SEXO CON MI AMIGO A QUIEN DESEABA DEMASIADO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Son curiosas las situaciones en que te pone la vida misma, si hace un año me hubieran dicho que tendría un encuentro sexual con mi amigo, simplemente no lo hubiera creído, es verdad que me masturbaba pensando en él, es verdad que su cuerpo precioso me estremecía, es verdad que lo deseaba penetrándome, deseaba tenerlo, como aquella cosa que miras y entra en tu mente, y se vuelve una obsesión que te ataca en las noches más solitarias, obligándote a imaginarte siendo acariciada por unas manos hábiles que juegan entre tu sexo, que soban en pequeños círculos con un ritmo constante, que te hace desear tenerlo dentro de ti.
Eso me ocurría con Alan… por las noches me masturbaba pensando solo en él.
En los últimos meses nuestra amistad iba creciendo, constantemente me invitaba a su casa a ver películas y a platicar, pasar el rato como se hace con otros tantos amigos, yo empezaba a notar sutiles señales que no me definían nada, pero sin embargo mi sexto sentido estaba presente y sabía que él me miraba de vez en cuando, cruzábamos miradas y yo simplemente le sonreía. Yo soy una chica morenita delgada, con piernas bien formadas, mis pechos no son tan grandes, pero se compensan con mi culito grande y suave, que sé que él miraba constantemente, me aprovechaba de eso, sabía que yo le atraía, y sabía que pasaría algo, no sabía cuándo, ni dónde, pero pasaría.
Ese día tuvimos un evento con otros compañeros, un pequeño convivio junto a una piscina, esa reunión no pintaba para más, un simple desayuno poco pretencioso, que termino antes del mediodía. Alan y yo nadábamos, su cuerpo precioso, piel bronceada, brazos bien formados, un tórax precioso, y un culito musculoso y bien formado, no podía dejar de mirarlo, no podía dejar de mirar su entrepierna con su miembro escondido, me preguntaba cómo era, si algún día podría tenerlo.
Terminó el convivio sin más ni menos, y Alan me pidió que lo esperara, así lo hice, mientras me bañaba en los vestidores, acaricie mis pechos y con mi dedo pulgar sentí mi pezón duro, cerré los ojos para crear en mi mente su rostro y su cuerpo, baje mis manos lentamente hasta mi vientre, acariciando mi ombligo y bajando más empecé a acariciarme mi cuquita que se estaba poniendo húmeda, primero en pequeños círculos despacio, y después un poco más rápido, arqueaba mi espalda hacia atrás y hacia delante conforme frotaba más rápido, pensaba solo en él y empecé a gemir su nombre, ya no podía más, me hinqué y me metí mis tres dedos, metiendo y sacando casi tuve un orgasmo, me desconcentró el sonido de mi celular. Me enjuagué rápido y fui donde mi celular. Era un mensaje de Alan preguntándome si saldría ya.
Salí muy normal y lo vi a escasos metros esperándome, le sonreí y me preguntó que qué quería que hiciéramos, le dije que decidiera él, que yo tenía el día libre. Fue así como me prepuso que fuéramos a su casa, yo acepté pues estábamos muy acostumbrados a pasarla juntos. Llegamos y no había nadie en su casa, dijo que sus padres estaban de viaje y no regresarían hasta la noche, pasamos a su cuarto y sin pensarlo me acosté en su cama, me sentía cansada y con sueño. Él puso música, me ofreció una almohada y se recostó sobre mis piernas, así platicamos un buen rato, me pregunto que si estaba cómoda y le dije que sí, que si gustaba podía acostarse junto a mi si es que mis piernas le parecían incomodas.
Así lo hizo se acostó junto a mí, con su cabeza entre mí cuello y se quedó dormido. Oía su respiración en mi oído, lenta y a veces rápida, podía oler su perfume que empezaba a excitarme, su fino aliento golpeaba contra mi cuello erizándome la piel, yo fingía dormir, sin embargo empezaba a perder el control sobre mí, empezaba a mojarme lo podía sentir, el me abrazó la cintura sin dejar de respirarme en el cuello, volteé lentamente hasta encontrar sus labios, y los besé suavemente, el respondió el beso, así estuvimos un buen rato, explorando boca con boca, oí su voz temblorosa diciéndome que lo había excitado, empezamos a subir el tono de los besos, empecé a acariciarle el tórax, el vientre y nos fuimos quitando la ropa,y baje mi mano hasta donde estaba su pene, lo sentía en mis manos, lo sentía húmedo, el con sus manos acariciaba mi culito, después de un rato quedamos completamente desnudos y por fin pude ver su miembro, era precioso, moreno, grande y con una cabeza riquísima, deseaba tenerlo entre mis manos, entre mis labios y que mejor, entre mi cuquita.
Me agaché lentamente hasta la altura de su miembro y empecé a darle lamiditas, era tan rico, subía y bajaba mi lengua lentamente y otras veces rápida, con dulce voz me preguntó si lo quería hacer y le dije que sí.
Se puso sobre mí y me dijo que guiara su pene en mi cuquita, lo tomé con mis manos y lo puse en la entrada de mi cuquita, era lo que yo deseaba y estaba ocurriendo. Sentí como empujó en cuanto lo puse en la entrada de mi sexo, allí estaba dentro de mí, empujando y embistiéndome, con mis piernas abracé su cintura, acariciaba su espalda mientras él estaba dentro de mí, empujaba con delicadeza y otras veces con velocidad, con mis manos podía acariciar su culo, tan precioso, su rostro era de profundo placer, nos miramos fijamente y nos besamos mientras él me penetraba a su antojo. A mí eso me encantaba, su vientre contra el mío quemándome, sentía sus bellos y eso me excitaba más. No podía más gemía y gemíamos juntos hasta que terminamos, cuando saco su miembro de mí, sentí como su lechita caía de mi cuquita. Lo contemple hermoso frente a mí, así nos quedamos, él encima de mí, su cuerpo desnudo quemándome…
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