siempre la vanidad, pensaba, cuanto gastarán en trapos que solo se lo pondrán una o dos veces cuando mucho? Siempre se preguntaba lo mismo. Una que otra artista de moda se paseaba por esa avenida, pasando desapercibida para la gran mayoría, era increíble la manera en que se camuflajeaban, pero él ya las conocía, es que nadie se le escapaba.
Sus pensamientos estaban pensando en todas esas vanidades cuando de pronto, una figura resaltaba sobre las demás, una chica de vestido entallado resaltaba sobre las demás, ese andar propio, sensual, unos senos sobresalientes que parecían que iban a reventar el vestido con cada paso que ella daba, y algunas bolitas del collar en un movimiento sensual, como dos exploradores encima de esas montañas pidiendo ser rescatados o arrancados de ese tormento, unos lentes oscuros, una leve sonrisa como si estuviera en completa libertad, la magia que imprimía a esos instantes parecía emitir una suave caricia esa mañana.
III. El encuentro.
Ella sintió una mirada penetrante, lanzó su mirada hacia un costado y se encontró con unos cristales que reflejaron su cuerpo, él desde el otro lado la miró, lo buscaba, la atracción de la mirada dicen que es penetrante y ella la había sentido, a pesar de que muchos la miraban solo había una que casi la desnudaba, aun no sabía de quien era pero el lugar era el correcto.
Su cuerpo se aceleró, una mirada tenía encima y la buscaba, sus senos se endurecieron, recordó los chicos que había visto en el catálogo y se sintió transportada a ser la chica de esa portada, siguió caminando un poco más aprisa y se metió al gran almacén.
Señorita – dijo el alzando la mano – gracias por el café. Y le pagó. Cruzó la calle justamente cuando ella se metió al almacén.
Revisaba la fina lencería al otro lado del almacén cuando sintió de nuevo la mirada penetrante en ella, su cuerpo se inquietó, miraba una braguita muy fina, con una tela muy transparente por la parte de adelante y un pequeño hilo que parecía romperse por la parte de atrás, se imaginó como se vería, y así habían varios colores, las figuras cursis que adornaban cada prenda pasaban desapercibidas, sentía el nerviosismo recorriendo su piel, un pequeño temblorcito entre sus piernas fue la noticia de que su cuerpo estaba cachondo, estaba excitada, le gustaba que la miraran pero ahora era demasiado intenso, no quería ni alzar la mirada, sería muy obvio –pensó-
Hola, -la interrumpieron-
Hola, -dijo ruborizándose al tener entre sus manos una braguita minúscula- un caballero la había abordado en ese instante. Su perfume la envolvió, cosa rara, su cuerpo se había inquietado muchísimo que le pareció que él era el que la miraba desde hace rato.
Disculpa, me permite una pregunta?
Claro – le dijo-
Que talla es? La tomó por sorpresa
Es que quiero hacer un regalo especial –le dijo el- y perdone mi falta pero es parecido su cuerpo.
Hombres – se dijo entre si ella misma, nunca cambian-
Oh, perdone, -le dijo- no lo tome a mal, es que soy fotógrafo profesional y el trabajo que entregaré requiere de cierta sensualidad pero quiero ser yo quien escoja lo que voy a transmitir con mi trabajo y si usted me permite ayudarme y en ese instante le extendió una tarjeta con su profesión.
Realmente estaba asombrada. Ahora estaba confusa, era él? No pudo articular palabra alguna.
Se lo que está pensando, -la sacó de su pensamiento- la miré hace rato que entró al almacén y me atreví a seguirla y ahora que la encuentro aquí requiero de su ayuda, claro, si no la incomoda.
No –dijo ella sin pensarlo- encantada de ayudarle. Entonces si era él quien la miraba y ahora lo tenía a unos breves centímetros, tú eras quien me desnudó con la mirada –pensó mientras lo miraba-
Pantalones vaqueros, una camisa a cuadros, pelo alborotado y el delito de no haberse afeitado un día, vaya personaje se dijo. Lo miró de arriba hacia abajo disimuladamente y se preguntó que tendría entre esos vaqueros, solo de pensarlo se puso cachonda y muy nerviosa, una fantasía cruzó por su mente, ser fotografiada.
Se despidieron con un beso, después de la ayuda prestada y ella se quedó cachonda y con esa idea.
IV. La sesión fotográfica.
Tal como te lo cuento, mira, esta es su tarjeta –dándosela a su amiga-
Fotógrafo profesional, una pequeña dirección, eso era prácticamente toda la tarjeta, impresa en papel couché con unos toques negros y rojos, muy retro y elegante.
Tiene mucho estilo –le dijo su amiga –
Claro, has visto los catálogos? Así me veré –presumió-
Y te dejarás tomar fotos desnuda?
No, como crees, quizás de las tetas ¡si! Y diciendo esto se las tocó, realmente estaban grandes, más allá de las medidas de la moda, de los cánones de belleza que el mundo ha implantado.
Me las enseñarás, eh! y me contarás todo –le dijo su amiga-
Mientras se despedían con un beso tomó el teléfono y marcó, la sesión fotográfica sería en dos horas más tarde, subió a su recámara, se metió a la ducha y espero refrescarse un poco, la sola idea la tenía excitada, se pellizcó los pezones y se sintió orgullosa de esos atributos, se vistió con una blusa de tirantes, una falda de mezclilla y una minúscula braga negra, tomó la discreta maleta en la cual guardó dos ropas para la toma de fotografías, bajó, tomó el auto y se enfiló hacia la dirección que antes había confirmado.
Llegó al edificio color ocre, el estudio ocupaba un cuarto completo, un nombre muy discreto haciendo referencia al giro, todo era tan “simple” pero elegante, tocó el timbre y esperó, un minuto más tarde se abrió la puerta, era el mismo chico del almacén, una cámara fotográfica en la mano, la misma barba sin afeitar, una playera negra descolorida y unos pantalones vaqueros.
Hola, pasa –le dijo dándole la mano y un beso-
El estudio estaba lleno de lámparas y cables por todos lados y unas sombrillas para reflejar la luz, unas sillas por doquier y un espacio en blanco donde servía de fondo para las tomas fotográficas.
Ella le explicó que quería unas fotos con un minúsculo vestido trasparente azul que ella misma había llevado, Él le dijo que se podía cambiar mientras preparaba las cámaras y los rollos y parte de la iluminación y le dio la espalda, el solo hecho de cambiarse frente a un desconocido la excitó.
No voltearé –dijo el- puedes cambiarte con confianza, además estás ante un profesional
Gracias –replicó ella- y muy buenote se dijo para sus adentros. Lista –le confirmó-
Un minúsculo vestido transparente azul, sus tetas prácticamente estaban al aire, solo las tapaban unas florecitas en azul un poco más oscuro, abierto de los costados y de largo abajo del nacimiento de las piernas, lo combinó con una braguita azul intensa.
Te ves preciosa –le dijo el-
Ella le sonrió y tomó su rostro un color rojizo, se ruborizó pero su temperatura aumentó, la idea de las fotos solo fue el pretexto para estar con él pero dada la situación no veía de que manera seducirlo, la costumbre de tener modelos en su estudio no creyó que le causara mucho impacto al tenerla a ella, su cuerpo pedía a gritos ser poseído pero se detenía y simulaba posar. No sentía la misma mirada penetrante, ahora solo era una chica más en ese estudio, algo hacía falta, que equivocada estaba.
El tenía la costumbre de tener chicas con cuerpos maravillosos y a su disposición para plasmarlas en la lente de su cámara, con la mayoría había tenido algún roce sexual, no siempre terminaban en penetraciones pero le gustaba la manera de excitación de las chicas, todas son unas guarras siempre decía, son unas putas exhibicionistas era lo que presumía a veces con algunas amistades de su confianza, a pesar de su profesionalismo no dejaba de ser un hombre y tener un cuerpo femenino presente siempre lo excitaba.
Ella se puso frente a la gran pared blanca cubierta por una tela de un fondo azul muy bajo y empezó a posar, su cuerpo conforme se iba moviendo se iba encendiendo, sus pezones se empezaron a marcar por el grado de excitación que tenía, juntaba las dos tetas y el flash se prendía, se alzaba el minúsculo de un costado y él se movía alrededor suyo capturándola en todos los sentidos
Estás muy sexy, -le decía- tu solo sigue moviéndote, hazlo de la manera más natural posible, solo se tu misma.
Ella sonreía, su sexo estaba húmedo, la manera de exhibirse de una manera descarada la tenía a punto de ebullición, cerraba los ojos y pensaba que él le iba a brincar en un momento dado para poseerla.
Jugaba con sus cabellos, se daba la vuelta, hasta se atrevió a darse un azote en sus nalgas, el deseo la tenía invadida.
Para –le dijo el- tienes unos senos hermosos, ¿te gustaría lucirlos?
Si –casi lo dijo con un grito- porque no me lo habías pedido antes, pensó ella.
De despojo del vestido transparente y sus tetas salieron a relucir, solo la minúscula braguita azul la cubría, sus pezones resultaron ser muy desafiantes, la belleza de sus tetas ante un desconocido le obsequió el último pedacito de lujuria que le faltaba, sus pezones estaban a punto de reventar de lo parado que estaban.
El se acercó con la mayor naturalidad del mundo pero no pudo evitar la erección, ella como estaba posando al agarrar sus tetas, al pellizcarlas, al juntarlas, al guiñar sus ojos en una pose muy descarada, no lo había mirado, estaba entregada a la cámara por completo.
En un acercamiento la rozó con su pantalón en un brazo y ella notó la erección al instante.
Lo siento –le dijo el- es que al ver tu cuerpo tan hermoso, tu trasero tan lindo, lo exuberante de tus tetas no pude evitar que mi polla se inflara.
No te preocupes –le dijo ella- ¿sabes? yo estoy muy excitada, acercó su mano al pantalón y lo empezó a acariciar por encima, sintió la polla como crecía y palpitaba, su cuerpo estaba pidiendo ser poseído. Ambos se miraron, se deseaban. Soltó la cámara por un lado y le agarró sus tetas y se las empezó a comer, a lamer esos pezones erectos que pedían a gritos ser devorados, a chuparlas con tanta ansiedad como un bebé hambriento.
Chupa estos manjares papito –le dijo- y se los ofrecía con sus manos, hazme tuya, cómete a tu puta, hazme sentir una puta perra papito… oooooohhhhh.
Los engullía entre su boca, los chupaba, mordisqueaba sus pezones, ella lo tomaba de sus cabellos y lo hundía entre sus tetas, lo jaló hacia ella, se besaron confundiendo sus lenguas en un beso profundo, la abrazo y bajando sus manos le apretó sus nalgas, ella estaba entregada.
Jaló una silla y la sentó, le abrió las piernas, hizo a un lado la braguita azul, que ya estaba empapada, y la empezó a lamer, para su mayor comodidad puso una pierna de ella en su hombro y el chocho brilló con más fuerza de lo mojado que estaba, se metió entre los pliegues de la vagina, la lamía entera, le chupaba el clítoris, ella se quejaba y emitía quejidos mientras se sobaba las tetas.
Mmmmmmmmm, así papí, así, no pares, más….. más, sigueeeee… oooohhhhhh
Sentía el calor de la lengua entrando en su sexo, su clítoris siendo masajeado, chupado y mordisqueado, su chocho chorreaba, no dejaban de chuparla.
Alzó la mirada, ¿te gusta putita? –le preguntó- mientras lo dijo le metió dos dedos entre su chocho, ella palideció del placer que sentía, ya no era dueña de sus actos, al escuchar esa palabra la prendió a morir, quería tener un trato de puta, ser su perra y lo había logrado.
Si, así, fóllame… oooohhhhhh…. Dame más… más papi… más.. folla a tu puta…. Ooooohhhhh
Él se paró y le empezó a chupar las tetas de nuevo y la siguió dedeando, usaba sus dedos de una manera intensa, los sacaba y frotaba su clítoris de una manera muy rápida y enseguida se los volvía a meter mientras le chupaba sus tetas también, ella sintió que no podía más y apretó las piernas, un orgasmo llegó bañando su mano de él.
El sacó su mano de ella, se quitó la camiseta negra descolorida y ella aprovechó para abrirle el pantalón vaquero y quitárselo, solo se quedaron a la mitad, la polla erecta saltó hacia su cara, lo miró y de una manera lasciva se la metió a su boca y la empezó a mamar, el movimiento de su lengua y boca perfectamente, demostrando su experiencia, lo tenía a morir.
Se sacó la polla de su boca mientras lo miraba y luego la volvía a meter, él aprovechó mientras para masajear una de sus tetas que saltaban libremente a sus movimientos, le apretó el pezón y ella saltó.
Él le sacó la polla de su boca, se la puso en su boca y le pidió que se quedara quieta, ella lo hizo, se la metió suavemente, la tomó de sus cabellos y le empezó a follar la boca, él se movía de una manera tremenda dentro de la boca de ella, esa locura le gustó mucho. Sintió que se ahogaba.
Chúpala perra, así, oooohhhhhhhh, eres una puta, cómetela –le decía-
Ella se la sacó de su boca, fóllame las tetas papito, y diciendo esto agarró sus tetas y se las abrió, métemela aquí, un poco de saliva dejó escapar de su boca y escurrió entre sus tetas. Él acomodó su polla en medio de las tetas y la metió, ella las apretó y formó un canal donde la polla entraba y asomaba la punta cerca de su cara, sacó su lengua y a cada embestida que le daban la alcanzaba a chupar.
Párate perra –le ordenó- y quítate la braguita, te voy a follar como toda una puta –ella obedeció, él se sentó en la silla y le dijo que se subiera encima, ella se sentó a horcajadas sobre esa polla erecta mientras sus tetas quedaban a la altura de la cabeza de él, sintió como la barra de carne ardiente iba taladrando sus entrañas, toda abierta chorreando mientras sus tetas eran devoradas por una boca insaciable, sus pezones eran mordidos, lo tenía abrazado del cuello mientras lo cabalgaba, sus movimientos y gritos no se hicieron esperar.
Ooohhhh… asiiiiiiiiiiiii, que ricooooooooo, mmmmmmmmmm… me gusta, fóllame, folla a esta puta, dame más….. cabrón, fóllame…. Oooooohhhhhh
El la tomó de su cintura y la atraía, ella enterraba su trasero en su polla, de pronto, zas! Un par de azotes en sus nalgas, la llevó a la gloria, sorprendida al instante pero con un gozo indescriptible.
¿Así te gusta perra?
Siiiiii, dame más, vamos, dame más, oooooooooohhhhh, que ricooooooooooooo.. soy una perra… dame más…..
Sintió de pronto que un dedo hurgaba en el ojo de su culo, no pudo detenerlo y entró, un escalofrió corrió su columna, llegó otro orgasmo y quedó abrazada a el, con las tetas enterradas en su cara y su cuerpo preso de un temblor.
Ella se paró, por sus piernas corrían unos hilos de líquidos, testigos mudos del orgasmo que acababa de tener, se dio la vuelta, se abrió completamente de piernas y se sentó de nuevo en la polla que aun estaba con vida, de nuevo el trozo de carne caliente lo sentía tan duro, él la tomó del pelo y la jaló hacia atrás, le mordía el cuello mientras sus manos masajeaban sus tetas y pellizcaban los pezones duros.
Ohhh, siiiiiiiii… que ricooooooooo… asiiiiiiiiiii.. papitoooooooooo… que ricooooo… no pareeeeeesssss
La tomó de sus caderas y la alzaba sobre él, los pies de ella ya no alcanzaron el suelo, estaba totalmente abierta siendo penetrada, la subía y la dejaba caer sobre su polla, se la metía hasta el fondo, ella gritaba de placer. Una mano de él se metió por delante de ella y le frotaba el clítoris mientras la follaba, se sentía morir de placer, la manera tan rápida que lo hacía la puso a temblar de nuevo, como pudo sacó sus piernas encima de él y las cerró, otro orgasmo llegó, tan intenso como los anteriores, quedó recostada en él, le besó el cuello y le masajeaba las tetas.
Eres una puta cachonda, eh! deliciosa!
Mmmmmm papi, es que me haces llevar a la gloria!
Párate, -le dijo- inclínate sobre la silla –ella obedeció-
Le abrió las nalgas y le recetó un par de azotes!
Oh, papi, que rico, mmmmm.. me gusta tu trato… de pronto otro par de azotes.
Ahora verás perra lo que te espera.
Le puso la polla en la entrada de su chocho todo mojado, la agarró de sus cabellos, la jaló hacia atrás y se la enterró
Ooohhhhhhhhh, mmmmmmmaaaaassssssssssssssss, que ricooooooooooooooooooooooo….
La empezó a bombear con fuerza mientras su cabeza estaba siendo echada hacia atrás por el jalón del pelo que le habían dado, esa rudeza le encantaba, la soltó y la tomó de sus hombros, se escuchaba un chapoteo entre sus piernas, su chocho estaba demasiado lubricado y chorreaba fluidos a cada embestida de la polla.
La agarró de las caderas, sintió que la polla se infló, se la sacó y se hincó, mañas de mujer, el chico estaba a punto de correrse, se le metió entre su boca de nuevo, y chorros de semen disparados entre su garganta llegaron, por la comisura de sus labios se escaparon un poco y los relamió.
Se despidieron con un beso, las fotos hasta el día de hoy aun no las ve, todavía se pregunta si realmente la cámara estaba cargada o solo alumbraba el flash, pero nunca olvidará esos orgasmos y está pensando en ir de compras a otro almacén.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!