Sexo con la novia de mi hijo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A la chica la llamaré Paola, morochita, piel morena clara, rellenita no delgada, tiene muslos gruesos, un provocativo trasero grande para su edad, senos medianos y es una chiquilla cachondita y sensual.
Mi hijo que tiene 18 años, me presentó a su novia, Paola, y desde el primer día que la conocí me di cuenta que la jovencita era cachonda, desde las escaleras que van para el segundo nivel los vi sin que ellos me vieran a mi y pude ver como mi hijo le comia los senos en el living, la chiquilla gemía de gusto y luego el metía su mano debajo de su falda del colegio y le acariciaba su cuquita encima de su braguita. Eso me calentó mucho y tuve que subir a jalarmela un rato.
Paola empezó a frecuentar la casa, asi que charlabamos frecuentemente, se notaba que era una chica inteligente, amena, pero muy caliente. Yo trabajo en una empresa en el departamento de control de calidad, asi que debo hacer turnos, es decir aveces trabajo en el día y aveces en la noche. Asi que en ocasiones me tocó llevar a Paola a su casa en camino a mi trabajo. Paola le gustaban las faldas cortas, asi que como ella iba de copiloto a mi lado, podía verle sus buenos muslos. Charlabamos bastante. Ella me decía que yo parecía más joven, que podía pasar como hermano de mi hijo, y que para tener un hijo estaba guapo. Estaba imaginando o bien Paola me estaba coqueteando!!.
Finalmente, una noche estacioné cerca de su casa, nos quedamos charlando, en eso yo puse mi mano en muslo cerca de la rodilla, ella no dijo nada, dejó que mi mano estuviera en su pierna, luego le dije que su piel era muy tersa que definitivamente usaba alguna crema, ella dijo que no usaba nada, iba a quitar mi mano de alli, pero ella puso su mano encima de la mia, al ver eso, mientras seguimos hablando, movi mi mano y acaricie su muslo, ella aún con su mano arriba de la mia. Fui metiendo mi mano debajo de su falda cortita, ella aceptó eso y me hablaba de otros temas, luego de un rato, mi mano estaba a centimetros de su cuquita, Me decidí a atacar y movi mi mano hasta tocar su braguita, ella abrió un poco más sus piernas para darme lugar, me acerqué y la besé, ella no reaccionó, solo yo le besaba la boca, las mejillas y el cuello, ella solo exclamaba -don … !, don ….! , qué me está haciendo?-, yo le contestaba -te gusta lo que te hago??-; ella respondía -sssii..pero no esta bien-.
Mi mano acariciaba sus muslos y su cuquita encima de su braga, aún asi se sentía que su pequeño coño estaba hirviendo, emanaba mucho calor. Paola empezaba a responder a mis caricias y su boca buscaba mi boca. El auto era polarizado, asi que de afuera se miraba casi nada. De pronto nos vimos envueltos en un beso muy romántico, con lenguita incluida. Como viejo zorro en cosas del amor, le fui sacando las bragas hasta que terminaron en el piso del auto. Paola tenía una vulva peludita, tupida, mis dedos navegaron entre su pelambre hasta localizar su bichito, mis dedos acariciaron sus labios vaginales y que bárbara!!, su cuquita estaba mojada completamente. Yo no sé como hice pero me acomodé en los sillones del auto y me incliné hasta que mi boca llegó a su vulva, tuve que inclinar el sillon donde estaba ella y el mio, pero por fin mi boca y mi lengua comenzaron a navegar entre toda su pelambre hasta encontrar su cuquita, lamí sus labios vaginales, Paola gemía como una gatita.
Como pude le levanté una de sus piernas para terminar de acomodarme mejor, pero aún era incomodo. Le dije que nos pasarmos atras, como era una camioneta tipo agrícola, fue mejor y con mas espacio atras. Cuando se pasó ella atras, se me ocurrió que no se acostara, sino ponerla en cuclillas con su trasero hacia afuera, me puse atras y pude contemplar con poca luminosidad un bello culo, dos lindas nalgas blancas, las besé con mucho deseo y saliva, las besaba al tiempo que las quería morder, le abrí un poco las piernas para mis manos y dedos jugaran con su cuquita, estaba mojadita, eso excita a los hombres instantaneamente, le abrí las dos carnes (nalgas) y divisé su redondo culito y su mojada cuquita, con la punta de la lengua toqué su ano y ella vibró y gimió, mi lengua se adueñó de la situación, me puse a lamerle su agujerito, mi rostro desaparecia por instantes entre su dos nalgas. Luego con mi lengua bajé hasta sentir los jugos que salían de su coñito, eran amargos, pero yo los sentía como un rico elixir.
Paola gemía como al borde de una corrida, y fue cierto comenzó a dar quejidos y la respiración le fallaba por momentos. Yo por mi parte tenía la verga que me goteaba entre los pantalones. La saqué y se la froté en su cuquita, sentí lo caliente de su coñito en mi verga, se la puse en la entrada y le clavé mi glande, ella emitió un grito y se corrió apenas con la punta de mi verga, se la dejé ir hacia adentro de su estrecha vagina, además me puse a pistonearsela para metersela toda, metía más de lo que sacaba y al poco tiempo la tenía toda insertada en su cuquita.
Me puse a cogerla y le decía palabras dulces al oido. Ella también por momentos movía su lindo culo en señal que la estaba pasando muy bien. Yo manoseaba sus buenas nalgas y jugaba con el ojete de su culito, También a mi me estaba embargando la excitación, me puse a darle pequeñas nalgadas a Paola, al tiempo que la cogía más duro, asi también metí mis manos entre su blusa y le apretaba las tetitas. Como no estaba usando condon, pues no suelo tener en mi camioneta, iba dosificando la cogida, además quería llegar en el momento exacto que ella llegara a su segunda explosión íntima, lo cual no tardó en llegar, cuando oí que estaba excitándose mucho, aceleré y la llevé a un orgasmo, saqué mi verga y me corrí sobre sus nalgas. -qué ricoooo, ayy que ricoo!!- decía la pequeña Paola, mientras gozaba su segunda corrida.
Le di un pañuelo minutos después para que se limpiara mi leche de sus nalgas. Ella se aseó y luego se puso su braguita, me dijo que había estado "muy lindo", nos dimos un beso, abrió la puerta y se marchó.
Paola siguió llegando a visitar a mi hijo, siguió siendo su novia. Cuando me saludaba su besito de mejilla se volvía asi un beso a los labios, claro, sin que mi hijo se diera cuenta. Yo tenía que esperar, pero al ir a dejar a Paola sucedía de todo, en una ocasión me dio una mamada de verga mientras manejaba a su casa, me sacó la leche y se tomó la mayor parte. Luego se despidió aún con lechita en sus labios. En otra ocasión, me dijo que la llevara a un lugar para estar solitos. La llevé a un motel de 24 horas, primero la desnudé todita, y la dejé sobre la cama, Paola era bella, le di una cogida soberbía en la siguiente hora, ella era un reina para coger en la pose de jinete, ella encima moviendo su exquisito culo, pero en la pose invertida, es decir dándome la espalda, yo podía sus tremendas nalgas saltar encima de mi verga y enterrarsela en su cuquita, mientras yo le manoseaba su ojete del culo y en ocasiones metiendole la yema de mi dedo adentro.
Paola terminó con mi hijo, dos meses después de la primera cogida. Ella quería ser solo para mi, lo malo era que no pude llevarla a la casa por mi hijo, pero ni modo. Cuando cumplió sus 18 Paola quería que fuera a su casa para formalizar nuestra relación con sus padres, yo me negué y dos semanas después, luego de discusiones terminamos esta rápida relación.
El morbo de cogerme a la novia de mi hija me excitó como nunca.
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