SEXO MI ESPOSA Y AMIGOS ME EXCITA
Tengo cincuenta y tres años me case muy joven tuvimos dos hijos que ya son independientes y mi esposa actualmente tiene cuarenta y cinco años y se mantiene muy atractiva. Su cara es bonita, es simpática y sé que algunos hombres desde que éramos novios la han deseado porque ella sin proponérselo .
Tengo cincuenta y tres años me case muy joven tuvimos dos hijos que ya son independientes y mi esposa actualmente tiene cuarenta y cinco años y se mantiene muy atractiva. Su cara es bonita, es simpática y sé que algunos hombres desde que éramos novios la han deseado porque ella sin proponérselo es muy sensual.
Permite que los hombres se le acerquen, pero ella no les da pie para que vayan más allá de lo propio de una mujer casada.
Recientemente, hace unos seis meses, conocimos una pareja un poco más joven que nosotros, ellos no tuvieron hijos por decisión propia y en el tiempo que hemos compartido ha crecido la confianza como si nos conociéramos de muchos años, gracias a que ellos propician este acercamiento. Se llaman Mateo y Juliana.
En muchas ocasiones que nos hemos reunido los cuatro en nuestra casa o en la de ellos se han presentado acercamientos entre Mateo y mi esposa y Juliana conmigo, pero siempre por alguna razón se cortan esos momentos de tanta cercanía.
Hace un mes, ellos alquilaron una casa campestre y nos invitaron a pasar allí el fin de semana. Aceptamos, pero el día que llegamos al lugar nos encontramos que a última hora se había unido otra pareja de amigos de ellos Juan Carlos y Carolina, los dos unas personas muy amables y hay que mencionarlo, él y ella parecían modelos. Su presencia, su forma de vestir, de comportarse, etc., nos llamó la atención y lo comentamos con mi esposa.
El día fue pasando las atenciones maravillosas, la comida y el licor de lo mejor, de manera que entrada la noche todos habíamos bebido bastante y se dio esta conversación con mi esposa.
Ella hizo un comentario que me sorprendió, porque no es muy liberal en su manera de hablar, me dijo… Oye que pareja tan atractiva, ella está muy linda, y él es un hombre, que de seguro pocas mujeres se le negaran.
Le dije riendo… parte en broma, parte en serio… ¿Tú te le negarías?
Ella me respondió… Si estuviera soltera seguro que no.
Y ahora casada si te doy mi aprobación ¿qué dirías?
Oye que cosas dices, me respondió.
Como estábamos con nuestras copas encima y ella estando así acepta comentarios picantes y momentos íntimos increíbles, continue con el tema y le dije hipotéticamente… Y si fuera, al contrario, que Carolina la esposa me propusiera algo, que dirías.
No sé, eso lo decides tu.
Pero yo ya te dije que te daría mi aprobación si fueras tu con Juan Carlos, ahora al contrario ¿qué dirías?
Si tú lo apruebas para mi yo no podría negártelo a ti.
La noche siguió, como empezó a bajar la temperatura ingresamos a la casa, prendieron la chimenea y allí entre los seis se inició una conversación muy amena y gracias a Juan Carlos llegó un ambiente gracioso con comentarios picantes con un poco de contenido de morbo y apoyados por el licor todos lo aceptamos.
Juan Carlos que era el más conversador menciono el tema de intercambios de parejas y Juliana la esposa de Mateo le siguió la cuerda y el tema se fue desarrollando hasta llegar al punto de escuchar la opinión de cada uno de los seis.
Carolina dijo, que eso era algo muy personal y que a quien le agradara lo podía hacer y a ella no le molestaba, incluso mencionó que hacía un tiempo se dio la empatía con otra pareja y ella con Mateo aceptaron el intercambio, que solo se realizó esa vez.
Mi esposa, tal vez por lo que habíamos hablado sobre Juan Carlos y Carolina dijo que a nosotros nos gustaría un intercambio, pero que hasta el momento no se había presentado la oportunidad. Esto me sorprendió, pero la apoye en el comentario.
De parte de los dueños de casa Mateo y Juliana, por el tiempo que llevábamos compartiendo, imagine, que ellos estarían dispuestos a un intercambio y Mateo lo dijo abiertamente, están en su casa y si quieren disfrutar de un intercambio no hay objeción de nuestra parte.
Mas claras las opciones de un intercambio no se podían pedir, entonces le dije a mi esposa…Esta es tu oportunidad con Juan Carlos. Ella me respondió… Noooo, como se te ocurre.
No te estoy obligando, pero si se da la posibilidad la puedes aprovechar.
Y siguió transcurriendo la noche al calor de la chimenea, delicioso licor y a media noche como se formaban distintas conversaciones de dos o de a tres, de pronto note que Carolina y Mateo habían desaparecido, mientras que Juan Carlos hablaba con mi esposa y yo con Juliana la esposa de Mateo.
Y se dio la circunstancia de poder hacerle una seña con un ojo a mi esposa con el mensaje de “aprovecha es tu oportunidad”
Simultáneamente en ese momento, sucedió algo que después confirme y fue que premeditadamente, Juliana me pidió ayuda para traer algo de la cocina, quedando solos en el salón mi esposa y Juan Carlos. Lo que había que hacer en la cocina trate de hacerlo con mucha lentitud para facilitarle las cosas a mi esposa si es que se decidía a ir con Juan Carlos y disfrutar un intercambio.
Dándome mis mañas busque la forma de dar una mirada al salón y cuando lo logre ya no vi ni a mi esposa ni a Juan Carlos, entonces decidí lanzar mi ataque a Juliana y pronto ella reacciono favorablemente, nos besamos, acaricie su cuerpo y hasta me confeso que sabía que Mateo estaba con Carolina, y que eso la excitaba tremendamente por eso deseaba sacarme del salón y del lado de mi esposa para que le regalara un orgasmo.
Yo le confese que tenía la fantasía de observar a mi esposa follando con otro hombre y Carolina me dijo… deja que nos tomemos confianza los seis y ya tendrás la oportunidad de verla follar, no solo con uno sino quizás con dos.
Seguimos magreándonos y estando semidesnudos ella se inclinó sobre el mesón de la cocina y desde atrás comencé a follarla con mucha efusividad pensando que mi esposa estaría cogiendo con Juan Carlos.
Juliana gemía con cada entrada de mi verga en su concha y poco a poco su excitación llego al límite y disfruto un orgasmo que yo acompañe corriéndome dentro de ella. Al separarme le alcance una servilleta para que secara su concha y se volviera a vestir. Se acomodó la ropa, pero no se volvió a poner su tanga. Esto me hizo imaginar que la noche seria larga.
Luego regresamos al salón con las viandas y yo con nuevas botellas de licor, vino y whisky.
Al ingresar al salón serví una copa de vino para Juliana y un trago de whisky para mí y nos sentamos a hablar del tema de intercambios. Ella me conto que desde hacía tiempo con Mateo habían hablado de la posibilidad de un intercambio con nosotros, pero que ella decía que mi esposa era muy sería, posiblemente no lo aceptaría y no deseábamos arruinar nuestra amistad.
Le dije que eso era cierto y que si ella había aceptado el intercambio con Juan Carlos fue gracias a una conversación que dos horas antes habíamos tenido sobre el tema.
Ella me conto también que a Mateo le fascinaba mi esposa y hasta se había soñado una vez follando con ella. Jajajajajajaja
Estando muy entretenidos con nuestra conversación se acercó mi esposa por la espalda y me dio un beso en la mejilla preguntándome… ¿Estas bien amor?
Le respondí si, estamos compartiendo una agradable conversación con Juliana, de la que hablaremos más tarde tú y yo.
Y apartándonos un poco de Juliana le dije a mi esposa al oído… ¿Y cómo te fue con Juan Carlos?
Bien, después te cuento porque ahora siento vergüenza.
No te preocupes que yo estuve follando con Juliana en la cocina, jajajajaja.
¿Verdad? Te la cogiste en la cocina,
Si después te cuento.
La reunión siguió cuando regresaron Mateo y Carolina y como ya había más confianza entre todos, afloraron los comentarios más picantes.
A la madrugada, nos fuimos a dormir y ya estando en privado con mi esposa, nos confesamos sobre lo acontecido de ella con Juan Carlos y yo con Juliana.
Para darle confianza a mi esposa comencé a contarle lo acontecido con Juliana, sobre que ella premeditadamente me había pedido que la ayudara en la cocina con la intención que tú te quedaras sola con Juan Carlos y aceptaras el intercambio con él, además me conto que Mateo desde hacía tiempo deseaba estar contigo, pero ellos creían que tú eras muy seria, y si nos proponían un intercambio tú te podías disgustar y no que querían perder nuestra amistad y lo último es que estando en la cocina con Juliana yo disimuladamente le había dado una mirada al salón y al ver que no estabas, decid el intercambio con Juliana. ¿Y tú que me cuentas?
Mi esposa inicio diciendo que Juan Carlos la había empezado a adular y ella se había sentido muy halagada y después de haber bebido varias copas, se sintió desinhibida y estando sola cuando Juan Carlos la invito a la habitación fue fundamental, porque si me hubiera tenido cerca le hubiera resultado difícil dar el paso.
Pero finalmente cuando acepto, aunque con un poco de nervios, al empezar a besarse y terminar desnudos, ella accedido a acostarse, separando las piernas para recibir por primera vez, estando casada, una verga distinta a la mía en su concha, y olvidándose de todo, disfruto su orgasmo, aunque no fue nada mejor de lo que los dos hacemos.
Previendo lo que había dicho Juliana respecto a mi fantasía de ver a mi esposa follar con otro hombre, le dije… Como vamos a estar unos días más, es posible que Mateo quiera estar contigo, ¿lo aceptas?
Y ella me respondió…Creo que ya rompimos el hielo y será más fácil aceptar otro intercambio, si nos agrada a los dos. Después de esta intima conversación nos quedamos dormidos.
Al día siguiente, nos levantamos, tomamos un baño juntos, nos besamos y acariciamos hasta quedar excitados y listos para las sorpresas que vinieran en este nuevo día.
Todo fue normal, compartir, disfrutar las comidas del día y en la tarde comenzó a circular el licor. En este nuevo día, como ya había más confianza entre todos, las miradas y los comentarios picantes entre hombres y mujeres no se hicieron esperar, lo cual hizo que en la noche estuviera bastante elevado el nivel de deseos.
Igual que en día en la noche por momentos se organizaban conversaciones entre parejas hombre, mujer y a media noche note mucha cercanía de Mateo con mi esposa y Carolina empezó a compartir conmigo y Juan Carlos con Juliana.
Juan Carlos el más aventado se levantó de su sitio y apago las luces y dijo ahora solo confíen en la persona más cercana y como ya estaban las parejas organizadas continuaron y pasados unos minutos aparte de conversaciones a baja voz, se sentían sonidos de besos e incipientes gemidos femeninos.
Mas tarde Mateo dueño de casa, con segunda intención dijo… si sienten calor por la chimenea se pueden despojar de lo que deseen. Esto era una abierta invitación a desnudarnos y efectivamente poco a poco según la necesidad se fue dando, primero las prendas de la parte superior del cuerpo y luego las demás.
Al llegar la media noche comencé a escuchar unos suaves gemidos conocidos, eran de mi esposa, que con Mateo ya estaban disfrutando de las delicias del sexo. Aún no estaban follando, pero con sus caricias, Mateo ya estaba alistando el terreno.
Juan Carlos y Juliana descaradamente se magreaban, él ya estaba sobre ella, pero tampoco empezaban a follar y yo con Carolina disfrutaba de los besos y caricias en sus senos maravillosos del tamaño ideal y que gracias a su edad se mantenían perfectamente en su lugar.
Juan Carlos para motivarnos a todos paso con una botella de wiski y otra de vino haciendo refill de los vasos y copas, sirviendo como para no volver a pasar en mucho tiempo y de paso invitarnos a la embriaguez dependiendo de cada cual.
Todos tomamos un descanso para brindar y disfrutar del licor aprovechando que a esa hora ya los ojos se habían acostumbrado a la obscuridad, pudiendo uno distinguir los cuerpos desnudos y sus movimientos.
Solo faltaba que alguna de las mujeres rompiera el hielo de los gemidos con mayor intensidad para que se generara el desorden y esa fue Juliana dueña de casa que empezó a follar con Juan Carlos escuchándose no solo los gemidos sino el choque de sus cuerpos. De allí en adelante sálvese quien pueda, parecía una orgia todos follando en diferentes posiciones y con distinta intensidad hasta cuando Juan Carlos dijo… Vamos a hacer rotación por el lado derecho y se inició una nueva etapa de compartir el sexo, coincidiendo con la pareja propia, así entonces se aceleraron los procesos y vinieron los orgasmos y las corridas en las respectivas conchas.
Al recuperarnos comenzó una conversación contando cada uno la mejor experiencia de sexo desde su pubertad hasta la fecha y de paso las fantasías no realizadas.
Varios hombres y mujeres mencionaron de su juventud, sin confirmarlo, el deseo de follar con sus progenitores, si lo hicieron o no, no fue necesario decirlo. Y así muchas opciones hasta llegar al punto que me había mencionado Juliana en la cocina la de ver follar a mi pareja con dos hombres y llegó la opción para mi esposa, yo lo deseaba y ella también y esa era la oportunidad.
Ella se levantó e invito a Juan Carlos y Mateo quienes prestos se acercaron para comenzar a magrearla uno por delante y el otro por la espalda hasta llevarla a follar los dos penetrándola al tiempo ellos le preguntaron como lo quería y ella pidió uno por la concha y el otro por el culo y ellos le dieron gusto. Y al estar los dos moviéndose al tiempo dentro de ella, la presión los llevo a disfrutar muy pronto del clímax a los tres. Fueron impresionantes los gemidos de mi esposa al momento de experimentar su orgasmo. Por su parte, Juan Carlos y Mateo le llenaron su concha y culo con sus corridas. Después de esto, ella tuvo que ir al baño a dejar salir los regalitos que ellos le habían dejado dentro.
Carolina y Juliana no se atrevieron a la doble penetración, pero disfrutaron viendo la escena de mi esposa con sus respectivas parejas.
A la mañana siguiente regresamos a nuestras casas después de un fin de semana muy especial.
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